¿Pagar las medicinas o viajar con el IMSERSO?

Llegó la hora de hacer las maletas para la escapada de Semana Santa. El que pueda permitírselo, claro. Los profesionales del sector no paran de hablar de pérdidas, calculan que este año no llegarán a 70 por ciento de reservas, malos datos que se suman, dice el diario EL País, a un invierno muy duro en el que varios hoteles de la costa se han visto obligados a cerrar (algo que no habían hecho nunca) porque el Gobierno ha reducido de forma drástica los viajes del IMSERSO.
Yo no salgo de mi estupor, pero, vamos a ver… ¡¿todavía se siguen organizando estos viajes con la que está cayendo!? Cuando hay familias que rebuscan en los contenedores porque no tienen ni para dar de comer a sus hijos. ¿Es moral que se sigan organizando estos viajes?
Es verdad que los pensionistas no tienen la culpa de lo que ocurre, es cierto que ellos han contribuido durante toda su vida para tener una mejor situación pero hay cosas que cuando no pueden ser, no pueden ser. Así de sencillo.
A pesar de ello han destinado este año 70 millones de euros a este concepto. El presupuesto se ha recortado un 30 por ciento, pero sigue vigente según se puede comprobar en la propia web del Imserso. Una semana con transporte, pensión completa y en temporada alta cuesta menos de 200 euros por persona. Haciendo un cálculo fácil les cuesta comer, dormir, el transporte y las actividades que se organicen 25 euros diarios. El resto, lo que en realidad cuesta un viaje así, corre a cuenta del hotel y de la administración.
Asegura el gobierno que estos viajes son buenos. Que relajan y motivan a este colectivo en ocasiones asediado por enfermedades o por la soledad. Dicen que de cada euro que se invierte se recupera un euro y medio, que estos viajes evitan que el personal de los hoteles vaya al paro y por lo tanto no se tienen que pagar prestaciones.
Palabras y argumentos que no evitan que pensemos en que esos 70 millones de euros se podrían destinar a otras cosas más prioritarias.
En Castilla La Mancha María Dolores de Cospedal dio un paso adelante y en agosto del 2012 el Plan de Garantías de Servicios Sociales recogía la supresión del termalismo y del turismo social para mayores. Con eso se ahorraban 8 millones de euros. Eso sí, el plan establecía que se reservaban la organización de viajes que se considerasen necesarios para la salud. Una coletilla que ha permitido que, medio año después, la Junta vuelva a convocar el programa de termalismo social. Con plazas muy reducidas: 6665. ¿Eso quiere decir que ya podemos permitírnoslo? O simplemente ¿que es rentable a nivel político? Seguramente muchas personas lo necesitarán por prescripción médica y si es así, está bien. Que lo disfruten. Pero ¿porqué hay que subvencionar en las mismas condiciones los viajes del acompañante que no está enfermo?
Estoy en contra de estos viajes. Tengo familiares que disfrutaron y disfrutan de este programa y la verdad me parece que mal que se los lleven de excursión pero tengan que pagar las medicinas.
En la época de bonanza los viajes eran una recompensa al esfuerzo de personas que durante años habían trabajado duro. Personas que en muchas ocasiones ni siquiera habían salido de su pueblo o de su ciudad. Pero ahora, no. Las reglas del juego han cambiado aunque nuestros políticos, como en casi todo, no quieren enterarse.

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