Una gran institución económica reclama algo que nos afecta

La Cámara de Comercio de Estados Unidos en España es la más relevante institución cameral extranjera que opera en nuestro país. Valga con estos datos: representa a más de 280 empresas asociadas que tienen una facturación de 248.000 millones -nada menos que la sexta parte de nuestro PIB-,y que generan más de un millón de empleos directos e indirectos. Casi el 20% de la inversión extranjera en España es de empresas americanas.

Pues bien, esta institución cameral está preocupada por la debilidad de la economía española en un campo, como es la competitividad, y que convive con otros datos macro que  sin embargo son favorables al crecimiento de nuestra economía en los dos próximos años si lo comparamos con los problemas que afectan a las dos locomotoras europeas: Francia y Alemania. Y de cara a mejorar esa competitividad nos propone reducir el coste energético en un 20% para 2028. Con este objetivo, la Cámara Hispanoamericana señala en un documento hecho público estos días que habría que alargar la vida útil de las centrales nucleares hasta el periodo 2035-2040. Esto aseguraría, sostiene la Cámara, “una fuente estable de bajas emisiones durante la transición hacia un sistema basado en renovables”. En lo que nos toca, la central de Trillo debería estar funcionando como poco hasta 2040 y no cerrar en 2035, como sucederá si no se cambia el calendario del actual gobierno. Lo que argumenta la Cámara es que de esta manera se evitaría una mayor dependencia de los ciclos combinados de gas, una energía vinculada al suministro de la Rusia de Putin.

Nadie en su sano juicio puede cuestionar que el futuro de un país como España son las energías renovables y especialmente la solar, porque tenemos el mejor y más barato combustible de Europa. De igual manera, solo desde el fundamentalismo ideológico se puede defender un apresurado cierre de sus centrales nucleares,  que se iniciará el próximo año con Almaraz 1 y terminará en 2035 con CNTrillo, porque España caería en los mismos errores que le han llevado a Alemania a una suicida dependencia del gas ruso, lo que ralentizaría su proceso de industrialización y la capacidad para frenar las deslocalizaciones en los procesos productivos. Incluso una antinuclear de libro, como es la anterior ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha tenido que transigir para ser elegida Vicepresidenta europea en el precipitado desmantelamiento de las nucleares europeas, que en 2022 consiguieron la etiqueta verde de la Comisión Europea al no producir emisiones de efecto invernadero. Ante estos cambios, entre los que merece tenerse en cuenta las ventajas de los pequeños reactores nucleares desarrolladas por Francia, con mayor capacidad productiva, cabría plantearse si España no debería reflexionar sobre ese calendario de cierre que se adoptó antes de las crisis de Ucrania y Rusia, y que ahora no obedece a criterios objetivos sino ideológicos. ¿Por qué no puede seguir funcionando un reactor nuclear como el de Trillo más allá de 2035 si se puede actualizar y supera las inspecciones del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)? Solo un mal funcionamiento de la instalación lo desaconsejaría, cosa que no ha sucedido en los 38 años de funcionamiento hasta el punto que desde la central alguna vez han recordado que  en Toledo hay el doble de radiactividad natural que en el entorno de Trillo.

CN Trillo debería cerrar con el actual calendario en 2035./GUDiario.

Pero hay otro problema: me extrañaría que las empresas del sector vayan a pelear esta prórroga en las condiciones actuales, porque sufren una fiscalidad por encima de cualquier otro sector energético por parte del Estado y las Comunidades Autónomas, que les ha llevado a replantearse su continuidad. Esta es la situación, de lo que como guadalajareño me lamento y me asombra que apenas se le concede importancia cuando estamos hablando de casi 350 empleados fijos y más de un centenar de empresas especializadas que prestan sus servicios durante una operación normal. Por no hablar de las sinergias económicas que aportan las recargas al utilizar a unas mil personas, con su gasto correspondiente. ¿Dónde hay otra empresa en esta provincia que pueda decir lo mismo?

Es cierto que el periodo de desmantelamiento de una central general también empleo, pero tras el cierre de Zorita hemos sabido que no es lo mismo, porque los cacareados planes posnucleares son un fracaso general en todos los sitios, y sus emplazamientos no vuelven a ser lo mismo. Más España vaciada y menos renta per cápita. Pregunten en la Alcarria Alta a la gente y a los pocos empresarios que quedan; y que les cuenten. Pues esto es lo que hay.

Escudo fundacional del Deportivo Guadalajara.

LO DEL ESCUDO DEL DEPORTIVO.- Nunca supe -porque no se explicó- los motivos del cambio del escudo del Deportivo Guadalajara dado que el fundacional es muy interesante (aunque tiene un error, la bandera del torreón, que debería ser la de la corona de Castilla, porque España entonces no existía como estado) y para el año en que se diseñó (finales de la década de los cuarenta) era hasta moderno. Además, recogía en su simbología las raíces de la ciudad a la que representa con ese caballero castellano cabalgando frente a sus murallas y que recuerda la reconquista de Guadalajara por el legendario Alvar Fáñez de Minaya en 1085 (aprovecho la ocasión para recomendar la lectura del ensayo sobre nuestro héroe firmado por el medievalista Plácido Ballesteros  y que sirvió de base a la gran novela histórica Tierra de Alvarfáñez del paisano Antonio Pérez Henares). Pues bien, de la noche a la mañana el escudo fundacional se cambió por una mala copia inspirada en el original; y a muchos nos reconforta que, ahora, los aficionados tengan la oportunidad de devolver al club, mediante su consulta, ese escudo arriacense y castellano que nunca se debiera haber abandonado. Porque los clubes de fútbol que no respetan a su pasado acaban perdiendo el futuro. Y este equipo, que muchos conocemos por Deportivo y no por ese término infantilizado de Dépor, tiene muy buena pinta, por lo menos en lo deportivo, después de quedar Campeón de Invierno en Segunda RFEF. Ojalá que el rescate de su escudo sea un presagio de la recuperación de una categoría que no perdió en el terreno de juego.

Sánchez no pisó a Page la manguera

El presidente de Castilla-La Mancha y actual secretario general del PSOE en la región, Emiliano García-Page, ha sido proclamado secretario general del partido en la comunidad autónoma, sin necesidad de recurrir al próximo congreso regional, que se celebrará en Toledo los días 18 y 19 de enero, ya que ha sido el único en presentar candidatura para el cargo.  Ninguna sorpresa. Page ha sido el principal crítico en el PSOE a la gestión de Sánchez, especialmente por la oposición a su estrategia de pactos con el independentismo, que quiere derribar la Constitución de consenso que ahora cumple 46 años, y no se ha ahorrado críticas a los indultos del Procés, la amnistía para los golpistas del 17-0 o más recientemente los pactos con ERC para investir a Salvador Illa a cambio de que Cataluña tenga una financiación singular (privilegiada), lo que supondría la puntilla a la actual financiación común autonómica. Si Castilla-La Mancha es, ya, una de las cuatro autonomías infrafinanciadas por el actual sistema, dejará de ser una región viable si todavía perdiera más recursos por salirse Cataluña del sistema común, que quedaría mortalmente herido, dado que solo quedarían tres autonomías como contribuyentes netos (Madrid, Baleares y Comunidad Valenciana) a los fondos de solidaridad y cohesión. Estaríamos ante el canto del cisne del estado autonómico, uno de los pilares de la Constitución, porque no hay estado merecedor de tal nombre que no aplique la solidaridad fiscal en sus territorios. De España sólo quedaría la bandera, el desfile de sus Fuerzas Armadas el 12 de octubre y el discurso del Rey en Nochebuena.

Emiliano García-Page en una visita a La Moncloa en 2018.

