Archive for mayo, 2014

El análisis: voto de castigo a los grandes y rapapolvo al PSOE

Se puede decir que los electores de los dos grandes partidos en Guadalajara  se han quedado a gusto. Si las elecciones Europeas siempre han servido para que parte de estos electores den un toque de atención a los dos elefantes de la política española, en esta ocasión el tirón de orejas  ha sido tan grande, especialmente en los socialistas, que cabe peguntarse si no está cambiando el panorama electoral más allá del exotismo que suponen unas elecciones Europeas donde muchas personas piensan que no se juega nada importante.

Provincia de Guadalajara: Fuerte castigo para PP y PSOE. Los populares sigue ganando pero esta vez bajan 17,7 puntos respecto a las Europeas de 2009. Aunque hay un dato novedoso a destacar: el PP ha pasado de ser la solución al PP de Castilla-La Mancha (Cospedal le debe el triunfo a Guadalajara) a constituir un posible problema ya que es la primera vez en que los resultados de Guadalajara (33,65%) están por debajo de la media autonómica (37,70), lo que son más de 4 puntos de diferencia.

¿Qué está pasando? Guadalajara siempre ha marcado tendencia en CLM. Cuando todavía en la Autonomía el PSOE ganaba con claridad las elecciones, dejó de hacerlo en Guadalajara, provincia que siempre ha avanzado lo que va a venir después en el resto de la región.  En esta provincia, el comportamiento electoral es similar al de la vecina comunidad de Madrid, a la que se encuentra espiritualmente más unida que a su región de adscripción, y la caída del PP (29% de los sufragios) y el PSOE (18,9) en Madrid, así como el ascenso de Podemos (11,2), IPyD (10,5) e IU (10,5) así lo confirma. El PP tiene bastante que reflexionar en esta provincia, ha parado el golpe de Vox (2,93%),  pero tiene a Podemos cerca del 9%, y tanto IU como UPyD crecen ya por encima de ese 9%. Esto aleja al PP de nuevas mayorías absolutas, aunque peor es lo del PSOE, que ha sufrido un mayor desgaste que el partido del Gobierno. El suelo electoral de los socialistas sigue bajando y bajando y alcanza en el conjunto provincial el 22,3%, lo que supone una pérdida del 13,8% de los votos frente a las Europeas de 2009. La sangría del PSOE termina más a la izquierda,  seguramente en IU pero también en Podemos, el partido del televisivo de izquierda radical de Pablo Iglesias que alcanza nada menos que el 8,83%. Izquierda Unida también  sube 5,98% y lo más llamativo del caso es que entre el partido de Iglesias y el de Cayo Lara superan el 18%, y le pisan  los talones al Partido Socialista si fueran capaces de unir ambas fuerzas.

Castilla-La Mancha: Aunque la Ley Electoral que prepara el PP (que beneficia a los dos grandes partidos, también al PSOE) podría corregir esta tendencia, el bipartidismo queda  tocado en CLM. El PP sigue siendo el primer partido con el 37,20% de los votos, pero pierde el 14,2 de los votos (3 puntos menos que en  Guadalajara) y por primera vez en mucho tiempo la suma de PSOE e IU (37,40) es casi idéntica. Pero si añadimos el 6,35% de Podemos nos encontraríamos ante una mayoría de izquierdas en CLM con el 43,75%, que si estuviéramos en una circunscripción única en las Autonómicas solo podría ser superada por una coalición de PP e UPyD, que sumaría el 44,90. Comparar autonómicas y Europeas no deja de ser política ficción, por el sistema electoral y el distinto comportamiento de los votantes, pero mal haría Cospedal si analizara estos resultados con complacencia. Más autocríticos deberían ser en el PSOE de García-Page, que aun estando en la oposición tanto en España como en CLM siguen perdiendo votos: baja hasta el 28,73% cuando en las últimas elecciones, gobernando Zapatero,  todavía conservó el 39,9%. El tropezón es por lo tanto notable.

