El Fuerte: por una vez quiero ser optimista

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, sorprendió esta semana a casi todos cuando realizó en público una propuesta para dar una salida al laberinto en el que se encuentra el Fuerte de San Francisco. Dijo ante la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, que van a plantear  hacer allí el proyecto del Centro de Formación Profesional integrado, un lugar que describió similar a la universidad en materia de formación y deslizó que incluso se podría plantear allí otra inversión relacionada con los universitarios, como es hacer una residencia universitaria. Hay que recordar que el gobierno regional, después de las últimas elecciones locales, cambió sus planes para la construcción de un centro de formación profesional de la capital alcarreña a Azuqueca de Henares, como desveló Guadalajara Diario, con el consiguiente disgusto de la alcaldesa Guarinos. Sería esta propuesta, por tanto, una salida que da Page a una decisión ciertamente cuestionable, aunque hay muchas más cosas en juego. A saber.

A Guadalajara, con un alto número de población joven y una economía pujante en materia de empleo, le vendría muy bien cualquier iniciativa que facilite la formación de esos jóvenes y su proyección laboral. Page no dio detalles sobre el proyecto, como es lógico, porque primero deberá ser el consejero del ramo el que lo presente al Ayuntamiento de Guadalajara, así que habrá que esperar hasta entonces para saber qué se nos ofrece en su variante educativa y curricular,  así como la inversión prevista. No conviene lanzar las campanas al vuelo cuando es esta la tercera ubicación que se propone para este proyecto de formación, después de haberse hablado de la antigua prisión provincial y del que fue edificio de la Escuela de Hostelería. Pero la idea en principio me agrada, por ese perfil joven de Guadalajara al que aludía, aunque no se me oculta que su gestación no será fácil, teniendo en cuenta de que compete a administraciones gobernadas por distinto partido político. Sería una buena lección comprobar que en Castilla-La Mancha ese muro es más fácil de saltar que en otras regiones españolas donde se fomenta la división como estrategia política.

Lo que sí tengo muy claro, y me anima a creer que el proyecto no descarrile, es que tanto Junta de Comunidades como Ayuntamiento de Guadalajara están obligados a entenderse, porque les interesa a ambos. Ninguno de los dos tendría que sentirse en una posición secundaria.

El gobierno regional del PSOE debe empeñarse en el éxito de la iniciativa planteada por Page porque sería una manera de dejar zanjada una peliaguda sentencia judicial firme que obliga a la comunidad autónoma a la rehabilitación del Fuerte de San Francisco como pago a los beneficios obtenidos en su día por la urbanización y venta de los terrenos del antiguo recinto militar. Hasta ahora se han manejados tres proyectos diferentes: biblioteca, escuelas municipales y ciudad del cine, que han fracasado o se han abandonado por diferentes razones, y que nos deberían de servir de ejemplo para no tropezar tres veces en la misma piedra. Así, la ciudad del cine, que siempre me pareció una buena idea, tuvo una mala gestación, porque dejó a un lado al Ayuntamiento y pecó de oscurantismo en cuanto su modelo de gestión por una empresa privada, lo que propició que destacados miembros de la cultura local se posicionaran en contra, y el gobierno municipal lo aprovechara para desentenderse de la iniciativa.  

Incendio El Fuerte vivienda TYCE Foto Guadalajaradiario - RFB 6
Último incendio sufrido en el complejo del Fuerte

El gobierno municipal del PP no debería ver fantasmas donde tal vez no existan, porque sabe muy bien que por iniciativa propia no va a poder rehabilitar, nunca, el recinto del Fuerte, y ya se ha visto que tras el fracaso de la ciudad del cine no se ha planteado ninguna otra alternativa. Es verdad que tiene una sentencia que le beneficia, pero cualquier jurista le dirá que la Junta puede dilatar su ejecución indefinidamente, porque siempre puede alegar que tiene otras prioridades. Y patada a seguir. Mientras tanto, el Ayuntamiento es el que sufre los problemas derivados de un complejo que en parte está en ruinas y es saqueado permanentemente, lo que ya ha dado lugar a incendios que algún día nos pueden acarrear una desgracia.

Comunidad autónoma y ayuntamiento podrían cometer el error de creer que la solución es dejar pasar el tiempo  hasta la elecciones autonómicas y locales de  2027, y a ver si entonces coinciden políticamente ambos gobiernos. Page incluso lo ha advertido al matizar que el proyecto que pone sobre  la mesa necesita una respuesta urgente, porque si no sale de esta manera “va a ser muy difícil que lo podamos abordar en esta esta etapa”; y concluyó: “habrá que esperar a otras con mejores coyunturas”.  Más claro, agua. Guadalajara no se puede permitir el lujo de esperar a que ayuntamiento y comunidad autónoma estén gobernados por el mismo partido, porque el antiguo complejo militar, en ruinas, no espera.

Así que por una vez voy a ser optimista y creer esta vez no vamos a fracasar. Porque el Ayuntamiento necesita de la Junta para definir un proyecto en el Fuerte que sea viable económicamente; y la Junta tiene una sentencia que cumplir y al Ayuntamiento para desarrollar cualquier proyecto digno de tal nombre. Esto es lo que hay. Obligados a entenderse.

LA FRASE: “Europa debe volver a la acción. No podemos seguir siendo meros espectadores porque, si lo hacemos, terminaremos con un Afganistán en Europa”. (HENZ BUDE, profesor y sociólogo alemán, autor del libro “La sociedad del miedo”).

La geopolítica descose al Gobierno y a España

La situación geopolítica que vive el mundo, con la invasión de Ucrania (tres años ya) y la patada al tablero en el que jugaba Europa desde la II Guerra Mundial por un presidente populista americano que coquetea con Putin y le da alas, va a cambiar muchas cosas. Y el país que no se acomode quedará en fuera de juego. Los principales estados de Europa están moviendo ficha (en Alemania se va a cambiar hasta la Constitución para poder invertir más en defensa), mientras que en España se sigue analizando la crisis en clave interna y cortoplacista. El presidente Sánchez solo tiene que responder a una pregunta y no lo ha hecho: ¿Tiene garantizado el apoyo a las nuevas exigencias sobre defensa aprobadas en Bruselas de todos los miembros de su Gobierno; y dispone de una mayoría parlamentaria que soporte esta política? Parece que no. Los de dentro, representados por la vicepresidenta Yolanda Díaz, siguen instalados en un pacifismo existencial que juega en contra de la seguridad y las libertades de las que disfruta Europa desde la derrota del nazismo. Y el flanco independentista aliado con Sánchez es directamente pro Putin, como se demostró con el golpe en Cataluña en otoño de 2017 y que el Kremlin alentó todo lo que pudo. Ante un desamparo parlamentario  tan mayúsculo, cualquier presidente democrático habría buscado un pacto de estado amplio con el primer partido de la cámara, en España, el PP, o convocar directamente elecciones como hizo en Alemania Scholz, un socialdemócrata serio y patriota. Nada de esto ha hecho Pedro Sánchez, porque sabe que sus socios no tolerarían ningún acuerdo parlamentario estable con el PP de Feijóo, pero tampoco opta por la alternativa de la convocatoria electoral. Prefiere seguir en La Moncloa, aunque no pueda gobernar ni aprobar lo comprometido con la UE, a costa de dejar al país desarmado ante la peor crisis que tiene que afrontar la democracia española. No cabe mayor irresponsabilidad. Pero esto es lo que hay.

