Podría ser perfectamente el sobrenombre a un día de luto, de conmemoración de alguna triste efeméride… pero no.  El “Black Friday” ha llegado a España, ¿para quedarse?

Se trata de un evento comercial estadounidense que se celebra después del día de “Thanksgiving” o lo que es lo mismo, del Día de Acción de Gracias que tiene lugar el último jueves de noviembre.

¿En qué consiste?

Este día, el “viernes negro” es una forma de dar impulso a las ventas, justo en el inicio de la campaña navideña. Pequeños y grandes comercios, tanto en modalidad física, como en su vertiente on-line, ofrecen descuentos y promociones muy jugosas en bienes de consumo. Electrónica, hogar, textil e incluso alimentación son algunos de los sectores más demandados en este día.

Y es que no es para menos, comprarse un ordenador o cualquier otro electrodoméstico que se necesite, puede salirte a mitad de precio e incluso recibir en casa tu pedido, si eliges el comercio electrónico, totalmente gratis, sin gastos de envío. Cosa que valoramos con creces los usuarios de compras a través de internet.

Millones de personas están hoy enganchadas al evento, sobre todo si van en busca de un producto que en condiciones normales, no pueden permitirse. Un alivio para los consumidores y su economía doméstica.

Bien hecho España. Si adoptamos como nuestras fiestas ajenas como Halloween, me alegro como la que más de que acojamos este Black Friday, acontecimiento que echa una mano a las empresas españolas logrando aumentar su facturación y, a su vez, a un consumidor con necesidad y ganas de comprar pero ahogado por la crisis.

Hace unas semanas conocíamos el dato de usuarios de internet españoles que han comprado por internet en el pasado año: un 43%. La cifra no está nada mal, aunque seguimos algo lejos de la media de la Unión Europea con un 59% de comercio electrónico. No obstante, es una realidad que los hábitos de consumo están cambiando en nuestro país. Las facilidades que ofrece internet, la comodidad, promociones y el “sírvete tú mismo” (do it yourself) hacen que nos inclinemos cada vez más hacia la red.

Consecuencias: datos positivos para grandes empresas con shopping on-line y datos negativos para los pequeños establecimientos. Así lo recoge la Confederación Española de Comercio apuntando que estos pequeños negocios no se sumarán (salvo algunas excepciones) por la falta de acogida que tuvo el año pasado esta iniciativa en ellos.

 Este hecho revela la necesidad de estas pequeñas empresas de ponerse al día y de adaptarse a las nuevas formas y hábitos de consumo que demanda el ciudadano, porque al final, el pez grande se comerá al pequeño. Imaginación, creatividad, comunicación, son los ingredientes con los que se puede dar salida a la escasez de ventas.

Os deseo un “Happy Black Friday”, que encontréis precios de oro y siempre con cabeza, que no nos nublen la vista los grandes carteles de “OFERTA”, “ÚLTIMAS UNIDADES”, “DESCUENTO MÁXIMO”. Aprovechemos este día y los sucesivos (en algunos comercios se alarga hasta el lunes) de forma inteligente.

Así se deben sentir los casi 5 millones de personas paradas en nuestro país. Hasta hace poco, me incluía entre ellas como parada de larga duración. “Otro post más sobre paro” estaréis pensando, pero lo que me ha motivado a escribir estas líneas va más allá de un dato económico.

Esta mañana el gigante de las multinacionales españolas, Inditex, convocaba en Cabanillas del Campo, Guadalajara, una reunión informativa para ofrecer datos acerca de la nueva ubicación en el municipio, de una plataforma logística de la marca.

En un principio esta reunión en la que iban a participar directivos del grupo, se tuvo que trasladar al Polideportivo de la localidad en vista a las numerosas muestras de intereses de los vecinos y los que no son vecinos, de asistir a la cita.

No decenas, no cientos, MILES de personas han abarrotado el polideportivo y sus alrededores rompiendo con todas las previsiones. Currículum en mano, la friolera de 5.600 personas han acudido en busca de esperanza. No sólo vecinos, sino gente de otras localidades e incluso otras provincias, se han acercado a probar suerte.

500 puestos para 5.600 personas o incluso más. Esta es la realidad española, la realidad que algunos dicen, está cambiando y que, empieza a mejorar la situación laboral. Permítanme que tenga mis dudas. Ojalá sea cierto, porque es lo que más deseo para este país.

Quizás sea por empatía, quizás porque me toca personalmente, no por mí, sino por las personas a las que más quiero, pero esta noticia me ha puesto el corazón en un puño.

Parece de locos o digno de un país en vías de desarrollo pero, esto es lo que está pasando en España. Sólo con ver las imágenes de las miles de personas en la calle esperando noticias, es desolador. Hoy no han recibido información concreta sobre los puestos de trabajo ni han recogido currículums (nunca se confirmó que se haría) Así pues, es decepción lo que mejor describe el sentimiento de estas personas. El ayuntamiento será el encargado de recibir estos currículums e Inditex hará el resto a partir de marzo de 2014.

Lo positivo de esto, porque aunque no lo parezca sí hay algo de optimismo,  es que al menos un buen número de personas va a conseguir un puesto de trabajo en una empresa firme y consolidada. Por esta parte felicito a Cabanillas porque traerá algo de “riqueza” al pueblo.

Un grano no hace granero pero ayuda al compañero. Siguiendo este refrán, que así sea y que se creen muchos más granitos como éste que poco a poco destruyan al gigante, a nuestro Goliat, que es el desempleo.

