Los hechos ocurrieron en 2020 y la víctima fue una joven de 18 años

Los hechos ocurrieron en el año 2020. La víctima fue una joven de 18 años ingresada por un trastorno de conducta alimentaria/ Archivo

Según publican hoy varios diarios nacionales, la Audiencia Provincial de Guadalajara ha condenado a un celador que trabajaba en el Hospital General de Guadalajara a cuatro años de prisión por un delito de agresión sexual, la pena menor que se puede aplicar tras la aprobación de la "ley del sólo sí es sí". Además condena al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) a indemnizarla en calidad de responsable civil subsidiario. La sentencia es del pasado 16 de marzo.

Los hechos ocurrieron en el verano de 2020 y la víctima fue una joven que estaba ingresada por un trastorno de conducta alimentaria. El celador, que había sido contratado de forma eventual por la pandemia, tuvo varios acercamientos con la joven. Un día, según relata el periódico El Confidencial, al cruzarse en el pasillo le pasó la mano por el hombro y fue bajándola hasta tocarle el culo. La joven no entendió lo que pasó y optó por no darle importancia. Otro día el celador entró en la habitación y sin mediar palabra la besó rápidamente en la boca. La joven tenía entonces 18 años y el celador 30.

La situación más grave se produjo el 23 de julio cuando la obligó a realizarle una felación. Después le pidió, según El Confidencial, que no dijera nada “porque le hundiría la vida”.

En un principio la joven, en estado de schock calló pero después decidió denunciar la situación. Primero habló con una auxiliar, con la que había entablado una relación de confianza, que la animó a denunciar. Después la víctima habló con la psiquiatra que le trataba, que le dijo- según ese periódico- "que ellos no iban a denunciar y que era cosa de la afectada si ponía alguna denuncia". Algo que finalmente hizo aunque sin ningún respaldo por parte del hospital de Guadalajara.

Según el diario El Mundo, Aurelio Zapata (actualmente diputado por Guadalajara), era, en aquel momento, el director de gestión del Hospital y tuvo conocimiento de los hechos a través de la familia. Su decisión fue cambiar al trabajador de planta pero no presentó ninguna denuncia. En declaraciones a El Mundo Zapata ha señalado que "Nosotros no podíamos denunciar nada, por la presunción de inocencia. Lo que podíamos hacer era tomar medidas cautelares para evitar problemas entre un trabajador y una paciente, como hice al separarle de ese servicio, y desde luego ponernos a disposición de la familia, como hicimos también. Pero no podíamos denunciar, eso debían hacerlo ellos".

Según informa El Confidencial tras la agresión, el celador siguió trabajando en el hospital durante año y medio más. Le cambiaron de planta para no coincidir con la joven, aunque en alguna ocasión lo hicieron en el ascensor.

La Audiencia Provincial de Guadalajara ha dado toda la credibilidad al testimonio de la víctima y entiende que el contexto apoya su veracidad. La chica sufre tras los hechos, un estrés agudo, una crisis de ansiedad con agitación psicomotriz e hiperventilación, entre otros síntomas.

La sentencia puede ser todavía recurrida.