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La reliquia de Palazuelos y el sociocentrismo religioso (1)

LA RELIQUIA DE PALAZUELOS (GUADALAJARA) COMO MOTIVO DE SOCIOCENTRISMO RELIGIOSO.

(Un ejemplo de etnografía en la literatura actual)

 

I

 

Acerca de la reliquia de Palazuelos, podemos leer lo siguiente:

“Entre las leyendas cabe destacar la del “Niño in Crucis”, materializada en uno de los altares de la parroquia, por un niño Jesús barroco, en cuyo sagrario hay una pequeña cruz que, según tradición, contiene una pequeña astilla del árbol en que fue atormentado Jesucristo. Sólo lo pueden tocar los niños y el cura. Cuando en verano se acerca al pueblo alguna nube que pueda traer pedrisco, toma un niño en sus manos la reliquia y se llega con ella hasta la puerta del templo, donde espera un rato mientras las mujeres rezan. El milagro se realiza cuando la nube se aleja del pueblo.” (1)

Curiosamente dicha reliquia sirve de tema literario, entre otros muchos aspectos a tener en cuenta desde un punto de vista etnográfico, en un libro de viajes recientemente publicado (2):

“Cuando aparece Palazuelos, pueblo que conserva todavía unas macizas murallas, un hombre que viaja de pie, como el caminante, dice, al parecer, sin venir a cuento:

– Este año, los de Palazuelos, no han tenido ocasión de sacar la reliquia, porque ha llovido el agua que esta tierra necesita.

Luego, queda en silencio sin dar más explicaciones. Una de las mujeres sentencia:

– A ver.

Y nada más. Pero al caminante le ha picado la curiosidad. Quiere saber. Al hombre le sorprende la ignorancia del caminante.

– Estos de Palazuelos tienen una reliquia de mucho mérito. Está hecha con la madera de la cruz que crucificaron a Nuestro Señor. Los años que graniza o hay sequía la sacan en procesión solemne, con sacerdote y todo. Hasta se comenta que una vez vino el señor Obispo de Sigüenza a oficiar la función porque el granizo no paraba de caer.

El hombre sigue informando al caminante.

– De todo punto es necesario que la lleve un niño inocente para que haga efecto. Jamás un adulto. Estas cosas son muy serias.

Aquí tercia una de las mujeres, quien se arroga en testigo presencial de los hechos.

– A veces es visto y no visto. En cuanto sacan a la calle la reliquia, el granizo se hace agua.

– Eso es muy verdad -apostilla otra mujer, como si alguien hubiera expresado alguna duda.

– Miren ustés -sigue-, hace dos años se apedreó toda la comarca menos el término de Palazuelos. En los lindes bien se veía. De mojones pacá, sin apedrear y de mojones para allá, todos los trigos machacados, como si hubiera pasado una apisonadora.

La mujer lo cuenta con su fe, con tal convicción, que el caminante ha estado en un tris de creérselo.

– Con razón no sueltan la reliquia ni pa Dios. Se la querían llevar los de Sigüenza para custodiarla en la Catedral, pero todo el pueblo salió a la calle y por poco no se arma la de Dios es Cristo. No todos los días aparece una reliquia de la cruz de Jesucristo, concluye el hombre.

La Cruz de Palazuelos. Relicario.El caminante, que en su fuero interno no acaba de tragar del todo, echa mentalmente sus cálculos y comprueba que saldrían demasiadas cruces con todas las reliquias que ha visto. Pero al fin y al cabo, qué más da.

– En Riosalido tienen unos santillos que también dicen que deshacen el granizo… Sin embargo, una vez que los sacaron, si no nos metemos en la iglesia, nos achichonan las piedras. Caían granizos como huevos.

– Hay quien les tiene fe -reconoce la mujer de la cesta-, pero para mí los santillos de Riosalido ni fu ni fa.” (3).

El relato precedente fue escrito hacia finales de los años cincuenta, cuando la población rural todavía se mantenía y las costumbres no habían desaparecido, por lo que decidí ponerme en contacto con su autor, al que pregunté:

“Considerando que un libro de viajes se puede escribir con datos fidedignos, es decir, reales, y también con datos inventados, me gustaría saber si los que usted tomó acerca de este tema, referentes a Palazuelos y a Riosalido, o sea, los que figuran en su libro ¿son verdaderos -contados por la gente del pueblo- o ficción –ideados por usted-?” (9 de Julio de 2010).

A los pocos días, la amable respuesta del autor me llegó:

“En cuanto a la conversación que el caminante mantiene con la gente del autobús sobre las reliquias y santillos, yo no hice otra cosa que recoger sus palabras. Nunca me planteé investigación alguna sobre si sus manifestaciones eran ciertas, inventadas o exageradas, como tampoco lo hice en otros sucesos y narraciones que aparecen en el libro. Mi intención al proyectar el viaje y escribir el libro no era otra que narrar y describir todo aquello que me saliera al paso con la mayor precisión y rigor de que fuera capaz, a modo de un espejo plano, según el precepto de Balzac, paseado a lo largo del camino. A ras de suelo. Paisaje y paisanaje. Lo más aséptico posible.”

(21 de Julio de 2010).

Por lo tanto, ya sabemos a ciencia cierta que las mujeres y el hombre de Palazuelos no mentían, que sólo mantenían firme su fe en la reliquia y, por supuesto, su acendrado sociocentrismo (lo nuestro es lo mejor, lo de los pueblos vecinos no vale para nada). 

  (Continuará)

  José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS 

NOTAS

 

(1) HERRERA CASADO, Antonio, Crónica y guía de la provincia de Guadalajara, 2ª. ed. Guadalajara, Excma. Diputación Provincial de Guadalajara y Asociación Central de Trillo-I, 1988, p. 558.

(2) VELA, Fidel, Por tierras de Guadalajara y Soria. De Sigüenza a Gormaz, Madrid, Cultivalibros (col. Cultiva, nº. 127), 2010, pp. 19-21.

(3) Las cursivas son mías.

 

 

 

 

 

 

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