Una hospedería regional en Villaflores

Conozco a una persona que pasó su infancia en el Poblado de Villaflores cerca de la capital. Su familia estaba relacionada con la agricultura y eso le llevaba a compartir tardes en los llanos que coronan la Cuesta del Sotillo. En aquella época la vida seguía bullendo en este pueblo agrícola.  Después empezó el declive y aunque durante un par de décadas se mantuvo su uso como merendero (con bastante éxito), el nuevo diseño de la N-320 dejó el lugar totalmente apartado y sin ninguna vigilancia.

Desde entonces el declive ha sido continuo.

No sólo los edificios han sido invadidos por árboles y matorrales, sino que los vándalos han terminado de rematar la faena pintando, destrozando y saqueando una de las joyas arquitectónicas del siglo XIX en Guadalajara. Hace cuatro años, cuando una fuerte helada tiró al suelo la espadaña de la Casona Principal pensamos que se iba a actuar de inmediato.

Pero los meses corren y poco o nada que se pueda ver se ha hecho hasta el momento. Es verdad que se han empezado a mover papeles, pero como los trámites de las administraciones son escandalosamente largos, sobre el terreno no hay nada nuevo. Y han pasado cuatro años.

Hace unos días desde Guadalajara Diario nos interesábamos por el proyecto, pero aunque todo sigue su curso, parece que no hay soluciones rápidas para Villaflores. Es cierto que sobre el papel ya hay ideas que se plasman en el rimbombante “Plan Especial de Villaflores” lo que más preocupa en el Ayuntamiento es qué utilidad, y sobre todo qué seguridad, se le da a un conjunto de edificios que están en medio de la nada. Por primera vez el dinero no es problema. Al menos para el Ayuntamiento, que tiene 3,7 millones de euros guardados del aval que presentó Reyal antes de quebrar y desaparecer como empresa. El verdadero problema será si se gastan esos 3,7 millones de euros y noche sí y noche también, los edificios son vandalizados o saqueados como ocurre casi a diario en muchos pueblos de la provincia.

Parece que la solución ideal, al menos así se asegura desde el Ayuntamiento, sería que la Casa Grande, propiedad de Hercesa, fuese convertida en el hotel que desde hace años está previsto, pero no es empresa fácil. Primero porque esa empresa privada tiene que hacer una inversión de al menos 1,4 millones de euros para arreglar sólo ese edificio, después hay que conseguir que una empresa hotelera lo gestione y por último hay que llenarlo de clientes.  Que sea un negocio rentable.

Ya hay voces que piden que se instale en el edificio un Parador de Turismo y no sería mala idea si no fuera porque la red de Paradores no pasa por su mejor momento. (Sólo hay que ver lo que ocurre con el parador de Molina de Aragón con unas obras eternas iniciadas años atrás y para las que, de momento, no hay fecha de finalización.) Una red nacional, por lo tanto, no se hará cargo del proyecto, pero ¿y una red regional? Hay que recordar que el gobierno regional tiene en marcha el proyecto de Red de Hospederías de CLM, una iniciativa que busca convertir en hotel espacios singulares de la región. En su día anunciaron que habría dos por provincia. En Guadalajara uno de ellos será la Fábrica de Paños de Brihuega y falta el segundo. Aunque ahora se está usando el Molino de Alcuneza en Sigüenza, no sería mala idea que la Casa Grande del Poblado de Villaflores entrara a formar parte del proyecto.

Es solo una idea que necesita tiempo, dinero y compromiso para madurar pero si saliera adelante podría dar solución a una zona cuyo futuro se ve complicado.

Quizá es ahí, en las aguas del gobierno regional, donde los propietarios del Poblado de Villaflores, tanto Hercesa como el Ayuntamiento, deben echar la caña y tejer redes para encontrar una solución.

¿Qué hacemos contigo?

Hace cuatro años hice un reportaje sobre el mercado de abastos de Guadalajara. En esa época los comerciantes estaban hartos de que no les hicieran caso ni les tuvieran en cuenta, los vecinos casi ni sabían que allí hay un mercado de productos frescos (salvo los que iban al mercadillo de martes y sábados) y los políticos no tenían muy claro qué hacer con un edificio que era un negocio ruinoso para las arcas municipales.

