Sigue como un goteo constante las fiestas de botargas en la provincia. Este fin de semana, coincidiendo con San Sebastián, es el turno de dos que están declaradas, por la diputación provincial, como fiestas de interés provincias. Son las botargas de Mohernando y Montarrón.
Mohernando
Aunque son muchos los pueblos alcarreños que cuentan con botarga, solo en Mohernando existe la figura del bufón de palacio, cuyo origen se remonta al siglo XVI, cuando este “siervo” de los señores del lugar (antigua encomienda de Santiago) se incorporó a la fiesta tradicional junto a la botarga.
Cuenta la leyenda que el origen de esta fiesta fue las desavenencias matrimoniales entre Francisco de Eraso, y su mujer Mariana de Peralta, motivadas por los celos provocados por el derecho de pernada. Con el fin de poner en ridículo al marido y afearle la ofensa hizo que alguien de su servidumbre se vistiese de bufón, que con el paso del tiempo llegó a formar conjunto con la botarga, posiblemente existente mucho antes.
Los dos ejes principales de la fiesta son las evoluciones los personajes de «la botarga y el bufón de palacio» que anuncian el comienzo de la fiesta de San Sebastián, patrón de Mohernando, precediendo a la comitiva de gaiteros en su recorrido por las calles del pueblo para asistir a la misa mayo y posteriormente perseguir a mozas y chiquillos por la plaza mientras piden limosna; y el «reparto de la caridad del santo» al final de la misa, a base de pan anisado, queso, bacalao y vino.
La botarga viste de forma muy atractiva en colores verde, azul, rojo, rosa y azul, en las mangas una cinta negra recorrida por un hilo dorado, careta y cogulla y en la cintura cascabeles. El bufón de palacio lleva vestimenta arlequinada de colores rojo, naranja, verde, azul, rosa y amarillo, una máscara que cubre los ojos, nariz y parte superior de la boca, dejando el resto al aire y se tapa la cabeza con una capucha rematada por dos grandes cuernos terminados en cascabeles así como un cuerno de toro que cuelga de su cintura.
Montarrón
En la víspera de San Sebastián, el día 19, sale al atardecer el botarga; saltando , danzando y golpeando con sus enormes castañuelas en la espalda a quien se encuentra por las calles del municipio.
Se coloca la botarga como es usual en las inmediaciones de los arcos de la Iglesia parroquial para pedir limosna y luego accede con los fieles a escuchar misa con la cara despejada de máscara.
Ese mismo día, se celebra otro de los actos de especial relevancia, que es la clásica caridad o “las caridades” que consiste en el reparto por las autoridades, sacerdote y botarga de pan con anisillos, queso y vino, generalmente en porrón, mantenido el orden la propia botarga.
Es una de las botargas más interesantes por su grotesca máscara, su traje arlequinado, de colores chillones a grandes trozos contrapeados, con una joroba o zurrón y una caperuza en la cabeza; lleva un rabo denominado higa lleno de alfileres para que los niños no puedan tirarle de él, en la cintura campanillas y unas grandes castañuelas y una cachiporra con la que pega y amenaza al público.
Ese fin de semana y el siguiente se celebran las fiestas en honor a San Sebastián con diversos actos y comidas populares.