- Entrevista con Antonio Román tras superar el Covid
Converso con el senador Antonio Román, portavoz adjunto del Grupo Popular en el Senado, una hora antes de que se tomara con su mujer y los amigos su primer vermut desde que fuera ingresado por Covid, el 3 de octubre, en el Hospital de Guadalajara. Allí estuvo en cama convencional hasta el 10 de octubre, en que se marchó a casa para seguir la recuperación. Aunque ha reanudado su vida normal y ya ha asistido de forma presencial a una sesión del Senado, me confiesa que debe ir poco a poco porque, por la tarde, se cansa más que antes; y lo dice un hombre acostumbrado a jornadas maratonianas en el Ayuntamiento, el Senado y su consulta médica.
“Algo se debería pensar en un futuro para disminuir ese sufrimiento psicológico que supone la soledad del paciente”.
-¿Cómo y cuándo supo que tenía coronavirus?
-A lo largo de los últimos siete meses he tenido momentos de sospecha. El primero fue en el mes de marzo, con unos síntomas leves, me hice los test rápidos y serológicos al final de la primavera, y me dijeron que no lo había pasado. En septiembre, ya mi mujer empezó con síntomas, se hizo la PCR y luego yo. Empezaron los dolores, el cansancio… Y salió positivo.
-¿Se llegó a asustar?
-Sí, no me importa reconocerlo. Los días previos al ingreso y con el ingreso. Dando gracias de que en ningún momento tuve que pasar a la unidad de críticos o de intermedios. Pero viendo la situación y los datos analíticos sí temí que pudiera empeorar; y eso, junto a la soledad del hospital y lo que sabes de mucha gente conocida que había evolucionado de forma negativa, te produce un temor de que me pudiera ocurrir los mismo.
“Hay más de 4.500 personas pendientes de los trámites para homologar su título. Son 4.500 personas que podrían estar trabajando en atención primaria y reducir la actual sobrecarga en los profesionales”.
-Hágame de médico: ¿Qué síntomas más frecuentes tiene una persona con Covid?
-La mayoría tiene los síntomas de una gripe, con fiebre, dolores y tos, pero hay otros que presentan sintomatología respiratoria severa e importante, neumonías, en otros casos afectación neurológica, hepática, o de cualquier otro órgano o sistema. Es muy diverso, este virus no sólo ataca la vía respiratoria y sobre todo por la respuesta inflamatoria que hace el organismo, que es lo que puede llevar al empeoramiento de una manera brusca.
-¿Como paciente, qué situación se encontró en el Hospital de Guadalajara?
-Agradecer el trato recibido tanto en el servicio de urgencias en las dos ocasiones que acudí. En la primera volví a casa y en la segunda ingresé. Mi agradecimiento especial al servicio de medicina interna, que es mi servicio en el hospital. Así que no soy objetivo, pero el trato profesional y humano es excelente. Luego estuve en la novena, y aunque estás aislado en una habitación, enfermeras, auxiliares, limpiadoras, todo el mundo tuvo conmigo un trato exquisito. Lo que hemos aprendido de estas crisis es la soledad que sufre el paciente, durante días, semanas en algún caso, y esto hace que la angustia aumente. Yo lo conocía como profesional, pero cuando estás fuera parece como si vieras una película. Desde dentro entiendes más lo que te cuentan personas que lo han sufrido. Yo tengo que dar las gracias porque mi evolución ha sido favorable, aunque al final han sido dos meses.
“Sabemos que para controlar la enfermedad hay que tener una inmunización por encima de ese 70 por ciento al que se refiere Merkel”
-Casi todos conocemos a personas que han muerto en soledad y sin poder tener una mano a la que agarrarse en esos momentos finales. Terrible.