Page sabe que si ha perdido las batallas del Procés y la amnistía, porque este PSOE  de las primarias trampa se ha convertido en un partido de estructura peronista (mientras su líder detente el gobierno) en el que es posible defender una cosa y mañana la contraria con tal de cerrar el paso a la alternativa (lo que él llama despectivamente la fachosfera), insisto en que Page es consciente de que la batalla de la financiación común no la puede perder, porque esta vez sí perdería la guerra. Castilla-La Mancha, como otras regiones que reciben la solidaridad del resto del estado, no tendría recursos suficientes para financiar su sanidad y educación en condiciones similares a los de otros territorios “singulares”, que en regímenes opacos y anclados en las guerras carlistas se rigen por lo que ahora llaman principio de ordinalidad, y que no es otra cosa que cada uno se las apañe con lo que recauda, y al conjunto del país y a las políticas de solidaridad que las den. Se han olvidado pronto de que si a ese principio de ordinalidad se hubieran apuntado Francia, Alemania y los países del norte de Europa, hoy no existiría la Unión Europea. Ni muchas de las infraestructuras que se desarrollaron en España desde nuestro ingreso en 1986, apuntalando su Transición democrática que ahora a los socios de Sánchez les place denostar.

Pero todo esto Page lo sabe, y lo ha recordado con motivo del Día de la Constitución, de la misma manera que Sánchez se ha resignado a asistir a su reelección como secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, sin oposición alguna, por lo que el actual presidente regional podrá llegar en carroza al congreso regional que se celebrará en Toledo los días 18 y 19 de enero. Aunque Sánchez puso, digamos que preventivamente, a alfiles suyos en el tablero regional (Milagros Tolón, en la delegación del Gobierno, con agenda propia al margen de Fuensalida, y a Isabel Rodríguez en el Consejo de Ministros),  al final no ha hecho movimiento precongresual alguno, y ha seguido la vieja conseja que un día escuché a un entrenador argentino del Atlético de Madrid, Juan Carlos Lorenzo, harto de que un colega se metiera con él: “Oye che, entre bomberos no nos pisemos la manguera”.

Sánchez, de esta manera, se ha tragado el sapo del díscolo Page, como Page se tragó las ruedas de molino de la amnistía y los indultos. A Page le salva que es el único presidente regional socialista con mayoría absoluta y unos resultados que no ofrecen dudas sobre su influencia en los procesos electorales. Con Page al frente de la candidatura regional, el PSOE obtuvo el 45% de los votos y sumó 17 diputados autonómicos; y un mes más tarde, con Pedro Sánchez al frente de la locomotora socialista en las Generales en Castilla-La Mancha, el PSOE no pasó del 34%, con 8 diputados, 2 menos que el PP de Feijóo, que fue el claro ganador en esta región, con 10 diputados y el 38% de los sufragios,  a pesar de que por la derecha tiene la sangría de Vox, con 3 diputados nacionales y 4 autonómicos, un partido con presencia institucional  en Toledo y Guadalajara.  

Estos son los argumentos para que desde el entorno de Ferraz hayan preferido no enredarse poniendo chinitas a Page. Bastante tienen en Moncloa con la tormenta política y judicial que amenaza con tumbar la legislatura como para andar de guerrilla con Toledo. Y esto es lo que hay.   

Hablemos sin demagogias de suelo y vivienda

Aunque nacido en Madrid, el economista Alberto Quemada siempre ha estado vinculado profesionalmente a Guadalajara y no solo en su calidad de alto ejecutivo del sector inmobiliario, sino por su trabajo con el deporte alcarreño como integrante del equipo directivo del Balonmano Guadalajara, nuestro representante deportivo de mayor categoría. Prestó servicios profesionales en inmobiliarias como Quabit y Hábitat, y como empresario supo también de los reveses de la promoción inmobiliaria desde Realitas Grupo Inmobiliario, que hasta la explosión de la burbuja financiera formó parte de los años del boom inmobiliario en Guadalajara en la década de vino y rosas. Ahora, es el máximo responsable de LandCo, la filial de suelos del Banco de Santander y que es la segunda mayor empresa de suelos en España, tras la pública Sareb, el conocido como “banco malo”. Del éxito de su gestión, anotar que cuando llegó tenía 14.000 suelos para vender y ha colocado unos 4.000 en cinco años, a base de poner en órbita 450 juntas de compensación. En su gestión está hacer magia con unos suelos que tienen un valor bruto de 4.800 millones, aunque con un valor real en torno a 2.000 millones.

Quemada advierte que solo hay crédito para construir unas 50.000 casas al año, por lo que reclama al Estado tome medidas para facilitar esta financiación, ya que las necesidades actuales están en 150.000 viviendas al año, generando así un déficit de 100.000 casas al año.

El Confidencial que dirige Nacho Cardero, ese gran periodista alcarreño, nieto de periodista, ha publicado recientemente una muy interesante entrevista con Alberto Quemada, que merece ser subrayada porque da muchas claves sobre dónde va el sector del suelo en España, tan importante en una ciudad como Guadalajara que se está quedando sin suelo urbano calificado a pasos agigantados.    

La primera pregunta que todos nos hacemos es si estamos ante otro rallye desbocado de la vivienda en España (sin contar la vivienda de alquiler, que en nuestra ciudad está cada vez más disparada) y en este sentido, Quemada resalta lo obvio, que la vivienda está subiendo mucho en España, y un pronóstico: que va a seguir subiendo, porque hay un desequilibrio enorme entre la oferta y la demanda. Y en este sentido pone el dedo en la llaga al advertir que “no somos capaces de construir más de 90.000 viviendas al año; sin embargo, la demanda para la creación de nuevos hogares es de 200.000 o 300.000, con lo cual, pronostico que en los próximos cinco años la demanda de viviendas va a seguir creciendo y, desgraciadamente, los promotores no vamos a poder satisfacerlas”. ¿Qué hacer ante un reto que derivará en un problema social, que nos puede llevar a años de inestabilidad y que favorecerá el descrédito de nuestra democracia entre los más jóvenes al fracasar en la solución de uno de los asuntos capitales, como es disponer de una vivienda? Quemada pone el acento más bien en lo que no hay que hacer, refiriéndose a medidas que se están tomando en la “dirección equivocada”, porque si intentas fortalecer la demanda, el desequilibrio será aún mayor. Y pone este ejemplo: “Si das subvenciones a los jóvenes para comprar casas, lo único que haces es que la diferencia entre la oferta y la demanda sea mayor y, al final, esa subvención se traslada al precio”. Por tanto, nuestro experto advierte que no se construirán más de 90.000 viviendas en España, por muchas ayudas que se otorguen a los compradores; la única solución que ahora se maneja. Quemada aboga por un cambio del foco, es decir, por sustituir las ayudas del comprador al promotor, porque de mantener el sistema actual, el estado puede contribuir con vivienda social, pero no puede ser el gran promotor de 50.000 viviendas al año; porque falta suelo finalista en las zonas con demanda. Y segundo, y más grave de solucionar, no existe financiación para promotores. “Actualmente, solo hay seis bancos que ofrecen crédito promotor para construir viviendas” y solo hay crédito para unas 50.000 casas al año, por lo que demanda al Estado tome medidas para facilitar esta financiación, ya que las necesidades actuales están en 150.000 viviendas al año, generando así un déficit de 100.000 casas al año; de lo contario, el precio seguirá subiendo, insiste. Un tercer problema que afecta a la vivienda en España es que cada vez el sector de la construcción está más constreñido, porque no hay profesionales, y ahí es donde las administraciones pueden intervenir mediante la formación profesional, para nativos e inmigrantes.

Con este escenario tan poco propicio, Quemada nos advierte que cada vez hay menos promotores y que los grandes están desapareciendo. Y así sucede, como ha pasado en nuestra capital, que incluso cuando la administración, en este caso el Ayuntamiento, ha puesto suelo en el mercado para vivienda social, no se ha encontrado con promotores interesados y el proyecto ha fracasado.

