Es la más antigua e importante de las que se celebraban en la localidad
Conciertos, atracciones de feria, DJs, drones que lo filman todo…las fiestas de la actualidad no se parecen mucho a las de antes. Sin embargo, siempre hay un espacio para rememorar, para conservar la tradición. Las celebraciones religiosas y los encierros son un aspecto que se mantiene intacto; la música de raíz o folklores es otro. En la madrugada del miércoles Azuqueca volvió, de nuevo, a revivir su “ronda de los casaos”. Era la más importante de las que se hacían en la localidad “tanto por la fecha, enmarcada en la fiesta grande, como por su antigüedad, pues sus orígenes se pierden en el tiempo”. Lo dice Cecilio García “Ceci”, que de historia azudense sabe mucho.
Con la participación de las peñas públicas Alcatraz, El Bollo y Azikuékanos y la colaboración de Amigos de la Ronda, la comitiva de músicos, peñistas y público en general recorrió Azuqueca, de un extremo a otro. Empezó en el local de Azikuékanos, en la calle Sacedón y recorrió vías y plazas, con determinadas paradas. La primera en la Plaza de la Herrería, de allí a la Calle Mayor y calle El Tejar, a la Calle Romero, Calle Pajares, barrio de Cantarranas, carretera de Alovera, Vallehermoso…
Alrededor de 150 personas comenzaron la ronda. La comitiva fue perdiendo algún que otro seguidor según avanzaba la madrugada, pero las ganas del resto no decayeron. La música y la gastronomía fueron las protagonistas de la noche. Como manda la tradición, asegura Ceci “al igual que entonces, la ronda recorre las calles, con parada en determinadas casas, donde se entonan diferentes canciones, mientras los anfitriones ofrecen dulces, aperitivos y bebidas a todos los presentes”.
Pues eso, hubo bizcochos borrachos, pastas, algo salado, moscatel…hasta altas horas de la madrugada. Que la fiesta es cosa seria y dura y el cuerpo tiene que aguantar. Un año más, las Fiestas de Azuqueca cumplieron con la tradición de “la ronda de los casaos”