Archive for marzo, 2016

“Cizaña” para una placa y “Jalea Real” para una Pasión

El Sábado Santo pasé uno de los días más agradables de mi vida, disfrutando de una excelente compañía familiar y de amigos en ese rincón tan especial, valioso y bello que es Zorita de los Canes, probablemente el pueblo más pequeño de la provincia en población (apenas tiene 80 habitantes) pero que, al tiempo, reúne y ofrece un inventario de recursos histórico-artísticos más importante. Casi todo fue bien ese día por las tierras “que Alvarfáñez mandó”, según relata el mismísimo Poema del Mío Cid, tanto en Zorita como en Albalate, donde rematamos la jornada; pero hubo dos circunstancias, dos hechos, de muy distinto signo, a los que, con el permiso de mi compañero y amigo, Félix García, voy a etiquetar como merecedores de “Cizaña” (o sea, reprobación) y “Jalea Real” (aplauso):

Cizaña: A la placa que el 8 de octubre de 2015 se colocó junto a una de las puertas de acceso al castillo de Zorita, en la que se refleja que el presidente regional, Emiliano García Page, y el alcalde del pueblo, Miguel Muñoz, inauguraron en esa fecha las obras de restauración del castillo. Eso es verdad, efectivamente, pues fueron ambos quienes inauguraron esas obras (mejor dicho, la conclusión de las mismas), pero en la placa no se dice que quien las consiguió para el pueblo fue el anterior alcalde, Dionisio Muñoz, que estuvo al frente del Ayuntamiento 32 años, y, primero, logró comprar el castillo y salvarlo de la ruina definitiva, al precio simbólico de una peseta, en 1997, y, después, que en él se realizaran diversas e importantes actuaciones de restauración, por valor de más de 600.000 euros, entre ellas esta última, por importe de 262.000 euros, subvencionados parcialmente por FADETA. Miguel Muñoz y Emiliano García Page llevaban apenas tres meses de alcalde y de presidente regional, respectivamente, cuando se inauguraron estas obras del castillo zoriteño que otros impulsaron y ejecutaron casi al cien por cien. Me parece, por tanto, descarado (he estado a punto de cambiar ese calificativo por el de miserable) que sean ellos dos quienes aparezcan en esa placa porque, de momento, lo único que han hecho por esta histórica fortaleza es correr la cortinilla que cubría aquella. Otrosí digo: Ir contaminando el patrimonio histórico colocando placas en él -y, más aún, si además son inmerecidas, como en este caso- no solo me parece descarado, sino absolutamente reprobable pues no hay ninguna que recuerde a los musulmanes que comenzaron a erigir la alcazaba de Zorita en el siglo VIII, ni a Alfonso VI que, gracias a Alvarfáñez, la conquistó y defendió en 1085 y los años siguientes, ni a los Castro y los Lara que después pugnaron por la fortaleza en contienda civil entre castellanos, ni a Alfonso VIII quien, tras tomarla a los Castro, la recreció y amplió, ni a la orden de Calatrava, que la mantuvo durante tres siglos, defendió e, incluso, minoró para no tener que defender tanta extensión fortificada, ni a los Duques de Pastrana, que la compraron y transformaron en palacio en el siglo XVI y fueron sus señores hasta el XVIII, ni a los del Infantado, que la heredaron en 1732, ni siquiera a sus últimos propietarios, la familia Becerril, que la vendieron al pueblo por el simbólico y generoso precio de una peseta. Que con la densa y larga historia que tiene el castillo de Zorita la única placa que haya instalada en él sea la de Miguel Muñoz y Emiliano García Page, los últimos llegados a sus muros y sin siquiera llevar un pan bajo el brazo para sus venerables piedras, no sólo se merece “cizaña”, sino una colleja a cada uno y que ellos mismos vayan a quitarla, hoy mejor que mañana. Además, las placas más merecidas son las que no se colocan nunca, y menos aún en un edificio con trece siglos de antigüedad.