-Es una situación que los que han fallecido se lo han llevado. No sé qué habrá que hacer, pero algo se debería pensar en un futuro para disminuir ese sufrimiento psicológico. Ahora hay cerca de setenta pacientes ingresado y aislados. No es culpa de ningún gestor, ni de ningún profesional, es la situación, pero ojalá aprendamos y descubramos algo para paliar este sufrimiento en pacientes y familias.
-El Hospital de Guadalajara tiene hoy 21 personas en la UCI [cuando se realizó la entrevista] y 62 en cama convencional, mucho menos que en la primera ola. Pero la UCI ya afecta al rendimiento del resto del Hospital.
-Antes de la pandemia las camas activas en la UCI eran unas diez. Se ha hecho una ampliación, hay colaboración con otras unidades, la propia neumología en esos pacientes intermedios, pero 21 pacientes críticos son muchos en un hospital como este.
-¿Es para estar preocupados?
- Es para estarlo no en cuanto a la respuesta sino al número. Ahora bien, si en la anterior oleada se llegó a casi trescientos ingresos en esta no han superado el centenar, con lo cual está todo más controlado. Todo el personal sanitario, y en toda España, merece el reconocimiento porque han hecho una labor tremenda. Hoy leía que algunas comunidades quieren aplazar los moscosos y algunos días de vacaciones. Va a llegar un momento en que la profesión va a saltar porque no pueden aguantar más presión. Se prometieron nuevas contrataciones en toda España, y como se reconoció en el Senado hay más de 4.500 personas pendientes de los trámites para homologar su título. Son 4.500 personas que podrían estar trabajando en atención primaria y reducir la actual sobrecarga en los profesionales.
-Es que faltan médicos, tenemos a muchos en el Reino Unido, donde cobran más.
-Esta pregunta la hice en el Senado antes de la pandemia a propósito del Brexit, y el ministerio me dijo que no lo sabía. Lo que sí sabemos es que hay miles de médicos que provienen de otros países, solo de Venezuela han venido unas 300.000 personas huyendo de la crisis, muchos de ellos titulados superiores, y a estas alturas hay más de un millar pendientes de la homologación del título. Sería una parte de la solución a esa falta de médicos que tenemos en España, pero luego habría que ampliar ese número y dotarlos económicamente, como se debe, porque si te vas a Inglaterra, Portugal, Francia o Italia, y ves que el profesional está mejor pagado, en este libre mercado que tenemos en la Unión Europea se acaban marchando. Los jóvenes ya no son como hace cincuenta años en que les costaba salir de su término municipal. Eso es para el medio plazo. Para el corto está la homologación de títulos, porque no es de recibo que haya 4.500 solicitudes pendientes. Es una labor del gobierno de España que no ha hecho.
“Lo que hemos aprendido de esta crisis es la soledad que sufre el paciente, durante días, semanas en algún caso, y esto hace que la angustia aumente”.
-¿Nos vamos a tener que contagiar el 70% de la población, como ya avisó Merkel al comienzo de la pandemia?
-Merkel dijo eso porque tenía asesores expertos en epidemiología que sabían de lo que hablaban. Hubo dos teorías, una desafortunada para mí, de algunos países en que no les preocupaba que se contagiara todo el mundo, con tal de no parar la economía, y otros que evitaron el colapso del sistema sanitario, y para ello tuvimos que tomar decisiones duros como el confinamiento domiciliario de marzo-abril. Pero si hablamos de inmunización, que puede ser porque has tenido la enfermedad o vía vacuna, sabemos que para controlar la enfermedad hay que tener una inmunización por encima de ese 70 por ciento al que se refiere Merkel. La canciller alemana tuvo asesores expertos y no lo que ha ocurrido en España.
-¿Cómo y cuándo vamos a salir de ésta? ¿Cuál es su pronóstico?
-Tendremos unos primeros meses del 2021 en que habrá una tercera oleada, probablemente más suave, después de las caídas que algunos territorios están experimentando, como Madrid y Guadalajara. Por eso no hay que relajarse. Vamos hacia una bajada de la hospitalización y la UCI, pero si nos relajamos en Navidad y multiplicamos los contactos, habrá esa tercera oleada. Si se empieza a vacunar en el primer semestre habrá mejoría, y hacia final del 2021 vamos a estar bastante mejor.
