Con el pavimento mojado, la lluvia continuaba amenazando el recorrido
Foto: Eduardo Bonilla. Todos pendientes de los cielos en Guadalajara. Porque la amenaza de lluvia era importante para que los pasos de María Santísima Esperanza-Macarena y Jesús de la Salud pudieran procesionar.
Foto: Eduardo Bonilla.
Una de las maniobras ,más difíciles es precisamente la salida de las imágenes desde la iglesia de Santiago ya que hay que solventar el desnivel existente hasta el nivel de calle.
Foto: Eduardo Bonilla.
Tras esta dificultosa salida que tiene desde la parroquia de Santiago, se dirigieron a la calle Sinagoga para hacer su recorrido por el casco antiguo pasando por el Palacio de La Cotilla, el convento de las Carmelitas y regresar a su sede.
Foto: Eduardo Bonilla.
Uno de los tramos más costosos es subir la pronunciada pendiente de la Cuesta de San Miguel hasta la Plaza de Beladíez. El resto ya es cuesta abajo hasta su sede.
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A la altura d ela parroquia de San Nicolás, en el Jardinillo, se procedió a realizar la estación de Penitencia.
La salida tiene especial dificultad, puesto que es la única iglesia que está por debajo del nivel de calle y por tanto los costaleros tienen que salvar las escaleras internas de la parroquia de Santiago, lo que provoca una espectacularidad añadida a la procesión.
Foto: Eduardo Bonilla.
Los pasos del Jesús de la Salud y María Santísima de la Esperanza Macarena fueron acompañados por la Agrupación Musical del Cristo del Amor y de la Paz de Guadalajara y la Banda Municipal de Música 'el Cerro' de Andévalo (Huelva).
Foto: Eduardo Bonilla.
La imagen de la Virgen de la Esperanza-Macarena fue labrada en un taller de Córdoba en 1950 por el maestro Manuel Romero y la restauró Antonio Martínez en 1993.
Foto: Eduardo Bonilla.
Esta cofradía fue impulsada originariamente por los agentes comerciales de Guadalajara cuando superados los años duros de la postguerra, en la década de los cincuenta, se crean varias cofradías para revitalizar la Semana Santa de Guadalajara.
Galería de fotos de Eduardo Bonilla.
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