Uno de los propietarios, Banco Sabadell, está instalando puertas especiales para evitar nuevos sobresaltos
El edificio de viviendas situada en la plaza del Concejo que fue ocupado en mayo por una veintena de personas, algunas de ellas con niños, empieza a quedarse vacío.
Según ha podido confirmar Guadalajara Diario en el Banco Sabadell, propietario de varios de los pisos del inmueble, en estos momentos quedarían ocupadas cuatro viviendas aunque en una de ellas están en negociaciones para su marcha en breve.
Los pisos que en estos momentos estarían en situación irregular son el 1D "donde viven dos jóvenes marroquíes", el 1B donde hay constancia que de "hay un perro en su interior" y el 1F donde, según los vecinos," hay una sola persona adulta" que se planteaba la posibilidad de desalojar amistosamente.
Además en la segunda planta habría otro piso ocupado pero en este caso el propietario sería una promotora inmobiliaria que está en concurso de acreedores.
A lo largo de los últimos meses desde Banco Sabadell se han tomado medidas para conseguir el desalojo. Según han informado a Guadalajara Diario se han establecido negociaciones aunque en ningún momento han pasado por ofrecerles alojamientos alternativos porque "las personas que habían ocupado el inmueble no cumplían con el perfil de personas vulnerables".
En las viviendas que se han desalojado, cinco hasta el momento, se han instalado puertas antiocupa para evitar que vuelvan producirse problemas. Además según el Banco Sabadell se sigue trabajando, a través de mediadores para conseguir el desalojo de las viviendas que continúan ocupadas.
Una ocupación que fue duramente criticada por vecinos de la zona que se quejaban de la suciedad y la difícil convivencia en el barrio. Incluso el tema se llevó en dos ocasiones al pleno del Ayuntamiento de Guadalajara.
Denuncias judiciales
Las ocupaciones de las viviendas fue denunciada por el propietario Banco Sabadell en el juzgado de Guadalajara donde los procesos siguen su curso. Según informan desde la entidad bancaria las denuncias no pueden retirse hasta que todos los pisos queden vacíos.
De momento de los miradores de los balcones siguen colgando por el interior mantas y sábanas viejas que han puesto los inquilinos. Además el portal de las viviendas aparece tremendamente sucio y vandalizado a pesar de que se trata de un edificio totalmente nuevo que nunca llegó a venderse, al menos en su totalidad. Esos son los pocos signos externos de la situación del inmueble que empieza poco a poco a volver a la normalidad.