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De la pelea que ovo Don Carnal con la Quaresma (1)

DE LA PELEA QUE OVO DON CARNAL CON LA QUARESMA
 
(Una versión actualizada de este pasaje del “Libro de Buen Amor” del Arcipreste de Hita. Cómo debía hacerse un carnaval a lo genuinamente alcarreño)

               
Primer envite, el reto:
Don Carnal recibe cartas que le retan por parte de Doña Cuaresma, pero aunque prepara a su ejército primero se echa a comer, a beber y a dormir.
 
 
 
I. LAS CARTAS DE DOÑA CUARESMA
 
 
Acercándose que estaba
un tiempo para Dios Santo.
Cuaresma en Castilla entraba
causando un muy grande espanto.
 
Carta a todo antes enviaba
para que estuviese al tanto
de que casi era arribada
quien causa tanto quebranto.
 
“En el Castro d´Ordeales
estaré en el entretanto,
con marinos animales
que son manjares muy blandos,
 
muy buenos y espirituales,
de perfiles tan delgados,
saludables y cordiales,
que expulsan todos los diablos
 
de alimentos los carnales,
que rebosan en los platos
de las carnes infernales
que a humano llevan pecado.
 
Pues desde hoy en siete días
con don Carnal peleado
habré, por hacerlas mías
tierras, montes, pastos, prados
y hasta las carnicerías.
En Castro sea signado,
sépalo toda Castilla”.
 
 
Y otra más directa enviaba
para el propio don Carnal,
que se verían las caras
porque le iba a desafiar,
al pasar de una semana
en una guerra campal.
 
 
II. PASA LA SEMANA Y DON CARNAL PREPARA SU EJÉRCITO
 
 
Pasó la semana larga,
presta para don Carnal,
que si no fuera pasada
non desease lidiar.

Puso en lo más delantero
muchos y buenos peones,
los animales pequeños
las gallinas y capones,
las perdices y conejos,
protegiendo a los mayores
de los sucesivos puestos:
a los patos posteriores
y en los costados carneros
 y los gordos ansarones
que vienen de los primeros
en los yantares mejores.
 
Las piernas de puerco fresco
ofrecían sus sabores
y hacían de ballesteros;
desfilaban con mucho orden,
oscureciendo hasta el cielo,
con sus gritos y sus voces
y con sus lanzas de hierro
portadas por los jamones
ya infantes, ya caballeros.


A caballo igual venían
buey, vaca, lechón, cabrito,
carnes rebosando vida
todas dando grandes gritos,
y completaban la vista
buenos vinos muy bien tintos
 
 
III. DON CARNAL POSEE MUCHAS HUESTES

Las mesnadas de infanzones
de muchos faisanes ricos,
y los lozanos pavones
enhiestos traían picos,
como enhiestos los pendones
traían muy guarnecidos.
De don Carnal grandes dones
alababan sus hocicos.
Gamos y ciervos enormes
con sus cuernas eran vistos.
Y al frente de último borde
jabalíes gordos, ricos.
Cabras montesas cual torres
y el seboso don Tocino,
que, tras su grasa, acciones
el cerdo busca al peligro.
 
 
 
IV. CENA COPIOSA Y BEBIDA ABUNDANTE ANTES DE ENTRAR EN BATALLA AL DÍA SIGUIENTE
.

Está don Carnal al mando
de tanta y tan gruesa gula,
muy ricamente asentado
con su glotona figura
a mesa harta, en rico estrado,
los juglares con música,
le tratan como hombre honrado,
de carnes y las criaturas
todo muy bien abastado.
 
Servíanle de un barril
vino de muy buena cepa,
de todos era alguacil
subiéndose a la cabeza.
Y después llegó el dormir,
cuando concluyó la cena,
creyó alguno iba a morir
con tanta talega llena.
Adurmiéronse, por fin,
todos luego en hora buena.
Mañana, irán recibir
 
a la invasora Cuaresma.
 
Juan Pablo Mañueco
http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2016/03/13/bibliografia-y-biografia-de-juan-pablo-manueco/

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