Fernando Adrián se va a hombros y se queda en tierra Castella, con Rufo, ante una mala corrida.
Toros de Garcigrande (encaste Domecq) y Luis Algarra (Domecq) 1º y 5º: Los toros de Garcigrande, anovillados, muy flojos, nobles y sosos. Todos de entre 445 kg y 450 kg. impresentables el segundo y sexto. Los de Algarra sospechosos de pitones, muy dispares, justo el primero y muy bien presentado el quinto de casi seis años y 585 kg, el de mejor juego del encierro.
Sebastián Castella: Estocada tendida -aviso- (petición y palmas); -aviso- estocada trasera (oreja con petición de la segunda). Fernando Adrián: Estocada caída (dos orejas); media tendida y caída -aviso- (silencio). Tomás Rufo: Estocada baja -aviso- y descabello (leve petición y palmas); pinchazo -aviso-, estocada y tres descabellos (silencio).
Segundo festejo de la Feria de La Antigua. Casi dos tercios en tarde soleada y ventosa. Fernando Adrián actuó en lugar de Morante de La Puebla, nuevo en la plaza, y acabó saliendo a hombros.
La crónica.- La tarde fue una escalera de criterios, una escalera de despropósitos que como no se organice va llevar a que la plaza se descalabre. A Adrián, con pocos méritos más, se le dieron dos orejas y a Castella, con méritos parecidos, solo una. Cuando además, ayer, a Francisco Manuel se le dio otra segunda oreja de muy poco peso. En el tema ganadero se aprobaron dos toros impresentables de Garcigrande, anovillados. Se lidiaron cuatro toros de que apenas llegaron al peso estipulado para ser lidiados en una plaza de segunda de Garcigrande. Y en el mismo festejo se aprueba uno de casi seis años y 585 kg de Luis Algarra.
Por suerte, y sobre tordo por la lluvia, no tuvimos que verlos correr por las calles de Guadalajara, por la mañana, al suspenderse el encierro.
Pero por encima de todo la tarde de ayer demostró que el tema del ganado en Guadalajara hay que tomárselo en serio. No puede ser un desfile de desechos de final de temporada. Porque ayer la corrida de Garcigrande fue una limpia de corrales, con toros justos de presencia y muy desigual. Porque no se pueden hacer carteles de primera y traer toros de plaza de tercera. Por cierto, sustituía a la anunciada en un principio en los carteles de García Jiménez.
Con estos mimbres de despropósitos Fernando Adrián demostró ganas sobre todo en sus dos oponentes y puso esa garra que no tuvieron sus toros. Además, dio importancia al novillete que le tocó en suerte y le sacó una faena donde puso mucho de su parte. En el quinto de la tarde, un toro muy serio, estuvo por encima de su oponente pero el fallo a espadas le privó de un premio mayor.
Mal gesto de Castella
Sebastián Castella se encontró con dos toritos, uno de Algarra y otro de Garcigrande, que no aportaron mucho a sus faenas, excepto nobleza, porque les faltó lo fundamental para llegar a los tendidos: fuerza y raza. Pese a ello, Castella estuvo muy digno y entregado. El presidente no le concedió la segunda oreja, pedida por el público y protagonizó dos desaires muy feos, uno no saludar al presidente con el trofeo y otro tirar la oreja delante del usía. No estuvo bien, pero por encima muestra la garra de un torero que no quiere ganar la pelea.
Tomás Rufo venía a revalidar su triunfo de año pasado y se encontró con dos flojos toros de Garcigrande que entendió a la perfección y los sacó buenos momentos, de media faena para delante. Si no hubiera sido porque no acertó con los aceros, le habrían valido un triunfo importante.
Una tarde en la que se agradecería más transparencia y criterio.
Jaime Hita