Toma-de-posesion-de-Magdalena-Valerio como presidenta del Consejo de Estado Foto Consejo de Estado

MAGDALENA VITALICIA.- Pedro Sánchez no ha abandonado a su ex ministra Magdalena Valerio, una de las primeras diputadas del PSOE que respaldó al actual presidente del Gobierno en su carrera hacia la secretaría general del PSOE. Recuerdo todavía que Valerio trajo a la Agrupación Socialista de Guadalajara a Sánchez cuando todavía era un diputado de base, desconocido, y que, ya entonces, me dijo que podría ser un candidato a la secretaría general; buen ojo. Magdalena tuvo mala suerte, porque dejó de ser ministra de Trabajo en 2020 cuando se convocaron nuevas elecciones y Sánchez cedió la cartera a la neocomunista Yolanda Díaz en el marco de los pactos con Unidas Podemos. Lo aceptó sin poner mala cara y Sánchez se lo recompensó elevándola a presidenta del Consejo de Estado en 2022, uno de los cargos de mayor representación en el protocolo español, hasta que en noviembre de 2023 el Tribunal Supremo estimó el recurso de la fundación Hay Derecho y sentenció que Valerio únicamente cumplía uno de los dos requisitos legales para ser presidenta de la institución, el tener experiencia en asuntos de estado, pero no constaba que fuera una jurista de “reconocido prestigio”. Nuevamente Valerio salió del Consejo de Estado con discreción, sin montar ningún numerito o acusar a los jueces de lawfare, hasta el punto de estar a punto de jubilarse cuando recibió otro encargo de su amigo, el presidente del Gobierno. Volvería otra vez al Consejo de Estado, pero esta vez no como presidenta sino como miembro de su Comisión Permanente. El puesto no tiene el carácter representativo de la presidencia, pero es de notable importancia ya que presidirá la sección Segunda, encargada de los asuntos de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. Además, la Comisión Permanente se reúne semanalmente con el objetivo de discutir y aprobar los dictámenes que les solicita el Gobierno o cualquier otra institución competente. Hay que recordar que cualquier proyecto de ley debe pasar a consulta por el Consejo de Estado, aunque en esta legislatura este órgano ha tenido poco trabajo porque el ejecutivo de Sánchez ha preferido utilizar la vía de la proposición no de ley, para convalidar sus decretos, y librarse así de este (¿enojoso?) trámite, así como del dictamen del Consejo General del Poder Judicial. No menos importante es que el nuevo cargo de Magdalena Valerio es de carácter vitalicio y lleva consigo una de las mejores remuneraciones del Estado, con más de 100.000 euros anuales. Tan exclusivo es que solo seis personas son consejeros permanentes, una condición habitual en el mundo del derecho anglosajón, pero menos en España. Valerio sustituye a toda una figura del derecho español, Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo Ferrer, que renunció al cargo después de cumplir 90 años y acreditar una carrera envidiable como presidente del Tribunal Constitucional y con una labor docente notabilísima, como saben algunos abogados alcarreños a quienes dio clase en la Universidad de Alcalá de Henares. 

LA FRASE: “Si Ucrania perdiera, o más bien si Estados Unidos le diera la victoria a Rusia, como amenaza, en mi opinión de farol, el presidente Trump, esto pondría en grave peligro a la Alianza Occidental y dejaría grandes partes de Europa susceptibles a la agresión rusa. Es decir, sería el fin de Europa tal y como la conocemos, pues Europa tendría que reinventarse con presupuestos de defensa mucho más elevados y no estoy seguro de que los países europeos puedan hacer esto. Sería una situación desastrosa”. ROBERT D. KAPLAN, politólogo, escritor y columnista de los principales periódicos americanos).           

El mundo patas arriba y España en pelotas

El mundo, y especialmente Europa, viven su mayor crisis desde el final de la II Guerra Mundial. La gran potencia que desde la derrota de Hitler ha liderado el mundo libre ha elegido como presidente a un iconoclasta que no cree en los valores democráticos que inspiraron el triunfo aliado ante el nazismo, porque a él solo le importa lo que entiende son sus intereses empresariales (trata a Europa como si fuera un comercio minorista más de su Torre Trump en Nueva York con el que no está conforme con el alquiler que paga, escribe Thomas Friedman en The New York Times) y en su beneficio admite cualquier tipo de alianza, pongamos que hablamos del criminal Putin. La amoralidad de este presidente le ha llevado a asumir, sin rechistar, los postulados de Putin para invadir Ucrania, desde culpar a Zelenski del inicio de la guerra a aceptar el derecho de conquista (Putin ya ha robado el 20% del territorio nacional ucraniano y ahora Trump quiere saquear sus recursos naturales, las llamadas tierras raras). Su plan de paz es una gran mentira para imponer a Ucrania un presidente títere y acepta todo lo que Putin lleva peleando desde la invasión de Crimea en 2014; y es tan cínico que no tiene empacho en responsabilizar de ello al agredido, a un país y a un presidente, Zelenski, al que le llega a acusar de “dictador sin elecciones”, cuando nunca jamás se han celebrado unos comicios democráticos en un país invadido (en Gran Bretaña no hubo elecciones desde 1935 a 1945 y el Reino Unido nunca fue invadido). Pocas cosas me han impresionado más que los inmensos cementerios norteamericanos en Normandía, porque muestran con crudeza el coste humano que para aquel gran país tuvo ponerse del lado de la libertad frente al nazismo. Con este presidente, ahora ya sabemos que su gobierno se quedaría con los brazos cruzados si Putin, que se cree Catalina la Grande,  invadiera Moldavia o los países bálticos, como en hizo Hitler con Polonia en otoño de 1939. Y ahí viene el dilema de Europa. ¿Vamos a permanecer impasibles ante una amenaza cierta, con el riesgo de convertirnos en satélites del nuevo eje de autócratas que forman Trump, Putin y Xi Jinping?  ¿Seremos incapaces de entender que los derechos y libertades de la Europa democrática y su estado de bienestar, de nada valen sin independencia económica ni autonomía militar? En España, no dejamos de seguir la táctica del avestruz y solo hay que fijarse en la última sesión parlamentaria en la que solo se trató de trapillos y minucias de vecindad, sin que gobierno y oposición entraran en un análisis de la crisis que se nos viene encima y cómo poder afrontarla con una mayoría parlamentaria suficiente, que requiere de pactos de estado; no somos menos que Alemania.

