Dieciocho localidades de Castilla-La Mancha forman parte de la I Ruta de los Órganos Históricos. Entre ellos está el de Morillejo, construido en pleno barroco.
Con esta gira, la Junta de Comunidades quiere dar a conocer la existencia del patrimonio de órganos históricos atesorado durante los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX, para lo que ha programado 68 conciertos en los que intervendrán dos centenares de intérpretes, nacionales e internacionales, entre los meses de abril y diciembre.
El concierto de Morillejo, que forma parte de la iniciativa regional, tendrá lugar este sábado próximo, en el marco del Julio Cultural trillano, que en el año 2014 llega a su vigésimo quinta edición. Tendrá lugar en la parroquia local, a partir de las 20:30 horas.
De nuevo será el Dúo Ráfaga (Astur Kirichian a la guitarra y Luis Mazorra al órgano) quien interpretará un programa que este año el musicólogo santanderino ha dado en llamar “Flores de música de los jardines de palacio”, puesto que el hilo argumental del concierto será la música de diferentes autores dedicada o relacionada con los jardines de varios palacios europeos. Como cada año, Mazorra también homenajeará a compositores que cumplen alguna efeméride. En este caso son Carl Philipp Emanuel Bach y Christoph Willibald Gluck, de quienes se cumple el tricentenario de su nacimiento, en el caso de Gluck casi exactamente en julio, en 2014.
Como es costumbre, el Dúo interpretará el concierto en dos partes, una sólo de órgano, en el que el principal protagonista será el instrumento morillejano, y una segunda de guitarra y órgano. “Lo hemos llamado flores de música pues es así como se calificaran las obras de una conocida compilación de piezas para órgano del dieciocho, precisamente relacionada con Alcalá de Henares”, explica Mazorra.
Obras del briocense Sebastián Durón, el Bach español
Todas las obras del programa tienen que ver con jardines, palacios y cortes de diferentes épocas. En la primera parte, serán protagonistas las obras del briocense Sebastián Durón, “el Bach español, que además es natural de La Alcarria”, y el Padre Antonio Soler. Durón estuvo muy relacionado con la corte de los Austrias, a quienes apoyó en la Guerra de Sucesión, debiendo por ello terminar sus días en el exilio francés, como capellán de la que fuera reina consorte de Carlos II, Mariana de Neoburgo.
El resto de las obras de esta parte del programa están relacionadas con el Monasterio de El Escorial, de la mano de su autor, el Padre Soler. Una de ellas, la Sonata para la princesa de Asturias fue dedicada a la princesa de la época, que luego fuera esposa de Carlos IV, María Luisa de Parma. “La obra del Padre Soler tiene siempre reminiscencias de los jardines y del propio palacio escurialenses, donde transcurrió gran parte de su vida”, explica Mazorra.
La segunda parte del concierto, para guitarra y órgano, recordará los Jardines de Aranjuez, Versalles, Sans-Souci (Potsdam, Alemania), Reales Alcázares y Parque de María Luisa. Además, en esta segunda parte hay referencias a la efeméride del tricentenario del nacimiento de Carl Philipp Emanuel Bach, segundo de los hijos de Johann Sebastian; y de Christoph Willibald Gluck. Gluck fue profesor de Maria Antonieta, y Bach pertenecía a la corte de Federico el Grande en Prusia. A través de la interpretación de pasajes de Albeniz y del maestro Joaquín Rodrigo el concierto rememorará los parques de los Reales Alcázares y de María Luisa en Sevilla, y de Aranjuez en Madrid.
Un órgano de tubos del siglo XVII
En el interior de la Iglesia Parroquial de Morillejo, como un tesoro escondido, se conserva en perfecto estado de funcionamiento un órgano de tubos del siglo XVII. El celo de los morillejanos ha mantenido vivo este magnífico instrumento, que aún en pleno siglo XXI desgarra notas “especialmente apropiadas para el repertorio de los siglos XVII y XVIII”, explica Luis Mazorra.
El órgano se construyó en el siglo XVII, en pleno Barroco, y, al igual que la expresiva imaginería característica de la época, pretendía impactar y representar el triunfo de la Contrarreforma. Se pusieron de moda en principio en las Catedrales, pero poco a poco los pueblos que podían permitírselo también los fueron adquiriendo.
El de Morillejo es uno de los pocos que existen en la provincia conservados en un estado óptimo. Reúne buena parte de las características propias de la construcción instrumental de la época. No es un órgano grande y es técnicamente limitado en algunos aspectos, pero es muy generoso en otros, “siempre en función de las obras a interpretar”, dice Mazorra. El teclado, o interfaz con el intérprete, tiene su aquél. Es conocido en el argot como “de octava corta”, lo que quiere decir que ciertas teclas, habituales de la mano izquierda, no están. “En aquella época era algo normal, que ahorraba la construcción de tubos bajos grandes”, puntualiza el organista. Sólo tiene un teclado, dividido en dos ámbitos tímbricos. Desde el DO central del teclado hacia la izquierda tiene unos registros y desde esta nota hacia la derecha tiene otros que pueden, o no, coincidir con los anteriores. “Esta característica permite hacer acompañamiento y solista con un solo teclado. Es ingenioso. La construcción buscaba la mayor cantidad de prestaciones con el mínimo de recursos”, explica Mazorra.
La fachada de nuestro protagonista de este pasado sábado es más bien rústica. Tiene una trompetería española horizontal, que se añadió en el siglo XVIII para dar mayor grandiosidad que permite la interpretación de obras de cierta brillantez de las musicalmente conocidas como “del mundo de la batalla” o que aprovechan al máximo las posibilidades del sonido de esta trompetería horizontal tan propia de los órganos españoles. Los bajos del ejemplar de Morillejo “no tienen contras”, describe Mazorra, es decir, notas que se tocan con el pie. “Por el contrario tiene otras características distintas y especiales como el tambor, un dispositivo que consigue una vibración grave que imita el sonido de la percusión”. Los demás son registros convencionales. En opinión de su intérprete, Luis Mazorra, la característica que lo define sería quizá la “nobleza sincera” de su sonido. Estos órganos dejaron de tocarse en numerosas iglesias en el siglo XIX, entre otras cosas porque no quedó nadie que supiera hacerlo. Tras leves intervalos de luz, en el año 1993, y a instancias de Máximo García, Alcalde de Morillejo en ese momento, y del Párroco Santiago Jiménez, fue restaurado por el Ayuntamiento de Trillo.