Archive for junio, 2016

El PP recupera un papel central, pero tendrá que negociar

Una análisis apresurado de las elecciones dejan una conclusión que no tiene vuelta de hoja. Mariano Rajoy ha aguantado el tirón y el PP ha sido el único partido que ha subido en escaños en estas elecciones. Lo ha hecho en 14 escaños, llegando a los 137. Esto significa que ha sumado 52 más que la segunda fuerza más votada, que es el Partido Socialista. Una enorme ventaja.

Con la calculadora en la mano, cualquier gobierno que se pueda formar tiene que pasar por el Partido Popular. Esta es la principal diferencia sobre el parlamento que salió de las elecciones del 20 de diciembre. Ya ni tan siquiera valen extrañas coaliciones entre Podemos, PSOE y soberanistas,  que no prosperaron ante la negativa de Partido Socialista.

Pero si Rajoy es el claro vencedor de estas elecciones, y su partido recupera un papel central en la política española, no va a tener fácil formar gobierno: necesita del apoyo de Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria, que entre todos suman 175, con lo que aun tendría que irse al lavabo otro diputado para que salieran 176, que es la mayoría absoluta.  A Rajoy no le va a resultar fácil lograr estos apoyos, aunque solo sea para gobernar en minoría en una segunda votación, pero no le queda otra. De no lograrlo habría que repetir las elecciones. Y esto no hay cuerpo electoral que lo soporte. Ya ven la abstención: la más alta de la historia de nuestra democracia.

El PSOE ha salvado los muebles, porque ha resistido el embate de Unidos Podemos,  pero cosecha el peor resultado de su historia con cinco diputados menos: 85. Aunque en Ferraz hay una sensación de alivio, a partir de mañana tiene que iniciar una profunda reflexión sobre cómo un partido socialdemócrata ha podido  llegar hasta el borde del precipicio. Y qué condiciones  va a poner a Rajoy  si este les pide negociar  al menos su abstención. Para analizar su derrota en Andalucía, el feudo de Susana Díaz, lo que le va a frenar como alternativa a Sánchez.  Les ha venido bien los malos presagios de los sondeos y la amenaza de Unidos Podemos. Porque ha supuesto un estímulo para sus votantes.

Unidos Podemos ha fracasado en su objetivo de ser la primera alternativa de gobierno  y una vez más se ha demostrado que en política  dos y dos no siempre son cuatro. Han sacado los mismos escaños que yendo Podemos e Izquierda Unida por separados. El pueblo español, en un momento de gran trascendencia no ha querido hacer experimentos con una coalición entre comunistas, bolivarianos, nuevos socialdemócratas y nacionalistas varios que integran sus confluencias. Si van adelante o para atrás dependerá mucho de si el PSOE sale de las tinieblas y recupera su identidad.

Ciudadanos pierde ocho escaños y ha sido el principal perjudicado del voto útil que se ha concentrado en torno al PP por el miedo a una barrida de Unidos Podemos. Al  igual que el PP debe tratar con gran consideración a un partido que tiene 32 diputados y 3.123.764 votos, Rivera no puede ignorar el avance de Rajoy  y vetar de saque cualquier diálogo que conduzca a una nueva candidatura del actual presidente en funciones. Porque eso significaría con gran probabilidad  repetir elecciones y no parece que a Ciudadanos le convenga. Rivera va a tener que romper algún huevo para hacer esta tortilla y pringarse.

Mucho ojito con los 5 escaños del PNV, que vuelven a adquirir un gran protagonismo. Menos mal que este Urkullu parece un hombre sensato y no quiere acabar como Arthur Mas.

En Guadalajara se sigue la rueda nacional, y el PP recupera el segundo escaño que perdió el 20-D. Y lo hace con 51.942 votos, veintiun mil más que el Partido Socialista. Un éxito indudable.

Pablo Bellido la logrado mantener la hegemonía del PSOE en la izquierda, sacando casi siete mil votos más que Unidos Podemos. Han dado la vuelta a las encuestas que auguraban un “sorpasso” de la coalición socialcomunista con una campaña en la que han puesto el acento en el guadalajareñismo de su candidatura. Un acierto.  Por contra Unidos Podemos no ha sumado el voto que ambas formaciones lograron por separado en las anteriores elecciones: 23.736 votos Podemos y 5.605 Izquierda Unida. Nada menos que 5.609 votos se han quedado por el camino. Este fracaso es un justo castigo a la soberbia de Pablo Iglesias que puso como candidato a un señor de Galapagar y que como principal mérito tenía el ser su amigo. Ya le vale.

