La vía más rápida para llegar a Valverde de los Arroyos es por Tamajón, y luego desviarse en el cruce de caminos que hay a medio kilómetro de la salida del pueblo. Por uno se va hacia Majaelrayo, al otro lado del Ocejón. El de Valverde nos llevará por Almiruete y Palancares a través de una carretera felizmente rehabilitada.
La popularización de la arquitectura negra le vino bien a Valverde, que ha sido capaz de reconstruir con respeto sus casas muradas de piedra. Muchas de ellas destacan por sus amplios balcones de madera, en el primer piso, y flores de colores alegres, que contrastan con la oscuridad de la pizarra. A una esquina de su plaza Mayor, con fuente de caños en medio, da escolta la torre de la iglesia, que luce grandes sillares de pizarra y cuarcita.
Valverde es además un pueblo preparado para el turista. Hay dos restaurantes en el pueblo y un hotel rural a las afueras, con un interesante menú de fin de semana.La propuesta de esta semana es llegar a las chorreras de Despeñalagua.
Para ello subiremos calle Mayor arriba y siguiendo los cauces domados de las arroyeras, pasaremos junto a un campo de fútbol de pradera natural. En el primer tramo encontraremos robles y un viejo castaños de sombra infinita. Llegado a un cruce de senderos tomamos la indicación. Pone una media hora, pero en estas fechas donde hay nieve o agua en la senda se alarga a unos 45 minutos.
En estos días nos encontraremos nieve y luego vendrá el hielo. Por ello son necesarias las botas de montaña. El premio, acceder a esas espectaculares chorreras que se despeñan desde más de 30 metros de altura desde un farallón. En estos días la imagen es más espectacular si cabe porque hay mucha agua que baja del Ocejón y conforma hasta tres saltos. En verano apenas nos encontraremos uno.
A disfrutar. Las chorreras están en su esplendor.