Un éxito de participación, pero bien abrigados esta vez
Frío. Bajo un cielo despejado donde el Sol intenta abrirse paso desde las primeras horas del amanecer. Primeras horas que invitan a encender de nuevo la lumbre con a leña de encina o roble, y empezar a preparar esas viandas que nos hacen también acumular energías.
Así entre leñas y maderas en Jadraque se han vuelto a concentrar los amantes de esos platos típicos. En este caso de las migas con las que los pastores hacían sus comidas de aprovechamiento de alimentos mientras cuidaban sus rebaños.
Sencillo. Con ingredientes que siempre estaban en las despensas, normalmente preparados en campo, en pleno campo, al abrigo y el descanso de cada jornada. Siempre cercanos a su hatajo de ovejas o cabras.
Una lumbre, una cazuela...
Ajos, pan duro desmenuzado, algo de pimentón y agua... Así a revolver al amor de la lumbre sin parar para después añadir las viandas, Compuestas de su tocino, panceta, sus choricillos o la carne que cada uno quiera.
En Jadraque se han vuelto a convocar a los participantes en el encuentro que quieren mostrar sus habilidades en este plato tan tradicional que ha pasado del campo a cualquier cocina o restaurante que se precie de querer el título de castellano en estos días.
Fotos de Eduardo Bonilla.