CLM está ya estudiado el Plan Especial mientras el Ayuntamiento busca un proyecto de recuperación coordinado con la empresa Hercesa, también propietaria del poblado
Dentro de un mes se cumplirán cuatro años del derrumbe de la espadaña de la Casa Grande del Poblado de Villaflores. Un derrumbe que fue fruto de los hielos y del grave abandono que este complejo, ubicado en pleno monte, y muy alejado de la capital, lleva sufriendo desde hace décadas.
El derrumbe fue una llamada de atención sobre ese importante complejo agrícola que se ha convertido en centro de actos vandálicos y aunque desde entonces se han tomado algunas medidas para recuperar los edificios y el entorno, Villaflores sigue sin tener una solución a medio plazo.
En septiembre de 2018 y tras dos años de trabajo, el pleno del Ayuntamiento de Guadalajara aprobaba el Plan Especial de Protección del Poblado, plan, que ahora está en manos de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha ya que es éste organismo quien tiene que ratificar que todo esté bien hecho a nivel jurídico y a nivel medioambiental, según ha confirmado a Guadalajara Diario el concejal responsable de Villaflores, Santiago Baeza. "Este es un proyecto complejo- afirma- y los plazos son los que son". Una vez que la Junta de Comunidades dé el OK y diga que el proyecto se ajusta a lo que marca la ley, llegará el momento crucial: decidir cómo y cuando se saca adelante un proyecto más complejo de lo que parece. Santiago Baeza desearía que hubiera novedades en el primer semestre de este año.
Un espacio con un uso incierto
Pero los plazos no son el único ni el principal condicionante de la rehabilitación de Villaflores. Sobre el equipo de gobierno pesa, sobre todo, darle un uso que tenga futuro. Aunque el Plan Especial de Villaflores esboza algunos usos para el complejo el Ayuntamiento de Guadalajara tiene claro que es un espacio especial. La lejanía del centro de la ciudad obliga, tal y como marca el plan, a establecer unos sistemas especiales de vigilancia para evitar el vandalismo que ahora azota al poblado. Además el Ayuntamiento cree que sería muy importante que el proyecto de mejora vaya de la mano del otro inversor privado que también tiene propiedades en la zona: Hercesa.
Desde el equipo de gobierno reconocen que, en estos seis meses de mandato, se han mantenido varias reuniones tanto con la Junta de Comunidades como con Hercesa, empresa propietaria de la Casona Grande, y que se está trabajando para buscar una solución "coordinada" para garantizar el futuro pero es muy pronto para hablar de a qué se destinará cada espacio.
Según la normativa urbanística la Casona Grande, propiedad de este grupo, tiene uso hotelero y desde el ayuntamiento están convencidos de que su puesta en marcha beneficiaría a ambas partes. "El tractor de este proyecto podría ser tener allí un buen proyecto hotelero pero para eso el Ayuntamiento y la empresa privada tiene que tener muy claros los condicionantes".- recalca Baeza.
Un viaje en el que la Junta de Comunidades se ha convertido en un actor importante según reconoce Baeza "En este asunto tenemos que ir de la mano con la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha porque si no nunca lo sacaríamos adelante. No quiero trabajar en Villaflores, permiteme la expresión "como pollo sin cabeza"- reflexiona- Tenemos que ir todos en la misma dirección, porque si no, a lo mejor, lo que hagamos luego hay que desandarlo. Por eso es importante apuntalar todo desde el punto de vista jurídico y medioambiental de forma que todos aunemos criterios para hacer un proyecto bueno y consistente"- afirma Baeza.
Un proyecto de casi 5 millones de euros
Un proyecto que además es caro. Según el presupuesto estimado que aparece en el Plan Especial de Villaflores serán necesarios 4,7 millones de euros para urbanizar y arreglar los edificios. Y de ese dinero Hercesa deberá aportar, sólo por arreglar la Casa Grande 1,4 millones, una cantidad elevada.
Sobre el uso de los distintos espacios el plan sugiere que el aljibe, también de propiedad privada, sea una sala de exposiciones; que el palomar se convierta en un observatorio astronómico y de fauna y aves; o que la capilla y una de las viviendas de colones se transforme en un espacio para dar a conocer el poblado y la forma de vida de las gentes. Pero eso son solo ideas porque en el Ayuntamiento todavía no se ha decidido qué se hará en cada uno. Según confirma Baeza todavía no se está en ese punto, como tampoco se sabe si la gestión del mismo será pública o privada. "Espero que en unos meses podamos tener una idea clara de lo que es viable hacer allí. Entonces podremos hacer cosas. Ahora es prematuro"- ratifica.
Y mientras las soluciones, que se prevén lejanas, llegan, el poblado, construido por el emblemático arquitecto Velázquez Bosco en el siglo XIX, -el mismo que el Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo- sigue languideciendo. Aunque en 2015 fue declarado BIC por la Junta de Comunidades y eso obliga a los propietarios a aplicar medidas para protegerlo no es fácil. El propio concejal reconoce el deterioro "Está claro que hay deterioro. Es una zona que está lejos de la capital y no tiene vigilancia, por eso es importante actuar pero también es importante que las actuaciones que se hagan consoliden un proyecto serio y de futuro. No se trata de hacer una rehabilitación y ya está y dejarlo todo igual que ahora. Si lo dejamos sin vigilancia y sin protección volveríamos al mismo punto que estamos ahora. Estamos trabajando para conseguir un futuro para Villaflores". Un futuro aún lejano y difícil.