CIZAÑA- 

Para CRISTINA GRANADOS ULECIA, gerente del Hospital General Universitario de Guadalajara, por echar la culpa a los pacientes de que en las Urgencias del citado centro sanitario se formara un “tapón” la semana pasada argumentando que todo se generó porque quienes habían sido dados de baja tardaron en evacuar sus cuerpos serranos hacia sus lugares de procedencia.
Desde luego, la señora Granados podría haber elegido otras excusas para justificar el atasco en los servicios del Hospital porque no creo yo que para nadie sea apetecible permanecer en un centro sanitario cuando los médicos te permiten abandonarlo y más aún cuando el asunto de los recortes en la parcela sanitaria son tan sensibles para el personal que paga sus impuestos.
En fin, espero que el caso que nos ocupa sea sólo una anécdota y que el problema no se agrave porque entonces sí que los políticos de la oposición, que están al acecho, verán  confirmados todos sus terribles augurios sobre la posibilidad de que los mencionados recortes generen alguna situación irreparable.

                                         -JALEA REAL-

Para IGNACIO RANERA TARANCON, alcalde de Pastrana, por organizar un año más el Festival Ducal, que tendrá lugar a lo largo de esta semana, pero, sobre todo, para que reparta este simbólico galardón con todos los alcaldes de la provincia que hacen virguerías para que en sus pueblos haya alguna actividad que atraiga a los visitantes en estos tiempos de penuria económica.
Evidentemente, no habitamos en una provincia que pueda competir con la multitud de pueblos y ciudades de España que se ubican al lado de la costa porque no hay nada que hacer para competir con las playas (bueno, mientras sean gratis) y por eso me quito el sombrero cuando los rectores municipales tiene que sacarse cualquier “conejo” de la chistera para montarse eventos que lleven al personal a su pueblo.
Eso sí, una vez montado el programa de actos de turno bien harían esos ediles en proporcionar al visitante las mínimas infraestructuras que hagan agradable su estancia para que no salgan maldiciendo del lugar  que decidieron visitar.