Ornela de Miguel es  la diputada alcarreña más breve de la historia de nuestra democracia: menos de seis meses.  Han perdido el escaño, pero su resultado en Guadalajara sigue siendo muy notable: 21.501 votos. Esto quiere decir que en Guadalajara hay todavía mucha gente, que incluso en unos comicios en los que el voto útil les ha hecho daño,  apuestan por una opción centrista y liberal.  Están en un momento  crucial en el que o bien tiran hacia adelante y se buscan un lugar al sol o pueden empezar a perder gas.  Esto es lo que hay.

El Brexit debilita Europa y relanza al populismo

Viernes negro para el Reino Unido y Europa en general. Por un millón de votos de diferencia, apenas cuatro puntos, Gran Bretaña ha decidido abandonar la Unión Europea. Una decisión que ha partido al  reino en dos: a favor del Brexit, Inglaterra y Gales, y la población de más edad; en contra, Escocia e Irlanda del Norte, y los británicos más jóvenes.

El Brexit es el golpe más duro al ideal europeo que imaginaron  los Schumann, Adennauer, Monnet  y otros  fundadores de la CECA al terminar la II Guerra Mundial. Una unión política y económica en la que la concertación de intereses nacionales y el diálogo político sustituyera al nacionalismo rampante, que fue el combustible de las dos guerras mundiales que sufrimos  en el primer tercio del siglo XX.

El Brexit es también el triunfo del populismo como forma de acción política. La salida de la Unión Europea era apoyada por el ala más rancia del Partido Conservador, pero también por el ultranacionalismo del UKIP, que necesita de enemigos exteriores  para definir sus posiciones ante la ausencia de alternativas propias. El programa de los que han ganado este referéndum es el de carecer de todo programa. La identificación de Europa y sus instituciones como el gran culpable a los problemas que aquejan a Gran Bretaña, que no son diferentes a los de otros pueblos desarrollados, ha calado en gran parte de la sociedad británica, que como en tiempos del viejo Imperio vuelve a creer que replegar al reino sobre sí mismo al estilo del siglo XIX, puede ser una solución en un mundo globalizado como es el actual.

El Brexit abre también la Caja de Pandora ante populismos de toda especie, que aprovecharán el “Leave” británico para intentar repetir el proceso en sus respectivos países. No ha faltado un minuto para que la ultranacionalista Marine Le Pen haya reivindicado otro referéndum para Francia. Europa vive un renacimiento de los nacionalismos con partidos cada vez más pujantes en Austria, Hungría, Chequia, Holanda o Dinamarca, que detestan a la Unión Europea. Gran Bretaña es el primer país que saldrá de la UE por voluntad propia  y su ejemplo es un aliento para el retorno al aislacionismo, el proteccionismo y la autarquía como forma de relacionarse con el mundo.  La huída del Reino Unido es un duro golpe para la Unión Europea, solo atenuada porque una mayoría de los británicos nunca acabaron de creer en el proyecto europeo, y por eso estaban en sus instituciones a la carta, con numerosas cláusulas de salvaguardia para no perder soberanía. Pero una ascensión de los ultranacionalistas en un país como Francia acabaría con el proyecto europeo de cuajo, que a día de hoy sigue teniendo dos pilares irreemplazables: Alemania y Francia.

El Brexit  ha dejado tocada a Europa, que hoy es más débil que ayer, y sumida en una montaña de interrogantes, que tardarán en despejarse al menos dos años, los que contempla el Tratado para cualquier desanexión. Dos años de incertidumbres. Por de pronto habrá que ver cuál es el impacto real en el PIB británico del “Leave” y hasta qué punto esto se traducen en una nueva recesión para el Reino Unido, y por extensión de Europa. En España no podemos olvidar los importantes intereses que empresas nacionales tienen en el Reino Unido  (Santander, BBVA, Telefónica, Iberdrola, ACS…) o que el mercado británico es el primero para el turismo español tanto en visitas como en la compra de viviendas. Con lo que la pérdida de valor de la libra hará a los ingleses menos viajeros e inversores, por lo menos hasta que el panorama empiece a aclararse.

