El alcalde reconoce que sería un duro golpe para los vecinos y la economía de la zona
Los trillanos siguen con estrés y cierta angustia el pulso entre el Estado y las centrales nucleares por la subida del precio de la luz. Después de que el Gobierno de Pedro Sánchez decidiese recortar los beneficios de las empresas eléctricas para reducir el impacto del precio de la luz en los hogares, las propietarias de las centrales nucleares avisaron de que tendrían que cerrar porque su negocio era inviable. Un anuncio que cayó como un jarro de agua fría en Trillo, una comarca que depende económicamente de la central nuclear. El alcalde, Jorge Peña, en declaraciones a Guadalajara Diario ha confirmado la inquietud que hay entre los vecinos. “Hay cierta angustia- señala el alcalde, que también es trabajador de la planta nuclear- porque son muchos los trabajadores, familias y comercios que dependen de ello”.
Trillo recibe cada año casi 7 millones de euros por tener la central nuclear
En estos momentos la central de Trillo cuenta con 650 trabajadores y de ellos el 70% son del
municipio o de los pueblos de alrededor, por lo que el cierre de la planta supondría un duro golpe a nivel de empleo: “imagínate si esos trabajos desaparecieran. Ya no habría negocio en los bares, ni en las tiendas, las empresas de construcción o de electricidad que trabajan para la planta, tendrían que buscar otro sitio para su negocio; - detalla Peña- Los comercios tendrían que cerrar y reconvertirse al no tener tantos clientes, parte de los vecinos tendrían que abandonar el municipio para buscar trabajo y el propio ayuntamiento tendría que encontrar nuevas fuentes de ingresos” -relata.Nadie está preparado para ese cierre
La falta de financiación sería otro de los problemas a los que tendría que hacer frente el municipio. En estos momentos el ayuntamiento tiene un presupuesto que oscila entre los 9 y los 10 millones de euros y el 80% del mismo (en torno a los 7 millones) procede de la central con impuestos que se pagan por IAE, IBI, Enresa… “si se cerrara la planta, imagínate lo que sería menguar un 80% un presupuesto de un pueblo que lleva 30 años acostumbrado a eso”- reconoce.
Ante esta situación el alcalde deja claro que ni los vecinos ni el ayuntamiento está preparado para el cierre “Ahora todo el mundo tiene en la cabeza la fecha prevista de 2035 para el cierre. Imagínate si eso se hiciera diez años antes. Nadie esta preparado para ese cierre”.
Ante esta situación el ayuntamiento se mantiene expectante y reconocen que si es necesario harán toda la fuerza posible “Haremos toda la fuerza para que se mantenga la explotación de la planta. Queremos que siga funcionando así y que lo haga por muchos años”.
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