Así las cosas, los altos costes de urbanización suponen un muro para los promotores, hasta el punto de que Quemada avisa: “Urbanizar un desarrollo nuevo cuesta alrededor de 150 euros m2. Esto significa que en todos los lugares donde el valor de la vivienda sea inferior a 1.800 euros por metro, no se va a volver a urbanizar porque los números no salen”. Nuestro experto responsabiliza de ello a una legislación de los años 90, que decidió que el promotor de un ámbito nuevo tiene que asumir todos los gastos de infraestructura, que debería ser responsabilidad del ayuntamiento, y la red eléctrica, que debería corresponder a las empresas suministradoras.

Esta última reflexión es particularmente interesante en una ciudad como Guadalajara, porque le ha llegado el momento de calificar nuevo suelo urbanizable, una vez que los desarrollos que se iniciaron con Aguas Vivas se están agotando y las casas han llegado hasta el perímetro de la Ronda Norte. Por tanto, es necesario dotar al municipio de mayor suelo urbano y lo que antes se habilitaba mediante un nuevo Plan de Urbanismo, ahora se prefiere recurrir a las modificaciones urbanísticas, como ya adelantaba la alcaldesa Ana Guarinos en una reciente entrevista con este digital. Un nuevo POM municipal tiene sus ventajas, especialmente en cuanto a la participación de la sociedad en la elaboración del mismo, pero también es un dogal para el desarrollo porque lleva consigo una montaña de burocracia y un riesgo de inseguridad jurídica, amén de la paralización de nuevas licencias mientras se tramita que una ciudad como Guadalajara no se podría permitir. Quemada pronostica que en el 70-80% de las provincias no se va a volver a urbanizar, “porque los números no salen si no cambiamos”.  Personalmente doy por hecho, que este parón no se va a dar ni en Guadalajara ni en las principales localidades del Corredor, fundamentalmente por las sinergias de su vecindad con Madrid, que es lo que siempre nos salva. Aunque en el caso de la capital, habrá que proveer ese suelo mediante la recalificación de suelos rústicos en urbanos, y teniendo en cuenta las barreras naturales de Guadalajara, es obvio que este va a salir de los terrenos ahora rústicos que hay entre el Ferial Plaza y la pedanía de Iriépal, que sería la nueva zona de expansión; y ya parece que hay movimientos al respecto. Hace años que Alcalá de Henares saltó la A-2 hacia nuevos desarrollos que creó en lo que hoy es conocido como Los Espartales, demostrando una agilidad e impulso del que Guadalajara ha carecido tras la crisis financiera; y ahora nos toca a nosotros decidir qué ciudad queremos para lo que queda de siglo.

Esto es lo que hay. Sin lugar a dudas, la tarea más apasionante que puede tener un ayuntamiento, aunque a priori vista menos en estos tiempos de políticas cortoplacistas, de la subvención y el populismo de luces cortas.  

Está a punto de cometerse una barrabasada

Lo avisamos hace unos días. Está a punto de cometerse una barrabasada contra los intereses de Guadalajara y de Castilla-La Mancha como comunidad autónoma. Dado el aumento en la cantidad embalsada en los pantanos de la cabecera del Tajo (Entrepeñas y Buendía), el trasvase a Murcia que en el último mes fue de 27 Hm3 pasaría a 60 Hm3 (o para que se hagan mejor idea: 60 millones de metros cúbicos). Esto es posible porque, según la legislación que regula el Trasvase, si la aportación anual de un año llega a 1.430 Hm3, se incrementaría el trasvase ar 60 Hm3. Y la previsión es que lo alcanzaremos en diciembre. Para que se hagan una idea: todo el agua que recogieron los pantanos en la semana de la famosa DANA apenas llegó a 45 Hm3, cinco hectómetros por debajo.

 El nuevo macrotrasvase se haría entonces desprovisto de criterios objetivos, sin que los beneficiarios tuvieran que justificar para qué necesitan ese fabuloso volumen de agua. Tal es el despropósito de la actual normativa, que lo más probable es que esos 60 Hm3 se quedarán reservados en los pantanos de cabecera, hasta que los reclamen, porque con el nivel actual de la cuenca del Segura no tendrían donde guardarlos.

Foto actual de Canal para trasvasar agua entre Entrepeñas y Buendía, si se llenara el primero, cosa que todavía no ha sucedido. Foto: GUDiario.

Hay que aclarar que la situación de los pantanos de cabecera es ahora muy satisfactoria, merecen una visita, pero tampoco es para tirar cohetes. Entrepeñas está al 67%, lo que significa que todavía no puede enviar agua por gravedad a su vecino Buendía, que no ha pasado del 31% de su llenado. A este lado les pongo la foto con el canal del trasvase seco.

La normativa que regula las condiciones para el trasvase se fijaron en un gobierno del Partido Popular y se han mantenido con el del PSOE, y eso que al frente del departamento responsable está una ministra, Teresa Ribera (que paz como descanso nos deje, si es nombrada vicepresidenta de la Competencia del gobierno de Europa), que presume de ecologista y de estar en contra de los trasvases, eso sí, menos el del Tajo-Segura, el único trasvase que existe en España entre dos cuencas hidrográficas diferentes (el Tajo y el Segura) ¿Se imaginan algo así las regiones que privilegia este gobierno -y los que puedan llegar, no se hagan ilusiones- por tener a partidos nacionalistas manteniéndolo? Mientras que los diputados gubernamentales de Guadalajara y regiones como la nuestra se limitan a formar parte  de la mayoría pastueña, y acrítica, que mantiene a Sánchez en La Moncloa.

¿Se imaginan una barrabasada así con la Cataluña del señor Illa o el País Vasco de Imanol Pradales y Otegui?  ¿A que no? Pues esto es lo que hay; y lo que viene.

Cola para coger el autobús de Guadalajara, el pasado jueves, en el intercambiador de la Avenida de América. /GUDiario.

SIGUE SIN SOLUCIONARSE.- Otra prueba de lo que pintamos y de la solvencia de nuestros políticos.  Aunque desde el Ayuntamiento se dijo que se iban a reunir con el Ministerio de Transporte para ver qué se podía hacer, la realidad es que la saturación de viajeros en la línea  Madrid-Guadalajara no se ha arreglado, como se puede comprobar por esta foto tomada el pasado jueves en Avenida de América. Solo los usuarios de Guadalajara tenían que estar media hora esperando y a riesgo de que cuando quisieran acceder al autobús, ya estuvieran todos los asientos ocupados. ¡Vaya manera de promover el transporte público! Pero este es el panorama que trabajadores y estudiantes de Guadalajara tienen que soportar todos los días como consecuencia del incremento de la demanda, debido a la degradación del servicio de Cercanías RENFE -Madrid, ese mismo que en Cataluña llaman Rodalíes, y que el Gobierno de Sánchez ha traspasado a la Generalitat, con su dotación económica correspondiente, como pago a los independentistas de ERC por su apoyo.

Eso sí,  en Guadalajara rizamos el rizo. La misma gran empresa que gestiona la concesión entre Madrid y Guadalajara es la concesionaria de los autobuses urbanos de la capital, con contrato prorrogado. ¡Pero ni por esas la convencemos para que ponga remedio a esta falta de consideración con el usuario de Guadalajara! ¡No, si todavía querrá seguir un ciclo más, con el interés que se están tomando!

Esto es lo que hay. Guadalajara.          

Una DANA que cuestiona a todo el Estado

Cuando escribo este artículo ya van más de doscientos muertos oficialmente contabilizados a consecuencia de la DANA, con lo que se sospecha que el balance oficial será todavía peor. ¿300? ¿400? Desconocemos lo que el barro esconde.