Capital: La capital siempre ha sido un termómetro que anticipa tendencias a lo largo de la historia electoral de Guadalajara y estas elecciones nos dejan algunos datos muy importantes: El PP sigue siendo el primer partido local con el 34,95% pero en estas elecciones pierde nada menos que 17,5 puntos respecto a 2009, una barbaridad teniendo en cuenta que los populares alcanzaron el 52,05% de los sufragios en las Generales de 2011 y meses antes cosecharon el mayor triunfo electoral de la historia al sumar 16 concejales de un total de 25. Algo está cambiando en la capital que el PP tendrá que detectar. Pero si la victoria del PP es agridulce, el hundimiento del PSOE rompe el suelo conocido y baja por primera vez de la cota del 20%. Exactamente, los socialistas se quedan en el 19,77%. Si tenemos en cuenta que en las Europeas de2004, el PSOE sumó el 40,06%, significa que en solo 10 años, los socialistas pierden más de 20 puntos en las Europeas. Aunque IU triplica resultados es evidente que el PSOE también cede votos a Podemos, que alcanza el 8,52%, y alguno a UPyD, que sigue creciendo: del 6,50% hasta 9,45%.

En Guadalajara capital se produce como en ningún otro sitio ese efecto de termómetro que avanza cambios y teniendo en cuenta que estamos a un año vista de las elecciones Locales, añade incertidumbres a la confortable mayoría que hoy ostentan los populares en su ayuntamiento. Un resultado como el de las Europeas(que insisto no es reproducible, pero apunta cambios) nos habría dejado un ayuntamiento a la italiana sin una mayoría estable y con 6 partidos representados frente a los 3 actuales.

Vox casi dobla el voto provincia en la capital, pero se queda en el 4,26%, con 1.287 votos, una cantidad insuficiente para entrar en el Ayuntamiento.

En la provincia y en la capital ya hay más gente que no fue a votar de los que lo hicieron lo que constituye un fracaso para el sistema. Atraer a estos electores es el primer reto para los partidos que se presentan a las elecciones, y especialmente para los dos grandes. La campaña electoral no solo no ayudó sino que echó al elector de los colegios. Se habló de todo menos de Europea

El análisis de España y Europa lo dejamos para nuestro editorial.

Esto es lo que hay

Ganará la abstención y luego otro

Se ha insistido mucho en el resbalón del caballero jerezano en el debate televisivo con Valenciano, pero menos en el dato más revelador que suscitó la comparecencia televisiva. Lo dejaré para el final.

¿Es importante el cabeza de  lista en unas elecciones Europeas? En mi opinión es muy escasa, porque no se trata de unas presidenciales o de unas parlamentarias para elegir  luego el primer ministro, pero en los últimos tiempos gozan algo más de relevancia desde que esos cabezas de lista protagonizan los cortes publicitarios en los telediarios y luego  personalizan el debate televisivo, aunque fuera tan encorsetado y por lo tanto tan artificial como el que nos ocupa. En esa armadura medieval con la que se mueven los candidatos, solo hay que pedirles  una cosa: que no metan la pata. Y Cañete resbaló en el debate y la metió al día siguiente en la explicación del resbalón.

En el PP se las prometían muy felices en un debate entre el abogado del Estado y la antigua telefonista de Ferraz (las redes sociales dejan a más de uno/una con el trasero al aire) , y por ello el chasco fue mayor cuando no se produjo la anunciada victoria por aplastamiento. Pero  no toda la culpa fue de Cañete, un político sobradamente preparado y con cierto gracejo personal. Al pobre hombre le puso Pedro Arriola la cabeza  como un bombo con sus recomendaciones de control y moderación, de  mantener  una pelea de perfil bajo que no despierte el interés de la izquierda abstencionista, pero sobre todo se equivocaron con suministrar al candidato una excesiva munición a base de cifras de todo tipo con las que  certificar sus asertos. Eso queda muy académico,  pero el plató Luis Buñuel no es la Sorbona y se  olvidan de que la televisión es un medio de una gran simpleza en la que el medio no solo es el mensaje, sino que acaba importando más cómo lo dices que lo que dices. Así fue muy sorprendente ver como Valenciano pasaba sin quemarse sobre la mala deriva de la crisis en España por la inacción del gobierno de Zapatero, o como la candidata socialista defendía con solvencia y alegremente políticas de gasto que sus compañeros socialdemócratas  alemanes hace tiempo que arrojaron al cubo de la basura en favor de mejorar los criterios de competencia, el gran problema de la Unión. Cañete buscó con afán esos datos entre sus papeles, haciéndose un lío considerable, y parte del auditorio pudo sospechar que no existían. Los candidatos españoles deberían tomar ejemplo de esos debates en las Primarias americanas en las que los presidenciables se presentan con una cuartilla pata tomar cuatro notas y unas simples fichas con los datos esenciales. Un equipaje suficiente para el que aspira a llegar a la Casa Blanca, y si no es así que pase el siguiente.