Hoy cuatro años después ha cambiado el envoltorio, pero el caramelo sigue teniendo el mismo sabor amargo. Después de invertir 1,1 millones de euros para arreglarlo llega lo más difícil, darle actividad. Y parece que va a ser más difícil de lo que se pensaba.

El primer intento de buscar una empresa que lo gestione ha resultado un fracaso. Era el primer pliego de condiciones que llevaba el sello del nuevo equipo de gobierno   (formado por PSOE y Cs) y no acabó bien. Primero porque sólo se presentó una oferta para gestionar las actividades del mercado (lo que demuestra que el concurso no era muy atractivo) y segundo porque la empresa que se presentó lo tenía muy difícil para quedarse con la gestión por varias razones que eran de peso para el PSOE.

Por un lado pertenecía a los mismos empresarios que habían gestionado, al parecer sin contrato, ese mismo mercado en la etapa del PP;  eran por lo tanto los mismos empresarios a los que el propio PSOE se vio obligado a echar por esa falta de contrato, y para remate eran también los mismos empresarios a los que acababa de abrir un expediente con una multa de 30.000 euros por celebrar la hípica en el Casino Club de Campo sin tener los permisos necesarios… La falta de química era más que evidente. Y el resultado, dejar el concurso desierto y volverlo a repetir, evidente.

Con esta situación al PSOE no le ha quedado otro remedio que volver a buscar alguien interesado en gestionar el mercado, pero está claro que esta vez deberá hacer la oferta mucho más atractiva para que empresas de peso, con experiencia y solvencia económica, se interesen en este negocio.

Mientras tanto los partidos políticos, tanto en el gobierno como en la oposición, siguen usando el mercado como arma arrojadiza en sus estrategias electorales. La reapertura de la terraza del mercado de abastos que hizo el PP en mayo a dos días de los comicios locales fue un acto electoral. Así de rotundo. Sólo había que ver la mezcla de trabajadores, periodistas y políticos en el mismo espacio para comprobar que esa apertura era demasiado arrebatada. Pero el mismo tufo electoral desprende la creación de una comisión de investigación para depurar responsabilidades en vez de llevar el tema a los tribunales. Creo que si el PSOE no denuncia el tema en un juzgado es porque no tiene pruebas suficientes para hacerlo. Lo demás es teatro y enmarañar una situación a la que los vecinos no dedican ni un segundo de su tiempo.

Entre tanta actividad política los comerciantes del mercado están cuasi olvidados. Entre los puestos (carne, pollo, variantes, fruta…) sigue sin haber una pescadería. ¿No es hora de que se complete la oferta y el Ayuntamiento saque un puesto o dos que presten este servicio? Además el desconocimiento sobre el mercado es total: mucha gente se pregunta si el mercado sigue abierto. No sé si es competencia del ayuntamiento o de los propios comerciantes, que, por cierto, nunca han conseguido llevarse bien, pero es urgente un cambio. Cambio de imagen en los puestos que dé un mejor aspecto del mercado, y una campaña publicitaria que haga saber que allí se venden productos frescos, de calidad y de proximidad ahora que el tema de la sosteniblidad está tan de moda. Quien lo pague es algo que deben decidir ellos.

En aquel reportaje al que aludía al principio el entonces concejal del Mercado, el popular Ángel García, decía que veía cada día el edificio desde la ventana de su despacho y que se preguntaba ¿qué hacemos contigo? Hoy, cuatro años después, con un millón de euros invertido y tras el paso de varios concejales de mercado parece que la pregunta sigue siendo la misma. Todos quieren pero… Esperemos que los protagonistas tengan altura de miras y la respuesta llegue pronto.

Infantado: una cuestión de dinero y voluntad

Guadalajara no ha podido tener mejor noticia en el arranque de la nueva legislatura. Todos los planetas (léase Gobierno nacional, gobierno regional y gobierno municipal) se han alineado bajo el mismo patrón (entiéndase el PSOE que ahora gobierna en todos ellos), y el Palacio del Infantado deja de arrastrar el problema de propiedad y uso que tenía desde los años 60. No sé si en el acuerdo habrá tenido que ver que las tres administraciones sean socialistas pero, desde luego, esto da un argumento más a aquellos que piensan que es así.

El acuerdo ha supuesto un importante desembolso: 853.000 euros que serán pagados de forma íntegra por el Estado que es, junto al Ayuntamiento de Guadalajara, su propietario. Que se haya alcanzado un acuerdo muestra dos cosas: una que todo, incluso los supuestos derechos adquiridos por linaje, tienen un precio, y dos, que con voluntad todo se arregla.

