Hace unas semanas dedicaba mi post “Cuerdas que liberan” a Pedro Solís y su trabajo, cómo nacía “Cuerdas” y su nominación a los Goya 2014 en la categoría de Mejor Cortometraje de Animación. Días después de la resaca post-cabezón escribo estas líneas ante todo, para felicitarle y transmitirle mi más sincera enhorabuena. Un premio merecidísimo, no sólo por un gran trabajo técnico y artístico, sino por lo que hay de humano en él, y agradecerle el gesto de acordarse de los guadalajareños de los que decía “les oigo dar gritos desde aquí”. Y no te equivocabas Pedro, al menos en mi casa, al oír “Cuerdas” nos pusimos a gritar de alegría. Que lo disfrutes y que sigan viendo la luz proyectos tan bonitos como este.
Y de los dos Goya de Pedro Solís, (ganó otro galardón hace dos ediciones gracias a “La Bruxa” ) paso al Goya de José Luis Matas-Negrete, para los que no le conozcáis, este ciudadrealeño, ha producido “Aquel no era yo”, trabajo con el que ganó en la pasada edición un Goya al Mejor Cortometraje.
Un proyecto “intenso y conmovedor que trata de un tema de tanta actualidad como son los niños soldado en África y que, además de ofrecer buen cine, pretende sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática”, así describía Matas-Negrete su producción dirigida por Esteban Crespo.
El cortometraje “made in Spain” demuestra que es de muy buena calidad y se está empezando a premiar. Castilla-La Mancha poco o casi nada se conoce por dar al mundo grandes proyectos audiovisuales, pero he aquí dos claros ejemplos de paisanos (Solís es alcarreño de adopción) que están logrando triunfar.
Pero la cosa no acaba aquí en reconocimiento a nivel nacional, “Aquel no era yo” ha traspasado fronteras y está nominado a, ni más ni menos, que a los Óscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas que se entregaran el domingo 2 de marzo, en la categoría de Mejor Cortometraje de Acción Real.
Quizás los cortos no sean, no son los grandes protagonistas de este tipo de eventos y por esta razón hay que apoyarlos y darles el lugar que se merecen. En pocos minutos, estas cintas tienen el poder de transmitir y concienciar, de dar voz a los que no la tienen y de abrir los ojos ante problemas de los que no somos conocedores en profundidad. Y este es el caso de los dos trabajos de los que hablo, “Cuerdas” y “Aquel no era yo”, cada uno con una temática pero con un denominador común.
Mucha suerte para “Aquel no era yo”.