Permítanme contarles una breve historia, la historia de un pueblo de la llamada “España despoblada” en la Alcarria, Guadalajara. Repoblado hacia 1530, era zona abandonada hasta entonces. Su orografía le hacían idóneo para la ganadería, y en mucha menor medida para la agricultura.
Consolidado como Entidad propia, sobre mediados del siglo XX con la inmigración a las ciudades y el abandono del campo, he aquí que dicho pueblo se convierte en “pedanía” en los años 60, como tantos otros, de otro Ayuntamiento “superior” que, en apariencia, cuidaría que no faltara nada, ni a su término ni a sus mermados habitantes. Y para ello: se queda con todo su monte, que siempre perteneció a sus vecinos (escrituras y documentos dan fe de ello), proporciona servicios mínimos a sus habitantes y cuida que sus infraestructuras urbanas se mantengan estables.
Pero de su medio de vida… el campo… el ganado… ni se acuerda apenas.
Con cada vez menos censados, no es un ente suficientemente importante para tenerlo en cuenta en relación a la vorágine política que nos ataca en los últimos decenios.
Y he aquí, en pleno siglo XXI, que algunos de aquellos descendientes de los “inmigrados”, que buscaban una vida menos penosa, empiezan a volver a sus orígenes y crean asociaciones que tanto proliferan, con el único propósito de devolver la vida al pueblo de sus antepasados.
Principios del año 2021
Una de esas asociaciones consigue, con mucho esfuerzo y constancia, contactar con una persona de Jaén que acepta dejar su vida en el sur, su trabajo y su entorno para crear un proyecto ganadero en esta pequeña pedanía olvidada en el tiempo y el espacio. Desplaza para ello a toda su familia. Dicha Asociación moviliza a sus socios para ceder sus tierras yermas a este emprendimiento, que debería proporcionar un retazo de vida a nuestro pueblo.
Contactos municipales varios, cuyos responsables aceptan con gran alborozo dicho proyecto y que, muy altruistamente “ceden” todo su monte (que solo figura como suyo mediante titularidad catastral) para tan loable iniciativa, que puede dar fabulosa publicidad en una década en la que a todos nuestros gobernantes se les llena la boca de “ayudar a la España… mal denominada vaciada”.
Promesas una tras otra (de las que existen grabaciones, que por motivos evidentes no se facilitan en este relato).
Una de ellas: le construyen “una nave ganadera, moderna, dotada de sala de ordeño etc, ...” en el término de dicha pedanía para albergar a las 1.000 cabezas de ganado que la joven ganadera tiene previsto introducir en las más de 2.200 hectáreas que se ponen a su disposición.
Las obras, una vez localizado el enclave de la ubicación de dicha nave, comenzarán en el mes de Agosto del año 2021.
Finales de 2021.
No hay “movimiento” municipal del comienzo de las obras de la nave prometida. No hay proyecto, aunque si unas excusas infumables de que el arquitecto “previsto”, ha dejado colgado al consistorio..
La Asociación De Montes y Baldíos del lugar, proporciona en Diciembre un técnico a “golpe de mata”, y, con el propósito de que no se retrase más tan ansiada llegada de los únicos héroes que han optado porque nuestro querido pueblo sea un poco menos invisible, como hasta ahora ha sido. Se realiza el borrador, se envía el trabajo del técnico al Concejal de obras en cuestión. Tensa espera…
Principios de 2022.
Aprobación del proyecto de la nave ganadera en la pedanía, según Acta del pleno municipal de mes de Abril en su apartado 27 “justificado en la situación actual de zonas rurales vaciadas y con el objetivo de dotar al municipio de instalaciones donde se puedan desarrollar actividades ganaderas” (literal). ¡Por fin!.
Junio 2022.
Seguimos “sin nave”, pero al parecer en Julio se aprobará el proyecto de ejecución. En Julio de dicho año, según BOP número 140, se aprueba un suplemento de crédito para la nave ganadera de la pedanía por importe de 180.000 €. ¿Todo en marcha?.
Momento actual Julio 2024.
El pueblo no tiene nave ni ganado. La joven ganadera tuvo que renunciar a las ayudas concedidas para el emprendimiento.
Del equipo de gobierno del Ayuntamiento, después de multitud de solicitudes de reuniones, explicaciones y/o justificaciones, mes tras mes, y de las que existen los correspondientes registros, solo se ha obtenido MUTISMO ABSOLUTO.
No hay moraleja.
MORILLEJO (pedanía de Trillo, provincia de Guadalajara), sigue estando un poco más abandonado, bastante más triste y y mucho más SOLO.
Fdo.:
Victoria Moreno