En España no solo los debates son una mera apariencia, sino que luego acaban defraudando a la audiencia porque en ellos los candidatos no acaban discutiendo de los problemas reales del país, como en este caso fue la corrupción o la irrelevancia del Parlamento Europeo en la toma de decisiones en la Unión Europea frente al Consejo de Ministros o el Banco Central. Es difícil animar a la gente que vaya a votar en unas elecciones que realmente no saben para lo que valen. Pues bien, el debate entre Valenciano y Cañete no contribuyó para nada a esa función pedagógica sobre la idea de Europa y para lo que sirve, como demuestra que solo lo siguieron 1,8 millones de espectadores, lo que significa una cota de pantalla del 9.5%, muy pobre en horario de máxima audiencia, y cinco puntos menos que en el debate entre Oreja y Aguilar de hace  cinco años. Tal es así que los televidentes mostraron más interés por la serie Resurrección (23%), la película Fuego Cruzado (13,75) y el reality El jefe infiltrado (10,9%). Lo más importante del debate entre los dos cabezas de lista es que no sirvió para interesar a los televidentes sobre las elecciones del domingo y el único consuelo que tenemos es que por lo menos en España no tenemos un movimiento euroescéptico y populista que sea capaz de aprovecharse de los errores de conservadores y socialdemócratas, como sucede en Francia, Holanda e incluso en Gran Bretaña para volver a los nacionalismos  de los años treinta.

Ante la carencia de un debate verdaderamente europeísta, nos tenemos que conformar con el lío de Cañete con los papeles o con lo que fue peor, la desafortunada explicación del día siguiente: “Si demuestras superioridad intelectual o la acorralas, eres machista”, sentenció, para acabar arreglándolo.

Al gurú Arriola se le olvidó recomendar a Cañete una cosa que les pasa con frecuencia a los hombres de su generación. Que cuando se refieran  a una persona, en este caso un rival político, prescindan  de si es hombre o mujer,  porque por querer ser deferente con una dama, acabas pareciendo un machista incorregible.

No me atrevo a hacer pronósticos sobre el domingo. Las encuestas y sondeos  nos indican que PSOE y PP están muy igualados, con una ligerísima diferencia en favor de los populares, que en los últimos meses reman con viento a favor por la moderada mejora de la economía. Aun así, cuando se adivina una abstención que podría superar el 50 %, cualquier cosa es posible. Empezando porque gane la abstención, y luego otro.

Esto es lo que hay.

Una recuperación evidente y el riesgo de brecha social

Por mucho que desde la oposición de izquierdas se quiera negar la incipiente recuperación de la economía española, más allá de una situación puramente coyuntural, lo cierto es que todos los organismos internacionales se han con confabulado para confirmar la realidad de esa tendencia,  y que seguramente vendrá muy bien al gobierno de cara a las elecciones Europeas. No entiendo  la torpeza de la señora Valenciano de centrar su campaña en negar la mayor, la bondad de los últimos indicadores de crecimiento, cuando hace solo un año son los que utilizaba la oposición para arrear al Gobierno y algunos los exhibían para justificar que Mariano Rajoy debía solicitar la intervención. Aunque  después de lo que acaba de suceder en Francia, en que Hollande ha renunciado a las políticas keynesianas de crecimiento, las mismas que defendió en la campaña electoral, y ha puesto el faro en el estímulo de la competitividad, sí parece que la socialdemocracia europea necesita una revisión profunda para saber cuál es su papel en la Europa del siglo XXI, que ahora no se visualiza por ningún lado. Sí se perciben mejor las posiciones en la izquierda comunista o de la ultraderecha nacionalista, solo que son incompatibles con las políticas mayoritarias en la Unión Europea y que responden a otros modelos de sociedad.