Parte trasera del Palacio del Infantado

La cantidad, que ya ha sido entregada a la duquesa, puede parecer desorbitada pero, creo que desde el punto de vista práctico es lo mejor que ha podido pasar. El Estado estaba obligado, por una sentencia judicial, a construir una vivienda a Almudena de Arteaga, la duquesa del Infantado, dentro del Palacio y el proyecto, bastante sobredimensionado, iba a costar 450.000 euros. Ahora, con el nuevo acuerdo, que ya sido firmado ante notario, se pagan 400.000 euros más para que Almudena de Arteaga, la duquesa del Infantado, renuncie a ese derecho. ¿Qué es mejor 450.000 euros con inquilino o 853.000 euros sin inquilino y sin problema?

«Pagar 853.000 euros, desde el punto de vista práctico, es lo mejor que ha podido pasar»

Muchos pueden pensar que no había que pagar porque la actual normativa de la ciudad impedía que allí hubiese una vivienda, pero esa situación ¿podía cambiar? Pues sí, puede. Hay que recordar que desde hace una década está pendiente el Plan de Ordenación Municipal (POM) y que el nuevo alcalde, el socialista Alberto Rojo, se ha comprometido a impulsarlo. ¿Qué pasaría si en el periodo de alegaciones la duquesa hiciese valer su derecho de habitar el Palacio que ya fue ratificado por una sentencia judicial? ¿Podría esa sentencia obligar a cambiar el POM?

El asunto tiene su miga y esta decisión, aunque costosa, es lo mejor que le podía pasar a la ciudad. Ahora sólo hay que desear que este importante desembolso que ha realizado el Estado no suponga la ralentización de los proyectos que hay pendientes para el edificio porque ¿hasta donde está dispuesto a gastar el Ministerio de Cultura? A lo entregado a la duquesa del Infantado hay que sumar el casi medio millón de euros que hay que invertir para acabar con la aluminosis encontrada en la galería de los jardines… Además sobre la mesa está la ampliación de museo que según el proyecto presentado, y que ya ha recibido el visto bueno del ministerio según el alcalde, necesitará otra gran inversión para cambiar el edificio de arriba a abajo y convertirlo en un gran museo. ¿Habrá dinero para todo o habrá que aparcar algo?

El tiempo lo dirá. De momento, disfrutemos de la buena noticia que ha hecho que este edificio, que sentimos muy nuestro, dejé atrás prebendas medievales que ya no encajan en una sociedad del siglo XIX.

Un Museo del Cuento

Hace años visité Burgos y, casi por casualidad, entré en el museo del libro de esa localidad. En un reducido edificio de cuatro plantas, de forma amena y didáctica, te muestran la evolución de la escritura con el paso el tiempo. Desde las primeras grafías hechas en piedras, hasta los libros ilustrados o el libro electrónico, pasando por los libros hechos por amanuenses. Una exposición que, además, está salpicada con audiovisuales, que enseñan, por ejemplo, cómo se preparaba el papiro o la piel de animales para encuadernar los libros. La idea me pareció fascinante y creo que podría aplicarse en Guadalajara para hacer un Museo del Cuento. Este fin de semana se celebra el Maratón de Cuentos. Serán 3 días de actividad vertiginosa para los cientos de voluntarios, narradores y organizadores que participan en el evento; y un momento de magia pura para los vecinos y foráneos que nos asomamos por la calle Mayor y por el patio de los leones del Palacio del Infantado. El maratón empezará el viernes a mediodía y 46 horas después… se esfumará. Quizá uno de sus encantos sea su carácter efímero. Que esa magia electrizante se concentre en apenas tres días… pero igual que el Seminario de Literatura infantil y Juvenil prende la llama a través de otras actividades como los viernes de los cuentos, no estaría mal que hubiera un rincón en Guadalajara que mantuviera viva la llama del Maratón durante todo el año. Y a eso podría ayudar un Museo del Cuento.

