Los voluntarios son una parte fundamental del Maratón. Hay más de 250. Foto: Maxi García Fernández La cuenta atrás para el Maratón de Cuentos de Guadalajara ha comenzado. En apenas unos días volveremos a ver los toldos de colores decorando la parte baja de la calle Mayor, y a los operarios montando escenarios e infraestructura. Es la recta final.

 La puesta en escena, que se iniciará el próximo viernes 17 de junio, pero el Maratón lleva mucho trabajo detrás. Una maquinaria perfectamente engrasada que empieza a preparar cada nueva edición apenas una semana después de que se diga el último “colorín colorado” en el Patio de los Leones del Infantado. 

Una semana de descanso. Ese es el margen que los organizadores del Maratón de Cuentos se dan para empezar a preparar el del año siguiente. Con la cabeza llena de imágenes de la última edición y el corazón lleno de recuerdos, siete días después de finalizar el Maratón celebran el primer encuentro. Una reunión que les sirve para evaluar qué ha estado bien y qué ha estado mal. “Anotamos todo lo que consideramos importante- dice Blanca Calvo- presidenta del Seminario de Literatura Infantil y la cara más visible del Maratón-  Y hacemos un informe que nos sirve de base para cambiar lo que no nos ha gustado. Ese informe, hecho en caliente, meses después nos ayuda a recordar qué hay que cambiar.”

Una vez hecho el informe ya no hay más actividad hasta noviembre. Momento en el que la maquinaria vuelve a engrasarse. Lo más urgente es decidir cuál será el tema central del Maratón. 

Blanca Calvo y Gloria Márquez, presidenta y vicepresidenta del Seminario de Literatura Infantil, que organiza el Maratón, en la presentación de esta edición, que coincide con el 25 aniversario de su creación.Llenarlo de contenido

Y a partir de ahí empieza el trabajo continuado. De ello se ocupa el núcleo duro del Maratón, un grupo de unas 20 personas, todas ellas miembros del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil, que son las que toman las decisiones. Algunas de ellas ni siquiera viven en España. Es el caso de Vera Oliveira, bibliotecaria portuguesa, o Marilena Cortesini… que, sin embargo, participan activamente a través del correo electrónico.

Son momentos de mucho trabajo: de investigación, de búsqueda de información y de intentar encontrar ideas frescas, nuevas tendencias. En eso juegan un papel fundamental las nuevas incorporaciones que se han producido en el Seminario y que han permitido rejuvenecer ese núcleo duro de trabajo.

 “Es algo que nos preocupaba- asegura Blanca Calvo- porque la media de edad era de más de 50 ó 60 años, pero ahora ha entrado gente de 30 y 40. Eso de cara a la continuidad del Maratón es importante”.

Un momento del montaje de la decoración. Ahora es la Escuela de Arte la que prepara el diseño./ Foto: Maxi García Fernández. Después, en diciembre, según el tema elegido, se empieza a contactar con aquellos narradores especializados que, por su técnica o experiencia, pueden aportar nuevos aires a los profesionales de la narración oral y al propio Maratón de Cuentos. Este año el tema central será la poesía y por eso se ha buscado narradores que manejan como nadie la capacidad de expresarse en verso.

Entre los invitados del Festival de Narración Oral de esta edición se encuentran Frank T, un rapero que ofrecerá una sesión de hip-hop con algunos de sus trabajos o  Andoni Egaña,  un bertsolari capaz de improvisar poesía en euskera que será traducida al castellano o el poeta rapero Rayden. Nuevas formas de narrar que se podrán disfrutar en el Teatro Moderno el sábado por la tarde.

La puesta en escena

De forma paralela a la búsqueda de contenido se va organizando todo lo relacionado con la decoración. Un asunto que actualmente está en manos de la Escuela de Arte de Guadalajara aunque sus inicio fueron muy distintos. “En la decoración hemos tenido dos etapas- señala Blanca Calvo- Durante muchos años decoraba Susa Ibañez, una gran profesional que ha hecho muchas escenografías en teatro en Madrid. Ella fue la que dio la poesía inicial al maratón, y la que la mantuvo durante más de diez años”.

Fue la que hizo la Rapunzel de la trenza que todos conocemos.

Asegura Blanca Calvo que esa fue la época más trabajosa porque aunque tenía ayudantes, Susa Ibañez era la que tenía que hacer el montaje. Tras su marcha de Guadalajara llegaron nuevas decoradoras y nuevas ideas… Laura Pedrosa, Tania Castellano, María de Lucas, Elena Revuelta… “y la verdad es que todas estaban bastante influidas por la estilo de Susa- recuerda Blanca- Eso fue la primera etapa”.

La mesa desde la que se controla quién cuenta en el escenario principal. Foto: Juan Carlos Aragonés.Después Elena de la Cruz, profesora de decoración de la Escuela de Arte de Guadalajara, y actual consejera de Fomento de la Junta de Castilla-La Mancha, se ofreció a llevar a cabo el proyecto. A principio de curso ponía como trabajo a sus alumnos elaboran un proyecto de decoración para el Maratón. Los alumnos diseñan el proyecto y lo presentan al Seminario como si fueran unos clientes. “Y lo hacemos así. Su idea era y es magnífica -reconoce Blanca Calvo-  Al comienzo de curso les comunicamos el tema elegido para el Maratón y diseñan una decoración para él. En febrero o marzo vamos a la Escuela y nos hacen la presentación con unos programas que nos dejan impresionados. Lo hacen muy bonito. Después el Seminario hace una reunión y elegimos. Aunque sólo sale adelante un proyecto el resto de alumnos también colabora para ponerlo en marcha”.

