Del 18 de brumario a  Santa Elena, ascensión  y caída del Deportivo

Del cielo al infierno. Del blanco al negro. De la gloria a la miseria más absoluta. Del emperador que conquistó Europa a Waterloo y su  último destierro en  una diminuta isla en la mitad del Atlántico, Santa Elena… A menudo la historia es así de caprichosa. Mismamente, en el Deportivo Guadalajara. Germán Retuerta fue el mejor presidente de la historia del club morado, al que llevó  a la segunda división en la temporada 2011-2012, dirigidos por un visionario vizcaíno llamado Carlos Terrazas;  y es el mismo que ocho años después es depuesto por orden judicial, con el club en concurso de acreedores,  al borde de la quiebra y de su liquidación, si no llega dinero fresco  en los próximos meses.  El mejor y el peor presidente de la historia del Guadalajara son una misma persona.

Tras su particular 18 de brumario en Anduva, Retuerta tuvo su fracasada  batalla de Leipzig en una chapucera  ampliación de capital (meto un dinero y a los pocos días lo saco),  que arruinó dos temporadas de notable éxito deportivo en segunda división, y  que acabaron con el descenso administrativo del equipo. Retuerta perdió, primero, ante la justicia deportiva y luego ante la ordinaria, y el Guadalajara regresó a la segunda división B en la temporada 2013-14. Fue entonces cuando recibió alguna  propuesta de venta del club por unos tres millones de euros, pero él se descolgó con que quería más, un millón por temporada de su vida dedicada al Deportivo Guadalajara (y nadie le puede discutir que más allá de sus errores, a él se dedicó en cuerpo y alma); y a partir de entonces empezó una huida hacia adelante que terminó con su particular  Waterloo en el descenso a tercera en la temporada 2015-16, que ni el mediático David Vidal pudo parar. Entre medias, una historia de sinsabores e impagos que originaron una gran bola de deudas  que han terminado con las acciones de Retuerta en manos de prestamistas, hasta el punto de que solo ahora nos hemos enterado por los administradores judiciales de que al día de hoy ya no es el propietario del club e incluso de que no tiene una sola acción. A finales de la pasada semana, Retuerta marchó hacia su isla de Santa Elena, al exilio del Escartín, por una providencia judicial que le prohíbe el paso a las oficinas y le ordena devolver las llaves a los administradores . De aquel Retuerta que entró en Guadalajara  en autobús descubierto el 28 de junio de 2011 como primer cónsul del deportivismo al desposeído presidente que se sentó, él solo, en la inmensidad de una grada vacía, la que se levantó tras el ascenso a segunda, apenas van siete años. ¡Que perra es la vida cuando todo lo susceptible de empeorar empeora!

Queda por saber el final de esta historia. La tarea de los administradores es llevar el concurso a buen puerto, que los deudores cobren lo que puedan, y que al mismo tiempo el Club Deportivo Guadalajara no termine disuelto tras 71 años de historia. El reto es complicado. Por los administradores apenas sabemos que el titular de las acciones que perdió Retuerta,y  cuya identidad no han desvelado, quiere venderlas  cuanto antes. Pero para que alguien pueda vender, se necesitan compradores. Y para facilitar esa venta, lo mejor es que el concurso se resuelva cuanto antes y se emita el preceptivo informe provisional con el diagnóstico de la situación del club, que al decir de los administradores se está retrasando más de lo debido porque el  ex presidente tarda en facilitar los papeles que se le requieren y han tenido que pedir auxilio judicial. No es tarea fácil que algún empresario se meta en un negocio del que se desconocen las grandes cifras de su contabilidad: parece que el pasivo puede estar en unos 1,6 millones de euros y del activo mejor  no hablamos, porque el campo es municipal y cualquier mejora allí realizada es patrimonio del Ayuntamiento. Quedan pendiente, además, las investigaciones por no haber liquidado unos 900.000 euros de IVA en las temporadas 2012 y 2013, cuando se bajó a segunda B, y ya veremos si  cuando se complete el informe judicial no se descubren nuevos ilícitos penales. Un panorama inquietante, que ojalá no desanime a futuros inversores, que algún día estuvieron interesados por un equipo de fútbol con 71 años de historia ( 2 en segunda, 7 en segunda B, 49 en tercera, 4 en preferente y 8 en primera regional) de una capital de provincia de tamaño medio, al lado de Madrid, con una población  similar a algunos equipos de primera (Villarreal Girona) y a la mayoría de los de segunda.Una sociedad que es ahora propiedad de un prestamista del que desconocemos el nombre y con unos administradores  que solo tienen garantizado el  pago de la plantilla en febrero, aunque la temporada llega hasta junio y hay unos compromisos con unos jugadores que siguen luchando por las plazas del play-off de ascenso. Unos héroes.

Esto es lo que nos deja el deporte rey en una ciudad que este año es la capital europea del deporte. ¡Que feo!

Ya sabemos que Napoleón nunca salió de la isla de Santa Elena…, pero también que la esperanza es lo último que se pierde.  Así que es esto es lo que hay.

 

Foto: manifestación contra el descenso administrativo del  Deportivo en donde se puede ver a Germán Retuerta y a Carlos Terrazas. 

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