La farmacia de Saelices, de guardia, no podía leer las tarjetas sanitarias

Farmacia de Saelices de la Sal. Foto: JLS

La farmacia de Saelices de la Sal no pudo dispensar medicamentos los días 5 y 6 de enero debido a la caída de la línea telefónica. El apagón afectó únicamente a la pequeña localidad que se quedó sin teléfono fijo, móvil ni internet. El terminal no podía leer las tarjetas sanitarias y, por tanto, el farmacéutico ingnoraba que medicamentos debía dispensar.

Algo más de cuarenta habitantes tiene Saelices de la Sal, pero los afectados fueron más porque, daba la casualidad que, durante estos dos días, la botica de la localidad estaba de guardia para los centros de salud de Alcolea y Maranchón. Imagínense, ir de Maranchón a Saelices por carreteras llenas de curvas y que te digan “no le puedo dar sus medicamentos”. Afortunadamente todo se resolvió al tercer día.

Pero los problemas de comunicación no son nuevos en la zona. Sin ir más lejos Villarejo de Medina, pedanía de Anguita, a poco más de siete kilómetros de Saelices, estuvo en diciembre veinte días incomunicado sin telefonía, ni móvil ni fija, ni internet “por la avería de una antena de Movistar que da servicio al municipio”.

Más al norte de la provincia, los veinte habitantes de Arroyo de Fraguas estuvieron en febrero de 2024 toda una semana sin teléfono móvil ni internet, “incomunicados ante cualquier emergencia”. En Mondéjar también se quedaron en enero 24 horas sin internet, Buenafuente estuvo seis días sin cobertura de móvil y a finales de 2022 el propio Saelices de la Sal se vio perjudicado por la caída de la red que afectó también a otras localidades como La Riba, La Loma, Ribarredonda, Buenafuente, Ablanque o Villarejo.

Saelices de la Sal. Foto: GUdiario.

Fe

El hecho es que, a comienzos del presente año este diario publicaba una noticia esperanzadora para los pequeños pueblos, que son la inmensa mayoría de nuestra provincia. Decía la nota que uno de cada tres nuevos habitantes de Guadalajara elige vivir en zonas despobladas, lo que se ha traducido, desde 2021, en casi 5.000 nuevos vecinos en el desierto demográfico alcarreño. Bien, muy bien pero, ¿para qué vamos a engañarnos?

A la vista de noticias como esta, asentar tus reales en un pueblo pequeño de Guadalajara continúa siendo un acto de fe, entre otras cosas porque, de la noche a la mañana, te puedes encontrar aislado del resto del mundo. Si necesidad de DANAS ni de Filomenas. A la espera de que haya red que te sostenga.