Este pino umbroso que hoy clarea
-donde ayer su copa altiva enseñoreaba-
una oquedad muestra que golpea
lo que antaño con agrado se miraba.
Rey del soto, en donde hoy planea
la nada, cuando antes tu corona fue fronda brava.
Toldo del cielo, en el cual hoy sólo se vea
la luz directa que en el rostro se nos clava.
¿Cuándo y cómo has perdido la pelea?
Sólo sé que -hiriente como cruenta aldaba-
el claror del sol lacerante ahora golpea
donde ayer el verde toldo de tu alta sombra ondeaba.
Juan Pablo Mañueco
Guadalajara