Zelenski pasando revista con el Rey durante su visita a España./RTVE.

La realidad es tozuda y nos muestra la incapacidad del actual gobierno de Pedro Sánchez para aprobar los presupuestos, lo que equivale a incumplimiento de las obligaciones contraídas con Europa para destinar el 2% del PIB a nuestra defensa, a lo que se ha comprometido Sánchez ante la OTAN, con la boca pequeña? ¿Cómo lo va a conseguir sin presupuestos, sabiendo como sabe que sus socios postcomunistas prorusos de su mayoría Frankenstein están por el desarme unilateral en espera de que Putin abrace los valores democráticos cual San Pablo camino de Damasco? ¿Qué le va a decir Sánchez a Zelenki este lunes en Kiev, y valoro que vaya, pero le reconocerá que solo le puede dar como ayuda calcetines y cascos, porque carece de presupuesto?  

Con este ejecutivo y ante la decisión de Sánchez de seguir con su muro y no negociar nada con la derecha democrática, vamos a precipitarnos ante un mundo en crisis en paños menores y sin capacidad de respuesta ante la ofensiva autocrática que puede tener su traslación a nuestro patio trasero. ¿O es que podemos ignorar que cada vez son más insistentes los vientos de cambio en Marruecos, por el estado de salud de su rey Mohamed VI, el aliado más fiel de Donald Trump, y crece el temor por la  costumbre de la dinastía alauita por mostrar músculo provocando conflictos armados con España como hizo el abuelo y el padre del futuro rey de Marruecos, Moulay Hassan? La legitimación del derecho de conquista de Putin por Trump son una mala noticia para Ceuta y Melilla -fuera del paraguas de la OTAN- y constituye una bomba de racimo en las relaciones internacionales, porque relega a la absoluta irrelevancia a organismos como la ONU -sin ningún papel en esta crisis de Ucrania- o la propia OTAN, huérfana de liderazgo tras la traición de la Casa Blanca. España no parece dispuesta a jugar ningún papel relevante ante el desafío que Trump ha lanzado a la Europa de la democracia y las libertades, atrapada en sus extremos por el infantilismo hippy de una extrema izquierda rancia y decadente que, como Trump, todavía piensa que el culpable de la guerra es Zelenski, por contener a los tanques rusos que, ahora hace tres años, avanzaban hacia Kiev, y una extrema derecha trumpista que tiene a bien convalidar  por patriótico los desvaríos de un presidente americano que, como Putin, quiere diluir las instituciones europeas  y no le importa formar parte del grupo de autócratas que buscan debilitarla y finiquitar el más largo periodo de paz que el viejo continente ha tenido en su historia.    

Esto es lo que hay. El mundo, patas arriba y en España sin enterarnos, con un gobierno en pelotas que no tiene ni un triste presupuesto ni mayoría parlamentaria para intentar armar los cambios que la nueva geopolítica requiere. Pues esto es lo que hay. Don Tancredo en La Moncloa y España, regresando a la irrelevancia internacional del siglo XIX y sin capacidad de respuesta.  

LA FRASE: “Populares y socialistas europeos han financiado la guerra a Putin. Pretenden llevarnos a la guerra total los mismos que han dejado a Europa indefensa, destruyendo su industria y su capacidad de generar energía. Hay que deshacerse de esos napoleones de salón que solo saben provocar guerras cuyas consecuencias pagan otros”. (SANTIAGO ABASCAL, presidente de Vox y de Patriots)

P.D. Sirvan estas líneas como homenaje a mi compañero Félix García, recientemente jubilado en Onda Cero Guadalajara. La bonhomía de Félix le hizo todo un personaje de las ondas, respetado por sus compañeros (fue presidente de la Asociación de la Prensa) y querido por sus oyentes, que encontraban en él la serenidad e independencia de criterio que acompañó a sus informaciones. Félix siempre tuvo claro donde estaba la noticia y dónde empezaba la propaganda; y no intoxicaba a nadie. Aunque le costará a un periodista de raza como él, le deseo lo mejor ahora que no tendrá que madrugar para presentar un menú informativo de calidad a sus oyentes. Pero la vida sigue.                     

Una iniciativa del Congreso que afecta a la Alcarria

Esta semana se ha aprobado en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley  (PNL) presentada por el Grupo Popular en la que se instaba al Gobierno a paralizar el plan de cierre de las centrales nucleares españolas, decidido en 2019, y prolongar su vida útil. Tal plan contempla el cierre escalonado de las nucleares entre 2027 y 2035, siendo la última en apagar su reactor la de Trilllo (8.000 millones de kilovatios al año). Hay que aclarar que al ser una PNL, el gobierno de Sánchez no tiene obligación de seguir la recomendación, pero no convendría por ello minimizar la votación del Congreso. Por un lado, demuestra que la soberanía nacional está por rebobinar un plan que ha quedado desfasado en los seis años que han pasado, porque la situación del mundo ha cambiado tras la invasión de Ucrania por Rusia, y hasta países como Alemania, que cerraron su parque nuclear, ahora se lamentan por la excesiva dependencia que tienen del gas procedente de Rusia, lo que compromete su soberanía. Pero también sucede que la Unión Europea ha revisado su política y ahora ha dado la etiqueta verde a la energía nuclear al no producir emisiones de efecto invernadero y eso lo han tenido que asumir antinucleares de la vieja escuela como la socialista Teresa Ribera, actual vicepresidenta de la Comisión Europa. Por estos y otros factores que les ahorro, los socios independentistas catalanes de Pedro Sánchez han revisado viejas política y posibilitaron que prosperara la moción del PP, y no solo los neoconvergentes de Junts sino la izquierda montaraz de ERC que lo justificó por el bien del suministro eléctrico en Cataluña.

Vista de las torres de refrigeración de la central nuclear de Trillo, con las Tetas de Viana al fondo.

Lo que sorprende, por tanto, es el inmovilismo de otras fuerzas de izquierda, sobre todo el PSOE, cuyo portavoz recurrió al populismo barato al decir que la energía nuclear “ni es barata ni limpia” o contraponiendo las energías renovables a la nuclear, cuando todas son necesarias para que España no tenga que comprar energía a Francia, precisamente de origen nuclear.

