Otra ronda de San Miguel

La tradicional festividad de San Miguel, que se celebra el 29 de septiembre, ha estado siempre muy unida a la sociología de la provincia y, por ende, de la capital, pues esta era una de las fechas más señaladas del año para los labradores, al igual que la de San Pedro, que tiene lugar exactamente tres meses antes, lo era para los pastores. Por San Miguel se solían contratar, o renovar contrato, los “criados” con sus “amos” para el nuevo ciclo de tareas agrarias que se iniciaba con el otoño, al igual que por San Pedro se “ajustaban” los pastores con los dueños de los rebaños que, muchas veces, no eran solo de un amo, sino de muchos vecinos que aportaban sus ovejas y cabras para, sumadas todas las del pueblo, hacer viable el pastoreo comunal. San Miguel y San Pedro eran, por tanto, días muy grandes y celebrados en aquella Castilla que vivía de trabajar la tierra con su sudor y no de sobreexplotarla con el sudor de otros y de ella misma, como sucede ahora no solo aquí, sino también acullá, porque en todas partes cuecen habas, incluso donde no se siembran. Llegó a haber dos tiempos distintos en que las propias ferias de Guadalajara se celebraban en torno a la festividad de San Miguel, en la segunda quincena de septiembre: El primero, y más antiguo, desde 1760 -por privilegio de Carlos III- hasta finales del XIX, en que se volvieron a celebrar en octubre, en torno a San Lucas, fecha primigenia del histórico privilegio de celebración de dos ferias anuales -una en primavera y otra en otoño- otorgado a la ciudad por Alfonso X, exactamente cinco siglos antes, en 1260. La segunda etapa en la que las ferias de otoño tuvieron lugar a finales de septiembre fue entre los años 60 y los 80 del siglo XX.

Arrabal de Santa Catalina, Eras Grandes y la Carrera, con San Francisco al fondo. Litografía de Genaro Pérez Villaamil, c. 1837

Las ferias sesenteras que podríamos llamar “ye-yés” se adelantaron de octubre a la última semana de septiembre, precisamente, huyendo del mal tiempo que solía hacer cuando tenían lugar entre el Pilar y San Lucas (18 de octubre) y buscando el famoso “veranillo” de San Miguel; al menos, así consta en las informaciones de prensa y aún en las actas municipales en las que se recoge el debate sobre ese adelantamiento de fechas. Siendo ya alcalde Javier Irízar, tras la celebración de las primeras elecciones municipales democráticas después de la aprobación de la Constitución del 78, las ferias se fueron alejando de San Miguel y acercando a la Antigua, hecho que terminó concretándose ya en los mandatos de José María Bris y que rige actualmente pues suelen comenzar el lunes siguiente a la semana en que se celebra la festividad de la Patrona.
También un día de San Miguel, exactamente el de 1916, nació en Guadalajara su más notable figura contemporánea, el gran dramaturgo Antonio Buero Vallejo, aunque la ciudad tardó mucho tiempo en enterarse de ello. Lo digo con segundas, evidentemente, si bien también podría decirlo con primeras porque la ciudad no supo de él, más allá de su círculo familiar y amical, hasta que ganó el premio Lope de Vega, en junio de 1949, con su celebérrima “Historia de una escalera”. Con ella Buero subió el primer peldaño del éxito que le llevaría del entresuelo de la ignominiosa cárcel que injustamente penó por sus ideas políticas, hasta el ático del triunfo que para él supusieron los numerosos reconocimientos que mereció por toda su obra, especialmente su entrada en la RAE (1971), el premio Cervantes (1986), la Medalla al Mérito de las Bellas Artes (1994) y el Premio Nacional de las Letras (1996), entre mucho otros. Pese al confeso agnosticismo de Buero -él decía que tan difícil era afirmar que había Dios como que no lo había-, la festividad de San Miguel, el arcángel soldado de ese Dios de cuya existencia dudaba, pero no negaba, siempre fue una fecha de referencia para él, primero por ser la de su propio cumpleaños y, segundo, por ser la de la onomástica de su gran amigo y paisano, el poeta humanense Ramón de Garcíasol, Miguel Alonso Calvo para el registro civil.
Y aunque para el común de los mortales -que somos todos, pese a que algunos petulantes no se quieran contar entre nosotros- ha pasado desapercibido el hecho, el pasado día de San Miguel tuvo lugar una curiosa efeméride, según nos recuerda el gran historiador y artista plástico que es Pedro J. Pradillo en una de sus obras dedicadas a la capital de la provincia, que conoce mejor que nadie, titulada “El paseo de la Concordia (Historia del corazón verde de Guadalajara)”, editada por aache en 2015. En ese librito, de lectura absolutamente recomendada, el también técnico municipal de patrimonio recoge que el último día en que tuvo lugar el alarde de caballeros de la ciudad fue el de San Miguel de 1522, o sea, hace ya 500 años de ello. El alarde siempre tenía lugar en esa fecha y, como es sabido, consistía en la obligación periódica que los caballeros tenían de exhibir públicamente sus caballos y armas, para poder seguir siendo considerados como tales. No se trataba de un ejercicio de mera fanfarronería, sino muy práctico y lucrativo pues los caballeros de alarde estaban exentos de pechar, o sea, de pagar impuestos, a cambio de poner sus caballos y armas a disposición de la ciudad en caso de ser requeridos por el rey para la batalla. Los alardes de caballeros de Guadalajara se celebraban entre el arrabal de Santa Catalina (ermita situada en el lugar que hoy ocupa la calle Nuño Beltrán de Guzmán, pasaje peatonal entre el Amparo y María Pacheco) y las Eras Grandes de la ciudad, sobre las que en 1854 se construyó el paseo/parque de la Concordia. Precisamente el nombre de la Carrera que hace poco se le ha puesto oficialmente -aunque popularmente ha sido siempre así conocido- al antiguo tramo de Boixareu Rivera que da al muro de la Concordia, deviene de las carreras a caballo que los caballeros de alarde hacían allí el día de San Miguel tras ser convocados en la víspera. Este curioso dato que aporta Pradillo en su libro está tomado de la “Historia de la Muy Nobilísima Ciudad de Guadalajara”, manuscrito fechado en 1653 y del que es autor Francisco de Torres, uno de los historiadores más notables de la ciudad y aún con calle en ella. Y en la cuesta de San Miguel estuvo la iglesia del mismo nombre, de la que solo queda la magnífica capilla de Luis de Lucena… Me reitero en la idea de que Guadalajara es una ciudad que se quiere poco y que duda mucho de sí misma. Gran parte de este problema radica en que los guadalajareños apenas conocemos su historia y que nos suena más San Miguel por las cervezas de esta marca que por las muchas cosas que aquí acontecían y acontecieron en la celebración de su festividad. Pues nada, que nos pongan otra ronda.