Lo que sí está claro es que esta DANA ha cuestionado el funcionamiento de las emergencias en el Estado Español y a la organización territorial del estado mismo, que ha sido desbordado por los acontecimientos y empequeñecido a sus dirigentes, tanto autonómicos como nacionales, que se han ganado una merecida fama de incompetentes.  Al tiempo ha sacado a flote la solidaridad innata del pueblo español que viendo tantas carencias en la actuación pública, en un nuevo 2 de mayo de 1808  optó por la autogestión de la emergencia y plantarse en las zonas calientes de Valencia para echar una mano. Otro de los protocolos a implementar será cómo poder organizar esa ayuda espontánea de la población ante una emergencia para que sea efectiva y no acabe entorpeciendo el trabajo de los profesionales.

Supongo que con el tiempo se creará una comisión de investigación para analizar lo ocurrido en Valencia y oeste de Castilla-La Mancha, una DANA “de las que pasarán a la historia”, según advertía el viernes 25 de octubre el físico J.J. González Alemán, investigador de la AEMET, y al que le llamaron por ello “farsante” y “apocalíptico”. El problema no estuvo esta vez en la predicción sino en la mala comunicación. El veterano meteorólogo José A. Maldonado, el añorado hombre del tiempo en RTVE, subraya que AEMET comenzó a hablar de la DANA a partir del sábado, el lunes se pusieron los avisos naranjas y el martes por la mañana el rojo, que es el peligro máximo. Maldonado dice no entender por qué se tardó tanto en alertar a la población, competencia que atribuye a Protección Civil de las comunidades autónomas (dependientes de los gobiernos regionales) o del Estado (gobierno central). Habría bastado para salvar muchas vidas con que alguna autoridad competente hubiera advertido ese martes por la mañana por televisión que la población se quedara en casa, huyera de garajes y bajos y que no sacara los coches a la calles, que son metralla para cualquier riada.

A partir de ahí, la incompetencia. El presidente regional de Valencia, Carlos Mazón, en la misma mañana del martes afirma que el temporal “se desplaza a la serranía de Cuenca” y se espera que a las 18 horas disminuya su intensidad en la comunidad valenciana.  Y no es hasta las 20 horas cuando se decide enviar la alerta telefónica, estando ya muchos pueblos con más de dos metros de agua en las calles. ¿Y qué hizo el Gobierno central (socialista)? Pues apenas nada, amparándose con que la Generalitat no había activado el nivel 3, con lo que las competencias seguían siendo del gobierno regional (popular). Entre unos y otros, la casa…Uno de los mayores reproches de la población ha sido cómo se ha tardado tanto tiempo en enviar al Ejército a la zona, unas fuerzas armadas que disponen de material pesado, cubas y cocinas para haber actuado desde el primer minuto; pero el despliegue fue tardío y escaso (apenas 500 militares de más de 100.000 efectivos).  Ante un gobierno regional desbordado y con consejeros manifiestamente inútiles , el gobierno de Sánchez actuó con tacticismo e inanidad, dejando que Mazón se cociera en su propia agua. Ni tan siquiera el Ministerio del Interior contestó al ofrecimiento del Gobierno francés de enviar a 200 bomberos a la zona cero de la tragedia. La única urgencia que parecía tener el gobierno de Sánchez era modificar el consejo de administración de RTVE para poder incluir a sus socios independentistas con un buen sueldo y diluir la representación del PP.

En los próximos días se acrecentará el cruce de reproches sobre cuál de los dos gobiernos lo ha hecho peor cuando lo que se ha puesto sobre la mesa es que la coordinación institucional ha hecho agua y ha sacado los colores al propio Estado de las Autonomías, que en Valencia ha demostrado ser más la acumulación de 17 pequeños estados confederados (como les gusta a los nacionalistas que sustentan al Gobierno) que un estado unitario y vertebrado. Un fiasco teniendo en cuenta que ese estado no tiene ningún inconveniente en agujerear nuestros bolsillos y obtener anualmente ingresos cercanos al 40% del PIB. ¡Con estos resultados! Menos mal que la desviación del río Turia se hizo tras las inundaciones en 1957, en un proyecto descomunal que ahora sería cuestionado, aunque nunca se construyó la presa reguladora prevista (ni con el franquismo ni en democracia) con lo que, hoy en día, solo se dispone de la presa de Forata, que tiene apenas la capacidad de la de Beleña de Sorbe, y que se llenó en una hora. ¡Pero ya sabemos que, ahora, lo guay es que las aguas discurran libres sin regulación humana! Esto es lo que hay.  

Villel de Mesa inundación 1-NOV 32
El agua superó casi los dos metros en las calles de Villel de Mesa, como se aprecia en la fotografía.GUDiario.

Guadalajara se libró de la tragedia en términos de vidas humanas, aunque un pueblo allá en la raya con Aragón, Villel de Mesa, un precioso caserío que se asienta en una ladera bajo el imponente castillo de los Fúnez, estuvo a punto de engrosar esa lista negra de Valencia y Albacete. Aunque ese día apenas llovió en el pueblo 40l/m2, en los llanos superiores se superaron los 100l/m2 y por sorpresa se desencadenó una riada que inundó 45 casas y locales. Es la tercera inundación que sufren este año y el alcalde clama en el desierto contra la Confederación Hidrográfica del Ebro, a la que pertenecen, porque como en El perro del Hortelano,  ni acomete las obras necesarias para contener las crecidas del río Mesa, ni le permiten hacerlo al Ayuntamiento por su cuenta. Si algo debería salir de este desastre que hemos vivido en España es que en Villel de Mesa, un pueblo con muchos jubilados de la España vaciada, se realicen las obras necesarias para evitar una tragedia, y que así lo reclame y coopere con ello la comunidad de Castilla-La Mancha, que tiene asiento en la Confederación del Ebro.

Así quedó el estadio de attetismo de la Fuente de la Niña después de las actuaciones musicales. Foto: GUDiario.

ASÍ QUEDÓ LA FUENTE DE LA NIÑA.- La foto, tomada hace solo unos días, es ilustrativa del estado en que quedó el estadio de la Fuente de la Niña tras el paso por su césped  del Festival Gigante y las actuaciones musicales de la semana de Ferias. ¿Quién se va a hacer cargo de reparar este desastre, que habría sido perfectamente evitable de haber realizado tales actuaciones en la explanada urbanizada en la que se instalaban las grandes atracciones del Ferial, hasta los últimos tres años en que se decidió ubicarlas en los pobres parques de San Roque y Concordia? Esta explanada tiene un espacio similar, está urbanizada, es del Ayuntamiento y se ha dejado de utilizar en la semana de Ferias. Pero esto es lo que hay.    

Dos pilares de la cultura de Guadalajara

Ha querido la vida, siempre tan caprichosa, que dos de los pesos pesados de la cultura de Guadalajara del último cuarto de siglo hayan pasado a una merecida jubilación, como funcionarios públicos, aunque espero y deseo que en su condición de intelectuales su fuente no se haya apagado. Me estoy refiriendo a Pedro José Pradillo y Esteban y a Plácido Ballestero San José, dos hombres de la cultura por los que siento sincera veneración por sus méritos contraídos con esta tierra, que también es la mía, aunque pase por periodos de desapego.

Pedro J. Pradillo con uno de sus libros sobre Guadalajara. Archivo GUDiario.

