Cizaña:Javier Rodríguez/Jalea:Fernando Marchán

 -CIZAÑA-

Para FRANCISCO JAVIER RODRIGUEZ RODRIGUEZ, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, por el exabrupto verbal lanzado contra su colega de Castilla-La Mancha, el consejero José Ignacio Echaniz,  instándole a que sea él mismo quien opere a los enfermos de su región y, más aún, porque, según una regla no escrita, entre bomberos no hay que pisarse la manguera.

              En todo caso, dicho esto, también deberían compartir la misma crítica la presidenta de CLM, María Dolores de Cospedal, y el propio Echaniz porque ambos están gestionando muy mal las negociaciones del convenio sanitario con la Autonomía madrileña desde el momento en que la primera había adelantado a bombo y platillo que dicho convenio está a punto de hacerse y el segundo alardea públicamente de que sólo van a financiar a medias el servicio.

             Así las cosas, bien harían en arreglar pronto el desaguisado porque el ciudadano entiende poco de circunstancias políticas o económicas y sólo sabe que con los socialistas ese acuerdo estaba vigente y funcionando.

                                     -JALEA REAL-

Para FERNANDO MARCHAN MORENO, alcalde de Milmarcos, por haber rehabilitado y puesto a disposición de su pueblo el teatro Zorrilla después de años de trabajo y dedicación recuperando así una joya arquitectónica e histórica que, como otros edificios que existen en muchos pueblos de la provincia, estába a punto de desaparecer. 

           Se trata de un edificio de finales del siglo XIX y principios del XX  (una inscripción encontrada en el escenario demuestra que se restauró en 1930) que pone de manifiesto a los ojos del visitante la pujanza económica de una comarca que, desgraciadamente, ha ido a menos pasando a ser de las más despobladas.

            Enhorabuena, por tanto, al alcalde y los regidores municipales por haber conseguido la rehabilitación y mención también a los propietarios del antiguo teatro (la familia De la Muela) que han colaborado para que pasase a ser del municipio y no han hecho como otros como, por ejemplo, los dueños del Monasterio de Sopetrán, que prefieren su ruina total antes que dejar de ser sus amos.

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