El Ateneo cerrado desde hace años podría albergar el Museo de los Cuentos de Guadalajara

El contenido lo tenemos al alcance de la mano. Los inagotables e imaginativos miembros del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil sabrían cómo llenar ese espacio hablando del origen de los cuentos, de los principales cuentistas, de la evolución de este tipo de relatos… Incluso se podrían hacer actividades paralelas y poner un pequeño escenario para que se celebren allí esos viernes de los cuentos que ahora se hacen en el Guitián…

Continentes hay de sobra. Tanto el Ayuntamiento de Guadalajara, como el Estado y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha tienen edificios públicos cerrados y desaprovechados que podrían ser fácilmente reconvertidos en un espacio homenaje al cuento: el Ateneo, que tiene al lado el teatro Moderno; algún espacio en la cárcel de mujeres donde el casi seguro nuevo alcalde, Alberto Rojo, quiere poner un centro de ocio para mayores; o el propio claustro de El Fuerte. Un lugar estupendo en el que el patio central podría usarse para contar y las habitaciones de alrededor, ahora derruidas y convertidas en sucio almacén, en lugar de exposición.

Las opciones son infinitas.

En Burgos el museo del libro es privado y ha sido creado por una editorial, pero en Guadalajara con ganas y con buena voluntad de las administraciones, se podría sacar adelante un proyecto de este tipo que mantuviese presente el Maratón de Cuentos más allá de los 3 días de junio. Un espacio que mostrase a los turistas a lo largo del año lo que ocurre en Guadalajara cada mes de junio. Un espacio que empezase a convertir en realidad ese sueño que muchos compartimos de que Guadalajara se convierta, poco a poco, en la ciudad de los cuentos.

El centro de salud de Los Valles ¿simple promesa electoral?

Guadalajara necesita un nuevo centro de salud en Los Valles. Lo saben los médicos del centro y lo sabemos los pacientes que nos enfrentamos a largas esperas cada día que tenemos que acudir a consulta.

También lo saben los políticos que son los que tienen en su mano dar prioridad a unos u otros proyectos aunque en muchas ocasiones toman las decisiones a golpe de urna.

Y todo hace pensar que eso es lo que ha pasado con el centro de salud de Los Valles. Leer más…

Cada vez más coches en el Hospital

¿Ha mejorado la apertura del parking del Hospital la movilidad en el recinto? La respuesta es clara. No. Desde que entrara en funcionamiento el nuevo aparcamiento, hace ahora cuatro meses, el panorama que encuentran pacientes y personal no es diferente al de junio. Hay largas colas para entrar y salir del parking a muchas horas del día, y colas aún más largas, con auténticas procesiones, en las horas punta: las 8 y las 3 de la tarde.
La puesta en marcha del aparcamiento del Hospital, que era absolutamente necesaria, ha provocado un efecto llamada y ha hecho que muchos pacientes que antes iban en transporte público o andando, usen su coche para acudir a las citas médicas. Eso no ha hecho más que multiplicar los coches que llegan al centro. No hay más que darse un paseo por el Hospital para comprobarlo.
Este martes el aparcamiento de pago estaba a media mañana prácticamente lleno en sus dos plantas para los usuarios. Llenas estaban las cunetas de acceso al Hospital de la N-320, (esas mismas cunetas que aseguraban que iban a quedar limpias cuando el hospital abriese) y llenas estaban las plazas de aparcamiento gratuito, unos espacios en los que en muchos puntos los coches estaban aparcados en doble fila y hacían muy complicado el acceso al aparcamiento por la zona más alejada de la entrada.

Entrada al parking a media mañana del martes/ Gu Diario

Todo esto demuestra que aunque acudir al Hospital ahora es más fácil, la circulación en el interior y en el exterior del recinto no deja de ser un caos.
La situación es de tal calibre que ahora está incluso saturada la entrada y salida de vehículos en muchos momentos del día en el aparcamiento de pago. Hoy a las 12 de la mañana había largas colas para entrar en el mismo y aún más colas para salir de él. UGT señala que no está bien diseñada la entrada y salida de coches y tiene razón. Todos entrando por la planta cero y saliendo por la planta 2 provocan grandes atascos en las rampas de las plantas 1 y 2 con conductores irritados que no paran de hacer sonar el claxon sin saber qué esta pasando. Hoy personal del aparcamiento estaba en la valla de salida para agilizar la situación pero a pesar de ello el lento sistema de lectura de matrículas y lo angosto de la salida para coches grandes o largos hacen que fácilmente se complique la situación.
A eso hay que sumar la procesión diaria de las horas punta cuando entran y salen los trabajadores, aventura que se ha convertido en una auténtica pesadilla y que se puede comprobar a diario en las redes sociales.
Cuatro meses después el balance es claro, aparcar en el Hospital ya no es tan difícil, moverse por él sí. Ante esta situación tanto la Junta de Comunidades como el Ayuntamiento de Guadalajara deben empezar a tomar medidas para solucionar cada uno su parte. La Junta mejorando la movilidad en el interior del recinto porque, a pesar de que se ha abierto el aparcamiento, todo sigue igual ante el aumento de vehículos en el recinto; y el Ayuntamiento empezando las obras del acceso trasero por la Fuente de la Niña que no puede demorar más. Los vecinos no entendemos ( ni queremos entender) de irascibilidad y confrontación política, sólo entendemos que los políticos han sido elegidos para solucionar problemas y no para enquistarlos.