Pedro J. ha sido hasta hace una semana el Técnico de Patrimonio del Ayuntamiento de Guadalajara, un cargo al que accedió después de una fructífera colaboración conmigo en el viejo Decano en asuntos de historia y patrimonio, que tuvieron una gran repercusión en la ciudad, como pocas veces se ha visto. A su pluma se deben varios coleccionables, portfolios y libros que vertieron luz sobre la historia y el patrimonio de la ciudad y su provincia, y que además de ayudarnos a conocerla mejor, para así poder quererla (solo se quiere en verdad a lo que se conoce; y el problema de Guadalajara es que es una gran desconocida para muchos de los que la supuestamente la representan). Hasta entonces sabíamos que Pedro J. tenía un currículum envidiable como investigador, doctor en Historia por la UAH, pionero en el estudio de la fotografía histórica de Guadalajara, y especialista en arte, arquitectura y urbanismo, pero además comprobamos que era un excepcional divulgador, por su amenidad y facilidad de palabra. Comprometido e insobornable con lo que creía justo. A buen seguro que desde su puesto oficial, funcionarial y no ejecutivo, contribuyó a que la destrucción de la huella histórica en Guadalajara fuera menor, aunque también comprobó las limitaciones de la administración pública a la hora de poder plasmar proyectos, como pudo ser el Museo de la Ciudad (pendiente), la recuperación de la vieja Hispano Suiza (ya sin apenas rastro) o la continuidad de la     rehabilitación del Fuerte de San Francisco, atravesada por las querellas políticas. Pero también se puede anotar éxitos como el de la creación del Museo Francisco Sobrino en el inmueble del antiguo Matadero Municipal, un artista arriacense internacional al que Pradillo defendió y proyecto sobre su ciudad, que apenas sabía nada de él, y que ahora es un referente de modernidad en una Guadalajara que tuvo su siglo de oro en el renacimiento (la Atenas alcarreña la llegaron a nombrar) y ahora apenas ofrece solares vacíos y una decena de monumentos que han sobrevivido a una planificada destrucción. Peleó con fuerza para evitar que el Alcázar Real fuera otra pura ruina, aunque lamentablemente no tengamos un proyecto de futuro diseñado. Desde el Ayuntamiento, Pradillo fue el impulsor, y comisario, de numerosas exposiciones, catálogos y trabajos, que han permitido conocer mejor la historia de la ciudad a los que acaban de llegar a ella y se creen que somos un barrio sin personalidad en el área metropolitana de Madrid o en el córner de una autonomía lejana. Además de todos esos méritos, que otrora le habría abierto paso en la Guadalajara del Gran Duque del Infantado o del Cardenal Mendoza, Pedro J. es además un reconocido artista de vanguardia, que ha recibido numerosos premios y distinciones, con decenas de exposiciones en su haber. Un pilar de la cultura, de verdad.

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Plácido Ballesteros con su libro sobre Alvar Fáñez, que ha renovado y realzado la imagen del gran guerrero castellano. Archivo GUDiario.

Unas semanas antes de que Pedro J. pasara a engrosar (oficialmente) las clases pasivas, se ha jubilado en la Diputación Provincial, Plácido Ballesteros San José, en su puesto de Jefe de la Sección de Archivos, Biblioteca de Investigadores y Fototeca. Plácido es otro de esos personajes con un profundo bagaje intelectual, que lo sabe todo sobre el pasado de nuestra provincia, doctor en Historia Medieval y profesor asociado del área Medieval de la Universidad Alcalá, una base necesaria que le ha servido para abordar desde la ciencia y el rigor los proyectos que lideró desde la Diputación Provincial. Me estoy refiriendo a los planes para el rescate y la organización de los archivos municipales o al Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica  de Guadalajara (CFIHGU),  y que desde hace años es la mejor memoria histórica que tiene esta provincia y la principal fuente para los  nuevos investigadores. Cuando alguna vez he tenido que debatir con algún desinformado sobre la utilidad de las diputaciones provinciales para los pueblos de la provincia, siempre he puesto como ejemplo ese Archivo Histórico que impulsó Plácido Ballesteros y que es imprescindible para constatar la singularidad e historia de esta vieja provincia castellana, diseñada en el régimen liberal de la Constitución de Cádiz,  pero que tuvo mucho antes una gran importancia en la formación de España como reino (se llegó a barajar como capital de España antes de la designación de Madrid), tanta o más que las singularidades que algunos aprovechados esgrimen, ahora, para hacer valer sus escaños de oro.

Se puede decir que Plácido Ballesteros ha estado detrás, en las dos últimas décadas, de todos los proyectos culturales impulsados por nuestra Diputación a lo largo de la provincia, y con su trabajo ha justificado la permanencia de una institución como esta y que no podría ser reemplazada por ninguna otra. A Plácido se debe también con José Ramón López de los Mozos, otro grande, la antigua revista Wad-al-hayara, que tanto echo de menos, los encuentros de historiadores del Valle del Henares (nuestra región natural) y decenas de artículos y libros sobre la provincia; por citar, solo el último sobre la figura de Alvar Fáñez, que estuvo en la gestación de otro gran libro de Chani Pérez Henares, La tierra de Alvar Fáñez, y que nos renueva y realza la figura del gran guerrero castellano, reconquistador de Guadalajara y actor principal en el avance de la Reconquista.     

Pues esto es lo que hay. Siempre he creído que nadie es insustituible, pero también que algunos personajes lo son más que otros. Y tanto Pedro J. como Plácido pertenecen a ese círculo de los elegidos que en el Ayuntamiento y la Diputación se les echarán de menos. Consuela que todavía tienen mucho que ofrecer a nuestra Guadalajara, por lo que les deseo larga vida y salud.            

Más de 40 minutos para coger un autobús

Si hay algo que debería preocupar a nuestras autoridades y al paisanaje político en general son las comunicaciones con Madrid, de cuya área metropolitana formamos parte. Son millares de personas las que viajan diariamente entre Guadalajara y Madrid, o viceversa, ya sea por razón de estudios o de trabajo. Un colectivo que en los últimos meses está maltratado por el transporte público, aunque su atrabiliario ministro Puente está enredado con lo de Ábalos, Koldo, Aldama y compañía, y los asuntos estrictos de su cartera no aparenta que le preocupen mucho. Pero la realidad está ahí: las incidencias en Cercanías están volviendo majaras a sus usuarios, con retrasos al trabajo y a las aulas cada vez más difíciles de justificar, lo que ha llevado a que centenares de ellos hayan cambiado el tren por el autobús, provocando a su vez la saturación del servicio habitual de Alsa.

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Usuarios del autobús Guadalajara-Madrid en las colas interminables que sufren todos los días./GUDiario.

Según los afectados,  desde que empezó el curso escolar, en septiembre, las esperas habituales de 10 minutos que había para coger un autobús el año pasado, se han transformado en 40 minutos. Un largo tiempo de espera que se repite día tras día sin que nadie ponga soluciones. Ni la empresa concesionaria del servicio, desbordada por la avalancha de viajeros, ni la autoridad responsable, empezando por el Ministerio, al tratarse de una línea Interregional, por no hablar ya del Ayuntamiento de Guadalajara o la Comunidad Autónoma, que tiene entre los usuarios a vecinos y electores. La empresa ni tan siquiera se ha molestado en dar una explicación cuando la autora del reportaje, Nuria Fernández, se la pidió para este digital. Y esto es lo que hay. Unos insolventes.  

NO ES MORADO TODO LO QUE RELUCE.- Agricultores de la zona de Brihuega y otros lugares de España, han comenzado a arrancar plantaciones de lavanda por falta de rentabilidad económica. Así lo denuncian agricultores desde Paisajes de Lavanda, hartos de hacer el primo con este negocio y advierten que la única solución que ven es sustituir la lavanda por cultivos tradicionales.