El Brexit  es también un serio aviso para los partidos tradicionales (conservadores, liberales y socialdemócratas) que como constructores de un edificio europeo, que nos ha propiciado el mayor periodo de paz y prosperidad, últimamente  no han sabido reaccionar ante los efectos de la crisis. Se han aplicado demasiadas soluciones financieras que al final se han cargado sobre las espaldas de las clases medias europeas,  provocando su empobrecimiento, mientras que los verdaderamente ricos ahora lo son más que hace siete años. Esta progresiva proletarización  de las clases medias  ha estado históricamente detrás de cualquier auge del populismo desde el momento en que millones de personas llegan a la conclusión de que el sistema ya no les protege, y caen en los brazos de los telepredicadores  que ante problemas muy complejos ofrecen soluciones aparentemente sencillas, que van desde el cierre de fronteras  y los “nacionales primero” del populismo de ultraderecha al feroz intervencionismo y al aumento desmedido del gasto público y de los impuestos entre los que retoman viejas recetas neomarxistas que ni funcionaron antes ni funcionarán, ahora. El riesgo para Europa es que  cada vez hay más personas bienintencionadas  que creen en las recetas-milagro de esos nuevos chamanes de la política, y han llegado a la conclusión de que no tienen nada que perder.  Y no les importa asomarse al precipicio para mirar qué hay en el fondo, aunque sea por la novedad.

El Brexit nos dibuja por tanto una Europa con más dudas, que deberá tomar decisiones trascendentes ( o vamos de verdad hacia los Estados Unidos de Europa o esto se va al garete) y necesita de gobiernos nacionales estables, trasversales y de amplio respaldo, como sucede en Alemania, que puedan afrontar tales retos con garantías. Si hay un momento en el que la prudencia aconseja que no se deben hacer experimentos con gaseosa es este.

Con un irresponsable como David Cameron, el político más inútil del Reino Unido desde Chamberlain (aquel que creyó que se podía parar a Hitler solo con palabras) , ya tenemos bastante.  Pero no es fácil encontrar a un Churchill con coraje suficiente como para liderar esta compleja situación. Aunque una cosa debemos de tener claro: si fracasan las reformas o no se impulsan con decisión, si el estado del bienestar se diluye y  pretendemos reactivar el consumo y la competitividad empresarial solo  a base de bajar  los sueldos y cargar la mano sobre los que pagamos el IRPF; y si se escapan por la gatera los que tributan por fondos y sociedades,  lo que nos espera detrás del muro de Adriano son los nuevos bárbaros.  Otra vez.

Esto es lo que hay.

26-D: Un nudo gordiano muy difícil de deshacer

Las elecciones del 26 de Junio de 2016 muy probablemente no desharán el nudo gordiano que atenaza a nuestro parlamento desde el 20 de Diciembre de 2015, lo que nos abocaría a unos terceros comicios antes de que acabe 2016; o a una “solución a la italiana” en la que no estuvieran los actores principales de los cuatro partidos nacionales. Esta es mi conclusión tras analizar los estudios electorales publicados este fin de semana (el lunes es el último día para publicar nuevas encuestas), entre los que se encuentra el realizado por SyM Consulting para Guadalajara Diario y otros medios de comunicación regionales.

Vean cómo está el panorama de enrevesado. Con el reparto parlamentario que nos dibujan los sondeos solo sería aritméticamente viable una coalición entre PP y PSOE; o en su defecto  un gobierno presidido por Pablo Iglesias, con Pedro Sánchez u otro dirigente socialista de vicepresidente, y el apoyo de uno o dos grupos parlamentarios soberanistas. ¡Díganme si no sería más fácil que Fernando Alonso con ese motor  quedara campeón del mundo de Fórmula 1!

Doy por descontado que un pacto a la alemana entre conservadores y socialdemócratas en España es una quimera, y no solo por razones de programas, que en último caso se podrían limar, como sucede en la Unión Europea, sino porque en España  PP y PSOE siguen estando demasiado cerca como para establecer un liderazgo indiscutible. En Alemania nadie tuvo dudas de que fuera la señora Merkel la que presidiera el gobierno de coalición, mientras que en España Rajoy pierde la capacidad de liderazgo si el PP se limita a mantener los resultados (encuestas de Guadalajara Diario, ABC y El Mundo) o incluso podría perder hasta una decena de escaños (El País y El Periódico). Si no hay un vuelco que los sondeos no esperan en esta última semana, la primera tarea del PP no va a ser postularse para formar un gobierno imposible, sino la de  elegir un líder que saque a este partido del marasmo  en el que se encuentra y que esté listo ante la eventual convocatoria de nuevas elecciones.