Pasión Viviente Albalate 2016  Jalea real: Para todas las “Pasiones Vivientes” que se escenifican en Semana Santa, a lo largo y ancho de la provincia, destacando entre ellas las de Hiendelaencina -la más antigua de todas y que, incluso, figura en algún ranking periodístico nacional entre las diez más importantes de toda España-, Fuentelencina, Trillo y Albalate de Zorita. Por cierto, esta última ha llegado este año a su 30 aniversario y he tenido la oportunidad de verla y disfrutarla, gracias a esa gran albalateña y excelente persona que es Rosa Ana Corralo. Se trata de una Pasión Viviente singular porque se compone de once escenas, de las que nueve se ambientan en la calle y dos dentro de la magnífica iglesia parroquial, en las que su centenar largo de actores permanecen en una asombrosa y lograda quietud, convirtiendo en fotos fijas y mudas algunos de los momentos más significativos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. La escenografía, el atrezo, la iluminación y la ambientación musical están también muy logradas. Y es muy buena la organización, en la que, de una forma o de otra, colaboran casi todas las familias del pueblo y, por supuesto, participa activamente el Ayuntamiento. Mención especial merece la labor de la agrupación local de voluntarios de Protección Civil que contribuyó, decisivamente, a que reinara el buen orden entre las casi 2000 personas que asistimos a la representación y fuera adecuada la movilidad de los muchos vehículos que transitaron esa tarde-noche de Sábado Santo por Albalate. Lo dicho, merecidísima “Jalea Real” para la Pasión Viviente de Albalate, a compartir con el resto de Pasiones Vivientes de la provincia.

Coda: Hemos conocido que la Junta va a dedicar 200.000 euros a una actuación de urgencia en las cada vez más deterioradas ruinas del Monasterio cisterciense de Bonaval, fundado en 1164 y ubicado en el término municipal de Retiendas, a orillas del río Jarama. Nunca debió permitirse que llegara a tal extremo de ruina y abandono esta abadía, pero no seré yo quien niegue una merecida “Jalea Real” a la Junta por esta decisión; eso sí, a compartir con la Plataforma “Salvar Bonaval”, que en los últimos tiempos ha alzado fuerte su voz reivindicativa, y con el Grupo de Defensa del Patrimonio de DALMA que lleva ya muchos años trabajando el tema. Y por favor, cuando acaben las obras no coloquen ninguna placa.

 

 

 

 

 

El Tío Sam por gaoneras

                Justo en el sitio que durante más de cuatro siglos ocupara la desaparecida ermita de la Soledad, en frente de San  Ginés y al inicio del Paseo de las Cruces -semisaqueada por franceses en 1808 y saqueada del todo e incendiada por españoles en 1936 junto con las imágenes que se custodiaban en su interior de algunos de los pasos de Semana Santa más antiguos de la ciudad, incluida la imagen original de la titular del templo y de la Hermandad más antigua de Guadalajara- he reparado en la presencia de una gran pancarta publicitaria, en medio del báculo de una alta farola, en la que el famoso “Tío Sam” americano nos pide a los viandantes, con su mirada retadora y su dedo señalador, que nos abonemos a los festejos taurinos programados en la ciudad en 2016.

            Cartel toros-01    La verdad es que me ha llamado mucho la atención este cartel y eso va en favor de los publicitarios que lo han concebido porque el primer propósito de cualquier campaña publicitaria es ser visible; el segundo es que sea eficaz, aunque mejor aún si, además de eficaz, es eficiente, que es la excelencia de la eficacia: conseguir los objetivos perseguidos en el menor tiempo y al menor coste posibles. Desconozco si los publicitarios y la empresa concesionaria de la plaza de toros que los contrató van consiguiendo, gracias al Tío Sam, su propósito de adelantar e incrementar la venta de abonos para la temporada taurina, lo que sí tengo claro es que, incluso aunque se cumpla ese empeño, a mí me parece que usar al americanísimo “Uncle Sam” para vender abonos de toros tiene una estética chocante y parecida a la de poner dos cartucheras con pistolas a la imagen de un santo. El Tío Sam es el símbolo americano por excelencia, mientras que el de los toros es un espectáculo tradicional muy español, bastante iberoamericano, un poco portugués y algo francés, pero punto. No me imagino a un torero español siendo utilizado para vender entradas para rodeos en Texas, y eso que en ellos también suele haber toros, esos tan raros que parecen bueyes por su tamaño, tienen los cuernos enormes y muy abiertos y suelen salir al ruedo acompañados de payasos, literalmente, no en sentido figurado. A contrario sensu, me provoca una sensación realmente extraña ver la imagen del Tío Sam protagonizando un cartel publicitario taurino en la plaza de Santo Domingo, en la Guadalajara castellana –si fuera en la jalisciense me sorprendería menos, aunque socioeconómicamente Méjico esté más lejos de Estados Unidos que España-, pues el famoso “tío” americano siempre estará muy unido a los colores rojo, azul y blanco, y a las barras y estrellas de la bandera USA, y no a los colores rojo y amarillo de la española que, precisamente, donde más se suelen ver es en las plazas de toros.