Guadalajara, ciudad Gigante

Guadalajara, sábado, 14:00h de la tarde, la calle Mayor y Bardales llenas hasta la bandera de música, gente, bailes, risas… ¿El culpable? El Gigante.

Una zona que cualquier fin de semana carece de ambiente, ha conseguido revivir gracias a la genial idea de ubicar un escenario del festival en la Plaza Mayor y no sólo eso, también la iniciativa “Vermú Gigante” en la zona de Bardales.

No sé a vosotros, pero a mí me llena de orgullo que la ciudad se llene de gente, se lo pase bien en ella y salga a la luz ese diamante en bruto que lleva dentro. La cuestión es: necesitamos más “gigantes” durante todo el año. Un acierto ha sido ampliar el radio del festival; mientras que la pasada edición (la primera) se ciñó únicamente a las pistas de la Fuente de la Niña.

Conversando con repetidores del festival,  todos coincidían en que este año se ha superado, ha mejorado con respecto al anterior, el éxito queda reflejado en la gran afluencia de público. ¿Qué nos deparará la tercera edición? Porque todos damos por hecho que este Festival tiene madera para convertirse en uno de los imprescindibles en el panorama indie-rock español y consecuentemente, Guadalajara pasaría a ser una ciudad con presencia, joven, moderna y con un gran potencial, calificativos que hasta la fecha, por desgracia, no se asocian a ella.

Llega la tarde-noche, los festivaleros se mezclan con peñistas preparándose en la antesala de las Ferias, con visitantes,  con ciudadanos que salen a pasear en su recorrido habitual y quedan perplejos al ver la cantidad de gente que llena La Concordia, San Roque, la Fuente de la Niña… Se acerca el momento más esperado; por delante las actuaciones de Dover, Dorian y Vetusta Morla, los tres grandes grupos protagonistas de la segunda jornada del Gigante 2015. Y no decepcionan.