En el caso de Pedro Sánchez, su situación es todavía peor. Absolutamente todos los sondeos avanzan que los socialistas volverán a rebajar su suelo electoral sobre los 90 escaños del 20-D, aunque su deriva es cruel. Su líder dejaría de ser el jefe de la oposición parlamentaria, y el PSOE el primer partido de la izquierda, lo que constituye un problema agravado por la aplicación de la diabólica Ley de Hont, que está pensada para primar a los dos partidos más votados. Pero a diferencia del PP, la sucesión de Pedro Sánchez se haría en un escenario tenebroso, porque el PSOE está amenazado por una OPA hostil de Pablo Iglesias y sus aliados comunistas, que quieren quedarse con todo el pastel que se merienda en la izquierda. Algo que no se ha vivido en democracia y que nos retrae a los tiempos más duros del gobierno de la República cuando al complicarse la situación militar en la guerra  los comunistas se hicieron con la presidencia del Gobierno y tomaron todas las riendas. La gran noticia que nos dejan estos sondeos es esa: que la socialdemocracia dejaría de ser la primera alternativa de gobierno de España, y que sería sustituida por una coalición entre populistas y comunistas, situación que en Europa solo se ha vivido en Grecia, con la incertidumbre que ello llevaría consigo.

Pablo Iglesias no tiene ninguna posibilidad de ser presidente de un gobierno de coalición con el PSOE, porque sería el suicidio político de un partido histórico; y él lo sabe. Y por eso no le preocupa que  la eficaz campaña que está haciendo a base de explotar un perfil socialdemócrata no se corresponda con un programa electoral inviable de aplicar, por su intervencionismo feroz, que nos llevaría a un choque inmediato con las instituciones europeas de las que dependemos para financiarnos; como sucedió en Grecia. Todo esto lo sabe Iglesias, que es el más listo de la clase, y que utiliza estas elecciones solo como plataforma para los siguientes comicios,  en los que se podría presentar, esta vez sí, como la única alternativa a un gobierno de centro-derecha en España.

Y también lo sabe Albert Rivera, condenado a la irrelevancia con estos resultados, porque no podría formar gobierno con nadie. Pero Rivera es otro de los que en los últimos días se ha puesto en modo 27-D. Ante la presumible caída de Rajoy, él ya se está apuntando el tanto de que lo ha vetado como presidente en un futuro gobierno de coalición. Pero en el fondo lo que hace Rivera es mirar a medio plazo, y ante un proceso destructivo en las filas del Partido Popular, como se produjo en su día tras el fracaso electoral  de Unión de Centro Democrático, se presentaría como el líder no socialista  con más proyección para poder hacer frente a Pablo Iglesias en esas terceras elecciones que se vislumbran en el horizonte.

Quedaría una alternativa para evitarlas, la que podríamos llamar “vía italiana”, aunque particularmente tengo escasa confianza en ella. Porque España no es Italia, ni nuestro Rey tiene la misma capacidad de maniobra de un presidente de la República italiano, y estoy pensando en el prestigioso Napolitano que ante el atasco institucional que vivía el país con Berlusconi y sus gondoleros, se sacó de la chistera a un tecnócrata como Monti, que salvó los muebles de la inundación. No veo al Rey, ni creo que se arriesgue, maniobrando como Torcuato Fernández Miranda una solución por encima del PP y el  PSOE, pero lo peor es que tampoco veo que por sí mismos, los partidos constitucionalistas lleguen a un pacto para formar un gobierno trasversal que, con una reforma puntual de la Consticuión y algunas medidas inevitables para asegurar el crecimiento de la economía, desate este nudo gordinano. Entre ella estaría poner en marcha el reloj para la formación del nuevo gobierno, que a los padres de la Constitución de 1978 se les olvidó. Aunque sea un sinsentido, si nadie se presenta a la investidura como presidente del Gobierno, porque carece de apoyos suficientes en el parlamento, Rajoy podría seguir en funciones tres años más a base de prorrogar el actual presupuesto, y tener que aplicar las leyes que un parlamento dominado por la oposición le enviara. ¡Todo un disparate!

Situación a la que nos ha llevado la Ley de Hont, que es sencillamente diabólica cuando entran en liza más de dos partidos. Nunca como ahora echo tan en falta los distritos uninominales británicos, que no atan de pies y manos a los parlamentarios, o por lo menos el sistema francés que en la segunda vuelta permite a la formación ganadora contar con una mayoría suficiente para gobernar el estado, la región o el ayuntamiento. En España, lo que elegimos el día 20 es a unos parlamentarios  que se podrían pasar meses  de postureo haciendo como  si quisieran gobernar, pero al final el que sigue en el día a día es un presidente en funciones, que está atado de pies y manos a un parlamento de la oposición, y que, puede, que ni tan siquiera sea ya el líder de su propio partido. ¡Nuestra ley electoral hace aguas, sí!

