Un gran cartel, una buena entrada y una pésima corrida de toros. Roca Rey y Ginés Marín se llevan sendas orejas. Manzanares, casi inédito entre no coger bien los terrenos y unos toros a contra estilo. Mala corrida de El Pilar, que repite el fiasco de pasadas ediciones.
Ficha
Seis de toros de El Pilar (encaste Domecq): Una escalera desde el primero, cinqueño y serio, segundo impresentable, sexto sin hechuras, solo se salvó el quinto de mejor presencia. Muy justos de fuerzas, complicados y reservones en general.
José María Manzanares: gran estocada (escasa petición y silencio); media, estocada tendida y dos descabellos (silencio). Andrés Roca Rey: dos pinchazos, dos medias -aviso-, estocada caída (silencio); estocada y puntillazo (oreja). Gines Marín: estocada tendida -aviso- y puntillazo (oreja); pinchazo, media y casi entera caída (silencio).
Plaza de Toros de Las Cruces, primera de feria. Casi lleno en tarde soleada y muy ventosa. El festejo comenzó con 15 min. de retraso.
Crónica
Si Ginés Marín no hubiera traído de casa las ganas de torear, y encima hubiera escogido los terrenos de forma tan inteligente, y Andrés Roca Rey no hubiera puesto todo de su parte hasta mandar parar el viento en su primero, lo ayer podría haber sido de petardo gordo y encima con Las Cruces casi llena. La principal causa fue la pésima corrida de toros de El Pilar, que después del mal juego que dio el año pasado y de la temporada que lleva, la ponen en Guadalajara el día de más expectación: Es inentendible.
Con estos mimbres Manzanares ha cogido ya camino de perro viejo que sabe que si no va coger presa no merece la pena correr. Mide los esfuerzos y como tiene técnica de sobra, salva la papeleta sin problemas. En su primer toro la faena se fue entre el viento y la justeza de fuerzas del animal, pero dejó una de las mejores estocadas que se verán en la feria. Solo la estocada era merecedora de trofeo, que el público no pidió. En su segundo toro la faena mejoró de mitad en adelante, muy estética, con buenas tandas en el pitón derecho hasta que lo poco que tenía el toro se terminó de agotar.
Roca Rey le pesó en su primero no elegir los terrenos del 1, donde el viento soplaba menos, y esa elección casi le propina algún susto al dejarle el viento al descubierto. Lo mejor fue su inicio de faena, porque incluso el viento paró para dar unas buenas tandas por el pitón derecho y luego hacerle embestir por el izquierdo. Aunque luego la faena se perdió entre el vendaval que empezó a azotar la plaza.
Su segundo toro estaba muy en lo antiguo de Aldenueva, esa ganadería que El Raboso vendía por toros que embestían, pero eso es otra historia muy interesante. Toro cuajado, bien hecho y que tenía muchas teclas para que envistiera y Roca Rey las tocó todas. Destacar esa forma que entendió la embestida, dejándole llegar toreando de medio muletazo hacia delante. Gran actuación del peruano que no tuvo rotundidad en los tendidos, pero sí entre los aficionados. Premio merecido de una oreja que hubiera sido más si lo hubiera matado mejor.
Las ganas y el espíritu lo puso Gines Marín que tuvo el mérito de elegir bien los terrenos y de esa forma se metió en el canasto el tercer toro, cuajando buenas tandas sobre todo por el pitón derecho. La pena es que el toro se terminó pronto. Tras una estocada tendida se llevó una oreja con escasa petición. El sexto toro era impresentable de hechuras, un astado a contra estilo. Mostró buena colocación Marín ante un toro que no se empleó y que nunca quiso romper. Entre lo difícil que se puso el toro y que no estuvo habilidoso con la espada se fue la posibilidad de salir por la puerta grande.
Con lo cuesta llenar una Plaza de Toros, hoy en día no es de recibo echar esa limpieza de corrales infumable.
Jaime Hita Cuadrado