Veteranos ya en esto, los Dover tocan nuevas canciones pero también aquellas del primer disco que algunos ya escuchamos en su visita a Guadalajara en Ferias allá por el año 2000 si no recuerdo mal, en el Auditorio Municipal, hoy el recién inaugurado Parque Adolfo Suárez. Qué grandes noches…

Dover finalizaba y llegaba Dorian, en su gira de aniversario “10 años y un día”, era uno de los grupos más esperados por los gigantes. Sonido limpio, banda impecable, incluidos un trío de cuerda que interpretó sus canciones más aclamadas. El momento más vibrante del concierto vino de la mano del tema “A cualquier otra parte”, cantado y bailado por todos los que allí nos reuníamos. Para poner el broche de oro a la actuación, se esperaba “La tormenta de arena”  y así fue, al ritmo de sus acordes y bajo una lluvia mágica de pequeños papeles, cerraban una de las mejores actuaciones del festival.

Dorian dejaba el pabellón muy alto para el próximo grupo: Vetusta Morla, los más deseados. Dentro de su gira La Deriva, nos visitaban tras haber aterrizado en ciudades como nuestra homónima en Jalisco. Interpretaron también canciones de sus discos “Un día en el mundo” y “Mapas”, los que ya las conocemos no nos cansamos de escucharlas una y otra vez, y es que Vetusta, crea adicción. Llegaba la última canción, La cuadratura del círculo, o eso nos pensábamos, ya que ellos siempre finalizan su espectáculo con ella. Pero esta vez no, nos quedaban por delante Los días raros, el cierre del punto álgido de la noche y de lo que suponía el último día del festival. Por delante El Columpio Asesino y otros grupos que alargarían hasta la madrugada esta edición del Gigante.

Tras dos días intensos, toca recogida y los que nos han visitado, regresar a sus ciudades con la vista puesta en la próxima edición; la ciudad la espera y la necesita. Guadalajara ya es la ciudad Gigante.

 

 

 

Con Ganas de Gigante

“¡Queremos Festival Gigante 2015!

Porque Guada es muy muy grande, se merece un GIGANTE”

Con estas frases cerraba el post “Con G de Gigante” en este diario hace aproximadamente un año. Nuestros deseos se han visto cumplidos porque este próximo fin de semana arranca la segunda edición del Festival Gigante.

Son muchas las expectativas puestas en este Gigante y es que no es para menos, este año grupos consagrados como Dover; Corizonas (nacido de la fusión de Los Coronas y Arizona Baby) imprescindibles en cualquier festival alternativo español; Dorian con su toque electrónico exportado a Europa y Latinoamérica,  y uno de los conjuntos con más proyección del panorama musical en España y cada vez con más presencia en Latinoamérica: Vetusta Morla, serán entre otros, los encargados de hacer vibrar la ciudad en la antesala de sus Ferias y Fiestas.

Quizás las vacaciones se hayan acabado, el calor afloja y toca volver a la rutina, pero desde luego, la depresión post-vacacional se lleva mucho mejor con lo que se avecina en Guadalajara y el pistoletazo de salida lo pone el Gigante este viernes 4 de septiembre en la “Fuente de la Niña”.

cartel_gigante_2015Tres son los escenarios a los que se van a subir decenas de artistas y grupos, lo que supone, una de las novedades que plantea el festival respecto al año pasado: el sábado en la Plaza Mayor, actuaciones gigantescas que amenizarán la hora del vermú sin duda alguna. Una gran idea para dar vida a la ciudad fuera de las fronteras del recinto que permitirá reunir como espectadores a abonados y no abonados del festival. Un formato que desde hace años practica uno de los festivales con más solera en España: el Sonorama-Ribera en Aranda de Duero, que este año ha cumplido su mayoría de edad. Las calles del pueblo se llenan de gente, música, buen rollo y ¡el sector hostelero encantado!

Mencionaba algunos de los grupos con más renombre y quizá más populares en la música alternativa (por poner una etiqueta, aunque las etiquetas nunca me han gustado cuando se trata de música) de nuestro país, pero muchos son los conjuntos que hacen que el Gigante sea una realidad: pienso por ejemplo en el dúo alcarreño Idealipsticks; Daniel Marco, en su día vocalista de Despistaos, muy ligado a Guadalajara y grupos como Fizzy Soup que actúan en el Gigante tras haber sido ganadores de un “Concurso de Grupos” organizado por una conocida marca de bebidas.

Los más festivaleros están de enhorabuena, una cita más anotada en el calendario y con la vista puesta, no tanto en ver a los grandes cabezas de cartel, sino también en vivir el ambiente que promete el Gigante descubriendo nuevos sonidos y mensajes de grupos incipientes que vienen pisando fuerte.