También se tocó, aunque superficialmente, otro aspecto que debería haber llevado a la reflexión a cualquier diputado elegido por Guadalajara. Los planes alternativos para paliar el cierre de las nucleares han fracasado en España y ya sabemos en Guadalajara, por la experiencia de la central de Zorita, que el declive económico y social llega tras el apagón nuclear a sus comarcas. Me sorprende que en Guadalajara no se ponga el  acento en este punto, no sé si porque ven el horizonte de 2035 muy lejos, aunque tratándose de centrales  nucleares, cuyas decisiones son todas a largo plazo, el apagón está a la vuelta de la esquina.

Como he escrito otras veces: A la seguridad y solo a ella, debería atenerse principalmente un gobierno a la hora de tomar una decisión de la trascendencia que supone acabar con el parque nuclear español; y no guiarse por rancios prejuicios ideológicos que no se sostienen en el mundo actual y que, sin lugar a dudas, empobrecería a nuestra provincia, sin posibilidad de rectificación. Pues esto es lo que hay y lo que nos espera. 

LA FRASE: “Si no conociéramos a Trump y a Putin, la apertura de una negociación de paz en Ucrania sería una buena noticia. Pero conociéndolos, el anuncio ha sido más un mazazo que un respiro”. (José Ignacio Torreblanca, politólogo).                 

Sánchez en su microbús

Ha caído el telón y estamos como siempre que Puigdemont quiere tomar distancias aparentes con el gobierno de Sánchez para su consumo interno: que los hace “mear sangre” (sic), pero al final le salva de la quema como en las películas de suspense. El prófugo tiene una virtud, saber hasta dónde tensar la cuerda sin que se rompa; y Sánchez juega con las cartas marcadas, consciente de que Junts nunca participará en una operación parlamentaria para evacuarle de La Moncloa, porque con el que venga -se supone que Feijóo– nunca tendría tanta influencia como la que dispone en el actual parlamento, por caprichos de la aritmética. Por ello, Puigdemont seguirá como hasta ahora: apretando las clavijas a Sánchez, pero sin ahogarle, a no ser que desde la cúpula empresarial de Foment se lo exijan, y no lo parece por mucho que añoren las maneras de Pujol y su Convergencia. Puigdemont es mucho más atrabiliario, pero han conseguido que asuma con eficacia sus intereses en las negociaciones que mantiene con el Gobierno. Como se ha visto en los impuestos especiales con banca y eléctricas.

Puidemont dando un mitin en Barcelona, el pasado 8 de agosto.

Así las cosas, Sánchez ha testado que la única manera de poder tener unos presupuestos es entenderse con Puigdemont, quien podría convertirse en “Español del año”, si Anson siguiera dirigiendo Abc, como hizo una vez con Jordi Pujol. ¡Qué ingenuidad! El problema para el Gobierno es que cada negociación que acomete con Puigdemont le sale más cara, porque Junts tiene muy claro que para revertir el fracaso del Procés debe esmerarse en acometer lo que ellos llaman instrumentos para la desconexión con España, en el marco de un proceso de desespañolización que se inició con Convergencia y ahora ha acelerado Junts. Y en este capítulo debemos reconocer que han llegado más lejos con las cesiones de este gobierno de lo que lograron golpeando la Constitución en otoño de 2017 y quemando contenedores en vía Layetana. El asunto de la lengua lo tiene resuelto con la expulsión del español de la escuela catalana (desoyendo las sentencia del Supremo), con el beneplácito de Salvador Illa; la financiación singular a costa de la caja común está en los pactos de investidura con el presidente de la Generalitat, que para eso gobierna; y al de Waterlóo le queda ocuparse de asuntos como la inmigración y el control de fronteras, para no quedarse atrás con el discurso xenófobo de Aliança Catalana, con representación en el parlamento catalán. Sánchez no va a tener fácil ser complaciente en esta última aspiración de los separatistas, porque no está en la Constitución, pero tampoco estaba la amnistía y ha salido adelante sin que a Pumpido se le caiga una pestaña.

Desde la semana pasada, el presidente del Gobierno ya sabe que con Puigdemont puede negociar los presupuestos, aunque tenga que ir a su residencia de Waterloo para rubricar el acuerdo, como ha tenido que convertir el ómnibus en un minibús para salvar el match-ball de la moción de confianza. Todo vale con tal de seguir en La Moncloa; otra cosa es gobernar por carecer de una mayoría parlamentaria estable, y poner al PP ante sus contradicciones. Cómo justificar el apoyo al minibús cuando lleva pasajeros muy incómodos (ese palacete regalado al PNV y la renovación de un decreto que ampara a los inquiokupas y desanima a los propietarios dispuestos a alquilar) y en lo estratégico: dejar a Vox en exclusiva el rechazo parlamentario en la votación. Feijóo va a tener que esmerarse más en la explicación de su estrategia porque la pinza está servida. Y esto es lo que hay.  Sánchez conduce el microbús, bien es verdad que por un camino pedregoso que le puede sacar de la carretera en la próxima curva. ¿Pero y si llega a la meta, recogiendo por el camino pasajeros de las doce tribus de Israel, para proclamar a los cuatro vientos la noche electoral que “somos más”?

Mal haría Feijóo creyendo otra vez que van a acceder al poder como el que hereda una finca.

LA FRASE:Ahora crece el PIB, aumenta el empleo y los ingresos del Estado marcan récord, pero la gente que trabaja no vive mejor, ni accede en buenas condiciones a la vivienda, ni forma familias”. JUAN SOTO IBARS, escritor.

El discurso de Page (cuando se fue Sánchez)

Pedro Sánchez llegó al Congreso Regional del PSOE en Toledo sin ganas de incomodar a Emiliano García-Page, su anfitrión. En el periodo precongresual ya le había dejado claro que no le iba a incordiar patrocinando una candidatura alternativa (aunque si hubiera llegado ese momento, había dejado dos alfiles oportunamente situados, Milagros Tolón e Isabel Rodríguez), y que respetaría el área de influencia del presidente castellano-manchego. Por ello, el discurso de Sánchez ante los delegados pasó de puntillas sobre cuestiones fundamentales sobre las que han discrepado los dos líderes socialistas, y no se molestó en dar ninguna explicación sobre la necesidad de indultar a insumisos separatistas, aplicarles una amnistía que no está en la Constitución o más recientemente una financiación privilegiada para Cataluña que hará saltar por aires la caja común y los principios de solidaridad e igualdad entre las comunidades españolas. Todo lo contrario, Sánchez utilizó su perfil más socialdemócrata para dirigirse a ese auditorio, y, dijo lo esperaban de él: que animaba a Page a seguir al frente de la Junta de Castilla-La Mancha “cuatro años más y los que vengan”. Y así lo hizo y se marchó a Extremadura a por otro congreso regional.

