Menos de dos minutos tardaron los toros en realizar el recorrido.
Todo un año preparando los encierros, según la Concejalia de Festejos, y lo único que ha cambiado es que al pobre Aurelio le hacen tirar los cohetes desde un tablón haciendo malabares para no caerse. Con dos minutos de retraso comenzó el primer encierro, dándose la circunstancia de que pese a que se habían lanzado los cohetes hubo que esperar a la autorización de la policía municipal para abrir la puerta.
Una vez solventadas estas vicisitudes, la manada salió con cuentagotas desde los corrales del Parque Sandra encabezados por tres cabestros y luego cuatro toros colorados y dos negros.
Los toros protagonizaron una carrera muy complicada, tanto por su rapidez como por las malas intenciones de los astados que siempre buscaron a los corredores.
La primera parte del encierro lo realizó la manada de forma rápida y estirada buscando siempre a los escasos corredores en la Calle La Carrera. En las curvas de Santo Domingo los bueyes ya dejaron sitio a un toro negro que empezó a buscar a los mozos, hasta que en la Calle Capitán Arenas se arrancó a por uno de los mozos del lado derecho y luego se cruzó a la acera de la izquierda, a la altura del Centro Ibercaja, donde se llevó a un corredor de fea manera dejandole, por segundos, inerte en el suelo. El mozo, sorprendentemente, no necesitó atención de los medios desplazados al encierro, se levantó, dijo que estaba bien y se fue por su propio pie.
La última parte de la carrera hasta la entrada a la plaza fue a gran velocidad con los bueyes por delante y con la manada dejando muy pocos huecos.
Momentos de tensión en la entrada a la Plaza de Las Cruces donde dos mozos cayeron sin que los toros hicieran por ellos. La manada con muchas apreturas entró muy unida en los corales.
Después de ver el encierro queda la duda de cómo han tenido que ser los toros que se rechazaron para que hayan salido estos seis ejemplares al encierro. Una escalera de toros más acorde con una limpieza de corrales que con una corrida preparada con tiempo.
Mucho público en la plaza de toros que estaba practicamente llena y que asistio a la posterior suelta de novillos y vaquillas.
Jaime Hita Cuadrado