En el desarrollo del proyecto de decoración intervienen los alumnos y también una empresa que se encarga de aquellas cosas que ellos no pueden hacer. “Básicamente del montaje: ponen la estructura de hierro, los cables de donde se cuelgan las telas, lo que se necesita en el escenario… y los alumnos también están ahí haciendo cosas. Este año el proyecto que ha ganado está basado en bombillas rellenas de cosas de colores. Además coincidió que estaban cambiando las bombillas del alumbrado público en Guadalajara y llamamos al Ayuntamiento y les han enviado 200 bombillas que servirán para este fin”- remata Blanca Calvo. 

El control del sonido, un tema en el que no se puede fallar. Foto: Juan Carlos Aragonés. El rompecabezas del presupuesto

La organización del Maratón supone también un encaje de bolillos en el tema económico. Esta edición cuenta con un presupuesto de 84.000 euros, dinero que sale de distintas instituciones. El Ayuntamiento de Guadalajara subvenciona con 74.000 euros al Seminario de Literatura Infantil y de esa cantidad 50.000 euros son para el Maratón, la Diputación de Guadalajara aporta 2.500 euros y el Ministerio de Cultura 10.000 euros a través de diversas subvenciones. La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha no aporta ninguna cantidad desde el año 2010. Antes subvencionaban al Maratón con 25.000 euros pero la crisis y los recortes hicieron que esa inyección económica desapareciese. Un descenso que desde el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil fueron supliendo con subvenciones llegadas de proyectos europeos. Un ejemplo es la que se ha aprobado este año, un proyecto cuyo presupuesto se dedica en su mayor parte al Maratón.

Un momento del maratón. Niños y padres, juntos. /Archivo GD.Porque también hay muchos gastos. “A la gente que viene le tenemos que pagar. Cuando hablamos del presupuesto del Maratón parece que es mucho pero en realidad sólo por abrir la puerta del Palacio ya tenemos gastos: hay que pagar un buen equipo de música, las luces, la estructura metálica, los escenarios de la calle… La mayor parte del gasto se lo llevan las instalaciones y tienen que ser buenas porque el sonido no puede ser malo, la decoración tiene su coste aunque la colaboración de la Escuela de Arte es muy importante…”-admite la presidenta del Seminario.

El siguiente gasto son las nóminas, el alojamiento y las comidas que se pagan a los contadores invitados. “Este año vamos tener muchos visitantes y hay que tenerlo en cuenta. El proyecto europeo nos obliga a detallar cuánto nos vamos a gastar en transporte, cuánto en comidas… Ponemos una media de 300 euros por el viaje de cada persona”. También hay que pagar su caché por trabajar en el Maratón. Los honorarios más altos por narrar están en 500 euros. “Algunos tienen un caché más alto de lo que podemos gastar pero negociamos y casi siempre conseguimos llegar a un acuerdo”. Este año cobrarán unas 45 personas.

Además hay que hacer frente a los alojamientos. Unas 70 personas en esta edición.

Por eso ese fin de semana de junio el hotel España suele ser exclusivo para el Maratón, además tienen algunas habitaciones reservadas en el hotel AC. “Elegimos hoteles lo más cercano posible al Palacio del Infantado porque a los profesionales, que a veces cuentan a horas intempestivas, les tenemos que dar comodidad. Este año hemos pedido también habitaciones a las residencias de estudiantes porque como es el 25 aniversario queremos invitar a narradores para que estén con nosotros, queremos compartir este momento y aunque no les podemos pagar el viaje por lo menos hay que poner a su disposición un alojamiento”. El precio del alojamiento es lo que establece cada hotel pero al ser reservas de grupos se suelen hacer descuentos sobre la tarifa normal.

En cuanto a las comidas se recurre a la Residencia de Los Guzmán donde el cubierto ronda los 6 euros.

Uno de los principales valores del Maratón es el voluntariado, un trabajo muy elogiado por los organizadores al que alguna vez se ha puesto cifra económica. “ A veces para demostrar que el Maratón es un evento fuerte y que se merece la subvención que estamos solicitando cuantificamos el trabajo de los voluntarios”- reconoce Blanca Calvo-. Ponen, tirando por lo bajo, una cantidad de 25 euros al día por tres días de Maratón. Eso multiplicado por los 250 voluntarios da un coste de más de 18.000 euros. “Es una cantidad bárbara. Si tuviéramos que hacer frente a ese gasto se multiplicaría por mucho el coste del Maratón”- señala Blanca Calvo.

Voluntarios en el maratón de radio, en el de ilustración, en el de fotografía, en la organización, en la decoración… Muchas manos, mucha dedicación y mucho entusiasmo que han traído al Maratón hasta el punto donde se encuentra.

A punto de cumplir las bodas de plata.