XIII Congreso regional PSOE CLM Pedro Sánchez y Page 2
Page y Sánchez aplauden durante el Congreso.

Page tuvo el especial cuidado de no intervenir en público tras él discurso de su secretario general, y lo dejó para el día siguiente, en la clausura. Así pudo defender sus posiciones discrepantes sin tenerle presente y reivindicar que la nación española es sobre todo “unidad económica y fiscal” o que la riqueza nacional “es de todos y paga más el que más tiene”, que es exactamente lo contrario de lo que persigue el pacto fiscal alcanzado con el separatismo catalán a cambio de lo único que le importa, seguir en La Moncloa, aunque renuncie a gobernar al carecer de una mayoría parlamentaria, como se ha visto este miércoles. Todo ello lo tuvo que escuchar en primera fila la ministra Isabel Rodríguez, que aplaudió educadamente pero sin entusiasmo. Este es el paisaje de una batalla que nunca se dio y que no se dará mientras Sánchez siga en La Moncloa; entre tanto cada uno deberá cargar con sus contradicciones. Hasta entonces, ya veremos cómo consigue Page que “no nos tomen el pelo”, porque Salvador Illa ya ha dejado claro que los pactos están para cumplirlos y que Cataluña necesita una fiscalidad y agencia tributaria propia, lo que no se compadece con el lema del Congreso de los socialistas de Castilla-La Mancha: “La fuerza de la igualdad”.

Terminado el Congreso regional vienen a continuación los congresos provinciales. Page no quiere cambios, porque lo que funciona no se toca, así que les adelanto que van a repetir todos los secretarios provinciales que están en la actualidad. En Guadalajara, Pablo Bellido seguirá cuatro años más liderando a los socialistas de la provincia, con la aquiescencia general, compatibilizando su tarea con la presidencia de las Cortes de Castilla-La Mancha, por lo menos hasta las próximas elecciones. Ocho militantes de Guadalajara han pasado a formar parte de la Ejecutiva Regional, destacando la secretaría de Política Municipal de la que se ocupará Sara Simón, la actual consejera de Igualdad, una política claramente en ascenso en el PSOE regional. Y seguramente que en lo local.  

NO SE ENTIENDE.- Si la explanada del Ferial Plaza es más amplia y con mejores accesos, como reconoce el concejal de Festejos y yo lo he venido defendiendo desde hace años-, y tal es así que el Festival Gigante se hará este año allí, no entiendo la necesidad de que los conciertos de las Ferias 2025 se mantengan un año más en la Fuente de la Niña, a costa de interrumpir la intensa actividad deportiva en este complejo y destrozar su césped, como todos los años.

LAS MISERIAS DE UNA CALDERA.- Ni los niños ni los padres del colegio Pedro Sanz Vázquez tienen la culpa de la enésima batalla que Ayuntamiento y Junta libran a propósito de la famosa caldera del centro. La miseria de la política no debería llegar hasta estos extremos cuando hay niños de por medio.  

LA FRASE: «En España, lo revolucionario es el respeto». Fernando de los Ríos, diputado socialista (Ronda, 8 de diciembre de 1879-Nueva York, 31 de mayo de 1949) 

Peor que ayer, pero mejor que mañana

Es toda una paradoja que en el último día del año se incendiara una antigua dependencia del Fuerte de San Francisco a modo de aviso sobre la lamentable situación que sufre el inmueble y la incapacidad de las autoridades locales y autonómicas para darle una solución. El último requiebro ha sido la propuesta (ni tan siquiera puedo calificarlo de proyecto, porque nadie presentó en público nada en concreto) de convertirlo en la Ciudad del Cine mediante una iniciativa público-privada, que en un principio saludé con esperanza reclamando consenso y a medida que fue pasando el tiempo y no se desvelaban las tripas del proyecto mostré mi reserva y escepticismo. No voy a repetir argumentos que en su día quedaron escritos, pero tras las llamas de la madrugada de San Silvestre tengo la impresión de que el desenlace ha sido el peor de los posibles. No habrá Ciudad del Cine ni cesión de su uso a un grupo privado como mal se temían algunos culturetas, pero no hacer nada no es solución: todo ha vuelto a la casilla de salida; a la ruina, a la okupación y a los incendios. Es decir, la comunidad autónoma sigue en deuda con la ciudad de Guadalajara y con su Ayuntamiento porque está obligada a la rehabilitación del complejo TYCE, ya que así figuraba en el convenio que en su día ambas instituciones firmaron a cambio de los beneficios que la Junta obtuvo por la venta de los terrenos que urbanizó en ese Proyecto Singular. La obligación no ha decaído, como así los reconocen sendas sentencias del Tribunal Supremo, pero tras el enésimo desencuentro entre ambos gobiernos vamos a ver cómo consigue el equipo de Ana Guarinos que se ejecute la sentencia, porque no estamos ante un ente privado al que se le puede embargar cuentas o propiedades.

Así quedó la dependencia del Fuerte tras el incendio de Año Nuevo./GUDiario.

Las llamaradas de fin de año -¿provocadas por quién?- nos vuelven a recordar la penosa situación de un complejo San Francisco en ruina – aunque algunas asociaciones tienen allí sus sedes en precarias condiciones-, sin que en lo institucional se haya dado un paso para acercar posturas. Con Ciudad del Cine o sin ella.

 Con esto del Fuerte de San Francisco, podemos parafrasear aquello de que esto pinta peor que ayer pero mejor de lo que estará mañana. Y esto es lo que hay. Esperando al próximo incendio. 

Así quedó el césped de la Fuente de la Niña tras los conciertos de Ferias en 2024./GUDiario.

POR FIN ALGO DE SENSATEZ.- El Festival Gigante se celebrará este año a finales de agosto en la gran explanada urbanizada que acogía las grandes atracciones del recinto Ferial, hasta que se dejó de utilizar hace ahora tres años. Así lo ha confirmado el Festival en sus redes sociales y su organizador, Alfonso López, a este digital. El empresario reconoce que este año habría que haber cerrado las pistas  de la Fuente de la Niña más de un mes, por las fechas de las Ferias, y admite que el nuevo recinto “cumple mejor las condiciones de comodidad y acceso”; destaca que es un emplazamiento “más grande, más cómodo, muy bien comunicado con la ciudad a través de la pasarela y de fácil evacuación”. Es decir, lo mismo que llevo argumentando en los últimos años, en vano, desde que el Ayuntamiento decidió prescindir de esta localización para Ferial. Ha tenido que ser el Gigante el que haya señalado el camino correcto al Ayuntamiento, y ahora supongo -aunque no está confirmado- que las actuaciones de las Ferias, con Leiva y compañía, se celebren también en ese recinto y dejen de maltratar el estadio de la Fuente de la Niña. Sería del género tonto no aprovechar para las Ferias  el escenario y el cerramiento que deberá hacer el Festival Gigante. Cuando en ambos eventos participa económicamente el Ayuntamiento.

