Guadalajara, ciudad Gigante

Guadalajara, sábado, 14:00h de la tarde, la calle Mayor y Bardales llenas hasta la bandera de música, gente, bailes, risas… ¿El culpable? El Gigante.

Una zona que cualquier fin de semana carece de ambiente, ha conseguido revivir gracias a la genial idea de ubicar un escenario del festival en la Plaza Mayor y no sólo eso, también la iniciativa “Vermú Gigante” en la zona de Bardales.

No sé a vosotros, pero a mí me llena de orgullo que la ciudad se llene de gente, se lo pase bien en ella y salga a la luz ese diamante en bruto que lleva dentro. La cuestión es: necesitamos más “gigantes” durante todo el año. Un acierto ha sido ampliar el radio del festival; mientras que la pasada edición (la primera) se ciñó únicamente a las pistas de la Fuente de la Niña.

Conversando con repetidores del festival,  todos coincidían en que este año se ha superado, ha mejorado con respecto al anterior, el éxito queda reflejado en la gran afluencia de público. ¿Qué nos deparará la tercera edición? Porque todos damos por hecho que este Festival tiene madera para convertirse en uno de los imprescindibles en el panorama indie-rock español y consecuentemente, Guadalajara pasaría a ser una ciudad con presencia, joven, moderna y con un gran potencial, calificativos que hasta la fecha, por desgracia, no se asocian a ella.

Llega la tarde-noche, los festivaleros se mezclan con peñistas preparándose en la antesala de las Ferias, con visitantes,  con ciudadanos que salen a pasear en su recorrido habitual y quedan perplejos al ver la cantidad de gente que llena La Concordia, San Roque, la Fuente de la Niña… Se acerca el momento más esperado; por delante las actuaciones de Dover, Dorian y Vetusta Morla, los tres grandes grupos protagonistas de la segunda jornada del Gigante 2015. Y no decepcionan.

Veteranos ya en esto, los Dover tocan nuevas canciones pero también aquellas del primer disco que algunos ya escuchamos en su visita a Guadalajara en Ferias allá por el año 2000 si no recuerdo mal, en el Auditorio Municipal, hoy el recién inaugurado Parque Adolfo Suárez. Qué grandes noches…

Dover finalizaba y llegaba Dorian, en su gira de aniversario “10 años y un día”, era uno de los grupos más esperados por los gigantes. Sonido limpio, banda impecable, incluidos un trío de cuerda que interpretó sus canciones más aclamadas. El momento más vibrante del concierto vino de la mano del tema “A cualquier otra parte”, cantado y bailado por todos los que allí nos reuníamos. Para poner el broche de oro a la actuación, se esperaba “La tormenta de arena”  y así fue, al ritmo de sus acordes y bajo una lluvia mágica de pequeños papeles, cerraban una de las mejores actuaciones del festival.

Dorian dejaba el pabellón muy alto para el próximo grupo: Vetusta Morla, los más deseados. Dentro de su gira La Deriva, nos visitaban tras haber aterrizado en ciudades como nuestra homónima en Jalisco. Interpretaron también canciones de sus discos “Un día en el mundo” y “Mapas”, los que ya las conocemos no nos cansamos de escucharlas una y otra vez, y es que Vetusta, crea adicción. Llegaba la última canción, La cuadratura del círculo, o eso nos pensábamos, ya que ellos siempre finalizan su espectáculo con ella. Pero esta vez no, nos quedaban por delante Los días raros, el cierre del punto álgido de la noche y de lo que suponía el último día del festival. Por delante El Columpio Asesino y otros grupos que alargarían hasta la madrugada esta edición del Gigante.

Tras dos días intensos, toca recogida y los que nos han visitado, regresar a sus ciudades con la vista puesta en la próxima edición; la ciudad la espera y la necesita. Guadalajara ya es la ciudad Gigante.

 

 

 

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