Sólo queda esperar para confirmar lo que se vaticina. Lo que sí es una realidad, es que supone un paso de gigante para una pequeña capital como Guadalajara, a veces olvidada, acoger un festival de música de esta índole.

¡Nos vemos en el Gigante!

 

 

 

¿Hasta que la muerte nos separe?

 

Debido/Gracias a las vacaciones me entero relativamente “tarde” (10 días después de que saltara la noticia) de que la red social Facebook va a incorporar una función nueva que no es otra que la de nombrar a un “contacto de legado”; que no os engañe el eufemismo, esto viene a decir, que a partir de unas semanas, podrás designar un heredero de tu cuenta en caso de fallecimiento. Sí, han oído bien.

Facebook está presente en nuestras vidas de tal manera que es testigo de nuestros viajes, de nuevas amistades, de reencuentros, de amores, de desamores. Es vía de comunicación gratuita para familias separadas por miles de kilómetros, lugar de reunión, de postureo, fuente de información, también fuente de dinero para pequeñas empresas que no tienen presupuesto para anunciarse en los grandes medios y Facebook les ayuda por precios bastante económicos, a llegar a sus potenciales clientes…

A priori, compensa tener un perfil en esta red social, no nos cuesta un céntimo tenerlo, en todo caso, el precio a pagar es intangible ya que la intimidad personal está en juego. Si utilizamos bien esta herramienta, podemos limitar el acceso a nuestra información: lo más recomendable es configurar la cuenta de esta manera.

¿Y qué obtiene Facebook a cambio? Miles de millones de dólares. Eso sí, las cuentas han de permanecer activas para que tengan beneficios.

La opción de nombrar un heredero de tu cuenta, ya está implantada en EEUU y ahora va a llegar al resto del mundo. Y es que, si Facebook está presente en nuestras vidas, siendo realistas aunque un poco macabros, también en la muerte. Por eso las cabezas pensantes de la compañía, ponen a nuestra disposición un servicio de testamento para que dejemos en manos de quién queramos nuestra cuenta cuando pasemos a mejor vida.

Pero, ¿para qué queremos que nuestra cuenta siga viva una vez nosotros nos hayamos marchado? No se me ocurre nada más siniestro que ver un “A Pepito Pérez le gusta tu foto” cuando el pobre Pepito está criando malvas… No, definitivamente no, es un límite que no quiero franquear. Nada de legar cuentas, en todo caso legarlas para cerrarlas y que descansen en paz.

Entiendo que hay opiniones para todos los gustos, quizá haya personas que quieran conservar esas cuentas para mantener viva la memoria de sus seres queridos también en las redes sociales, pero ¿es necesario que Facebook incentive esto? No, no lo es, pero se aseguran más cuentas activas, o lo que es lo mismo, más facturación.

Ya no hay quién las pare, están en nuestras vidas hasta el infinito y más allá como decían en Toy Story; estamos casados con las redes sociales y ni la muerte ya nos separa de ellas.

 

CarnaValentín

Este año dos hitos marcados en el calendario a fuego por marcas y anunciantes coinciden en espacio y tiempo para su deleite.

Carnaval y San Valentín ya tienen su propio hashtag: #CarnaValentín. Lo que Twitter ha unido, que no lo separe el hombre. Y es que en esta amorosa fecha, vuelven las promociones, los regalos, las escapadas románticas, las escapadas carnavaleras, los bombones, las flores, los disfraces… Sólo de enumerarlo ¡ya agota!

Año tras año se repiten los mismos mensajes, mismos tópicos de los que no tenemos escapatoria posible. En prensa, revistas, televisión, radio, redes sociales, vallas publicitarias, cines. La publicidad invade nuestras vidas con mensajes festivos, amorosos y románticos.

No es nada nuevo, ya estamos cansados de lo mismo pero he aquí un ejemplo de que la creatividad publicitaria no ha muerto (lo que es un alivio para una publicitaria)

La comunicación comercial pura y dura sí está en vías de extinción. Las grandes marcas – grandes no por su capital, sino por los valores/emociones que saben transmitir al público- apuestan por la comunicación 360º, por la creación de experiencias, convertir un producto o servicio en algo más que material para los usuarios. Añadir un plus a la publicidad, un contexto, una forma y un contenido. Es lo que se denomina “branded content”.

Es una gran alternativa a la publicidad tradicional, que genera engagement (compromiso) porque invita al espectador/cliente a vivir experiencias, a compartir sus opiniones. Las marcas proponen un tema, un juego, una chispa que capta la atención del público y el resto ya va sobre ruedas.

