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No es una repoblación, es un problema

El conflicto de Fraguas, un (no) pueblo ubicado en la Sierra Norte de Guadalajara, parece un asunto de difícil solución.

La historia es sencilla . En el año 2012 un grupo de personas amantes de la naturaleza, sin trabajo y con ganas de volver al campo, eligen un punto cualquiera para instalarse y se encuentran con Fraguas. Allí empiezan a recuperar antiguas casas de pueblo que fueron abandonadas por imposición del franquismo a finales de los 60. Reconstruyen las casas con sus propias manos y sus propios medios, y comienzan a autoabastecerse con energía solar y con sus propios huertos. Durante todo el año viven allí entre 7 y 10 personas, otros 20 llegan en vacaciones o los fines de semana. Y empiezan una nueva vida en contacto con la naturaleza.

Hasta aquí no hay problema. Todo un ejemplo a seguir. Pero hay matices.

Desde el principio la Guardia Civil y los agentes forestales les informaron de que lo que estaban haciendo no era legal, y pasaron los meses, y como nada cambiaba la Junta de Comunidades informó al juzgado. Ahora les piden hasta cuatro años de cárcel y una cuantiosa multa, 30.000 euros, para derribar todo lo que han levantado y dejar el monte como estaba.

A simple vista la situación puede resultar extraña: no molestan a nadie, producen sus propios recursos, dan vida a una zona abandonada… ¿dónde está el problema? Sin embargo su “repoblación” no era tan ideal como puede parecer. Los afectados en una entrevista en el programa Julia en la Onda de Onda Cero, aseguran que es “absurdo y ridículo” que les quieran llevar a la cárcel por esta cuestión y dicen que es una manera de luchar contra la despoblación que afecta a muchas zonas del interior y especialmente a Guadalajara.

Pero los argumentos que pone encima de la mesa la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha para explicar porqué se ha tomado esa decisión, son claros. Fraguas dejó de ser un pueblo hace años, en la época de Franco, y desde entonces es un monte de utilidad pública y tiene unos dueños que son todos los ciudadanos.  Además uno no puede decidir dónde monta un pueblo y dónde no lo hace.

Por otro lado la ley prohíbe que se levanten casas o casetas en medio del monte sin ninguna autorización. Da igual que sea para guardar los aperos de labranza o para vivir en comunión con la naturaleza. Debe perseguirse igual. Si no se hiciera, sería un caos.

Y a esto se suma una razón más y es que ese enclave está ubicado en un Parque Natural, el de la Sierra Norte, con una normativa especial, concreta y muy restrictiva.

La ley tiene que ser igual para todos y por muy romántico que nos parezca repoblar un (no) pueblo, no es posible que alguien decida hacerlo sin seguir las normas del juego. Por que no hay que olvidar que según la Junta de Comunidades no han pedido ninguna autorización administrativa para ello.

El proceso va avanzado y en estos momentos se está esperando la fecha del juicio. Lo deseable sería que se alcanzase una solución razonada a este conflicto al margen de los tribunales. La Junta de Comunidades está analizando el tema para ver si es posible pero también es necesario que la otra parte, “los okupas” de Fraguas acepten, aunque no les guste, que la ley está para cumplirla y que no se pueden apropiar de cosas que son de todos los ciudadanos.

El problema es ver cómo se alcanza un acuerdo para hacer frente al pago de los 26.000 euros que son necesarios para demoler lo construido. Está claro que los que lo han levantado no van a pagarlo porque seguramente serán insolventes. Por eso la Junta de Comunidades debería buscar alguna forma de que los okupas realicen alguna compensación alternativa. Si no lo hace acabaremos, como siempre, pagando a “escote” el resto de ciudadanos.

Ya ven lo de repoblar y dar vida a un (no) pueblo, al final no ha sido tan buena idea.

No lo entiendo

Quizá hable desde el corazón y no desde la cabeza. Pero me niego a dar como normal lo que está pasando con los apoyos a Guadalajara como Ciudad Europea del Deporte 2018. Dos ciudades castellano manchegas: Guadalajara y Talavera de la Reina (junto a otras a nivel nacional) compiten por ser designadas como ciudad del deporte y mientras una cuenta con todas las bendiciones, otra sólo cuenta con indiferencia.