Vista parcial del belén de la concatedral de Santa María./GUDiario.

CIUDAD DE BELENES.- Otras capitales se han ganado fama por el iluminado urbano durante la Navidad. En Guadalajara ha estado en general bien, pero lo que más destaca y en lo que se debería insistir es en la calidad y número de belenes que se extienden por la ciudad durante este tiempo de Navidad. Es sin duda nuestra mejor marca. El belenismo ha crecido en Guadalajara de la mano de la Asociación de Belenistas, que milagrosamente sobreviven en una dependencia del Fuerte de San Francisco, y que promueven los belenes monumentales de las instituciones (Ayuntamiento y Diputación), pero por fortuna no son los únicos. En este post quiero destacar el belén de la concatedral de Santa María, que ha dirigido el maestro belenista Ángel de Isidro al frente de un amplio equipo de voluntarios que empezaron los trabajos para su montaje allá por el mes de septiembre. El resultado, impresionante. No dejen de verlo.     

LA FRASE: «La idea difundida por cierta historiografía actual, de que la democracia traicionó la memoria del exilio, no puede estar más alejada de la realidad» (Juan Francisco Fuentes, catedrático de Historia Contemporánea).         

Una gran institución económica reclama algo que nos afecta

La Cámara de Comercio de Estados Unidos en España es la más relevante institución cameral extranjera que opera en nuestro país. Valga con estos datos: representa a más de 280 empresas asociadas que tienen una facturación de 248.000 millones -nada menos que la sexta parte de nuestro PIB-,y que generan más de un millón de empleos directos e indirectos. Casi el 20% de la inversión extranjera en España es de empresas americanas.

Pues bien, esta institución cameral está preocupada por la debilidad de la economía española en un campo, como es la competitividad, y que convive con otros datos macro que  sin embargo son favorables al crecimiento de nuestra economía en los dos próximos años si lo comparamos con los problemas que afectan a las dos locomotoras europeas: Francia y Alemania. Y de cara a mejorar esa competitividad nos propone reducir el coste energético en un 20% para 2028. Con este objetivo, la Cámara Hispanoamericana señala en un documento hecho público estos días que habría que alargar la vida útil de las centrales nucleares hasta el periodo 2035-2040. Esto aseguraría, sostiene la Cámara, “una fuente estable de bajas emisiones durante la transición hacia un sistema basado en renovables”. En lo que nos toca, la central de Trillo debería estar funcionando como poco hasta 2040 y no cerrar en 2035, como sucederá si no se cambia el calendario del actual gobierno. Lo que argumenta la Cámara es que de esta manera se evitaría una mayor dependencia de los ciclos combinados de gas, una energía vinculada al suministro de la Rusia de Putin.

Nadie en su sano juicio puede cuestionar que el futuro de un país como España son las energías renovables y especialmente la solar, porque tenemos el mejor y más barato combustible de Europa. De igual manera, solo desde el fundamentalismo ideológico se puede defender un apresurado cierre de sus centrales nucleares,  que se iniciará el próximo año con Almaraz 1 y terminará en 2035 con CNTrillo, porque España caería en los mismos errores que le han llevado a Alemania a una suicida dependencia del gas ruso, lo que ralentizaría su proceso de industrialización y la capacidad para frenar las deslocalizaciones en los procesos productivos. Incluso una antinuclear de libro, como es la anterior ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha tenido que transigir para ser elegida Vicepresidenta europea en el precipitado desmantelamiento de las nucleares europeas, que en 2022 consiguieron la etiqueta verde de la Comisión Europea al no producir emisiones de efecto invernadero. Ante estos cambios, entre los que merece tenerse en cuenta las ventajas de los pequeños reactores nucleares desarrolladas por Francia, con mayor capacidad productiva, cabría plantearse si España no debería reflexionar sobre ese calendario de cierre que se adoptó antes de las crisis de Ucrania y Rusia, y que ahora no obedece a criterios objetivos sino ideológicos. ¿Por qué no puede seguir funcionando un reactor nuclear como el de Trillo más allá de 2035 si se puede actualizar y supera las inspecciones del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)? Solo un mal funcionamiento de la instalación lo desaconsejaría, cosa que no ha sucedido en los 38 años de funcionamiento hasta el punto que desde la central alguna vez han recordado que  en Toledo hay el doble de radiactividad natural que en el entorno de Trillo.

CN Trillo debería cerrar con el actual calendario en 2035./GUDiario.

Pero hay otro problema: me extrañaría que las empresas del sector vayan a pelear esta prórroga en las condiciones actuales, porque sufren una fiscalidad por encima de cualquier otro sector energético por parte del Estado y las Comunidades Autónomas, que les ha llevado a replantearse su continuidad. Esta es la situación, de lo que como guadalajareño me lamento y me asombra que apenas se le concede importancia cuando estamos hablando de casi 350 empleados fijos y más de un centenar de empresas especializadas que prestan sus servicios durante una operación normal. Por no hablar de las sinergias económicas que aportan las recargas al utilizar a unas mil personas, con su gasto correspondiente. ¿Dónde hay otra empresa en esta provincia que pueda decir lo mismo?

Es cierto que el periodo de desmantelamiento de una central general también empleo, pero tras el cierre de Zorita hemos sabido que no es lo mismo, porque los cacareados planes posnucleares son un fracaso general en todos los sitios, y sus emplazamientos no vuelven a ser lo mismo. Más España vaciada y menos renta per cápita. Pregunten en la Alcarria Alta a la gente y a los pocos empresarios que quedan; y que les cuenten. Pues esto es lo que hay.

Escudo fundacional del Deportivo Guadalajara.

