Comité Federal elige entre susto o muerte

 

El Comité Federal del PSOE que se celebrará el próximo sábado, posiblemente sea el más trascendente, y el más desagradable, de su historia reciente. Haga lo que haga, no dejará contento a medio partido, porque este es el peor legado que la etapa de Pedro Sánchez ha dejado al Partido Socialista. Por no reconocer la derrota en las dos últimas elecciones celebradas, y enhebrar una estrategia para la regeneración del partido, no hizo nada y al final el PSOE está  más dividido que nunca.  Y ahora el Comité Federal deberá elegir entre susto y muerte, en su particular Halloween.

Porque susto es para cuadros, militancia y cuerpo electoral, permitir con la abstención  que gobierne Rajoy, y sobre todo cuando solo ha habido una estrategia, tratar de impedirlo a toda costa, y ni los barones más críticos con Sánchez han hecho la menor pedagogía sobre los beneficios que reportaría, para España y el PSOE,  desbloquear una situación que nos llevaría a un año sin gobierno. Tal ha sido el escaqueo de los barones críticos, que aunque tienen el susto metido en el cuerpo, ninguno ha tenido la suficiente capacidad de liderazgo para hablar con claridad a la militancia, como lo hizo Felipe González en el famoso congreso  en el que reconvirtió al PSOE en un partido socialdemócrata, y explicarles que la abstención no es un sí a Rajoy, sino un voto resignado  a que el Partido Socialista no desaparezca como alternativa de Gobierno en unas posibles elecciones el 18/25 de diciembre, y se convierta en un apéndice residual  del populismo neocomunista.  Porque aunque vayan muy mal las cosas, y Rajoy tuviera que disolver en junio de 2017, porque no fuera capaz de aprobar los presupuestos, el  PSOE por lo menos tendría la oportunidad de celebrar un congreso y unas primarias y medio año para tomar aire. Este es el susto…

…Porque la muerte significaría mantener el  “No es no”,  y agarrarse a los sillones que flotarían tras el naufragio de unas  elecciones navideñas en las que los sondeos conocidos, el último de Metroscopia este fin de semana,  nos avanzan que el PSOE podría caer del 22,7% del 26-J al 18%,  ser sobrepasado por Unidos Podemos y previsiblemente ver como se esfuman en los restos de la ley de Hondt más de quince diputados. Correría riesgo hasta el escaño de Bellido en Guadalajara. Mientras tanto, el PP, con un candidato mal visto por la opinión pública, subiría casi cuatro puntos, del 33% al 37,8%, lo que  le pondría al borde de la mayoría absoluta, que en cualquier caso podría negociar con Ciudadanos, que también baja: del 13,1 al 11,6. Podemos parece que ha tocado techo o casi.

Esta sería la muerte para el Partido Socialista, y seguramente la ruptura definitiva del mismo. Mi impresión es que en el Comité Federal no habrá orden de saltar a la pira como en un entierro indio, sino que buscarán la solución menos mala posible. La abstención técnica, que 12 diputados socialista asignados por el partido se vayan al baño durante la votación, es una chapuza, y como estética se asemeja a la boñiga de una vaca.

Pero es que la política, como nos enseñó Andreotti,  se practica en los fangales. Y una abstención técnica podría evitar que el PSOE escenificase en 3-D en lo que se ha convertido. Un partido dividido en el que cualquier barón cree estar por encima del Comité Federal. Como paladinamente ha recocido Miquel Iceta, el menguante secretario general del menguado PSC.

Así que no lo descarten, y que Rajoy salga elegido presidente en medio de un vodevil de Mihura en el que van entrando  unos y otros, y al final no hay manera de saber quién fue el asesino.

Pero esto es lo que hay. Como decía el dramaturgo  en las comedias escritas en colaboración, como los paseos en tándem, uno de los ciclistas suda por el otro, el cual, sin que nadie se entere, lo único que hace es dejarse llevar amablemente.

 

 

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