No me gusta nada de lo que he escrito hasta ahora, y me complacería equivocarme y  que los resultados del domingo desmintieran en lo esencial estos presagios. ¡Y que España pudiera formar un gobierno responsable y que se pusiera a trabajar desde el primer día, no dentro de cinco meses, en reformas constructivas para que nuestra economía no se frene otra vez, y sea capaz de generar un empleo de mayor calidad , que evite el adelgazamiento progresivo de nuestras clases medias, que siempre está detrás de cualquier brote populista! Como la historia nos enseña. Pero esto es lo que hay.

P.D. Les copio los últimos sondeos para que se hagan su composición de lugar.

Guadalajara Diario:  PP, 122-125; PSOE, 79-82; UP, 87-89; C’s, 36-38.

El País: 113-116; PSOE, 78-85; UP, 92-95; C’s, 37-41.

ABC: PP, 121-124; PSOE, 80-83; UP, 86-92; C’s, 38-40.

El Mundo: 124-129; 73-78; UP,  86-92; C’s, 35-40.

El Periódico: PP, 114-118; PSOE, 80-84; UP, 84-88; C,s 40-44.

Radiografía del 26-J desde Guadalajara

Un sondeo bien hecho es solo una fotografía que retrata cuál es el estado de ánimo y las preferencias electorales en la fecha en que este se lleva a cabo. Y el realizado por S y M  Consulting en exclusiva para Guadalajara Diario, y que ayer comenzamos a publicar, lo que nos informa es que antes del comienzo de la campaña electoral (días 1 y 2 de junio)  el PP no recuperará el segundo diputado; que Unidos Podemos logra superar al PSOE (el famoso “sorpasso” que Anguita“todos somos comunistas”- que jamás logró ante el socialdemócrata Felipe González), aunque los socialistas conservarían el escaño; y que Ciudadanos perdería su representación que apenas le ha durado cinco meses. Esta es la foto electoral  de la provincia de Guadalajara, insisto, anterior  al inicio de campaña. ¿Variará en algo la fotografía en los próximos 15 días, y fundamentalmente tras el único debate a cuatro que mantendrán los cuatro candidatos el lunes? Aunque los analistas se inclinan a  que las tendencias empiezan a consolidarse, dado que por la Ley Hont se van a ventilar los últimos escaños por márgenes muy cortos, yo me inclino por la prudencia y no descarto algunas novedades. Aunque pocas.

De momento, las cosas están así.

El Partido Popular se ve favorecido en Guadalajara (una provincia sociológicamente de centro-derecha, aunque ya menos) por la bipolarización del electorado con dos  formaciones, situadas en los extremos, que se beneficiarían de ese voto útil. A la derecha estarían los populares, que tras los malos resultados  del 20-D  (los peores de la historia del PP en Guadalajara), crece cuatro puntos en la intención de voto y 4.368 sufragios.  Y eso a pesar de mantener una candidatura que carece de tirón popular, y no utilizar a las locomotoras  del partido en la provincia, sus candidatos con más proyección pública. Antonio Román, aunque se lo propusieron, prefirió quedarse en el Ayuntamiento, y Cospedal no quiere sacar a Ana Guarinos de la presidencia del Grupo Parlamentario en las Cortes regionales. El objetivo del PP es arañar esos 3.218 votos que le separarían de ese segundo escaño, y que por el “sorpasso” de Unidos Podemos,  disputa al Partido Socialista. Y eso se logra de tres maneras: pescando en el porcentaje de indecisos (un 30 % según nuestro sondeo); beneficiarsee del voto útil que se aprecia  entre los electores que son simpatizantes de Ciudadanos y  que no revelan lo que van a a hacer en estas elecciones ( hay un 52% de ns/nc); o aprovechar un arañazo mayor de Unidos Podemos en el granero de votos del Partido Socialista. Que cosas de las leyes electorales: le vendría bien al PP.