LO DEL ESCUDO DEL DEPORTIVO.- Nunca supe -porque no se explicó- los motivos del cambio del escudo del Deportivo Guadalajara dado que el fundacional es muy interesante (aunque tiene un error, la bandera del torreón, que debería ser la de la corona de Castilla, porque España entonces no existía como estado) y para el año en que se diseñó (finales de la década de los cuarenta) era hasta moderno. Además, recogía en su simbología las raíces de la ciudad a la que representa con ese caballero castellano cabalgando frente a sus murallas y que recuerda la reconquista de Guadalajara por el legendario Alvar Fáñez de Minaya en 1085 (aprovecho la ocasión para recomendar la lectura del ensayo sobre nuestro héroe firmado por el medievalista Plácido Ballesteros  y que sirvió de base a la gran novela histórica Tierra de Alvarfáñez del paisano Antonio Pérez Henares). Pues bien, de la noche a la mañana el escudo fundacional se cambió por una mala copia inspirada en el original; y a muchos nos reconforta que, ahora, los aficionados tengan la oportunidad de devolver al club, mediante su consulta, ese escudo arriacense y castellano que nunca se debiera haber abandonado. Porque los clubes de fútbol que no respetan a su pasado acaban perdiendo el futuro. Y este equipo, que muchos conocemos por Deportivo y no por ese término infantilizado de Dépor, tiene muy buena pinta, por lo menos en lo deportivo, después de quedar Campeón de Invierno en Segunda RFEF. Ojalá que el rescate de su escudo sea un presagio de la recuperación de una categoría que no perdió en el terreno de juego.

Sánchez no pisó a Page la manguera

El presidente de Castilla-La Mancha y actual secretario general del PSOE en la región, Emiliano García-Page, ha sido proclamado secretario general del partido en la comunidad autónoma, sin necesidad de recurrir al próximo congreso regional, que se celebrará en Toledo los días 18 y 19 de enero, ya que ha sido el único en presentar candidatura para el cargo.  Ninguna sorpresa. Page ha sido el principal crítico en el PSOE a la gestión de Sánchez, especialmente por la oposición a su estrategia de pactos con el independentismo, que quiere derribar la Constitución de consenso que ahora cumple 46 años, y no se ha ahorrado críticas a los indultos del Procés, la amnistía para los golpistas del 17-0 o más recientemente los pactos con ERC para investir a Salvador Illa a cambio de que Cataluña tenga una financiación singular (privilegiada), lo que supondría la puntilla a la actual financiación común autonómica. Si Castilla-La Mancha es, ya, una de las cuatro autonomías infrafinanciadas por el actual sistema, dejará de ser una región viable si todavía perdiera más recursos por salirse Cataluña del sistema común, que quedaría mortalmente herido, dado que solo quedarían tres autonomías como contribuyentes netos (Madrid, Baleares y Comunidad Valenciana) a los fondos de solidaridad y cohesión. Estaríamos ante el canto del cisne del estado autonómico, uno de los pilares de la Constitución, porque no hay estado merecedor de tal nombre que no aplique la solidaridad fiscal en sus territorios. De España sólo quedaría la bandera, el desfile de sus Fuerzas Armadas el 12 de octubre y el discurso del Rey en Nochebuena.

Emiliano García-Page en una visita a La Moncloa en 2018.

Page sabe que si ha perdido las batallas del Procés y la amnistía, porque este PSOE  de las primarias trampa se ha convertido en un partido de estructura peronista (mientras su líder detente el gobierno) en el que es posible defender una cosa y mañana la contraria con tal de cerrar el paso a la alternativa (lo que él llama despectivamente la fachosfera), insisto en que Page es consciente de que la batalla de la financiación común no la puede perder, porque esta vez sí perdería la guerra. Castilla-La Mancha, como otras regiones que reciben la solidaridad del resto del estado, no tendría recursos suficientes para financiar su sanidad y educación en condiciones similares a los de otros territorios “singulares”, que en regímenes opacos y anclados en las guerras carlistas se rigen por lo que ahora llaman principio de ordinalidad, y que no es otra cosa que cada uno se las apañe con lo que recauda, y al conjunto del país y a las políticas de solidaridad que las den. Se han olvidado pronto de que si a ese principio de ordinalidad se hubieran apuntado Francia, Alemania y los países del norte de Europa, hoy no existiría la Unión Europea. Ni muchas de las infraestructuras que se desarrollaron en España desde nuestro ingreso en 1986, apuntalando su Transición democrática que ahora a los socios de Sánchez les place denostar.

Pero todo esto Page lo sabe, y lo ha recordado con motivo del Día de la Constitución, de la misma manera que Sánchez se ha resignado a asistir a su reelección como secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, sin oposición alguna, por lo que el actual presidente regional podrá llegar en carroza al congreso regional que se celebrará en Toledo los días 18 y 19 de enero. Aunque Sánchez puso, digamos que preventivamente, a alfiles suyos en el tablero regional (Milagros Tolón, en la delegación del Gobierno, con agenda propia al margen de Fuensalida, y a Isabel Rodríguez en el Consejo de Ministros),  al final no ha hecho movimiento precongresual alguno, y ha seguido la vieja conseja que un día escuché a un entrenador argentino del Atlético de Madrid, Juan Carlos Lorenzo, harto de que un colega se metiera con él: “Oye che, entre bomberos no nos pisemos la manguera”.

Sánchez, de esta manera, se ha tragado el sapo del díscolo Page, como Page se tragó las ruedas de molino de la amnistía y los indultos. A Page le salva que es el único presidente regional socialista con mayoría absoluta y unos resultados que no ofrecen dudas sobre su influencia en los procesos electorales. Con Page al frente de la candidatura regional, el PSOE obtuvo el 45% de los votos y sumó 17 diputados autonómicos; y un mes más tarde, con Pedro Sánchez al frente de la locomotora socialista en las Generales en Castilla-La Mancha, el PSOE no pasó del 34%, con 8 diputados, 2 menos que el PP de Feijóo, que fue el claro ganador en esta región, con 10 diputados y el 38% de los sufragios,  a pesar de que por la derecha tiene la sangría de Vox, con 3 diputados nacionales y 4 autonómicos, un partido con presencia institucional  en Toledo y Guadalajara.  

Estos son los argumentos para que desde el entorno de Ferraz hayan preferido no enredarse poniendo chinitas a Page. Bastante tienen en Moncloa con la tormenta política y judicial que amenaza con tumbar la legislatura como para andar de guerrilla con Toledo. Y esto es lo que hay.   

Hablemos sin demagogias de suelo y vivienda

Aunque nacido en Madrid, el economista Alberto Quemada siempre ha estado vinculado profesionalmente a Guadalajara y no solo en su calidad de alto ejecutivo del sector inmobiliario, sino por su trabajo con el deporte alcarreño como integrante del equipo directivo del Balonmano Guadalajara, nuestro representante deportivo de mayor categoría. Prestó servicios profesionales en inmobiliarias como Quabit y Hábitat, y como empresario supo también de los reveses de la promoción inmobiliaria desde Realitas Grupo Inmobiliario, que hasta la explosión de la burbuja financiera formó parte de los años del boom inmobiliario en Guadalajara en la década de vino y rosas. Ahora, es el máximo responsable de LandCo, la filial de suelos del Banco de Santander y que es la segunda mayor empresa de suelos en España, tras la pública Sareb, el conocido como “banco malo”. Del éxito de su gestión, anotar que cuando llegó tenía 14.000 suelos para vender y ha colocado unos 4.000 en cinco años, a base de poner en órbita 450 juntas de compensación. En su gestión está hacer magia con unos suelos que tienen un valor bruto de 4.800 millones, aunque con un valor real en torno a 2.000 millones.

