Villarrobledo, en su visita a La Solana. Foto: CD Marchamalo.Se enfrentaría a gallardos y azudenses en febrero y marzo

Si les ocurre a los profesionales, que no les pasará a los aficionados. Entre la escasez de medios, los grandes sueños, la tardanza de las subvenciones y tantos y tantos avatares los clubes deportivos viven continuamente en un alambre del que algunos terminan cayéndose al abismo.

El último que se tambalea es el CP Villarrobledo, de la Tercera División de fútbol, que necesita de forma imperiosa más de 56.000 euros para no desaparecer. El histórico conjunto albaceteño atraviesa horas críticas, muy críticas.

De momento el equipo no se presentó a su último encuentro, la pasada semana en Villacañas, lo que supuso una sanción de tres puntos. Una segunda incomparecencia, este fin de semana deben desplazarse a Ciudad Real, supondría su expulsión de la competición.

Ante la crítica situación, el pasado lunes el club albaceteño celebraba una asamblea tras la que publicaba una cuenta bancaria para recibir donaciones. En la reunión en la que se tomaba esa decisión un grupo de aficionados sugería que cada club de Tercera donase 180 euros para que el Villarrobledo salvara la temporada. Alguno, como Socuéllamos o Moscardó (2ª RFEF) han respondido  afirmativamente.

En Guadalajara esa llamada de auxilio del club albaceteño no ha tenido mucho eco. Ni Marchamalo ni Azuqueca han querido hacer ningún tipo de declaración sobre este tema que afecta a uno de los clubs de su misma categoría. De momento, el Villarrobledo ha solventando el primer asalto saldando una deuda arbitral de casi 3.200 euros. Sin embargo, la situación continúa siendo crítica.

De continuar en liza (esperemos que sí) el Villarrobledo recibirá al Marchamalo en su casa el próximo 23 de febrero y al Azuqueca, también en su propio estadio, justo un mes más tarde.