“La pandemia económica y social nos llevará de seis años a una década en superarla”.
-Con la pandemia sanitaria ha llegado la pandemia económica, que amenaza con ser más larga, todavía.
-La económica y la social. Porque todo va encadenado. Y más en un país como el nuestro que depende mucho del consumo y los servicios. Si en España paralizas la movilidad estás deteniendo el país. Vistos los presupuestos, me recuerda a las medidas equivocadas de Zapatero cuando algunos dijimos que la solución no era aumentar la deuda, porque eso trae consigo un incremento del déficit y de los impuestos. Hay ayudar al que lo pasa mal, pero también al que produce y crea esa actividad. Se han hecho cosas, como el Ingreso Mínimo Vital, que el 95% no lo ha cobrado, pero que puede llevar a la cronificación de esa pobreza si no hay medidas activas de empleo; y se abandona en cambio a miles de autónomos y pequeños empresarios. Solo hay que pasear por la calle Mayor y ver el panorama. Nos vamos a apoyar en las ayudas europeas, que no dejan de ser algo coyuntural, y vamos a generar gasto que va a costar muchos años pagarlo. Se calcula que de seis años a una década.
-Las épocas de crisis han alimentado históricamente a los extremos y al populismo. ¿Es consciente de ello ahora que el PP con Casado ha girado al centro?
-Electoralmente hay dos polos, el Partido Socialista apoyado por Podemos, un partido antisistema y de los que no se sienten unidos a España; y otro formado por PP, CS y Vox, que nunca recibirán apoyos de los aliados de Sánchez. Aun así, en este último polo parece que no queremos ni hablarnos, cuando es notorio que si no se unen en España gobernará siempre la mayoría que ahora soporta al Gobierno. En mis últimas elecciones sumé al que había sido el número 1 de la lista de Vox y a la número 3 de Ciudadanos. Y ofrecí a Vox y de forma individual a algunos de Ciudadanos, sumarnos a una gran lista en el Ayuntamiento de Guadalajara. No fue posible. Mi diferencia con los extremos es que no podemos caminar hacia el frentismo en esta época de crisis y hay que tender puentes a la convivencia. Yo siempre lo intenté. Debemos respetar al que piensa de manera diferente. En esa línea va el discurso de Pablo Casado. Los populismos, de derecha e izquierda, rompen esos puentes y nos llevan a situaciones confrontación con las que no estoy de acuerdo.
“Si no se unen PP, Vox y CS en España gobernará, siempre, la mayoría que ahora soporta al Gobierno”
-¿Es posible llegar a acuerdos con el PSOE mientras gobierne con un partido como Podemos?
-Es muy complicado. Yo diferencio la socialdemocracia del comunismo, aunque haya gente que lo una. Pero, en este caso, los socialdemócratas del PSOE están tolerando esa unión socialcomunista, aunque les rechine cuando se lo dices. Soy partidario de los grandes acuerdos entre el centro-izquierda y el centro-derecha para dar estabilidad al país.
-La realidad es que esa mayoría Frankeinstein, Rubalcaba dixit, que soporta al Gobierno le está dando resultados a Sánchez, que si aprueba los presupuestos, como se espera, tiene garantizada la legislatura. Y por ahora no hay alternativa.
