¿Vocación o proyección?

 

Difícil elección.

Con esta disyuntiva hablo del curso universitario o mejor dicho, de la decisión personal y profesional que ha de tomarse cuando “toca” elegir carrera.

Recuerdo cuando, hace unos 9 años, pisaba la Facultad de Ciencias de la Información de “la Complu”. Me siento afortunada porque pude elegir lo que realmente quería estudiar y a lo que en un futuro me quería dedicar. Lo que ignoraba por aquel entonces era el chaparrón que nos iba a caer años después y la correspondiente “misión imposible”: encontrar trabajo dentro de tus competencias y formación.

Vocación, este fue mi caso y el de muchos de mis compañeros de promoción. Teníamos un mundo abierto de posibilidades dentro de la comunicación, nuestros profesores hacían énfasis en ello. Sólo teníamos que seguir nuestra intuición y gustos, para centrarnos en la rama en la cual enfocar nuestro futuro profesional. Porque para eso nos estábamos formando, para ser PROFESIONALES.

No todo era vocación, evidentemente, también existía el “no me ha dado la nota” o el “no me han admitido en la universidad que quería”. Pero creo que en pocos casos, el tema económico frenaba para poder realizar estudios universitarios. Y es que las matrículas en las universidades públicas eran la mitad de la mitad de lo que a día de hoy tienen que pagar los estudiantes/padres de los estudiantes. No todas las familias pueden permitirse pagar estos estudios y las becas…escasean, no hay para todos.

Proyección, un estudio realizado por Randstad Professionals revela que en el primer semestre de 2013 las carreras más demandadas en el mercado laboral son: Administración y Dirección de Empresas (ADE), Química e Ingeniería Industrial abocada a la Mecánica.

Me pregunto si en estos cursos universitarios comenzados en el corazón de la crisis, los alumnos se han dejado llevar más por la “proyección” y no por la “vocación”. Con un dominio claro de ADE en el mercado español, no me extraña que sea una de las carreras más demandadas, por su alma polivalente, es la que reúne mayores salidas profesionales.

Tal y como están las cosas, es de reconocer el mérito que tiene seguir estudiando, encontrar la motivación necesaria y entrar a la universidad sin saber qué te espera al acabar, hacer esfuerzos, incluso económicos,  con la esperanza de que merezca la pena y de que esto sea un mal sueño del que despertemos más pronto que tarde. Está claro que “de ésta saldremos”, mientras tanto, formación y más formación.

Todo el ánimo del mundo para los universitarios, que sigan luchando por su futuro y que se lancen a por lo que realmente quieren, que ELIJAN (mientras puedan) que ya habrá tiempo de tomar otros caminos 😉

 

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