Los contenedores actuales de CN Trillo tienen una vida de 50 años y no valdrían para guardar residuos con miles de años de latencia.
Aquilino Rodríguez, director de CN Trillo, durante la presentación del informe semestral./ GD.
Este mañana se ha presentado en Guadalajara el informe semestral de funcionamiento de la Central Nuclear de Trillo, tiempo en el que ha producido 3.589 GWh, sin ninguna incidencia reseñable. Con posterioridad, el director de la central, Aquilino Rodríguez contestó a las preguntas de los medios informativos sobre algunos temas de actualidad.
Suspensión del ATC.- El nuevo gobierno Sánchez ha suspendido la construcción de Almacén Temporal Centralizado (ATC) de Villar de Cañas, después de que se han pagado 43.000 horas en estudios, lo que tendría una incidencia directa en los almacenes individuales (ATIs), que guardan los residuos de alta actividad hasta su traslado a un ATC. ¿Se puede prescindir de un ATC, si esa fuera la decisión final del gobierno de turno?, preguntó Guadalajara Diario al director de Trillo, quien respondió: “Si, pero si el ATC no se hace los ATIs tienen que ser rediseñados para ampliar su capacidad de almacenamiento”. Esto significaría un cambio radical en la estrategia de almacenamiento de residuos vigente en España, que contempla un almacenamiento temporal antes de su almacanamiento definitivo (AGP). Rodríguez ha confirmado que el ATI de Trillo, que a 30 de junio de 2018 tiene almacenadas 300 toneladas de material nuclear altamente radiactivo, podría acoger hasta 80 contenedores, con lo que no agotaría su capacidad en el periodo de vida de la central, incluso aunque se renovera su licencia a partir de los 40 años. El problema vendría porque hay otras centrales que desbordarían la capacidad en su ATI si no se reanuda la construción del ATC en Villar de Cañas (Cuenca).
Contenedores para 50 años de vida.- El combustible gastado de CN Trillo se guarda en un contenedor DTP con capacidad para 21 elementos combistibles y que van a ser sustituidos por otros más modernos (ENUN 32P) y de mayor capacidad: 32 elementos. Solo que estos contenedores, que estaban pensados para ser trasladados al ATC, tienen una vida de diseño de solo 50 años, mientras que acogen a residuos con miles de años de latencia. Por ello, si finalmente el almacenaje temporal se hiciera en los ATIs, en España, debería redefinirse un nuevo sistema de almacenamiento. El ATI de Zorita se encuentra fuera del emplazamiento de la central, aunque cerca de ella, con lo que su terreno podría ser liberado para otra actividad. En Trillo habría más problemas, porque está dentro del perímetro.
Licencia hasta 2024- La central de Trillo tiene licencia de actividad hasta 2024, aunque hacia 2021 debería empezar a presentar los papeles para su renovación. Hasta entonces pueden ocurrir muchas cosas. Incluso habrá unas eleciones por medio. La central de Trillo, la más moderna, será la última en renovar el permiso, “así que antes veremos lo que ha ocurrido en las otras centrales”, admite Rodríguez. La decisión de seguir es doble: empresarial y gubernamental. “Tenemos que ganarnos el derecho a existir en el día a día. Con buenas cifras de producción energéticas, de accdidentabilidad y sobre todo de seguridad, y así merecernos la confianza del regulador y del gobierno”. Hasta ahora, tanto PSOE como Podemos se han mostrado favorables a no prolongar la vida de las plantas nucleares más allá de 40 años, fecha que CN Trillo cumpliría en 2028. Aquilino Rordríguez ni se plantea el escenario de cierre de Trillo: “Técnicamente no hay motivos para limitar la vida de las centrales a 40 años. En otros países están funcionando con 50 y 60 años. La central no está igual que cuando comenzó a funcionar hace 30 años, se renueva tecnológicamente todos los años, se modifica y se mejora”. Trillo invierte cada año 40 millones, además de generar 1.300 empleos, entre directos e inducidos.
Baja rentabilidad.- En la decisión que haya que tomar en 2024 por parte de la empresa pesará mucho la rentabilidad en función del coste del paquete de mejoras que el CSN les ordene, y las cifras de su mera explotación.En ese sentido, Rodríguez repite que en las cuentas salen “comidos por servidos”, fundamentalmente “porque soportamos una fiscalidad muy alta”. Y eso en semestres como este primero de 2018, en que se ha tenido una producción bruta de 3.589 GWh, y solo se redujo portencia unas horas para probar la vávula de una turbina y otra vez en marzo a instancias del regulador por un exceso de producción en la red durante dos días de marzo.
Plan de choque contra la siniestralidad.- A pesar de ese alto número de trabajadorees, en 2012 la central registró “0” bajas entre el personal propio y de las contratas. Es récord no se ha repetido en años posteriores, aunque no se ha producido una siniestralidad con bajas graves. Por ello se ha iniciado un plan de choque para regresar a ese objetivo “0”, con la ayuda de una asesoría externa, y que todavía no se ha podido evaluar.
Recarga.- Intervinieron en ella mil trabajadores adicionales, que realizaron 8.305 órdenes de trabajo. Duró 38 días y se realizaron inspecciones que se realizan cada 10 años. Se retiraron 36 elementos combutibles. La dosis de radiación por trabajador fue de 300 milisivert persona, rebajando el objetivo inicial de 365 milisivert. La próxima recarga será en mayo.
Guardia Civil en el interior de la central.- La central de Trillol fue la primera en contar con una unidad de intervención permanente de la Guardia Civil, que ahora ya se ha instalado en el perímetro de la central. Esta medida, en el marco de la lucha contra el terrorismo internacional, se extenderá a otras plantas nucleares e instalaciones estratégicas.
