Dos de los acreedores de Avicu, Cerquia Urbania y DSM Nutricional, han solicitado hoy en el juzgado que se declare incumplido el convenio al no haberse realizado el pago a los acreedores y en consecuencia solicitaron que se liquide la empresa y se vendan sus bienes.

 El principal dueño de Avicu, Jesús Saboya, no se presentó esta mañana en el Juzgado en donde se celebró el juicio por la reclamación de una deuda de tres millones de euros, aunque su abogado dijo a la jueza que su cliente está dispuesto a pagar todo lo que debe.

Por otro lado, en la calle se produjo una concentración de ex trabajadores de Avicu en demanda del pago de las deudas. Un portavoz declaró a GuadalajaraDiario que también ellos son favorables a que la jueza tome una decisión de una vez y que al haberse incumplido el convenio también son partidarios de la liquidación de Avicu y de la venta de sus bienes con el objeto de cobrar por lo menos una parte.

 La vista oral por el proceso que se sigue contra Jesús Saboya por incumplimiento del convenio de AVICU y del plan de pago a acreedores se ha celebrado esta mañana en el Juzgado de 1ª Instancia nº 4 y de lo Mercantil de Guadalajara.  

Según ha podido saber GD, no han comparecido ni Jesús Saboya como representante de AVICU, ni su hermano Francisco Javier Saboya en representación de Martinher (empresa garante del convenio), ni los apoderados de Crown Financial Merchant Bank (también garantes del convenio a través de la empresa Martinher).

Por su lado, los abogados de las dos empresas demandantes, Cerquia Urbania y DSM Nutritional, solicitaron cuatro cosas a la jueza: Que se declare incumplido el convenio al no haberse realizado el pago a los acreedores. A continuación, la apertura de la fase de liquidación de la empresa y la venta de sus bienes para el pago a los acreedores. En tercer lugar,la salida de Jesús Saboya como administrador de la empresa y que se reanude la administración concursal.

Por último, los representantes legales de esta empresas estiman que se debería ir a la apertura de la fase de
calificación del concurso para que Jesús Saboya sea declarado culpable y se le condene a las responsabilidades que procedan, lógicamente si el juez estima que existen esas responsabilidades.

Ante la ausencia de Saboya y su hermano, fue su abogado el que hizo de portavoz y dijo que sus clientes pagarán todo lo que se debe y que si no han comparecido ante el juzgado es porque el empresario está fuera de España.

Por su parte, los demadantes expusieron su convencimiento ante la jueza de que el empresario “nunca ha querido cumplir el convenio y se ha dedicado a articular una serie de actuaciones de dudosa legalidad para alargar el procedimiento sin voluntad alguna de pagar sus deudas”.

El juicio ha quedado visto para sentencia.

Incumplimientos

Las garantías de cumplimiento del convenio provenían de la sociedad que dispone de la mayoría accionarial en Avicu, Martinher, cuyos administradores son Jesús Saboya y su hermano Francisco Javier Saboya. Esta firma se comprometió a aportar liquidez para el pago de las deudas concursales por un importe de 30 millones de euros.

La mitad debería haberla aportado a la entrada en vigor del convenio y el resto en una ampliación de capital posterior. Desde Cerquia han confirmado a GD que Martinher no ha satisfecho ninguno de los dos compromisos. El aval posterior que puso encima de la mesa Crown Financial para cubrir 15 millones de euros tampoco se ejecutó.

En una nota difundida por la propia empresa, Avicu anunció en diciembre de 2012 que había un proyecto, sin citar nombres, para generar “en los próximos meses” entre 1.000 y 2.000 empleos directos e indirectos, aunque no se ha vuelto a saber más de él.

LOS TRABAJADORES TAMBIÉN QUIEREN LA LIQUIDACIÓN

Mientras se celebró el juicio un grupo de ex trabajadores de Avicu se concentraron en la calle a la puerta de la
Audiencia Provincial.

Francisco, que actuó como su portavoz aseguró a GD que a "este señor (por Saboya) le aprobaron el convenio con los créditros contra la masa y lo ha incumplido. La jueza ya tendría que hacer actuado". La demanda de los ex
trabajadores es coincidiente con la de los acreedores que estaban dentro del juzgado: "Queremos que de una
vez se de una solución. Si él puede hacer frente a los créditos, que los pague, coja su empresa y haga con ella lo que quiera. Si la reflota, pues bendito sea. Pero si no hace frente a los créditos de la masa y a los del convenio
aprobado, la jueza tiene que dictar la liquidación de Avicu".

Los trabajadores saben que de esta manera no van a cobrar el 100 por 100 de la deuda, pero si la empresa se liquida por lo menos llegarán al 50, al 40 o al 30 por ciento. Los trabajadores recuerdan que en el convenio los acreedores le admitieron una quita del 33% y se estableció un calendario de pagos, pero "tampoco ha hecho frente a sus obligaciones". Dicen que ha pagado algunas deudas anecdóticas, 300 o 1.000 euros, aunque se debe lo principal.

Avicu tenía cerca de 450 empleasdos cuando cerró y en 2008 se declaró el concurso de acrredores.Los trabajadores tienen una sentencia en firme de 45 días por año trabajado, aunque solo han cobrado la anualidad que les pagó el Fogasa en 2009.