Reinas de las fiestas: Olor a rancio

Cuando tenía 14 ó 15 años participé, junto a un grupo de amigas de mi pueblo, en el concurso “Miss Irueste”. Recuerdo que, a pesar de lo poco que me gustaba, me puse un vestido, me arreglé el pelo y paseé con la mano en la cadera por un estrecho poyete de cemento que estaba adosado a las antiguas escuelas del pueblo. Todas las candidatas (Marisol, Cuca, Leticia, Olga,…) teníamos enfrente a los vecinos del pueblo que valoraban nuestro porte a pesar de que nos conocían de sobra porque cada día nos veían en vaqueros, con camiseta y casi sin peinar. Ser elegida en un pueblo como el mío no suponía mucho cambio: Te daban un ramo el día de la elección, llevabas la banda en el baile y en los actos religiosos; y los chicos se te acercaban un poco más de lo normal…

De aquello han pasado tropecientos años y aunque la costumbre se mantuvo algunos más, hace al menos 20 años que el concurso de “Miss” ya no se celebra. En mi pequeño pueblo las chicas se cansaron de participar en un acto que las hacía sentirse incómodas. Simplemente murió, sin ruido y sin nostalgia. Murió de rancio.  

Hoy reflexiono sobre ello porque no deja de sorprenderme que en pleno 2018 muchos programas de fiestas sigan manteniendo en su programa a la reina o a las majas de las fiestas. En Guadalajara la lista es larga: Sigüenza, Pastrana, Fuentelencina… o el Pozo de Guadalajara que, incluso, ha publicado las bases para regular cómo se elige a la reina, elección que conlleva 250 euros de premio para gastos de vestuario.

Es difícil de entender que se siga manteniendo esta tradición cuando las mujeres luchan continuamente por hacerse un hueco en la sociedad que les permita una igualdad real con los hombres.

Es difícil de entender que el 8 de marzo haya manifestaciones multitudinarias en toda España pidiendo cambios y que se sigan realizando, impulsando y respaldando a nivel institucional actos que lo único que hacen usar la mujer como decorado.

Es difícil entender que se rechace de plano que haya azafatas en la Fórmula 1 o en la Vuelta Ciclista para besar al campeón y que se siga viendo con normalidad que haya reina de las fiestas, una reina que se suele elegir por su belleza y no por sus valores humanos o su expediente académico.

Las instituciones, que son las que organizan las Fiestas de los pueblos, tienen la obligación de cambiar la situación. Ya hay lugares en los que se pide que no haya discriminación de género y que los hombres también puedan participar en este tipo de actos pero yo no lo veo. Creo que sobra.

Es verdad que en los pueblos las fiestas funcionan por inercia. Que simplemente los actos se repiten un año tras otro, pero quizá ha llegado el momento de reflexionar y pensar qué aportan a la fiesta de los pueblos actividades de este tipo.

Río Henares: una reforma necesaria

No lo recuerdo pero tengo fotos con mi familia bañándome en el río Henares. Una imagen ahora impensable que, hace varias décadas, era habitual en verano entre las familias que no teníamos ni piscina ni posibilidad de acceder a ella. Con el paso de los años el río se fue ensuciando y ya a nadie se le ocurre meter un pie en el cauce. Por lo que pudiera pasar.

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No viene a cuento

Me produce una gran tristeza lo que está ocurriendo con el Maratón de Cuentos de Guadalajara. Que una de las actividades más importantes de la ciudad, si no la más importante a nivel cultural, social y participativo; pueda entrar en el mismo bucle de sinsentido que se ha instalado en el Hospital de Guadalajara, en su parking, en el Fuerte o en el campus, es ciertamente preocupante.