Como bien sabemos, los campos de lavanda de la Alcarria se han convertido en el principal atractivo de la comarca y solo hay que darse una vuelta por las calles de Brihuega allá por el mes de julio y ver cómo turistas de España y el extranjero hacen gasto en la villa después de haberse retratado vestidos de blanco sobre un fondo rabiosamente morado. Pero esto tiene un problema: esos cultivos que son como el telón de una película de Visconti en la Toscana cada vez son menos rentables para los agricultores y denuncian que esa falta de rentabilidad podría provocar hasta el arranque del 90% de las más de 3.000 hectáreas en la provincia de Guadalajara. Los agricultores sienten que sus campos se han convertido en un jardín para los turistas que generan beneficios para otros sectores, pero ellos no reciben nada a cambio.

Si tenemos en cuenta que Guadalajara es el principal productor de lavanda de España y que el turismo entorno a sus campos durante la floración de la Lavándula se ha convertido en un reclamo de gran valor añadido, parece recomendable que todas las partes hagan un ejercicio de diálogo y ver qué fórmulas pueden habilitarse para que los que ponen el decorado para las fotos reciban una parte del pastel. No sé si la CEOE, la APAG, el Ayuntamiento de Brihuega o las consejerías de Agricultura y Turismo podrían ejercer ese papel mediador, pero sí parece que la queja de los agricultores tiene fundamento; y es mejor actuar antes de que sea demasiado tarde y para que, parafraseando al Nobel Cela en su 35 aniversario, la Alcarria siga siendo un país al que la gente le da la gana de ir. Como bien saben los lectores de su famoso viaje, la sentencia de CJC decía todo lo contrario, pero eso fue cuando nuestros campos eran pardos y no se habían atrevido con las delicadezas provenzales de los campos de lavanda.  

Tomey en la liga de los hombres extraordinarios

No hace mucho tiempo que una televisión hizo una serie que tituló “La liga de los hombres extraordinarios”, para definir a aquellos presidentes de clubes de fuerte personalidad y que marcaron una época en el fútbol español por sus abruptas maneras, lejos del convencionalismo habitual. En ese saco metieron a personajes como Caneda, que llevó al Compostela a Primera División, a Jesús Gil de Paolo Futre o al Deportivo La Coruña de César Augusto Lendoiro, doble campeón de Liga y de Copa. Si hubiera una clasificación alcarreña de hombres extraordinarios en ella habría que meter a Francisco Tomey Gómez, que nos ha dejado estos días en silencio, él que pasó por la vida como un torbellino y que siempre se hacía notar.

Creo que fui de los primeros en cambiar la opinión sobre Paco Tomey, un tipo que ganaba mucho en las distancias cortas y las perdía cuando hablaba detrás de un atril. Me lo presentó en el Jovi José Luis Malfeito, concejal y la cara más visible de la Alianza Popular local, que estaba huérfana de liderazgo después de la retirada de la política del abogado Felipe Solano, el hombre de Fraga en Guadalajara de toda la vida. Ya Malfeito me advirtió que Tomey sería el futuro presidente provincial y no me gustó, porque pensé: “Ya está otra vez la derecha con piloto automático desde Madrid”, en lugar de propiciar un liderazgo local, aunque bien es cierto que Fraga lo intentó primero con José María Bris, como cuenta él mismo en este periódico.

Retrato de Francisco Tomey de César Gil Senovilla, que está en la Galería de Presidentes de la Diputación

Muy pronto la gestión de Tomey nos acabó ganando a casi todos, hasta el punto de que yo no he conocido una presidencia con tanta autonomía política para representar a Guadalajara, con mayor trascendencia en el medio rural -pueden leer también el revelador artículo de Jesús Orea al respecto-, con proyectos de la envergadura del Complejo San José  Príncipe Felipe (Polideportivo, Conservatorio de Música, Residencia de Estudiantes , Escuela de Idiomas, Biblioteca de Investigadores, UNED… ) y que buscó la proyección nacional  de la cultura provincial, redescubriendo los premios “Provincia de Guadalajara”, que un año tuvieron a dos premios Nobel (Severo Ochoa y Camilo José Cela) presidiendo la entrega de galardones. Por ello, Tomey fue uno de esos hombres extraordinarios que van más allá de lo que esperamos y que dejaron una impronta en las instituciones que la historia les ha acabado por reconocer. Contando solo etapas democráticas, los conservadores no han tenido un líder más sólido en Guadalajara desde el Conde de Romanones.

Tomey no era un hombre de floridos discursos y varios colaboradores en su entorno tenían un mayor bagaje académico que él, pero ninguno de ellos disponía de su talento político; porque eso no se aprende, es innato y se tiene o no se tiene. Por tenerlo acertó de lleno en su hoja de ruta para hacer del PP el primer partido de la provincia y dotarlo de una autonomía frente a Toledo y Madrid, que luego siguió Antonio Román. Cuando Tomey llega a Guadalajara, AP es una mera sucursal con tanta autonomía como el Ordinario López que iba a Madrid todos los días con su camión y lo experimentó cuando Fraga le  coloca en las elecciones de 1982 a su veterano amigo Manuel Cantarero del Castillo como número 1. Seguí el recuento cerca de Tomey, que era el número 2, desde el nuevo edificio departamental de la Plaza de Beladíez, y presencié como se desesperaba al no salir elegido diputado, porque por primera vez desde la Transición el PSOE de Felipe González fue el partido más votado, sacando dos diputados: el paracaidista Carlos de Luxán y Javier López. Esa noche Tomey entendió que si quería  que AP recogiese el liderazgo de UCD en la política provincial (porque entre AP y UCD todavía sacaron  más votos que el PSOE), primero tenía que hacer un partido de verdad (AP tenía entonces 18 afiliados de pago) y lo debía hacer integrando a UCD, que en sus últimas elecciones todavía consiguió 242 alcaldes y 1.298 concejales en la provincia. Esa derrota en las Generales de 1982 solo podía aliviarse anticipando en Guadalajara la unión del centro-derecha, porque en esta circunscripción quedaron más de 8.000 votos residuales de UCD y que a la postre iban a ser decisivos en las elecciones siguientes. Como así fue; en las locales de 1983, Tomey había facturado con éxito la operación Bris,  el que fuera secretario provincial de UCD, una figura imprescindible para recoger el legado centrista del partido de Adolfo Suárez, aunque fuera con quebranto personal al tenerse que separar de Luis de Grandes, que hasta cuatro años más tarde no se integra en el ya Partido Popular, después del Congreso fundacional de Sevilla en que la vieja AP de Fraga pasa a la familia democristiana del PP Europeo. Por entonces, Tomey ya se había asentado como presidente de la Diputación, con Bris en la vicepresidencia, liderando un partido refundado que en las siguientes elecciones barrió en la provincia y arrebató al PSOE su condición de primer partido. Fueron legislatura triunfales en las que el PP superaba el 50 % de los votos en unas Generales y ganaba con claridad la Diputación y la Alcaldía de Guadalajara, en la que acabó recalando Bris. La aureola de Tomey creció tanto que era también el vicepresidente regional del PP y no llegó a ser candidato a la Junta, porque no era un político de Albacete, Toledo o Ciudad Real, que son las canteras presidenciales tanto del PSOE como del PP. El éxito de Tomey pudo ser también su tumba política, porque sus adversarios le instrumentaron una demanda judicial con tan poca base que fue archivada por la Audiencia Nacional, aunque les valió para salir medio centenar de veces en El País y la revista Tribuna (allí inevitablemente fotografiado de señor feudal, porque tenía la mala costumbre de disfrazarse de Arcipreste en el Festival de Hita, que sostenía la Diputación) . Y como suele ocurrir, del lío se aprovecharon sus adversarios dentro del partido (aunque para Churchill y el Conde de Romanones son los enemigos, porque los adversarios se sientan en la bancada de enfrente) para convencer a Tomey de que su ciclo político había terminado.