Este #CarnaValentín es un gran ejemplo. Aprovechando que este hashtag, este tema está siendo muy sonado en las redes sociales, en concreto, en Twitter, marcas como Llao Llao, invitan a la participación de dos concursos con motivo de estos dos eventos. El #Disfrallao es el especial Carnaval y el “Celebra San Vale” el correspondiente al día del amor. Son acciones modestas, que no conllevan apenas inversión ya que, organizar un concurso y promocionarlo en redes sociales o en su propia web, es fácil, bonito y barato. Una opción rentable que, además, crea notoriedad y viralidad.

Pero el branded content, también puede conllevar una inversión publicitaria considerable. Sería el equivalente a “jugar en Primera”: hablamos de El Corte Inglés. Algo sorprendente para los que conocemos el historial publicitario de estos grandes almacenes: “Ya es primavera en El Corte Inglés” emitido, probablemente allá en los meses de invierno, en plena ola de frío polar. “Ven a los 8 Días de Oro” y “La vuelta al cole” en julio. Pues bien, su chip ha cambiado y nos ha dejado boquiabiertos con 5 micro-historias dirigidas por el cineasta Pérez-Toledo.

Historias de personas de a pie, con las cuales es fácil de identificarse. No hay famosos. Con ellas, dos temas, dos hashtags con los que poder dar juego en redes sociales: #ElAmorMola y #PensandoenSanValentín. Los vídeos son guantes lanzados para que el espectador los recoja y pueda compartir sus historias desde sus casas, a través de las redes sociales en especial.

Así sí, un diez para el branded content y para el marketing de experiencias. Porque “no somos tontos” (como dice Media Markt en sus comunicaciones) y bien sabemos que sea San Valentín, Carnaval o cualquier día festivo, lo que quieren es que compremos sus productos o contratemos sus servicios, esto no va a cambiar, no nos engañemos, pero si nos lo “venden” de una forma simpática, más a gusto lo compramos.

¡Feliz #CarnaValentín!

 

 

Ultra-lamentable

En un día como hoy, no he podido evitar abrir el portátil y buscar, investigar, leer… No podía pasar inadvertida la actualidad que nos ocupa: “Fallece el hincha del Depor herido en una pelea entre Frente Atlético y Riazor Blues”. Este es el titular que hace unas horas ocupaba cada una de las cabeceras de medios nacionales, regionales y locales y abría cada uno de los informativos del día.

Sin aún dar crédito y aún impactada por la noticia, navegaba por la red en busca de información, datos, el comportamiento de estos grupos de barras bravas como dicen en Argentina. Pues bien, lo primero, el origen: el panorama ultra en España es “joven” en comparación al resto de Europa. Transcurría el año 1975 cuando un grupo ligado al Sevilla FC, llamado Biris Norte, aparecía en los fondos pero, no era hasta finales de los 70`cuando la peña del Atlético de Madrid Rubén Cano (actual Frente Atlético), influenciada por los modelos establecidos en Inglaterra e Italia, importaba el movimiento ultra a España.

Tras este dato, he buscado cómo se organizan, cuáles son sus “códigos de honor” y lo que más me ha impresionado es la cantidad de actos que se celebran cada fin de semana cuando juegan los equipos de los cuales son hinchas (por decirlo de alguna manera) Todo lo que hay detrás de un grupo de esta índole; sus peleas no son fortuitas, ni en muchas ocasiones fruto de un calentón. Estas peleas son verdaderas guerras organizadas de principio (pero no a fin). Los ultras rivales entre sí quedan previamente al partido, mediante foros privados, chats, mensajería instantánea. Ponen fecha, hora y “condiciones”. Esas condiciones son las normas del “juego”, qué armas se pueden utilizar y cuáles están prohibidas. Todo un mecanismo perfectamente engranado.

Hay auténticas alianzas entre estos grupos, ultras que apoyan las causas de otros similares a ellos, normalmente por ideología. En el caso concreto de hoy, Riazor Blues, de ideología de extrema izquierda y el Frente Atlético, de ultra-derecha. Una mezcla explosiva que hoy ha llegado a ser mortal.

Me da auténtico asco, como aficionada al fútbol, al deporte, a la deportividad y al espíritu de lucha pacífica en el terreno de juego. Lo de hoy no es nada de lo anterior, ni siquiera son auténticos aficionados ya que, en la mayoría de las ocasiones, el fútbol y su equipo pasan a un segundo plano. Lo principal es dar leña y atacar sin pestañear.