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Sin noticias del Cercanías

Acabo de echar un ojo al twitter de Cercanías Madrid y como era de esperar está plagado de quejas. Hoy ha habido problemas para unir Atocha y Chamartín. La gente se hiela de frío porque a las 7 de la mañana está puesto el aire acondicionado. Otros se preguntan que dónde está el tren que tenía que haber partido hacía media hora… que si los andenes están a rebosar…que hay demoras y ya ni siquiera informan. En resumen. Un infierno.

Un infierno que soportan cada día miles de viajeros que no tienen más remedio que usar el tren para poder llegar a su trabajo o a su universidad. Un estrés de vida que hace que llegues a tu destino enfadado y que vuelvas, muchas horas después, con una buena dosis de mala leche y pensando que mañana será lo mismo.

Porque sí. Porque es lo mismo. Y visto lo visto no sabemos si tendrá solución, al menos para Guadalajara.

Ahora el grupo socialista en el Ayuntamiento de Guadalajara vuelve a insistir y va a pedir a los grupos políticos que apoyen una moción para recabar  información sobre cuáles son las medidas concretas que el nuevo Plan de Cercanías va a traer a Guadalajara. Una información que es básica para saber si va a cambiar en algo el viaje diario o todo se va a ir en salvas.  El plan habla de un 20 por ciento más de trenes pero ¿para la C2 que llega a Guadalajara o sólo para la C7 que llega hasta Alcalá?, ¿cuántos civis más? ¿a qué horas? ¿qué inversiones? …

Pronostico que la moción, tras un debate sobre «Usted (refiriéndose a Román) no hace nada por los vecinos», saldrá aprobada incluso con el apoyo del PP. El problema es que después no servirá de mucho.

Es innegable que se han aprobado mociones, y es innegable que el alcalde de Guadalajara ha mantenido reuniones con responsables de Fomento y de la comunidad de Madrid para hablar del tema. Pero también es innegable que todas han terminado con una vaga explicación «el alcalde ha transmitido las quejas», «el alcalde ha hecho las reclamaciones oportunas»… pero hay un elemento innegable más: nada ha cambiado.

Hace unos meses alcaldes del Corredor, eso sí a partir de Alcalá, fueron juntos a pedir sus reivindicaciones. Guadalajara no estuvo, (no sé si porque no quiso o no se le invitó) y trajeron información y soluciones concretas. ¿Porqué en Guadalajara no se hace lo mismo? ¿Por qué no van de la mano el alcalde de Guadalajara y el de Azuqueca que en este tema tienen intereses comunes? Y que se unan a ellos la primera edil de Alovera, o el de Cabanillas… Todos tienen el mismo interés: ver crecer sus ciudades gracias a mejores servicios y que sus vecinos estén contentos.

Los vecinos no necesitan reuniones, ni mociones. Necesitan soluciones. Y necesitan información sobre qué mejoras va a traer el plan. Y eso es lo que hay que pedir a los alcaldes que gobiernan. Que pregunten y den las respuestas.

De paso también hay que pedir al PSOE que se centre y no eche por tierra proyectos que ya estaban en marcha y que parecía que iban por buen camino. Me refiero a la plataforma «Recuperar Cercanías» que en mayo de 2017, había conseguido ya aglutinar apoyos de 20 municipios de Guadalajara y Madrid que buscaban el mismo objetivo: mejorar el servicio.

La plataforma, que nació liderada por el alcalde de Azuqueca, José Luis Blanco, ha quedado olvidada después de las discrepancias internas del partido por ver quien se hacía con el puesto de la Secretaria general del PSOE en Castilla La Mancha. Desde hace un año no se sabe nada de ella. Y eso que la situación de Cercanías es cada vez peor.

El motivo sin duda es que se quiere quitar del papel protagonista a José Luis Blanco porque está «políticamente muerto» para el partido. Si el PSOE no quiere que Blanco figure pues que no lo haga, pero que eso no suponga empezar otra vez de cero como lo han hecho desde este partido. Nuevas reuniones, nuevas recogidas de firmas…  Todo lo anterior no sirve, aunque dicha plataforma tuviera ya el apoyo de 20 pueblos afectados.

Hay que ser consecuentes y si piden a Román que se encare con su partido a nivel nacional para anteponer las necesidades de los vecinos a su formación política, justo es que prediquen con el ejemplo.

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