El periodo de transición ha terminado. La marca “Caja Guadalajara” ha dejado de ser utilizada en la cartelería de CaixaBank en las últimas semanas. La antigua caja guadalajareña dejó de existir como tal en 2010.
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Caja Guadalajara se fusionó por absorción con Caja Sol en 2010. Pero siguió manteniendo la marca en toda la cartelería de la nueva entidad, si bien con el añadido de “Grupo Caja Sol” y el logotipo de la caja sevillana correspondiente.
Más tarde y en plena vorágine de fusiones, Caja Sol fundó Banca Cívica con Caja Navarra y Caja Canarias. Pero la nueva entidad resultante no acabó de despegar y en 2012 era absorbida por La Caixa, que con posterioridad se convirtió en CaixaBank, con la desaparición en España del modelo de cajas de Ahorro y la política de concentraciones bancarias, para ganar tamaño, que todavía no ha acabado.
La Caixa siguió utilizando la marca “Caja Guadalajara” en su cartelería, si bien ya integrada en los colores del grupo –negro y azul- y con el famoso logotipo característico de la entidad catalana, realizado por Joan Miró. En una segunda fase, se combinaron ambas marcas: Caja Guadalajara y La Caixa.
Pues bien, ese modelo de transición ya ha terminado y la marca “Caja Guadalajara” ya ha dejado de aparecer en la cartelería de sus oficinas, y ahora ya todo es CaixaBank, ni tan siquiera La Caixa.
El procolo incumplido de Caja Sol
Aunque a los antiguos clientes nostálgicos de Caja Guadalajara seguramente que les habrá dado cierta nostalgia, lo peor de este proceso de la transformación de cajas en bancos es que por el camino se llevó por delante los derechos de Caja Guadalajara en la Fundación Caja Sol. Efectivamente, en el Protocolo de Bases para la Integración de fecha 26 de enero de 2010, se establecieron las condiciones por absorción de Caja Guadalajatra y Caja Sol, y los compromisos para el mantenimiento de la Obra Social de Caja Guadalajara. Esto habría significado que durante los ejercicios de 2011, 2012 y 2013 la Fundación Caja Sol, que sigue funcionando en Sevilla , debería haber aportado a la Fundación Caja Guadalajara, que finalmente no se constituyó, al menos 3.865.090 euros.
Pero la Fundación Caja Guadalajara nunca echó a andar, en Guadalajara las instituciones se callaron y no se lo exigieron, y así su presidente, Antonio Pulido, todavía se permitió sacar pecho la última vez que vino a Guadalajara, el 25 de marzo de 2015, para ceder a la Diputación la obra “Retablo Arriacense”, que en su día pagó Caja Guadalajara y que presidía el salón de su consejo de administración hasta su última sesión.
En el acto celebrado en Diputación, Pulido llegó a decir que en el futuro la Fundación Caja Sol “va a tener una continución importante en numerosas actuaciones no solo en Guadalajara, sino en toda Castilla-La Mancha”.
Desde entonces no se ha vuelto a saber más de Pulido ni de la Fundación Caja Sol.
La retirada del último cartel de Caja Guadalajara se convierte así en todo un epitafio sobre lo que pudo haber sido y no fue la entidad de ahorro guadalajareña. Ni rastro quedó de ella. Ni de su obra social