La delegación de Agricultura de Guadalajara tiene sobre la mesa una nueva petición para instalar una granja porcina de Cincovillas, un pequeño pueblo de la zona de Sigüenza. La granja estaría ubicada a unos mil metros del casco urbano del pueblo, tal y como marca la ley, y tendría capacidad para 3.200 cabezas. La instalación comenzará a funcionar si consigue la declaración de impacto medioambiental necesaria para este tipo de explotaciones.
El empresario que lo solicita, es el mismo que en su día intentó instalar una explotación porcina en Riofrío , un proyecto que contó con una gran oposición. Un año después de aquel intento, que puso en contra de la granja a toda la zona, el empresario ha optado por trasladar esa nueva instalación a Cincovillas, que además es su pueblo natal.
Esta pequeña localidad, que apenas cuenta con 23 personas censadas en el pueblo, tiene desde hace más de 30 años una explotación porcina de unas mil cabezas, ubicada muy cerca del pueblo. Sus dueños son los padres del que solicita la nueva granja. Se da la circunstancia de que el padre y la madre del solicitante son, además, la alcaldesa y el teniente de alcalde del pueblo.
Oposición vecinal
El rechazo social a esta instalación es mayoritaria. Los vecinos de Cincovillas ya rechazaron la instalación de la granja en Riofrío y ahora ven que esa instalación puede llegar a su pueblo.
En Semana Santa se celebró una reunión entre los vecinos del pueblo, muchos de ellos residentes en Madrid, en la que mostraron su oposición a esta explotación. De hecho ya han iniciado una recogida de firmas, han abierto una petición de apoyo en change.org y se han puesto en contacto con la Plataforma de Riofrío y Ecologistas en Acción para solicitarles su ayuda.
El pasado 19 de abril se celebró un pleno en la localidad que estuvo marcado por la tensión. En ese pleno el secretario municipal informó de la situación y señaló que ya se ha mandado el proyecto de la granja a la Diputación Provincial para que lo estudien. Finalmente tendría que ser la consejería de Agricultura y Medio Ambiente quien autorizase la explotación.
Por su parte, Miguel Ángel Serrano, concejal socialista en el Ayuntamiento de Cincovillas, presentó una ordenanza para regular el vertido de purines en el pueblo, propuesta que fue rechazada por los otros dos concejales que forman la corporación: la alcaldesa, María del Carmen Martín, y el teniente de alcalde, José María Barahona.
La oposición vecinal a este tipo de granjas es cada vez mayor debido a la alta demanda de agua que supone y a los desechos que producen. Esos vertidos, llamados purines, habitualmente no se depuran sino que se extienden en los campos colindantes. Según los ecologistas estos purines se filtran en el terreno pudiendo provocar problemas en los cultivos, en las aguas subterráneas y mal olor. En Guadalajara ha habido varios intentos de instalar estas granjas porcinas, junto a la de Riofrío, que ahora se trasladaría a Cincovillas, se encuentran otras como la de Brihuega que también fue rechazada al denegarle el ayuntamiento la licencia municipal para su instalación.