Así que don Francisco, aquel señor con aspecto de gobernador mejicano, con orígenes en Villel de Mesa (donde, por cierto,  casi siempre ganaba el PSOE), después de 16 años de fructífero mandato en la Diputación y ser el pegamento del centro-derecha en Guadalajara para crear un nuevo Partido Popular, se marchó a su casa sin montar ningún escándalo, tan silencioso como llegó a Guadalajara en 1982 de la mano de Manuel Fraga. Descanse en paz y sirvan también estas líneas para enviar mi pésame a su esposa Mari Tere y a sus hijas por no haber podido hacerlo personalmente al encontrarme lejos de Guadalajara.          

El agotamiento de una Europa democrática

Esta semana se celebra en Guadalajara la 110 Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, según nos recuerda Braulio Carlés, el vicario de Pastoral Social de Cáritas Sigüenza-Guadalajara y máximo responsable en Castilla-La Mancha de Accem, seguramente la ONG que con más dedicación y eficacia trabaja en la recepción e integración del migrante en nuestra comunidad y provincia. La semana tiene por objetivo sensibilizar a la población sobre el fenómeno migratorio, para que sea aceptado de forma natural y sin prejuicios. Una tarea especialmente necesaria en Guadalajara, que será una de las provincias de toda España que más crecerá  en los próximos 15 años, y no porque se espere un espectacular aumento de la natalidad entre los que ahora vivimos en ella, sino porque está entre las que más expectativas tiene de poder ofrecer una ocupación a los migrantes, por su alto potencial en el sector logístico, especialmente, sin olvidarnos de la hostelería y los servicios en el medio rural, amenazados por la despoblación. Según datos oficiales, Guadalajara ganará un 21,7 % de población en los próximos 15 años (2024-2039), último año en que alcanzaremos los 341.225 habitantes, 61.000 más que en la actualidad.  Por lo tanto, si hay una provincia que se la juega en España y que tiene necesidad de acertar con las políticas de integración hacia el migrante es Guadalajara. Pocas bromas a este respecto.

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Braulio Carlés en la presentación de las jornadas.

Braulio Carles recordaba que España va a necesitar 24 millones de personas trabajando en las próximas tres décadas y que a día de hoy son muchos los oficios que no se cubren por falta de mano de obra. El problema es cómo conciliar esa necesidad objetiva con la recepción de migrantes no regularizados, y que las costuras de la sociedad no se rompan. En ese sentido, tanto en España como en la Unión Europea en general,  estamos fracasando en la gestión de esa migración irregular, porque después de poner los pies en Europa -los que no mueren en el mar- no estamos teniendo capacidad para su asimilación, porque o bien les faltan papeles o carecen de la mínima formación, con lo que esos oficios a los que se refería el vicario tampoco se cubren. Un escenario que no se lo puede permitir el declinante estado de bienestar europeo, ni los propios migrantes a los que se condena a la economía sumergida en trabajos en negro que no reportan ingresos a la Seguridad Social para contribuir a su sostenimiento.

Decía también Braulio Carlés que le preocupaba el mensaje populista de ciertos responsables públicos y que trata de identificar al inmigrante con el delincuente, subrayando que eso no es cierto y que hay que desterrar ese y otros prejuicios. Estoy de acuerdo con el vicario, pero ello no nos debe impedir analizar con objetividad la realidad más allá de simplezas y populismos baratos. Porque tan demagógico es hacer creer a la gente que el problema se soluciona con poner las vallas más altas y deportar masivamente a los migrantes (¿adónde?); como estúpido es pretender que esto se soluciona abriendo las fronteras y que venga todo el que quiera, porque la capacidad de absorción de nuestro mercado laboral no es infinita y pronto se vendría abajo el estado del bienestar que tanto nos ha costado levantar en Europa tras la II Guerra Mundial. Y con él, no lo duden, la propia democracia, porque esa decadencia europea se vincularía a la inmigración como se vinculó sibilinamente por los nazis la hiperinflación con los judíos en la República de Weimar en los años treinta. Con los resultados por todos conocidos: Hitler llegó a la cancillería por la vía democrática, aunque en poco tiempo liquidó el Estado de Derecho que le permitió su acceso al poder.

 El gran problema que los partidos democráticos de gobierno se resisten a ver es que cada vez más gente cree que desde un régimen autocrático y cerrado  se gestiona mejor desafíos como la inmigración o los efectos de la globalización; y ponen como ejemplo a la Rusia de Putin y sobre todo a la China de Xi Jinping. Así, hay que estar ciego para no darse cuenta de que la reciente victoria de la ultraderecha alemana (AfD) en dos estados federados tiene su origen en que cada vez más electores piensan que el gobierno del socialdemócrata Scholz ha fracasado en la gestión de la inmigración. ¿Y cómo ha reaccionado el canciller? Poniendo unos controles fronterizos aleatorios al margen del espacio Shengen, lo que es una simpleza mayúscula. Así no va a lograr Scholz frenar a la ultraderecha en las elecciones federales del año que viene, donde la AfD nos puede dar un buen susto a toda Europa, que podría deshacerse como un azucarillo sin un liderazgo alemán europeísta.            

España no es ajena a esa corriente autoritaria que se extiende por el continente y por ello la inmigración es hoy percibida como el principal problema de los españoles, según el CIS de Tezanos, que en esto no tiene por qué mentir. ¿Y qué está haciendo el Gobierno; buscar un pacto de Estado con el otro gran partido democrático? Todo lo contrario: presenta a Feijóo como un ultra de la Afd y mete al problema de la inmigración en su agenda partidista, el puñetero muro, como si fuera la financiación singular de Cataluña o cualquier otro enjuague con sus desleales socios separatistas, que coinciden con el populismo de extrema derecha en una idea: la supresión de las políticas de cohesión en los estados y la UE a costa de supeditarlo a sus políticas identitarias e imponer los privilegios fiscales, a los que ahora llaman criterios de ordinalidad, para así disfrazar su insolidaridad.

Mientras que el asunto de la inmigración no se gestione con más acierto y forme parte de un amplio consenso entre las fuerzas democráticas mayoritarias que construyeron Europa y su estado del Bienestar (socialdemócratas, liberales y democristianos) no podremos frenar al populismo que hoy avanza por el viejo continente, como en los años treinta no pudimos detener a los fascismos que acabaron llevándonos a la guerra ante el buenismo de los Chamberlain de turno. Vuelvo a recordar la acertada reflexión de Braulio Carlés cuando reclama para la inmigración “políticas acogedoras y flexibles, con un modelo justo e inteligente que se construya desde la dignidad”. No voy a pedirle más precisiones a Carlés, ni preguntarle cómo se instrumenta eso, porque las hojas de ruta las deben trazar nuestros representantes políticos. Pero de lo que estoy convencido es de que sin un consenso europeo y nacional sobre cómo gestionar en casa y en origen la inmigración -que ahora es ilegal-, será imposible promover y financiar esas políticas acogedoras y flexibles que reclama. Y aun de lograrse, se toparía con un sinfín de dificultades. Lo que es seguro es que cada vez estamos más cerca de que el populismo, que ofrece soluciones simples para problemas complejos, acabe ganando unas elecciones en Alemania o Francia, los motores de la UE, que griparían el sistema en su conjunto y volveríamos a la Europa anterior a la II Guerra Mundial, con todo el riesgo que ello implica.

Esto es lo que hay. El mayor reto para una Europa democrática y social es, hoy, la gestión de la inmigración, pero sucede que los forjadores de ese gran invento que se llama Unión Europea cada vez están más desorientados y sin capacidad de respuesta ante esos cayucos que todos los días desembarcan en nuestros comedores a la hora del telediario.  Y mucha gente apremia a que algo habrá que hacer.       