Es una pena asociar estos movimientos al deporte, pero en la cruda realidad no podemos separar fútbol y radicales. Es una verdad, es lo que hay. No hay más que ir una tarde de sábado o domingo a uno de los estadios en los cuales se esté disputando un encuentro liguero: ¿Quién anima más que nadie? ¿Quién levanta al resto de la afición? Por desgracia, la respuesta es los ultras. Estos grupos que por estos motivos nos han parecido simpáticos, apasionados por su equipo. Pero hoy, una persona ha muerto; uno de ellos se ha ido. Hoy ha sido Jimmy y era del Depor, pero podría haber sido “Pepe” del Atlético.

Qué pena, qué rabia, qué lamentable. No puedo pensar ni decir otras palabras. Condenar lo sucedido y los comportamientos dignos de salvajes, de la sin razón y de idearios que, a estas alturas de la vida, deberían estar extinguidos.

Y después de esto, me voy a ver el fútbol, con un ánimo diferente pero con la esperanza de que esto acabe algún día.

 

 

La casa por el tejado

Hace unos días visitaba, junto con mi familia, el Museo Arqueológico Nacional situado en pleno corazón de Madrid, centro neurálgico del lujo, de las marcas más  exclusivas – y caras- del mundo. Consumismo aparte, fuimos directos al edificio y una vez dentro, lo de fuera es como si nunca hubiera existido; ahora estábamos en otro tiempo, en otra época, en otro lugar.

¿Por dónde empezar? Por la pre-historia. Periodo que todos estudiamos en el cole y el cual ya recorrimos algunos en su día cuando nos trajeron de excursión a este mismo museo, hace casi 20 años (madre mía).

Refugios, cabañas, herramientas – muchas de ellas halladas en la provincia de Guadalajara -de un periodo y otro: el Imperio Romano; los reinos cristianos, las civilizaciones de Egipto, Grecia… Un recorrido espacio-temporal que nos descubre y muestra antiguas y extrañas costumbres, anécdotas que en su día se te escaparon porque estudiar “era un rollo”.

Después de unos cuantos siglos de viaje, volvíamos al XXI: gente por todas partes, coches, autobuses, tiendas, más tiendas, bares… la calle Serrano en estado puro.

Parece una nimiedad, pero he aquí el gran salto de la humanidad, el “dónde hemos ido a parar”, la importancia que ha adquirido el cómo y dónde comemos; cómo nos vestimos… Y es precisamente en este punto, cuando volvemos al origen. Y este origen de todo, se materializa en la desnudez.

No, no me he vuelto loca. Para locos, los concursantes del nuevo juguete de la televisión pública de nuestro país, el reality show “Adán y Eva”.

Privilegiados que no lo habéis visto, os pongo en situación. El contexto, una isla “desierta”, una “Eva” y un “Adán”, estos son los concursantes, que no se conocen entre sí, y los juntan en la playa en la que aparecen como su madre les trajo al mundo. Allí tienen un par de días para conocerse de forma inversa a lo que la sociedad a lo largo de los siglos ha establecido: primero se ven desnudos, si se gustan, la siguiente fase es vestirse y así comenzar “una relación” en la vida real. Nada forzado, nada…

El pudor no existe, y la vergüenza tampoco. Una vuelta a los orígenes artificial, una básica desnudez pero compleja a la vez, sin intimidad,  porque ha sido creada para ser retransmitida. Un “empezar la casa por el tejado” que algún día fueron los cimientos de la humanidad, sin testigos. Hoy, los testigos son 2.558.000 espectadores con un 13,8% de share.

Ver la tele está muy bien, es más, ver realitys también, por qué no. Pero no está nada mal tampoco hacer una visita que otra a los museos, leer libros, descubrir de la forma que sea lo que algún día fue nuestro modo de vida…en resumen, mantener viva nuestra cultura. Cuidémosla.

 

Hay esperanza en la deriva

 

Si hace unas semanas Guadalajara se ponía guapa para acoger el festival de música Gigante, del que os hablaba en el post anterior, este fin de semana era el turno de Azuqueca Live. En él, 5 grupos tocarían desde las 21,00 hasta pasadas las 04,00 de la madrugada.

Paff Booms, Kapanga, La Pegatina, Vetusta Morla y Love of Lesbian. Sin duda, estos dos últimos referencia del indie español. Todo el corredor del Henares y parte de Madrid, una vez más se movilizaban a nuestra provincia, de tal forma, que algunos tuvimos que aparcar en el campo santo de la localidad, casi en Meco si me apuro.

