-CIZAÑA-
Para PABLO BELLIDO ACEVEDO Y JOSÉ LUIS MAXIMILIANO ROMO, máximos responsables, respectivamente, del Partido Socialista Obrero Español y de Izquierda Unida en la provincia, por haber decidido que representantes de sus organizaciones no tomasen parte en el acto realizado en la sede de la Diputación Provincial con motivo del Día de la Mujer Trabajadora.
Está claro que los motivos esgrimidos para justificar su comportamiento son tan reales como la vida misma y no es menos cierto que las organizaciones políticas citadas hacen lo que deben cuando se afanan en que quienes nos gobiernan cambien de rumbo, pero otra cosa muy distinta es comportarse como los niños pequeños que deciden no comer porque sus padres no les han dejado ver la Tele.
Desde luego, viendo esta clase de actuaciones a un observador neutral le puede entrar cierto repelús a la hora de contribuir con su voto a que don Pablo o don José Luis ocupen puestos de responsabilidad porque romper con protocolos, usos, costumbres o tradiciones se traga mal por la ciudadanía y, además, el que hace un cesto hace ciento.
-JALEA REAL-
Para JOSE LUIS HERGUEDAS DE MIGUEL, gerente de la Feria Apícola de Pastrana, porque un año más ha vuelto a lograr que la anual reunión apícola de la Villa Ducal se haya celebrado “con gran éxito de público y crítica” y, más aún, por haber conseguido que esa reunión de profesionales del sector apícola vaya teniendo lugar ininterrumpidamente en estos tiempos de penurias económicas en los que grandes festivales, medianas ferias o incipientes celebraciones han desaparecido de la noche a la mañana o, como mínimo, se han quedado en vulgares acontecimientos de media jornada.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen y por eso que el señor Herguedas haya estado al frente del evento desde su inicio y se haya codeado a lo largo de los años con mandamases de fuerzas políticas no solo distintas sino enfrentadas entre si y, sin embargo, haya logrado que la Feria perdurase y cada día con más importancia ( y mantenido el cargo ) es digno, ya digo, de valorar.
Quién nos iba a decir, en aquella primera edición celebrada en un semi hundido convento de San Francisco, que treinta y tres años después él iba a seguir siendo el gerente y servidor continuaría contándolo,
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