CASTELLANISTAS EN QUIENES YO BEBO y hacia otra España equilibrada

Cervantes, Santillana, Tirso, Lope,

Hita, Manrique, Calderón, Quevedo,

Juglares, trovadores a que accedo,

romances que cabalgan al galope.

Menéndez y Pelayo que en su dedo

signa de La Montaña como pope

cuanto bien de Castilla él mismo cope

como máximo sabio de este ruedo.

Gerardo Diego, el vate más completo

castellano, que igual dio La Montaña,

por cantar de Castillas el secreto.

Miguel Delibes quien en su ermitaña

concepción de lo humano halló en lo prieto

de su corazón sitio a lar de entraña.

Senador, “Pick”, Macías, Alonso Cortés, Rivas

Moreno, G. Fernández Díez, Don Claudio Sánchez,

León Felipe, Buero, Dionisio, López Álvarez,

G. Martínez, J. Pérez, Torbado, las Castillas

llenando páginas de amor, menos en la política

y en la banca que esas dos son refractarias

a la España esquilmada, expoliada y vaciada

como llevan siendo varios siglos las Castillas.

Sí, bastantes de las páginas más sensatas de dos siglos

las han aportado escritores castellanistas en sus escritos,

y como yo de lo bueno confieso que gusto y peco

últimamente confieso que leo hasta a Mañueco.

Algún libro de prosa suyo, alguna epopeya o canto, algún soneto…

Y todos ellos me dicen, que incluso con esta Castilla vaciada.

Castilla, si lograra alguna unidad de actuación entre sus diecisiete provincias disgregadas,

alguna, siquiera alguna unidad de actuación de las Castillas,

no pido demasiado, no sueño mucha más lluvia de esperanza para sentirla viva,

pesaría aún mucho en España,

como contrapeso de los partidos nacionalseparatistas

que sólo piensan en su egoísmo y en debilitar a la Castilla

desangrada,

con sus 13 millones de habitantes

y su casi el 40 % del solar de la común Patria.

Juan Pablo Mañueco
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