Mi atención estaba puesta al 100% en Vetusta Morla, grupo de referencia para mí desde hace unos años. Después de verles en festivales como el Sonorama de Aranda de Duero; en la sala La Riviera de Madrid y en la propia Guadalajara, no podía perderme su visita a, como ellos dicen, “estos lares del Henares” en la que presentaban su tercer disco “La deriva”.

Después de sus trabajos “Un día en el mundo” y “Mapas”, desembocan en La deriva, álbum que da nombre a la canción con la que abrieron el concierto. La locura se desataba, la locura que Pucho y compañía saben desatar desde el primer acorde.

La clave del éxito es su música, diferente y combinada con letras siempre de mensajes escondidos en metáforas que nunca nadie antes había escrito. Poesía del siglo XXI que engancha, que emociona, que te abre los ojos, que te moviliza. Un canto a la esperanza y a eso de “tirar p’alante” cuando las cosas no están a tu favor.

Habrá que inventarse una salida. 
Que el destino no nos tome las medidas.
Hay esperanza en la deriva

Llegaba el momento de recordar canciones de los discos anteriores, el complejo San Miguel se venía más arriba aún con Maldita Dulzura, Valiente, La cuadratura del círculo, Copenhague… Algo había cambiado, incluso las melodías de siempre, sonaban de otra manera. Vetusta las ha reinventado, ha experimentado con otros sonidos y las ha adaptado a su nueva era.

De menos a más fue transcurriendo su momento: 2 horas de piel de gallina permanente que finalizaban con Fiesta Mayor y El hombre del saco. Llegaba la hora de la despedida y con ella, un discurso que en un principio parecía ser el mismo que mantienen muchos artistas, como es el “gracias a todos vosotros por haber pagado una entrada, de la cual el 21% se va para el Estado…” El momento reivindicativo iba más allá, más allá de la política; unas palabras que decían algo así como:

Todos estamos inmersos en alguna que otra deriva, hay derivas sociales, económicas, sociales, sanitarias, mundiales… Vivimos en presente continuo por tanto, hay que caerse, tropezarse, saber levantarse, esto es la REVOLUCIÓN HUMANA.

Cada cual que tome las medidas necesarias para conseguir el fin para el cual estamos en la Tierra: SER FELICES.

                                               ******

Para los que no conocéis su música, el mensaje iba hilado a las letras de sus canciones, un canto al esfuerzo que tenemos que hacer en estos tiempos, un canto a la fortaleza y a la valentía para salir hacia delante y superar las derivas que se nos presenten.

Sólo puedo expresar agradecimiento, por haber vivido una noche mágica, por sus palabras, por sus letras, por su música, por sus silencios, por haber desconectado de los grises del día a día y dar gracias por la amistad, por compartir los días raros.

Merece la pena pararse un momento, y escuchar, sólo escuchar.

 

Con G de Gigante

 

Con “G” de Guadalajara, de guapa, de gentil, de grande, de GIGANTE.

La inicial de nuestra ciudad es a la vez la inicial de palabras, de sentimientos que la describen a la perfección. Si algo tiene Guadalajara es esa esencia, esa capacidad de sorprendernos.

Como os habréis dado cuenta, no hablo de extensión física ni geográfica, esa nunca ha sido una de nuestras competencias, ni lo hemos pretendido. Los que en ella habitamos y sobre todo, vivimos, disfrutamos del pequeño gran tesoro que nos brinda.

Desde el pasado fin de semana, Guadalajara se conoce por GIGANTE, palabra elegida (y con acierto) para nombrar la primera edición de un festival de música indie Made In Spain. Y es que hemos alucinado, propios y extraños. Los amigos madrileños no daban crédito de cómo una ciudad como Guadalajara (a la que algunos tildan aún de “pueblo”) haya montado un festival de estas características, consiguiendo reunir en un mismo cartel a grupos de moda en el panorama independiente y, sobre todo, a ese precio. Críticas todas buenas. ¿Ahora qué? ¿Seguimos siendo un pueblo?

Como amante de este tipo de música y festivales, he vivido uno de los mejores findes desde hace tiempo: disfrutar de tu música, en tu ciudad, con tu gente, con los de aquí de toda la vida,  con los que vienen de visita, al aire libre, en las Pistas de la Fuente de la Niña, al lado del parque de tu infancia, adolescencia y juventud… ¡no tiene precio! Bueno, sí lo tuvo, pero muy económico por cierto.