Quemada advierte que solo hay crédito para construir unas 50.000 casas al año, por lo que reclama al Estado tome medidas para facilitar esta financiación, ya que las necesidades actuales están en 150.000 viviendas al año, generando así un déficit de 100.000 casas al año.

El Confidencial que dirige Nacho Cardero, ese gran periodista alcarreño, nieto de periodista, ha publicado recientemente una muy interesante entrevista con Alberto Quemada, que merece ser subrayada porque da muchas claves sobre dónde va el sector del suelo en España, tan importante en una ciudad como Guadalajara que se está quedando sin suelo urbano calificado a pasos agigantados.    

La primera pregunta que todos nos hacemos es si estamos ante otro rallye desbocado de la vivienda en España (sin contar la vivienda de alquiler, que en nuestra ciudad está cada vez más disparada) y en este sentido, Quemada resalta lo obvio, que la vivienda está subiendo mucho en España, y un pronóstico: que va a seguir subiendo, porque hay un desequilibrio enorme entre la oferta y la demanda. Y en este sentido pone el dedo en la llaga al advertir que “no somos capaces de construir más de 90.000 viviendas al año; sin embargo, la demanda para la creación de nuevos hogares es de 200.000 o 300.000, con lo cual, pronostico que en los próximos cinco años la demanda de viviendas va a seguir creciendo y, desgraciadamente, los promotores no vamos a poder satisfacerlas”. ¿Qué hacer ante un reto que derivará en un problema social, que nos puede llevar a años de inestabilidad y que favorecerá el descrédito de nuestra democracia entre los más jóvenes al fracasar en la solución de uno de los asuntos capitales, como es disponer de una vivienda? Quemada pone el acento más bien en lo que no hay que hacer, refiriéndose a medidas que se están tomando en la “dirección equivocada”, porque si intentas fortalecer la demanda, el desequilibrio será aún mayor. Y pone este ejemplo: “Si das subvenciones a los jóvenes para comprar casas, lo único que haces es que la diferencia entre la oferta y la demanda sea mayor y, al final, esa subvención se traslada al precio”. Por tanto, nuestro experto advierte que no se construirán más de 90.000 viviendas en España, por muchas ayudas que se otorguen a los compradores; la única solución que ahora se maneja. Quemada aboga por un cambio del foco, es decir, por sustituir las ayudas del comprador al promotor, porque de mantener el sistema actual, el estado puede contribuir con vivienda social, pero no puede ser el gran promotor de 50.000 viviendas al año; porque falta suelo finalista en las zonas con demanda. Y segundo, y más grave de solucionar, no existe financiación para promotores. “Actualmente, solo hay seis bancos que ofrecen crédito promotor para construir viviendas” y solo hay crédito para unas 50.000 casas al año, por lo que demanda al Estado tome medidas para facilitar esta financiación, ya que las necesidades actuales están en 150.000 viviendas al año, generando así un déficit de 100.000 casas al año; de lo contario, el precio seguirá subiendo, insiste. Un tercer problema que afecta a la vivienda en España es que cada vez el sector de la construcción está más constreñido, porque no hay profesionales, y ahí es donde las administraciones pueden intervenir mediante la formación profesional, para nativos e inmigrantes.

Con este escenario tan poco propicio, Quemada nos advierte que cada vez hay menos promotores y que los grandes están desapareciendo. Y así sucede, como ha pasado en nuestra capital, que incluso cuando la administración, en este caso el Ayuntamiento, ha puesto suelo en el mercado para vivienda social, no se ha encontrado con promotores interesados y el proyecto ha fracasado.

Así las cosas, los altos costes de urbanización suponen un muro para los promotores, hasta el punto de que Quemada avisa: “Urbanizar un desarrollo nuevo cuesta alrededor de 150 euros m2. Esto significa que en todos los lugares donde el valor de la vivienda sea inferior a 1.800 euros por metro, no se va a volver a urbanizar porque los números no salen”. Nuestro experto responsabiliza de ello a una legislación de los años 90, que decidió que el promotor de un ámbito nuevo tiene que asumir todos los gastos de infraestructura, que debería ser responsabilidad del ayuntamiento, y la red eléctrica, que debería corresponder a las empresas suministradoras.

Esta última reflexión es particularmente interesante en una ciudad como Guadalajara, porque le ha llegado el momento de calificar nuevo suelo urbanizable, una vez que los desarrollos que se iniciaron con Aguas Vivas se están agotando y las casas han llegado hasta el perímetro de la Ronda Norte. Por tanto, es necesario dotar al municipio de mayor suelo urbano y lo que antes se habilitaba mediante un nuevo Plan de Urbanismo, ahora se prefiere recurrir a las modificaciones urbanísticas, como ya adelantaba la alcaldesa Ana Guarinos en una reciente entrevista con este digital. Un nuevo POM municipal tiene sus ventajas, especialmente en cuanto a la participación de la sociedad en la elaboración del mismo, pero también es un dogal para el desarrollo porque lleva consigo una montaña de burocracia y un riesgo de inseguridad jurídica, amén de la paralización de nuevas licencias mientras se tramita que una ciudad como Guadalajara no se podría permitir. Quemada pronostica que en el 70-80% de las provincias no se va a volver a urbanizar, “porque los números no salen si no cambiamos”.  Personalmente doy por hecho, que este parón no se va a dar ni en Guadalajara ni en las principales localidades del Corredor, fundamentalmente por las sinergias de su vecindad con Madrid, que es lo que siempre nos salva. Aunque en el caso de la capital, habrá que proveer ese suelo mediante la recalificación de suelos rústicos en urbanos, y teniendo en cuenta las barreras naturales de Guadalajara, es obvio que este va a salir de los terrenos ahora rústicos que hay entre el Ferial Plaza y la pedanía de Iriépal, que sería la nueva zona de expansión; y ya parece que hay movimientos al respecto. Hace años que Alcalá de Henares saltó la A-2 hacia nuevos desarrollos que creó en lo que hoy es conocido como Los Espartales, demostrando una agilidad e impulso del que Guadalajara ha carecido tras la crisis financiera; y ahora nos toca a nosotros decidir qué ciudad queremos para lo que queda de siglo.

Esto es lo que hay. Sin lugar a dudas, la tarea más apasionante que puede tener un ayuntamiento, aunque a priori vista menos en estos tiempos de políticas cortoplacistas, de la subvención y el populismo de luces cortas.  

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