El aire que respira Taracena tiene más polvo en suspensión de lo legalmente autorizado, por lo menos cuando se realizó un estudio ambiental en 2008 que encargó una promotora inmobiliaria y que, por cierto, nunca se llegó a instalar en el pueblo. En algunas zonas estos niveles tolerados se multiplicaron por 10, en otras por 16, y en una tercera casi 400 veces lo permitido en momentos puntuales. Caobar no obstante tiene obligación de hacer sus propias mediciones, que debe trasladar a Medio Ambiente. Nunca han trascendido.
Por otro lado, la Asociación de Afectados por Caobar mantuvo ayer una entrevista con el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, en la que este les comunicó que ha solicitado información sobre la situación de la fábrica a los organismos competentes, y que confía en que todo se pueda arreglar sin perder ningún empleo.
La planta de Taracena, como cualquiera de las de su actividad, tiene obligación de hacer periódicamente sus propios controles medioambientales y comunicarlos a la Delegación de Medio Ambiente, ahora integrada en la consejería de Agricultura. El procedimiento se llama OCA (organización de control autorizado) que distingue entre dos categorías: de emisión y de inmisión (salida de contaminantes del emisor y recepción en el medio ambiente). En un reportaje publicado por la desaparecida revista El Decano en junio de 2009 el entonces delegado de Industria, Energía y Medio Ambiente, admitía que la empresa es diligente en sus controles, aunque no quiso desvelar el resultado de los mismos. Ahora sucede lo mismo.
En consecuencia, el único informe sobre el aire de Taracena que ha trascendido se realizó por una empresa privada AmbiSalud, que realizó mediciones de aire en tres puntos del casco urbano, uno aledaño a Caobar, y otros dos más alejados, para estimar la presencia de partículas de polvo en suspensión y compararlo con las normativas existentes. Se hicieron entre el 1 y el 4 de julio, y eldiagnóstico fue el siguiente: “El resultado obtenido nos indica que los niveles son significativos superando los valores de referencia establecidos por la normativa aplicable”.
Para llegar a este concluyente resultado se tuvieron en cuenta los niveles límite admisibles de concentración que establece la normativa vigente sobre evaluación y gestión de calidad del aire ambiente ( RD 1073/2002). Según esta norma, el valor límite diario para la protección de la salud humana desde el año 2005 es de 0,05 miligramos por metro cúbico de aire, valor que no se puede sobrepasar, hoy, en más de 7 ocasiones por año. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud considera relevantes la contaminación por encima de 0,15 miligramos por metro cúbico.
Según el informe citado, la concentración de partículas media diaria era superior a los niveles admisibles en los tres puntos analizados, en uno de ellos ligeramente (0,051), pero mucho más alta en los otros dos (0,607 y 4,601). Considerando el límite en 0,05, en uno de los puntos se llegó en ocasiones a multiplicar por 10, en otro por 16 y en otro se llegó a casi 400 veces lo permitido, en momentos puntuales. Curiosamente, el punto con más alta concentración fue el más alejado a la planta, lo que no resultó extraño para el técnico que realizó el estudio, puesto esa zona es la que estaba situada a mayor altura. Tampoco le sorprendió a este ingeniero industrial que los valores más altos se dieran por la noche, ya que podría deberse a una mayor emisión o a la actividad atmosférica.
Este mismo técnico reconocía que lo ideal sería realizar una medición a un año completo, aunque podemos suponer que si estos valores detectados se dan a lo largo de las tres jornadas en que se hizo el estudio, “ocurre más veces a lo largo del año”.
Esto es lo que quieren saber la Asociación de Afectados por Caobar, y así se lo han preguntado a la Delegación de Medio Ambiente, que es la que recibe los partes con las mediciones que hace la fábrica. A finales de mes esperan una respuesta y confían que esta vez la investigación se lleve de otra forma: “Fuimos a Medio Ajmbiente y les pregunté yo --dice Ángel Gómez--:”¿Ustedes no avisarán cuándo van?”, y me contestaron que sí avisaba; así que les dije que entonces estaban perdiendo el tiempo”.
Reunión con el alcalde
Por otro lado, hoy los portavoces de esta asociación han sido recibidos por el alcalde, Antonio Román, y otros concejales con competencias en la materia. Los vecinos han valorado “positivamente” la entrevista, y lo que ahora esperan es que se esclarezca lo que está ocurriendo y que se tomen las medidas correctoras lo antes posible, porque “tampoco nosotros queremos que la fábrica cierre, y así se lo hemos dejado claro al alcalde, pero eso no es razón para que alguien resulte envenenado”.
El Ayuntamiento ha trasladado a los afectados que ha pedido información a los cuatro organismos que tienen competencias en la materia: Medio Ambiente, la inspección de Trabajo, Sanidad e Industria y Minas. Les han dicho que en función de esta información obrará en consecuencia y que el Ayuntamiento también quiere que la Ley se cumpla. Empezando porque la licencia de esta instalación data de 1964 cuando empezó a funcionar como lavadero de mineral. Muchas cosas han cambiado en ella desde entonces.
El Ayuntamiento sí tiene competencia en materia de ruidos, otro asunto que está sin resolver a pesar de las denuncias realizadas, como consta en la Policía Local. Hay vecinos en Taracena que se han llegado a gastar hasta 6.000 euros en tratar de aislar la casa. Los ediles reconocieron a los afectados que hay un problema, una normativa que castiga con multas ridículas casos como este, ya que no superan los 60 euros. Parece que es voluntad del ayuntamiento readaptar las ordenanzas para acomodar las infracciones a las multas.