-Pablo Casado lo intentó con España Suma, pero los egos de algunos dinamitaron esa posibilidad. En Guadalajara habría sacado 2 diputados y 3 senadores, pero en el conjunto de España hubiera cambiado la configuración del Gobierno. Albert Rivera se marchó, es incluso crítico con el colaboracionismo de los actuales dirigentes, pero serán los ciudadanos los que nos llevarán a esa unión. Al partido Ciudadanos le va a ocurrir lo que al CDS y en las próximas elecciones desaparecerá; y parte de sus votantes vendrán al PP y otros al PSOE. Pero la deriva es la del CDS, un partido atractivo pero muy personalista que no sobrevivió a la marcha del fundador. Luego está Vox…
“Los socialdemócratas del PSOE están tolerando esa unión social-comunista, aunque les rechine cuando se lo dices. Soy partidario de los grandes acuerdos entre el centro-izquierda y el centro-derecha para dar estabilidad al país”.
-Con más de 50 escaños y que les ganó el Congreso al PP en Guadalajara. Impensable.
-Vox no es el fascismo como dicen algunos. Es gente que en la crisis se han visto decepcionados a lo que se unió la corrupción de algunos. Conozco a muchos de sus votantes en Guadalajara y estoy convencido de que haciendo las cosas bien esos electores pueden volver a votar a un partido, como el PP, y acercarse a posiciones de convivencia porque al electorado de Vox también le gusta la paz, el orden y la seguridad, no solo de la policía, sino la económica y la libertad. Esa unión la harán los militantes y afiliados más que los dirigentes que adoptan posiciones radicales.
“Mi diferencia con los extremos es que no podemos caminar hacia el frentismo en esta época de crisis y hay que tender puentes a la convivencia”
-Acaba de salir el decreto de la Fiscalía descartando que hubiera una prevaricación suya y de su vicealcalde en el asunto de la reapertura del Mercado de Abastos ¿Qué le sugiere?
-Respeto absoluto, como siempre, a las autoridades de la Justicia, por lo tanto no hay comentario sobre el decreto, que es el gran error que ha cometido el Equipo de Gobierno municipal con un comunicado haciendo cometarios sectarios sobre ese decreto, y que ha obligado a un comunicado aclaratorio, sin precedentes, por parte de la Fiscalía. Es un grave error judicializar la vida política y no hay antecedentes en la época democrática de que ningún alcalde denunciara a su antecesor. Porque no es un acuerdo plenario: la denuncia es personal de Alberto Rojo. Me dolió personalmente y se lo he dicho en una carta que le he escrito. Es un error utilizar los tribunales para tratar de sacar réditos políticos cuando no se tienen evidencias. No tenían informe de ningún técnico municipal, ni pruebas, y así ha quedado acreditado. Más vale que se dedicaran a presentar proyectos de futuro que no a denunciar a un ciudadano que ha sido alcalde de Guadalajara. Probablemente la inexperiencia y la inseguridad del actual alcalde le ha llevado a esto, pero ha abierto una brecha que es muy peligrosa.
-“Vox no es el fascismo como dicen algunos. Es gente que en la crisis se han visto decepcionados a lo que se unió la corrupción de algunos. Esa unión la harán los militantes y afiliados más que los dirigentes que adoptan posiciones radicales”.
-¿Y por la que va a meter el dedo el PP, me quiere decir?
-Con el alcalde actual la relación es escasa más allá del saludo protocolario. Yo me ofrecí a él el día antes de su toma de posesión cuando le llamé para anunciarle que yo no iba a tomar posesión, y así poderle poner al día de asuntos municipales que le habrían ayudado en los primeros meses. Él quedó en que me llamaría, y hasta hoy. Él despreció la colaboración que yo le ofrecí de manera leal, aunque luego él hubiera tomado las decisiones que quisiera. Yo no tengo mando en el partido provincial y no sé si tendrá consecuencias. Solo sé que no se puede ir a la Justicia para sacar unos titulares de prensa durante unos meses a costa de cuestionar la honorabilidad del alcalde que te precedió. Pero cada uno es como es.
“Es un grave error judicializar la vida política y no hay antecedentes en la época democrática de que un alcalde denunciara a su antecesor. Probablemente la inexperiencia y la inseguridad del actual alcalde le ha llevado a esto, pero se ha abierto una brecha que es muy peligrosa”.
-Este año tocaba Congreso provincial del PP.