Los datos son los que son, y por tanto el único debate que cabe es qué grado de responsabilidad tiene un gobierno en que suban o bajen esos indicadores. Es lícito por tanto que el gobierno de Rajoy se refiera a la reforma laboral como  uno de los motores que están detrás de esos 197.701 cotizantes que la Seguridad Social ha ganado entre abril de 2013 a abril de 2014, como que desde la izquierda se ponga el acento en que el 91% de los empleos  que se crean son temporales. Solo que para que mejore la calidad del empleo primero tiene que haber empleo, y pretender que en España se puede atacar los fundamentos del paro estructural sin que se incremente la flexibilidad y la temporalidad es engañar a la gente. Alemania, Holanda o Austria, con tasas de paro del 4 %,  hace  tiempo que duplican y triplican el empleo temporal de España, y nos guste o no, a lo que tiende Europa, por la pérdida de competitividad industrial ante los países emergentes, lo que está haciendo es repartir el empleo que ha quedado. En España por primera se ha empezado a crear empleo con tasas de crecimiento inferiores al 1% y antes se pensaba que habría que creer por encima el 4% para que nuestro país generara empleo neto. ¿Por qué sucede esto? Porque los costes salariales han bajado, pero también porque es menos costoso regular las plantillas, es decir, despedir. Aunque cuidado con el agit-prop del Gobierno: el empleo que se crea no es precisamente de I+D, sino vinculado a los servicios y especialmente al turismo.   Esto es lo que hay. El mundo que viene está tamizado en gris.

En Guadalajara está pasando ya, y vamos más adelantados que en otras provincias de la comunidad. Si bien es cierto que el 91% del empleo generado es temporal, ya se empieza a notar un ligero repunte de la contratación indefinida,  con 647 nuevos contratos realizados en abril, un 18% más. Pero es que también sube el 18,7% los contratos indefinidos  en lo que llevamos de 2014. Los datos de paro del mes de abril confirman por tanto una tendencia positiva en nuestra provincia, con 949 parados menos registrados, un 3,87% menos, aunque todavía es más importante que este mes el número de afiliados a la Seguridad Social sea incluso mayor: 1.029 más.  Esto significa que en Guadalajara se está creando un empleo real, y al margen de la economía sumergida, porque el número de parados no solo ha bajado en 1.661 personas en lo que llevamos de año sino que la afiliación a la Seguridad Social es todavía mayor: alcanza los 1.867 nuevos afiliados.

Parece que hay motivos, por tanto, para no regodearse en el pesimismo, pero tampoco podemos olvidar que en enero de 2008 había en España 2,32 millones de parados y en abril de 2014 son 4,68 millones. En Guadalajara sigue habiendo 23.595 parados registrados en el Inem, aunque  la EPA eleva ese número a unos 30.300. Los costes de la crisis han sido tremendos y lo que no se puede permitir España es un crecimiento sin empleo, como ha sucedido en otras épocas de nuestra historia (la reconversión industrial) , porque la brecha social que se ha agrandado desde 2010 es francamente insoportable con más de cuatro millones  de parados. No podemos por tanto lanzar las campanas al vuelo porque  el 41% de los parados registrados ya no tiene ningún tipo de prestación con lo que se da la paradoja de que el gobierno se va a “ahorrar” unos 4.700 millones que figuraban en el presupuesto para prestaciones. Ya sabemos adónde nos condujeron las medidas de otros gobiernos, quienes creyeron que solo con políticas de aumento del gasto se podía cambiar esta tendencia. Pero desconocemos lo que piensa hacer este gobierno para combatir ese paro estructural, más allá de las políticas de reducción del déficit que se fijan en  Bruselas,  no en La Moncloa, y lo que tiene en mente De Guindos  o Montoro para que las clases medias, la pequeña empresa  y los autónomos no vuelvan a ser otra vez  los que sigan sujetando la fiscalidad de este país, porque no tienen sicavs.  En este sentido, me preocupa que el gobierno haya dejado de hablar de nuevas reformas, porque con este modelo de administraciones superpuestas e ineficaces la recuperación puede ir a ritmo de caracol y demasiada gente se podría sentir fuera del sistema.

Como pasó en la Alemania de la república de Weimar. Y no digo más.

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