“¡Luis recoge los juguetes!”, “¡Ana!, ¿¡quieres apagar la tele!?”, “¡Apaga la consola Mario!”… ¿Quién no ha escuchado durante su infancia alguna de estas frases?
Llegaba la hora de comer, de cenar, de hacer los deberes…de lo que fuera, y nuestros padres se volvían casi locos para conseguir despegarnos de nuestros juguetes y entretenimientos.

Con el paso de los años estas fórmulas se repiten en cualquier hogar que se precie, eso sí, con unos pequeños matices.
De los juguetes de toda la vida (muñecas, coches, trenes, puzles…) pasamos a quedarnos embobados con la tele, con los dibujos animados o con las pelis VHS que nos echaban los Reyes.

Luego llegaron las vídeo-consolas con sus correspondientes vídeo-juegos, que causaron una auténtica revolución en los hábitos de ocio infantil y juvenil desde su lanzamiento en 1972 con la “Magnabox Odyssey” que sólo tenía un juego, el Pong: ese famoso juego de las 2 líneas que tienen que golpear la pelotita. Pero no se hicieron populares, sobre todo en España, hasta la llegada de la primera Nintendo, la “Color TV Game” que apareció a finales de los años 70`.

¿Y ahora qué? Los móviles, los smartphones, las tablets… Los “juguetes” de las nuevas generaciones, cada vez más precoces en el mundo 2.0.
Una encuesta realizada a padres estadounidenses de la mano de Common Sense Media, revela que los niños menores de ocho años han reducido su tiempo de exposición frente a la televisión, DVD u ordenador de sobremesa pero que, se han triplicado las horas dedicadas a dispositivos móviles.

Este estudio ofrece datos con los que podemos interpretar los hábitos de las familias estadounidenses pero, en mi opinión, los españoles no nos alejamos tanto de estas costumbres en concreto.

Cada vez vemos más niños manejando móviles y smartphones sobre todo. Muchas de las veces (la mayoría) son los propios padres o familiares los que les dejan sus teléfonos para que “se entretengan” y paren de rechistar.

Lo que sí sabemos a ciencia cierta, ya sea aquí, en EEUU o en China, es que los niños repiten las conductas de sus progenitores, imitan lo que ven.
¿Smartphones? Sí, por supuesto, soy defensora de las nuevas tecnologías siempre y cuando nos faciliten la vida, tanto en su faceta laboral como personal pero con cabeza siempre, con un uso responsable…cada cosa a su tiempo. Aunque, irremediablemente, haya adultos que empleen estos medios para fines lamentables.
Me cuesta entender qué hace un niño de doce años o menos con un móvil propio. Así se fomenta el aislamiento y la sobreexposición al mundo internet y lo que conllevan las redes sociales mal y prematuramente utilizadas.

Bastante es que ya los que somos algo mayorcitos estemos enganchados a estos aparatitos como si de una prolongación más de nuestro cuerpo se tratase…Pero, ¡qué haríamos sin ellos!

Se acerca la campaña de Navidad y con ella, las ansiadas cartas a Papá Noel y/o a los Reyes (yo soy más de Melchor, Gaspar y Baltasar) A ver si entre vídeo-juegos, móviles y tabletas, hay un hueco para los juegos de siempre, para un libro, para la música… Mantengamos vivas las tradiciones, que lo retro también está de moda 😉

Como alcarreña y castellana es un orgullo para mí el poder presumir de uno de los eventos, en mi opinión, más especiales y que más definen nuestra cultura en la ciudad: el Tenorio Mendocino, casi tan viejo – o tan joven, según se mire – como yo. Veintitrés son las ediciones que se lleva celebrando esta adaptación de la obra del poeta y dramaturgo vallisoletano, José Zorrilla, el “Don Juan Tenorio”.

Coincidiendo con la Festividad y el puente de Todos los Santos, el Tenorio es un soplo de aire fresco en un triste otoño de calles vacías. Durante los dos días de representación, las vías de nuestro centro histórico se habitan, no sólo por guadalajareños, sino por visitantes que eligen, con acierto, Guadalajara como pequeño destino turístico.

Y es que la ciudad alcarreña es, injustamente, pocas veces frecuentada, y es en estas ocasiones cuando debemos explotar su punto fuerte; la unión entre teatro, cultura, gastronomía y el arte de lo nuestro.

Lo que empezó como una idea divertida e informal, fruto de los pensamientos y largas conversaciones del ocio nocturno de los Amigos de la Capa – allá por los comienzos de los años 90` con Javier Borobia y Fernando Borlán como principales impulsores-  ha trascendido y ha crecido hasta el día de hoy, de la mano de Gentes de Guadalajara y del amor por esta tradición de todos los que participan en ella; organizadores, actores, voluntarios…

Citas de este tipo son las que tiene que aprovechar y potenciar la ciudad: comercios, restaurantes, patrimonio artístico… En definitiva, aunar ofertas de ocio para que el resultado sea de lo más completo y variado, y así poder convertir la capital (al menos en esas fechas) en referente turístico ¿nacional? ¡Porqué no!

Este pasado fin de semana  niños, jóvenes y mayores, de todas las edades, se han paseado por La Cotilla, El Infantado, el Convento de la Piedad y demás escenarios donde tiene lugar esta obra. Rompamos por tanto, con el estereotipo de una ciudad envejecida y de que la cultura es aburrida y sólo es para la gente mayor. Únicamente hay que darle una vuelta de tuerca, adaptar la tradición a los nuevos tiempos, promocionar los actos culturales a través de las herramientas de comunicación social –hoy día la presencia en las redes sociales es fundamental- y hacer ruido, mucho ruido.

En esto Guadalajara está despertando y aprobando con una nota aceptable, no hay más que darse un paseo por los perfiles en redes sociales dedicados a aspectos de la ciudad y no se quedan atrás los blogs y webs.

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