Una exposición que hay que ver

Durante todo el mes de febrero, permanecerá abierta al publicó una magnífica exposición de fotografías de Nacho Abascal, en la sala de arte “Antonio Pérez”, en el Centro San José, que lleva por significativo título el de “Andar y ver la provincia de Guadalajara” y por singular subtítulo el de “Guadalajareando”. Como es sabido por muchos, con casi 300 fotografías de Abascal y textos míos, se presentó el pasado mes de octubre un libro de gran formato (30 por 30 cms.), tapa dura, buen papel y a todo color que lleva por título el que ahora es el subtítulo de la exposición de Nacho y por subtítulo, su título. Parece un trabalenguas, pero no es más que un guiño mutuo que escritor y fotógrafo nos hemos querido hacer para repicar y amplificar el trabajo en común de ambos que, primero, derivó en un libro y, después, en esta exposición que les recomiendo expresa y encarecidamente visitar porque disfrutarán mucho si lo hacen.

La exposición de Nacho consta de 37 extraordinarias imágenes de otros tantos lugares de la provincia de Guadalajara en los que su cámara ha captado encuadres y momentos de luz idóneos de ciudades y villas, piedras con historia, paisajes de agua y de altura de este territorio que es tan bello y diverso como, lamentablemente, desconocido para no pocos, aunque, afortunadamente, cada vez para menos. Cierto es que, como dijo Cela cuando escribió su “Nuevo viaje a la Alcarria” en 1986, a la gente ya le va dando la gana venir a esta tierra, aunque, eso sí, poco a poco. Lo que aseveró el Nobel gallego sobre la Alcarria es extensible al resto de tierras que conforman las “guadalajaras”: Serranías del Norte, Campiñas del Henares, Jarama y Sorbe y Señorío de Molina.

Nacho, y no lo digo por la amistad que me une a él desde la juventud, es uno de los mejores fotógrafos actuales que ha dado esta tierra de grandes fotógrafos pues en Guadalajara han nacido, o han estado y están estrechamente vinculados a esta provincia, artistas de la cámara de la talla de José Ortíz-Echagüe, Francisco Goñi, Tomás Camarillo, Francisco de las Heras, José López, Eugenio Ruiz García (“Peco”), Antonio López-Palacios o Santiago Bernal, entre una larga nómina que podría extenderse bastante más, pero que dejamos en Bernal para, con él, citar a la Agrupación Fotográfica de Guadalajara, que tanto impulsó este segoviano afincado en Guadalajara desde hace décadas, colectivo que goza de un justo y reconocido prestigio a nivel nacional.

Abascal domina el amplio espectro técnico y temático de la fotografía, pero entiendo que su mayor nivel lo da como fotógrafo del paisaje, probablemente porque es un gran viajero, minucioso observador y amante de la naturaleza y el arte que no se conforma con mirar, sino que quiere retener esos instantes especiales de luz que, cuando tiene la oportunidad de captar con su cámara, desea compartir como solo lo hacen las buenas y generosas personas, dos de sus más reconocibles señas de identidad. Nacho es un excelente fotógrafo, sí, pero aún es mejor persona.

Les encarezco que no dejen de visitar su exposición en el Centro San José, pudiéndolo hacer hasta el 28 de febrero, de lunes a sábado, en horario de tarde, de 19 a 21 horas. En ella encontrarán 37 imágenes positivadas en gran tamaño (hasta 1,50 m) y sobre soportes y materiales que, posteriormente, permitirán que la exposición vaya a los municipios de la provincia que deseen acogerla tras solicitar su cesión a la Diputación Provincial, que la va a incluir dentro del conjunto de exposiciones itinerantes que ofrece desde el CEFIHGU (Centro de la Fotografía y la Imagen Históricas de Guadalajara).

Tengo la certeza de que la exposición de Nacho Abascal va a recibir un montón de visitas y que va constituir todo un éxito porque la belleza de sus fotografías hace justicia a la hermosura intrínseca de esta tierra, fotogénica como pocas, pero no siempre fotografiada por artistas de su sensibilidad, calidad y generosidad.

Aunque hoy tocaba hablar de la exposición de Nacho, por razones de actualidad no quiero dar por concluidas estas líneas sin referirme a “Guadalajareando”, el libro al que él puso imágenes y yo letras, como señalaba al principio, y cuyo título aporta el subtítulo a su muestra fotográfica; me complace mucho hacer público que la primera edición del libro se ha agotado en apenas tres meses y que la Diputación se propone ya abordar de manera inmediata su segunda edición. Bueno es que se conjugue el verbo “guadalajarear” que, aunque no esté en el diccionario de la RAE, sí lo está en los quereres y en los sentires de muchos, por supuesto también en los de Nacho y míos, y no significa otra cosa que andar y ver la provincia de Guadalajara con el corazón puesto en los ojos y el alma en la palabra.

 

Pie de foto: Imagen del Alto Tajo que forma parte del libro titulado “Guadalajareando” y de la exposición fotográfica de Nacho Abascal.

 

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