Talavera, una ciudad con un alto nivel de paro que necesita un revulsivo económico, decidió subirse a este carro hace meses y en el proceso contó con el apoyo de su ayuntamiento y de todos los grupos políticos de las Cortes Regionales. Hubo consenso total. Semanas después Podemos presentaba una enmienda a los presupuestos pidiendo 1,6 millones de euros para apoyar la candidatura de Talavera. En ese momento nadie habló de Guadalajara. Su candidatura todavía no se conocía.

Hace unas semanas hemos sabido que Guadalajara también participa en el proceso pero no cuenta con ningún apoyo político. Solamente (y no es poco) con importantes instalaciones deportivas que han impresionado a la comisión evaluadora.

Aparte de eso, todo es indiferencia. Guadalajara no cuenta con el respaldo de ninguno de los grupos políticos con representación en las cortes de Castilla La Mancha. PP y Podemos han apoyado esa enmienda para Talavera pero no existe la posibilidad de que ese dinero se destine a Guadalajara en caso de ser elegida. Sólo se destinará a Talavera. El PSOE ha intentado que no saliera adelante, pero no por apoyar a Guadalajara, sino por evitar que se desmantele la Fundación Impulsa, un organismo que organiza actividades culturales y que se queda sin presupuesto ya que el dinero para Talavera se sacará de ahí.

En todos los partidos políticos hay, por supuesto, políticos de Guadalajara, elegidos por vecinos de Guadalajara, para que apoyen en las cortes los intereses de Guadalajara. En el PP está Ana Guarinos que es presidenta de ese grupo en las Cortes y además concejala en el Ayuntamiento de Guadalajara, en Podemos, David Llorente, que fue elegido por nuestra provincia y en el PSOE Rafael Esteban, presidente del Grupo Parlamentario socialista, entre otros.

Por si esto fuera poco en el Ayuntamiento de Guadalajara los grupos políticos de la oposición se negaron a apoyar una declaración institucional. Ni en cuestiones que buscan proyectar la imagen de Guadalajara de una forma eficaz, apolítica y fomentando la deportividad, se ponen de acuerdo.   Ahora Guadalajara señaló que no la apoyaban ni por forma ni por fondo “no es que estemos en contra, pero no le vemos el interés” – señaló José Morales. Añadiendo que Guadalajara conseguía traer grandes competiciones deportivas sin recurrir a organismos de este tipo. Es curioso que lo que sí apoya Podemos en CLM para Talavera, porque es bueno, es innecesario para sus compañeros de Ahora en el caso de Guadalajara.

En el caso del grupo municipal socialista pasó lo mismo. ”Estamos de acuerdo con lo que quiere conseguir pero reprobamos la forma”– dijo Daniel Jiménez, portavoz del PSOE. Y le indicó al alcalde, Antonio Román, que si quería un pronunciamiento favorable lo tenían que haber pactado antes de llevarlo al pleno.

El alcalde Antonio Román le contestó que desde el martes estaba esperando su respuesta y al no recibir ninguna pensaba que no había problemas. Pero los hubo. ¿Por qué el alcalde lo dio por sentado? Ante el “ambientazo” que hay en el ayuntamiento ¿lo normal no sería consensuar las cosas antes? ¿Y el grupo municipal socialista? Por “reprobar” las formas ¿perdemos una oportunidad?

Por otro lado ¿por qué el Ayuntamiento de Guadalajara no ha pedido ayuda económica a la Junta para este candidatura como sí lo ha hecho Talavera? ¿Por qué Ana Guarinos, que es concejala en el Ayuntamiento no defiende esta candidatura en las cortes regionales? ¿No conocía que su partido y su ayuntamiento estaba inmerso en este proceso cuando se empezó a hablar de Talavera? ¿Por qué se deja pasar esta oportunidad?

Según David Llorente desde Podemos apoyan a las dos ciudades pero la diferencia son 1,6 millones de euros. Lo justo sería que esa cantidad fuese a la ciudad elegida, sea cual sea. Lo contrario no creo que sea entendido por los vecinos de Guadalajara, sea cual sea el partido al que voten.

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