-De manera ordinaria habría tocado a mitad del año. En junta directiva del mes de agosto se anunció que iban a renovarse los órganos provinciales en toda España, alguno se hizo, pero en los dos meses que he estado desconectado me he perdido. Parece que estaban convocados los de Ciudad Real y Albacete, en Castilla-La Mancha. Dado ese anuncio esperaba que se celebraran antes de final de año. Es necesario renovar porque el partido, que tiene que coger otro impulso, y los congresos son útiles bien continúe la actual dirección o venga una nueva etapa con otros dirigentes.
“Con el alcalde actual la relación es escasa más allá del saludo protocolario. Yo me ofrecí para ponerle al día de asuntos municipales que le habrían ayudado en los primeros meses. Él quedó en que me llamaría, y hasta hoy”.
-¿Cuál es su opinión sobre la continuidad de la actual dirección o bien participa de la opinión de José Ignacio Echániz de que se debería ir a una nueva presidencia por una persona de una generación anterior a la suya?
-Yo no hablo de generaciones. Hay gente con 60 o 65 años que pueden ser muy aprovechables por su madurez o por talante. La realidad es que los resultados en las últimas elecciones Generales en Guadalajara no nos acompañaron y pasamos a ser la tercera fuerza política en el Congreso, y habrá que ver qué mimbres tenemos para recuperar el liderazgo del centro-derecha en la provincia de Guadalajara. El PP ha tenido tres presidentes: Francisco Tomey, durante 16 años, yo estuve desde el 2000 hasta el 2012 y Ana Guarinos desde el 2012 al 2020. Son etapas que se van sucediendo y hay que cambiar para tomar impulso. ¿Ana? No sé si personalmente tiene intención, en cualquier caso los últimos resultados electorales y la situación general del partido exige un nuevo impulso y no sé si Ana está con ganas de afrontarlo. Yo creo que si Ana se presentara, lo que he oído en la provincia es que hay gente que considera que hay que cambiar para impulsar el partido. Si tiene que haber confrontación que la haya, pero en cualquier caso tiene que haber un cambio en las líneas política para que el PP vuelva a liderar el centro-derecha en Guadalajara.
“Venimos de un mal resultado electoral del que yo también, como candidato a la Alcaldía, soy responsable. Lo asumí y me marché. Creo que el que encabece debería ser una persona nueva con el reto de recuperar esas mayorías que tuvo el Partido Popular en la provincia”
-¿Tiene algún candidato al que apoye o prefiere una candidatura de integración?
-Si existe integración que sea verdad y no sea forzada. Y si existe confrontación que sea en lo político y no en lo personal. En mi primer congreso Luis Benito encabezó la otra candidatura, yo tuve el 80% de los votos, pero supuso una fractura que me costó algún tiempo restañar. Por eso soy partidario de que si puede existir un acuerdo con nuevas personas que impulsen el partido sería mejor. Pero eso no significa imposición. Yo estuve a punto de dar un paso a nivel regional frente a Paco Núñez , lo desestimé y le dije :”Paco, estoy aquí para apoyarte”. La confrontación es buena solo si es de ideas y de modelos, pero no cuando se trata de ocupar el puesto. Sería bueno contar con nuevas personas, pero no sobra nadie. No sobra Ana Guarinos, no sobra Antonio Román, no sobró Paco Tomey…Pero sí hace falta tomar un impulso. ¿Tengo un candidato? No. He oído personas que plantean presentarse y he oído de otras personas que tratan de influir para que se presenten otros. Hasta que no se convoque el Congreso no va a estar claro y por lo tanto no tengo un candidato. Creo que hace falta renovar las formas y las ideas porque venimos de un mal resultado electoral del que yo también, como candidato a la Alcaldía, soy responsable. Lo asumí y me marché. Creo que el que encabece debería ser una persona nueva con el reto de recuperar esas mayorías que tuvo el Partido Popular.