No sé si los publicitarios que han llevado al Tío Sam a torear por gaoneras –es una forma licenciosa y casi metafórica de decirlo- junto al “olivón” de Santo Domingo, han reparado en que tiene una connotación, además de americana y americanista, de cargado matiz bélico pues es sabido que su imagen ha sido utilizada en Estados Unidos de manera recurrente para protagonizar campañas de reclutamiento de soldados para los mil y un conflictos armados en que han participado los americanos desde que nacieron como estado, a finales del XVIII y hasta hoy mismo. Si hay un cartel conocido, repetido y reproducido hasta la saciedad del Tio Sam es ese en el que, debajo de su conocida figura, aparece el eslogan: “I want you” que, traducido al español, es “te necesito”, el mismo que el peluquero “Rupert” usa para ampliar clientela, pero que en Estados Unidos ha sido siempre empleado para llamar al reclutamiento militar a los jóvenes, apelando a su deber y compromiso patrios. Con tanto antiamericano y antibelicista que ha habido y hay en España, y tanto antitaurino que va habiendo, puede que el cartel de la campaña de abonos para la plaza de toros de Guadalajara termine siendo considerado una provocación para algunos y pidan al ayuntamiento que lo retire porque no lo podemos consentir los ciudadanos.

Por cierto, casualmente, mientras escribo este post en la tarde del sábado de Pasión, entre el viernes de Dolores y el domingo de Ramos, en Santo Domingo, a apenas una veintena de metros del cartel con el Tío Sam, se celebra una batukada, esa manifestación musical básicamente de percusión que dicen que nació en África pero que se suele relacionar con Brasil porque allí es casi religión y sin ella no hay carnaval posible. El norteamericano Tío Sam, el centroamericano Rodolfo Gaona –el torero mejicano inventor del lance taurino conocido como “gaonera”- y la sudamericana batukada unidas por un instante en el corazón de Guadalajara. Para que luego digan que somos provincianos y poco viajados…

 

 

Verdad, mentira y estadística

                Decía Disraeli, o al menos a él le atribuyó la frase Mark Twain aunque quien la utilizó mucho fue JFK, que “hay tres tipos de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas”. Reconozco que, como diría Paulos, “soy un hombre anumérico” porque nunca he entendido ni me han gustado las matemáticas, aunque valoro su importancia para simplificar, ordenar, datar e, incluso, conocer y explicar muchas cosas. El problema de la estadística no está tanto en sus frías cifras, sino en la “caliente” (por interesada) interpretación que cada uno haga de ellas, algo que en la política española se pone especialmente en evidencia cada vez que el CIS hace público un sondeo de intención de voto, momento en el que todos los partidos comienzan a “retiñir” para arrimar el ascua a su sardina, como los frailes y clérigos en pos de la herencia del rico que Quevedo describía en su “Poderoso caballero es don dinero”.

A pesar de mi desafección por las matemáticas, no tengo yo muy claro que la estadística sea la mayor de las mentiras; es más, estoy seguro que no. Para mí, la mayor de las mentiras es la que se hace a sabiendas y con la que se pretende engañar a los más débiles, algo que, lamentablemente, viene ocurriendo cada vez con más frecuencia en la política española que, cuando debía ser una solución o un medio para resolver los problemas de la gente, se ha convertido en un problema, en un gran problema en sí misma. Pero como los españoles hemos salido ya de tantas y tan difíciles, confío en que más pronto que tarde y mejor que peor, salgamos del follón político en que nos metimos el 20-D y que nos ha llevado, más que a un gobierno a un desgobierno, comenzando por el Congreso de los Diputados que, en vez de un presidente, tiene en Patxi López a un forofo socialista al que se le ve el plumero tanto en sus dichos como en sus hechos e, incluso, en sus silencios, las tres fuentes primigenias del derecho musulmán referidas a Mahoma.