No todos conoceréis a Niños Mutantes, a Sidonie (un clásico), a Izal, Lori Meyers, Dinero… pero ellos, han sido algunos de los grupos que han figurado como cabeza de cartel en festivales de la talla del Sonorama de Aranda de Duero con ediciones desde 1998 y logrando reunir a lo mejor del panorama nacional e internacional de la escena indie pop-rock. Esos mismos grupos los hemos tenido en tierras alcarreñas durante dos intensos días. ¡OLE!

Buen ambiente, familiar, cercano…una maravilla. Los cronistas de los principales medios de comunicación españoles, sobre todo en el ámbito digital, no han podido hablar mejor de Gigante. Un aplauso a Producciones Malvhadas y a la Concejalía de Juventud, ¡queremos Festival Gigante 2015!

Porque Guada es muy muy grande, se merece un GIGANTE

 

No eres de Guada si no…

 

Guadalajara, esa pequeña capital de provincia que pasa inadvertida entre el resto de ciudades de España, sí, esa tierra que es la nuestra y que de “pequeña” sólo tiene datos geo-demográficos ya que en su interior posee una grandeza que sólo los alcarreños conocemos de principio a fin.

Este orgullo de pertenencia es compartido por la gran mayoría y se demuestra allá donde vamos, porque “aquí todos nos conocemos”, somos como una pequeña gran familia, con sus defectos y virtudes.

Vivimos en la era 3.0 y los alcarreños no podíamos ser menos, teníamos que estar presentes de alguna forma. ¿Por qué digo esto?

Como algunos ya sabréis, en la red social Facebook, desde hace unos días, se ha creado un grupo llamado “No eres de Guadalajara si no…” en el que cualquiera con perfil en esta red, puede solicitar unirse. Eso sí, la gracia reside en ser de Guada “de toda la vida” ya que todos los comentarios y publicaciones giran en torno a anécdotas, vivencias, lugares y personajes entrañables de la ciudad que los miembros del grupo comparten con el resto.

Unas horas han bastado para que el grupo se extendiera como la pólvora; en sus primeros días de vida ya ha alcanzado 3.003 miembros (a cierre de este post) con un ritmo de publicaciones de vértigo: ¡una vez que empiezas a escribir, no puedes parar! Hablo desde la experiencia ya que soy parte de esta divertida y a la vez nostálgica iniciativa.

De todas las edades y épocas, hay anécdotas que sólo se conocen por generaciones, pero ahí está también la riqueza, en el mix de edades, perfiles… Lo que sí tenemos en común todos los que en él nos hemos reunido es el cariño y el buen recuerdo que nos queda de todo lo vivido en la infancia, juventud y demás etapas.

No eres de Guada si no…fuiste las tardes de verano a los teatrillos de marionetas del merendero de San Roque; si no bebiste agua de la fuente-tronco; si no diste de comer a los patos del estanque; si no aprendiste a nadar en la “L” de la Muni; si no comiste gusanitos mientras jugabas en los columpios de La Concor… Estos son algunos de mis recuerdos, sólo una parte, ya que al igual que todos los alcarreños, podría escribir mil anécdotas e historias en todos y cada uno de los rincones de la ciudad.

A todos nos gusta recordar aquellos maravillosos años, personalmente, estoy encantada con el grupo ya que he recordado aspectos que mi memoria había ocultado y que al volver a verlas, me han traído muy buenos recuerdos. Un ejemplo es el quiosquero Pepito, al que siempre iba a comprar chicles; cuando pedías uno te decía: “¿Con veneno o sin veneno?”, ya no me acordaba de esto, hasta que uno de los componentes publicó aquello. ¡Qué “grande” Pepito!

No quiero quedarme anclada en el pasado, porque da la sensación de que Guadalajara sólo tuvo una vida bonita en el ayer y no es así. Quizás tengamos la tendencia a guardar con más cariño lo que ya pasó pero también tienen cabida en este rinconcito 3.0 los hechos presentes.

Sea como fuere, una suerte haber nacido en Guadalajara, en la Alcarria, en Castilla y poder compartir parte de la historia, de la vida en estos lares, las redes sociales a las que estamos colgados día y noche.

Lanzo una de despedida (o de “hasta luego”, mejor dicho):

No eres de Guada si no te han preguntado cuando has viajado: “¿De Jalisco-México?”

 

Ir a la barra de herramientas