DAFO, más siglas para la sopa

Un reputado ingeniero químico norteamericano, Albert S. Humphrey, que trabajó como consultor de empresas especializado en organización, creó hace ya más de medio siglo el conocido como “Análisis DAFO”, una sencilla, pero muy útil, herramienta que permite estudiar y valorar la situación de una empresa o de un proyecto determinado tras analizar sus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, factores de los que, unidas las primeras letras de cada uno de ellos, surge el acrónimo con el que es conocido. A este método de trabajo, también llamado FODA o SWOT, muy utilizado para valorar la viabilidad de una empresa o de un proyecto, me acerqué hace ya una veintena de años gracias a un curso de marketing que hice con docentes de la prestigiosa ESIC, dirigido por un profesor muy sabio en la materia, sapientísimo, diría yo, José Luis López Sabio.

Esta herramienta de trabajo no solo es utilizada en el ámbito empresarial y económico, sino que también es exportable al ámbito sociopolítico, como ahora veremos, pues trataremos de hacer con ella una valoración de las expectativas electorales de las principales opciones políticas que compiten por la alcaldía de la capital de la provincia. Evidentemente, el método DAFO no son matemáticas puras, ni una fórmula magistral; bien al contrario, hay en él un notorio componente de subjetividad que depende de quien realiza el análisis, pero si este no se acerca lo más posible a la objetividad, se estará haciendo trampas en el solitario. Hoy ese analista seré yo y, si bien mi posición política y hasta mis simpatías personales son sobradamente conocidas, entre otras razones porque jamás las he ocultado, procuraré ser objetivo para que el DAFO tenga un mínimo de credibilidad y ayude al lector a reflexionar sobre los puntos fuertes y débiles, tanto externos como internos, de los partidos políticos que, a mi juicio y para el de las encuestas que conozco, tienen más posibilidades de alcanzar representación en el ayuntamiento de Guadalajara: PP, PSOE, Ciudadanos, Unidas Podemos, Vox y Aike.

Antes de realizar ese análisis es preceptivo determinar la “misión” de la empresa o el proyecto que queremos valorar con el DAFO; para ello deberíamos preguntarnos en este caso qué es lo que persiguen los partidos políticos que compiten por la alcaldía y el gobierno municipal de Guadalajara y que, evidentemente, no es otra cosa que ganar las elecciones; no obstante, yo, que soy un bien pensado y miro siempre de reojo al futuro, les aconsejo que amplíen las miras y los objetivos de su misión: Conseguir y mantener votantes satisfechos. Esa misión que les propongo va más allá del 26 de mayo y conviene a todas las partes: electores y elegibles, candidatos y votantes.

Vayamos ya con mi análisis DAFO aplicado a las próximas elecciones municipales en la ciudad de Guadalajara, no sin antes advertirles que, por economía y limitación de espacio, únicamente voy a destacar una valoración por factor de cada partido:

Partido Popular:

Debilidad: El desgaste de 12 años de gobierno.

Amenaza: El mal momento político del Partido Popular, evidenciado en los malos resultados que ha obtenido en las pasadas elecciones generales, también en la ciudad.

Fortaleza: Antonio Román es un alcalde consolidado que ha sido el más votado en cuatro comicios consecutivos y alcalde en tres y que en las últimas elecciones generales ha logrado ser el senador con más votos en Guadalajara, evidenciando que tiene un significativo apoyo personal.

Oportunidad: Los candidatos de Vox y Ciudadanos, opciones que podrían restarle más votos, son nuevos en política y poco conocidos.

PSOE:

Debilidad: Alberto Rojo ya ha ocupado cargos en distintos ámbitos y administraciones, ofreciendo un perfil de “profesional” de la política.

Amenaza: El candidato socialista es el delegado de la Junta en Guadalajara y puede pagar el desgaste de que la administración regional haya perjudicado -por no decir, discriminado- de manera notoria a la ciudad en varios e importantes proyectos.

Fortaleza: El desgaste del PP y de Román, al tiempo que la división del voto en el centro-derecha.

Oportunidad: El candidato socialista es una persona moderada y de buen trato.

Ciudadanos:

Debilidad: La gestión de su portavoz en el Ayuntamiento, Alejandro Ruiz, estos cuatro años ha sido desconcertante en muchos casos y muy poco útil para la ciudad.

Amenaza: Que los numerosos votantes de Ciudadanos que proceden del PP detecten que con su voto podría inclinarse el ayuntamiento hacia la izquierda.

Fortaleza: Ciudadanos es un partido en evidente crecimiento y es probable que sea la llave de la gobernabilidad en muchas instituciones y ayuntamientos, incluido el de la capital.

Oportunidad: Rafael Pérez Borda es un buen profesional que quiere implicarse en política y no un político profesional.

Unidas Podemos:

Debilidad: La escisión del antiguo grupo “Ahora Guadalajara” que ha derivado en “Aike” y que puede restar a UP muchos votos.

Amenaza: En las últimas elecciones generales se ha evidenciado que una significativa parte del voto del PSOE que marchó a Podemos está volviendo a votar socialista.

Fortaleza: Es la primera vez que Podemos se presenta con su marca original a las elecciones locales, aunque sea en coalición.

Oportunidad: El candidato de UP, José Morales, es una persona con gran formación y buen talante.

Vox:

Debilidad: Su candidato, Antonio de Miguel, es muy poco conocido.

Amenaza: Su propio posicionamiento político como derecha dura que limita mucho el campo de su potencial electorado

Fortaleza: Vox es un partido emergente que acaba de entrar por primera vez en el Congreso de los Diputados.

Oportunidad: Es una alternativa para quienes, siendo de derechas, quieran pasar la factura del desgaste al PP y a Antonio Román.

Aike

Debilidad: Es una opción independiente, pero claramente situada en la izquierda, lo que limita su potencial electorado.

Amenaza: Ser una opción política de nueva creación y no apoyada por los partidos con mayor peso y fuerza electoral.

Fortaleza: Su proyecto y mensaje guadalajareñista, equidistante de “Madrid” y de “Toledo”.

Oportunidad: Captar los votos de los desencantados con los partidos tradicionales y los ya no tan nuevos, especialmente los de izquierdas.

Ya saben que, en política, después de la lengua, la literatura y la filosofía (o sea, las campañas y los análisis electorales), vienen las matemáticas (es decir, los votos). El 26-M nos toca hablar (en las urnas) a todos.

 

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