La empresa tiene hasta finales de enero para presentar el proyecto en el ayuntamiento
Los habituales de la calle Mayor, en Guadalajara capital, han podido comprobar que desde primera hora hay movimiento en el edificio Maragato.
Allí ha comenzado a instalarse una gran lona que publicita la nueva promoción de viviendas que se va a construir, una promoción que levantará 6 pisos, locales comerciales y que reproducirá fielmente la fachada que en unas semanas será demolida.
De momento el departamento de comunicación de la empresa constructora ha señalado que los trabajos comenzarán en el segundo trimestre de 2023, trabajos que se iniciarán con la retirada del andamio actual, (que lleva allí desde 2005), la demolición de la fachada y la consolidación del sótano, único elemento que Patrimonio, a través de la delegación de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, ha mandado conservar.
Según informan desde el ayuntamiento de Guadalajara la empresa ya ha retirado los nidos que impidieron su demolición el verano pasado y ahora tienen de plazo hasta finales del mes de enero para presentar el proyecto de ejecución definitivo, proyecto que una vez presentado tendrá que ser validado por los servicios técnicos del ayuntamiento. Tras esto podrán comenzar las obras.
De hecho, la empresa constructora ya tiene la licencia de obra para hacer los trabajos. Se les concedió a finales de septiembre, pero está condicionada a la presentación del proyecto de ejecución.
Desde el ayuntamiento están convencidos de que, una vez iniciados los trabajos, todo se hará de tirón: demoler y construir el nuevo bloque de viviendas.
El nuevo proyecto incluye seis viviendas de entre 160 y 185 metros cuadrados que se distribuirán en un edificio de planta baja más tres plantas, con sótano y aparcamiento privado y trasteros.
Reproducir la fachada
El nuevo edificio deberá reproducir fielmente las fachadas del edificio. La que da a la Calle Mayor (y que va a ser demolida) será reconstruida y recuperará su imagen original, según señala la empresa constructora “respetando los materiales y los acabados de todo el conjunto sin producir ninguna alteración que modifique su aspecto original histórico”.
Por su parte, la fachada a la Plaza Mayor que fue demolida en su momento volverá a construirse permitiendo una elevación de cornisa de cincuenta centímetros para optimizar la habitabilidad de la última planta, “lo que implicará la introducción de nuevos huecos de ventilación e iluminación, pero siempre manteniendo la continuidad del plano exterior de la fachada.
A la reconstrucción de las fachadas se sumará también la conservación y rehabilitación del sótano situado en la esquina noreste del solar, "manteniendo sus características históricas, y las estructuras y arcos de ladrillo”, destaca Miguel Ángel Embid, arquitecto del proyecto.
Hay que recordar que la empresa constructora propuso al ayuntamiento el derribo de la fachada pero éste se negó alegando que no hay daños que impidan su rehabilitación. Sin embargo meses después un informe de patrimonio indicaba que era obligatorio conservar los sótanos del edificio y que para ello era necesario demoler la fachada ya que la fachada, según el informe de patrimonio que publicaba nuestro digital, está estabilizada no sólo por el andamio si no por ladrillos que rellenan los huecos de las balconadas y que quitar esos ladrillos podría provocar el derrumbe de la fachada. En ese mismo informe se consideraba que la fachada está al borde de una de las galerías del sótano y que al intentar mantenerla y consolidarla podría perjudicar la zona del sótano que se quiere conservar. Por eso se dio luz verde al derribo que el ayuntmaiento ratificó.