Las ancestrales 'Mascaritas' de Almiruete este sábado

Mascaritas Almiruete recortadaSus blancos atavíos se confundían con la nieve de antaño. Video en el interior

El Carnaval de Almiruete es de los más populares entre los que se celebran el sábado de carnaval. Su escenario, en las faldas delas montañas de la sierra Ocejón, es puramente invernal y el ropaje de Botargas y Mascaritas a tono con el frío al que se acostumbra en cualquier pueblo serrano. Lo habitual a mediados de febrero es que el Ocejón luciera blanco en la cumbre (no este año), por lo que los botargas bajaban del monte entre la nieve, confundiéndose sus trajes blancos con el paisaje.

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El carnaval de Almiruete se remonta a la noche de los tiempos. Entre 1955 y 1964, prácticamente desapareció, cuando en la España franquista se perdió hasta el nombre de Carnaval y se utilizaban eufemismos como el de "Fiestas de Invierno".

Video de cuando las 'Mascaritas' invaden el valle de Almiruete (Yayo Ruiz)

En Almiruete se refugiaron las 'Mascaritas' en las casas y hubo que esperar a la normalización con la democracia, y así, desde 1985 empezó a recuperarse siguiendo los ritos ancestrales que comienzan al inicio de la tarde, cuando una veintena de botargas (tantas como habitantes tiene oficialmente el pueblo, otro de los problemas de la España vaciada) se visten en un lugar del monte que se mantiene en secreto.

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Y a las cuatro, cercana la noche, tras el toque de la cuerna, van bajando por una de las laderas de la sierra ante la admiración de los centenares de personas que siguen la operación desde el pueblo.

Los botargas calzan abarcas y calcetines de lana de oveja, hechos a mano en Almiruete. Unas polainas de cuero de pastor les cubren las piernas. Por encima, calzón blanco. Ambas prendas se visten encima de un pantalón blanco, para protegerse del frío. La camisa es blanca, sin adornos. A la altura de los hombros, lleva flecos rojos de unos veinte centímetros de largo. Una rosa roja, de tela, engalana cada hombro.

Causan especialmente admiración las caretas que cada botarga diseña a su gusto. Suele ser de cartón. En general, los almiruetenses procuran no utilizar plásticos, ni materiales que no estuvieran disponibles en el medio rural de antaño en la confección del disfraz. También puede estar hecha de madera, aprovechando troncos con formas llamativas que luego se pintan de color y se añaden elementos extraños, para causar miedo en la gente. A la cintura va una sarta de cencerros, cuatro o cinco, de 20 a 22 centímetros de largo, que son movidos con sincronía, y no sin esfuerzo porque son unas dos horas las que se pasan recorriendo las calles del pueblo. Primero, los hombres solos y luego con las Mascaritas, las mujeres que se visten en una de las casas del pueblo y que solo ellas saben.

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De pies a cabeza, el disfraz de las mascaritas comienza por unas alpargatas con suela de esparto, hechas de lona blanca, y atadas con cordones de este mismo color, común a todas las prendas de la vestimenta. Las medias, a juego, son de algodón o lana. Las mascaritas llevan unos pololos que confeccionan ellas mismas, decorados con puntillas y otros adornos. La enagua que les cubre hasta los pies es igualmente artesanal, con puntilla y volantes.

El delantal tiene un gran bolsillo delante, y adornos de claveles, rosas u hojas de hiedra, como la enagua, porque soportan bien las temperaturas, y los malos tratos derivados del roce y ajetreo del día. La blusa tiene volantes y puntilla. Van cubiertas con un mantón sobre los hombros, sujeto al pecho con alfileres. El antifaz es un trapo al que se le abren orificios para ojos, nariz y boca, que cada una decora a capricho, con pájaros, flores o plantas, en este caso pintando de colores la tela inmaculada. El sombrero es de paja, tipo segador o de pamela. Se forra con una tela blanca, a juego con el resto del equipamiento, también con puntilla en todo el perímetro del vuelo, una flor en lo alto del sombrero y un lazo que rodea el copete. Las manos de las mascaritas se recubren con guantes para que ni aun así puedan ser reconocidas.

almiruete-grupo-mascaritasEl descenso desde el Ocejón  termina en la plaza de Almiruete.
Los botargas tratan de incordiar arrojando pelusa a los curiosos y las Mascaritas son más delicadas y nos obsequian con confeti. Finalmente, Botargas y Mascaritas pueden quitarse las caretas, mientras comienzan las carreras a ver quién roba el botillo de vino. Hay otros tres personajes más del carnaval, que son el oso, la vaquilla y el domador, aunque no salen todos los años. Y para terminar la fiesta, los almiruetenses comparten con los presentes una barbacoa, en la misma plaza, y los visitantes lo aprovechan para conocer el Museo del Carnaval de Almiruete, algo que no se debería perder cualquier guadalajareño.

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