Pero mientras encontramos un gobierno, que espero que esté a favor y no en contra del sistema, vayamos a ver qué verdades encontramos en la estadística, que haberlas, haylas, como las meigas en Galicia, esa preciosa y bendita tierra en la que unos cuantos se han vuelto locos y andan declarando a las personas “gratas” o “non gratas” en sus ciudades, no en función de lo que han hecho, sino de lo que piensan. Cuando la izquierda saca el sectarismo a pasear se pone insoportable y da aún más miedo que pena. Punto y aparte.

Vayamos a la estadística que, en los últimos días, nos ha traído a Guadalajara datos del indicador urbano del INE, un balance de satisfacción de los servicios que presta la Policía Local y un overbooking (llenazo total y ya van unos cuantos) en los hoteles por la celebración en nuestra ciudad de una importante competición deportiva.

En cuanto al indicador urbano del INE, destacar que la ciudad de Guadalajara ha perdido más de 300 habitantes solo en un año, pasando de los 83.720 de 2014 a los 83.391 de 2015. Desde 2012 en que alcanzó la mayor población de su historia (84.803 habitantes), la ciudad ha ido perdiendo población lenta, pero progresivamente. Gran parte de esa población perdida son inmigrantes pues, mientras en 2011 representaban el 16,01 por ciento de la población, en 2015 sólo son un 12,02 por ciento, a pesar de la disminución del censo; o sea: gran parte de la población perdida son inmigrantes. Otro dato a resaltar es el progresivo envejecimiento de la población de Guadalajara ya que en 2015 los mayores de 65 años representaban el 16,22 de ella, dato que se va incrementando progresivamente cada año, al menos en los últimos seis, subiendo en un dos por ciento el número total de mayores entre 2010 y 2015. Pero hay un indicador para la esperanza del rejuvenecimiento de nuestra población, un factor siempre sin duda positivo: el porcentaje de menores de 14 años en 2015 sobre la población total de Guadalajara era del 15,76, el más alto de la serie histórica desde 2010, aunque superando al de 2014 sólo por dos décimas. Uno de los mejores datos del indicador urbano de la ciudad en 2015 lo aporta la cifra de desempleo, que ha descendido solo en un año casi cuatro puntos, pasando del 24,31 por ciento de 2014 al 20,67 de 2015, unos números aún muy altos, por supuesto, pero evidentemente bastante mejores que los de los cuatro últimos años, sobre todo los de 2012, cuando se alcanzó el 24,33 por ciento de desempleo, el dato más elevado en la historia reciente. Un parámetro que ha alcanzado su cénit histórico en 2015 es el del número de hogares que hay en la ciudad: 31.777, pero eso sí, con una ocupación media de 2,58 personas por hogar, la más baja de la serie histórica más reciente. A estos números que aporta la estadística, que cada uno le ponga “su” verdad, aunque algunos son incontestables.

Más números: según las encuestas realizadas por la propia Policía Local, el 92,59 por ciento de los guadalajareños estamos satisfechos con los servicios que nos presta. Sólo el 5,82 por ciento de la población está “poco satisfecha” con nuestra policía y el 1,59 “nada satisfecha”, entre los que no me cabe duda que se incluyen bastantes multados… Un gran dato que hemos conocido de esta encuesta de satisfacción sobre seguridad ciudadana es que el 90 por ciento de las emergencias se atienden en menos de cinco minutos. Y esto no lo dicen los números, lo digo yo y algo conozco del tema por los ocho años en que fui concejal del Ayuntamiento: Julio Establés es un magnífico Intendente de la Policía Local y, salvo mínimas excepciones que confirman la regla, es muy alto el grado de profesionalidad y competencia de nuestros agentes locales.

Termino ya con un dato extraordinario que merece ser conocido y destacado: Una vez más, y ya van unas cuantas, los hoteles, hostales y pensiones de nuestra ciudad (y alrededores, incluidos municipios de la Comunidad de Madrid) han colgado el cartel de “no hay habitaciones” del 10 al 14 de marzo por la celebración en nuestra ciudad de un gran evento deportivo, la Copa del Rey de fútbol-sala. Isabel Nogueroles es una buena concejal de turismo, pero a Eladio Freijo, el concejal de deportes, le tienen que poner un monumento los hosteleros de la ciudad.

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