UN GRAN DEPORTIVO.- Digo yo que el Deportivo Guadalajara jugó probablemente el domingo el mejor partido desde que está en Segunda RFEF. Me gustó mucho el equipo entrenado por Pere Martí ante un Talavera que había ganado todos sus partidos y confío sea una muestra real de sus aspiraciones a final de temporada. Una buena noticia para el nuevo equipo directivo y técnico del club y que contrasta con los sustos de todo tipo de temporadas anteriores. Suerte para lo que queda y si lograran recuperar el escudo original del club, el de Alvar Fáñez de Minaya entrando en la ciudad en la noche de San Juan de 1085, la felicidad de los más veteranos sería completa.

Buen tiempo, buenas Ferias, pero…

No llovió ni un solo día durante la Semana Grande. Es verdad que por las noches refrescaba… ¡pero para eso estamos en septiembre! Y se cumplió el axioma conocido: buen tiempo, buenas Ferias. Desde el jueves, las calles y plazas del casco de Guadalajara, desde el Jardinillo hasta Adoratrices eran un hervidero humano. Y la apariencia es que esta semana ha sido rentable para la hostelería y puestos que se prodigaban por paseos y jardines.

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Las Ferias nos dejaron multitud de actos multitudinarios que aprovecharon carteristas y descuideros para hacer su agosto./ Foto: E. Bonilla.

Este modelo, que lleva tres años (1 con el PSOE y 2 con el PP), de concentrar toda la actividad en esa almendra del casco histórico, resignando a la nada el espacio Ferial junto al centro comercial, aparentemente funciona y va a ser difícil que se toque. Porque gusta a las peñas, que son el poder fáctico de la fiesta, y provoca menos rechazo de lo que cabría imaginarse en un principio cuando lo ensayó Sara Simón, la ex edil de festejos socialista. Por ello, no creo que en estos tiempos políticos donde prima el populismo y el cortoplacismo (soluciones simples y que no quiten votos, aunque tampoco se ganen tantos), alguna Corporación se decida a apostar por llevar todo a un recinto Ferial de verdad, que en Guadalajara supondría la ampliación de los terrenos junto al Ferial Plaza. Es una medida estructural que algún día se tomará, pero por el gasto que lleva y la gestión urbanística que se requiere, va a ser difícil que yo la vea. Mientras tanto, nos resignaremos a mantener una Feria que es menos sostenible que cualquiera que yo recuerde (y he estado en todas en el último medio siglo), porque invade parques, jardines, pistas de atletismo, calles…; y la mayoría de las casetas y atracciones requieren de un generador de energía de petróleo, porque carecen de instalación eléctrica permanente. Además, el próximo año el Ayuntamiento deberá lidiar con un problema más, si comienza la construcción la empresa que ha comprado la parcela frente a la piscina Sonia Reyes y en donde están algunas de las atracciones más voluminosas de la Feria. Este sector de los feriantes, en crisis desde la pandemia, parece ser el que menos ha prosperado desde que se descartó el Ferial promovido por Bris, pero al menos ha sido compensado con menos tasas municipales; o ninguna.

La peña Búfalo’s cumplió 50 años de su fundación. Las Peñas tomaron las calles con más de 8.000 jóvenes deseosos de pasárselo bien./Foto: E. Bonilla.

Dicho esto, los que hace 50 años estuvimos muy activos en la implantación del movimiento peñista en Guadalajara (un saludo a la peña Bufalo’s en su 50 aniversario, de la que participé en su primera junta directiva), nos alegramos del impulso que ha tenido. El desfile de peñas de este año fue el más numeroso de su historia y saber que hay peñas que han llegado a casi un millar de socios te pone los pelos de punta, porque son números a los que no llegan la mayoría de los pueblos de esta provincia. Un dato para la reflexión.

Otro sector que no está en crisis es la tauromaquia en general. Los encierros van a más, porque están muy bien organizados, hay afición y cada vez vienen más y mejores corredores de fuera. Ha sido noticia que hay intención de modificar su recorrido para que pasen por la Calle Mayor o al menos por la travesía de Santo Domingo (un tramo que se corrió en la primera época de los encierros) para lo que habría que montar unos corrales bajo la cubierta exterior del Mercado de Abastos, que además serviría para que los toros de las corridas se pudieran exponer al público, como en el campo del Gas en Pamplona o El Batán en Madrid. La música suena bien, pero retrasar el horario de los encierros al mediodía, para que la hostelería se aproveche de su sinergia hasta el vermut, no me convence. Porque ya sabemos qué ocurre cuando aumenta la presión de corredores, como nos demostró ese encierro nocturno de 1991, que nos trajo el mayor número de heridos de su historia: 20 atendidos. Cuando una cosa va bien, hay que ser especialmente prudente.

Subrayar también la recuperación de las corridas de toros en nuestro país y el sur de Francia, a pesar del ministro Urtasun. No hay como atacar a un sector en concreto para ponerlo de moda en este país. Nos va la contracultura.  Las dos primeras corridas, con dos carteles potentes, arrojaron un casi lleno y dos tercios de entrada, respectivamente; que bajó a poco más de media en el tercero festejo, que otra vez tuvo a El Fandi como cabeza de cartel; para que la empresa tome nota después de haberse dejado fuera a Daniel Luque, Borja Jiménez, Fernando Adrián, Emilio de Justo y la temporada de despedida de Enrique Ponce. La corrida de rejones, de segundo nivel, incomprable en un abono de cuatro festejos. Item más. Después de las broncas que se llevó el presidente el año pasado por salvar la dignidad de la plaza en la concesión de trofeos, este año decidió hacer caso al público y concederle todo lo que le pidieron, con razón o sin ella, porque no va a ser la única persona que no cobra en este festejo la que tenga que recibir la desaprobación del público por no desorejar a cualquiera que pase por ahí. Ya se sabe que para el público de ferias, a diferencia del aficionado en las plazas de temporada, si los toreros no salen por la puerta grande creen que han sido estafados. Así que los estoicos quedan para la Grecia de Pericles.

Si bien, y a falta de que se dé a conocer el parte con las incidencias de Ferias, no han trascendido  agresiones y altercados relevantes, de lo que nos alegramos y felicitamos al dispositivo de seguridad, pero recogiendo también el malestar de las decenas de personas a las que robaron el móvil y la cartera por bandas especializadas que se dan cita en las grandes concentraciones de público. En Guadalajara parece que hicieron su agosto en septiembre.

P.D. Uno de los heridos en el último encierro de Guadalajara fue trasladado, por la gravedad de sus heridas, desde el hospital de Guadalajara hasta el de Toledo. Yo no dudo de la competencia del nuevo Hospital de Toledo, pero sigo sin entender que teniendo Madrid a 54 kilómetros y con los mejores hospitales de España, haya que enviar al paciente hasta Toledo, a 129 kilómetros. La mejor forma de cohesionar el territorio de España, que algunos se empeñan en romper o complicar, sería arreglar estas cosas. Pero si la solución, después de la financiación privilegiada de Cataluña es extender el modelo del cupo al resto de las autonomías, como sugiere la ministra de Hacienda, y que cada cual se apañe con lo que recaude, si las 17 autonomías tuviéramos cupo, España sería un estado fallido. Se lo he oído a Juanma Moreno y sería una consecuencia intrínseca de ese estado confederal que los aliados de Sánchez nos quieren colar por la puerta de atrás, y que no está en la Constitución, aunque no sé si Pumpido se enterará. Pues esto es lo que hay; y aprovecho también para recordar una reflexión de Page en su entrevista con El Mundo este fin de semana: “Las excepciones al principio de igualdad solo pueden establecerse en la Constitución. Ni siquiera el legislador las puede hacer, salvo en un proceso constituyente”. O esto otro: “La riqueza de Castilla-La Mancha es de los castellano-manchegos y de los catalanes y de los andaluces, y al revés. Y la riqueza de Cataluña lo es del conjunto”.

Pues a aplicarlo, señoras y señores, en el día a día.

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