A mí me cuesta creer que el PSOE, un histórico partido socialdemócrata con notable implantación en la provincia, pudiera perder su representación en Guadalajara cuando gobierna en más de la mitad de sus ayuntamientos y en la Junta de Comunidades.  Pero no oculto que el colchón que le queda, esos 3.128 sufragios que le separan del segundo diputado del PP es  para no fiarse. Supongo que estos y otros sondeos que se van conociendo harán reaccionar al PSOE, que ahora parece perdido en tierra de nadie, con un líder, Pedro Sánchez,  que no ha sido capaz de transmitir que puede ganar estas elecciones (es decir, encabezar un futuro gobierno de coalición) y de hacer valer la alternativa socialdemócrata sobre ese populismo de Ikea que le ha salido por la izquierda, y que visto el programa que nos enseñó la señora Bescansa es más difícil de montar que sus muebles.

Unidos Podemos es el otro gran beneficiado por la bipolarización del electorado en la provincia. Sus partidarios no le pasan factura sobre sus incoherencias, unas veces abrazando las viejas banderas comunistas, y otras como trasunto renovador de la socialdemocracia de la que estarían orgullosos los mismísimos Marx y Engels, se supone porque de jóvenes militaron en ella. Se prescinde  de lo que pasó después.  Pero ese ejercicio transformista del líder de Podemos, Pablo Iglesias,  no le está provocando desgaste, sino que incluso le está valiendo para pescar en todas las aguas. En Guadalajara, logran sumar el voto comunista, que siempre ha sido fiel elección tras elección -aunque el sondeo detecta un malestar notable por la elección de un candidato ajeno a esta provincia- a los sufragios que ya Podemos logró el 20-D; e incluso tiene una propina de de 1.552 votos más según la proyección que hace  S y M Consulting. Así que pocas bromas. Su escaño por Guadalajara está asegurado y o mucho cambian las cosas en los próximos 15 días o  también habrá sorpasso. Eso significaría, probablemente, que el número 1 de la lista en el senado por Unidos Podemos, Begoña Rojas Guitérrez, sería el cuarto senador por Guadalajara en detrimento de la candidata socialista, Riansares Serrano, la respetada archivera que bajó a la arena política hace apenas cinco meses. Un chasco.

El sondeo detecta también un serio problema  para los socialistas. Han perdido mayoritariamente el voto en favor de Unidos Podemos  entre la población joven hasta el punto de que los que les siguen votando lo ocultan. (No se entendería de otra manera que nadie de los encuestados reconozca que votaría al PSOE el 26 de junio entre 18 a 29 años).  Los socialistas solo mantienen el tipo entre la población de 45 a 65 años. El dato más preocupante es que hasta un 25% su potencial electorado podría votar a Unidos Podemos.

Pocas como esta vez el  factor generacional ha tenido tanta importancia en las encuestas. Los más jóvenes, los peores tratados por la crisis, porque o se les ha negado el empleo o el que se les ha ofrecido es de escasa calidad, castigan duro a los partidos tradicionales y optan por los emergentes, y especialmente por el canto de sirena de los populistas. Es significativo que el 34,4% de los potenciales votantes de UP en Guadalajara tengan de 18 a 29 años y el 27,3% de 30 a 44 años.  Por contra, el 61,5% de los jubilados  que votarán en Guadalajara el 26-J lo harían por el Partido Popular. Un dato para reflexionar sobre la media de edad de algunas candidaturas y de la necesidad de la profunda renovación que necesitan los partidos políticos tradicionales para lavar por dentro las manchas de corrupción.

Dejo para el final a Ciudadanos, que tanto en nuestro sondeo como el del CIS queda fuera en el reparto de escaños con lo que Ornela de Miguel podría convertirse  en la diputada más breve de la historia de Guadalajara. Al partido de Rivera no le viene bien esta bipolarización que se irá ampliando a medida que entremos en campaña, lo que podría debilitarlo ante su electorado por la utilidad de su voto en provincias, como Guadalajara, en la que se ventilan pocos escaños. Y eso se devela en nuestra encuesta, porque es la formación que más reservas tienen sus simpatizantes en reconocer  el destino final de su voto: un 52% no se manifiesta sobre lo que hará. También les perjudica que en las provincias pequeñas, al haber conseguido el último diputado en los restos, el crecimiento de Unimos Podemos sería a costa suya. Esta es la explicación a la pérdida de 2 escaños en Castilla-La Mancha. Aunque insisto: cualquier sondeo es la foto del día en que este se realiza, pero al final solo cuenta lo que ustedes y yo hagamos el 26.

P.D. Dejo para otro día el comentario a los diabólicos resultados que el sondeo del CIS nos ha ofrecido cuando escribía este artículo. A bote pronto: en este país las convocatorias electorales parece que se rigen por la Ley de Murphy. Ya les contaré. Esto es lo que hay.

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