El ruinoso edificio del Bar Soria, en la esquina entre las calles Teniente Figueroa y Miguel Fluiters, será el próximo inmueble que tenga autorización del Ayuntamiento para ser derribado. Los socialistas advierten de que hay más de sesenta expedientes de ruina esperando.
- REPORTAJE: El Casco histórico: en busca del alma perdida.
CARNICERO: “No es por capricho, sino una obligación derivada de la situación del inmueble”.
Lo ha dado a conocer el concejal socialista Manuel Granado, quien también ha informado de que en estos momentos el equipo de Gobierno tiene abiertos más de 60 expedientes de declaración de ruina, de los que 20 han acabado en derribo durante los últimos cuatro años y 41 están pendientes de seguir los mismos pasos.
Granado ha llamado la atención sobre el hecho de que “en los últimos cuatro años se han producido 20 derribos sin estar cerrados los expedientes, lo que indica que el alcalde ha hecho de su capa un sayo para abrir agujeros en pleno casco histórico sin importarle nada”. A este respecto, y a pregunta de los medios de comunicación, el concejal del PSOE ha aclarado que “quien tiene la responsabilidad de tramitar los expedientes y dar la licencia de derribo es el Ayuntamiento, mientras que la Junta de Comunidades tiene la firma para, si hay algún resto arqueológico, informar para que se paralice la obra y ese resto arqueológico se salve”.
El expediente del Bar Soria, en ruina desde 2013
En el caso concreto del edificio del Bar Soria, el edil socialista ha precisado también que está declarado en ruina desde finales de 2013, lo que significa que “haberlo tenido dos años sin actuar sobre él en ningún sentido, ha sido correr un riesgo para la ciudadanía de Guadalajara, y si se va a derribar ahora da a entender que a lo mejor el alcalde lo ha tenido paralizado hasta que pasaran las elecciones, porque temía que un agujero enfrente de la Iglesia de Santiago, en el corazón del casco histórico, podía dañar sus perspectivas electorales”.
Granado ha repartido responsabilidades por las declaraciones de ruina y derribos de edificios en el casco histórico entre sus propietarios privados y el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Guadalajara: “en el caso del Bar Soria, volvemos a ver la técnica de las ventanas abiertas, que se repite en otros inmuebles, algo que está consintiendo el Ayuntamiento para que pasen las palomas y la humedad y se acelere el deterioro y la consiguiente declaración de ruina”, ha señalado, precisando que “el Ayuntamiento tiene instrumentos para vigilar y multar, con el fin de que esto no ocurra, pero no lo está haciendo”.
El plan anunciado para el casco histórico “no es serio”.
El concejal socialista acusa de "desidia" a Román por descuidar el casco histórico de Guadalajara hasta llevarlo a la situación actual de destrucción y proliferación de solares y ha pedido que “se tomen en serio este tema, porque el reciente anuncio del equipo de Gobierno de elaborar un documento para revitalizar el casco no es serio”.
Manuel Granado se refería a que “cambiar la dinámica de destrucción que sufre el casco histórico de Guadalajara no se logra con escribir un documento en dos meses y medio”, sino que “es necesario sentarse con asociaciones culturales y comerciales, poner el documento en común con todas las capas sociales, culturales y económicas de la ciudad, y también con las formaciones políticas, y eso es algo que el equipo de Román no está haciendo”.
Ha puesto como ejemplo de esta afirmación que “ese documento que el equipo de Román dice querer tener listo para enero de 2016 todavía no se le ha presentado al Grupo Municipal Socialista, con lo que teniendo en cuenta que faltan menos de dos meses y medio para esa fecha, parece que no quieren recibir ninguna aportación”.