Archive for marzo, 2014

¡Alto! Control policial

A mí me han intentado robar dos veces. Una el coche. Afortunadamente, no les dio tiempo de llevárselo aunque me fastidiaron la cerradura y me metieron el miedo en el cuerpo. Otra en un trastero. Como su propio nombre indica estaba, y está    (nada ha cambiado) lleno de trastos: brochas, botes de pintura, algún azulejo suelto, juguetes viejos… Sólo había una cosa que robar, un jamón, de los buenos además, y eso es lo único que se llevaron.

Que les aproveche.

¡Qué le vamos a hacer!

Lo mío aunque desagradable no fue nada más que una minucia en comparación con lo que están sufriendo muchos vecinos de Guadalajara. Que levante el dedo el que no haya sufrido un robo en su casa o en la casa de su vecino, de un familiar o amigo. Por desgracia lo oímos cada día. Y lo oímos porque está pasando. Y mucho.

No hay más ver la intensificación de controles policiales que se están produciendo en numerosos puntos de la ciudad y que ya anunció el director general de la Policía en su visita a Guadalajara. Desde hace semanas la Policía Nacional y la Local realizan controles en los lugares más sorprendentes: la rotonda del Fuerte, la de Bejanque, en la zona del río, la del Quijote… y lo más llamativo: a las horas más extrañas: 10 de la mañana, una de la tarde… La policía busca y rebusca, mira a fondo montones de coches y, por supuesto, encuentra, aunque no quizá lo que está buscando, y que, al parecer, podría ser un sistema para abrir las puertas de los domicilios sin dejar rastro.

Por suerte los controles provinciales, tan intensos en los últimos meses, están empezando a dar otros resultados: se han encontrado armas blancas, herramientas para robar, delincuentes reclamados judicialmente, algo de droga y sobre todo, aseguran,  se han frenado los robos en viviendas.

Y es que el aumento de robos en Guadalajara ha sido tan sangrante en los últimos dos años que no cabía otra opción que tomar medidas de este tipo.

Según el balance de criminalidad del Ministerio del Interior en la provincia de Guadalajara han aumentado los robos con fuerza en domicilios en un ¡ 49 por ciento entre 2011 y 2013!

Cada día se roban de media en la provincia tres viviendas.

Un auténtico escándalo.

Durante el año 2011 se cometieron 664 robos con fuerza en casas, a finales de 2013 estábamos al borde de los 1000 robos. Exactamente 992.

Guadalajara es la provincia nº 1 en el ranking castellano manchego en robos a viviendas. Ni siquiera Toledo, donde también han aumentado los robos, nos alcanza. De los datos de Guadalajara hay que reconocer que el año 2012 fue mucho peor ya que hubo un 41 por ciento de delitos más y en el 2012 “sólo” han subido un 6 por ciento.

En unas semanas tendremos los datos del Ministerio del Interior sobre los robos a viviendas en el primer trimestre de 2014 algo que nos permitirá saber si los continuos controles han dado sus frutos, aunque eso sí, tendremos que molestarnos en buscarlos porque en Guadalajara desde hace años sólo se da información sobre los logros policiales. Es curioso, no nos cuentan los delitos para que pensemos que Guadalajara sigue siendo una ciudad tranquila pero “rompen la magia” cuando nos informan a bombo y platillo de las detenciones ya sea en Pioz o en Ciruelas o Albalate.

Quizá no vendría mal un cambio de estrategia. Que no nos cuenten solo los éxitos. Si nos dicen que hay una oleada de robos estaremos alerta,  tomaremos medidas y nos fijaremos en cualquier cosa fuera de lo normal. Cuéntennos, y dejen de cocinar datos porque al final todo se sabe.

 

 

8 de marzo: ¿ y si educamos en igualdad?

 

Mi hijo pequeño, que tiene 10 años, estudia estos días en “cono” el mundo contemporáneo.  En un pequeño recuadro de la lección le hablan de la situación de las mujeres a lo largo de la historia.  Le cuentan cómo en muchas sociedades no han tenido los mismos derechos, ni siquiera podían ir a la universidad y dependían de sus padres o maridos hasta para abrir una cuenta en el banco.

Él, que empieza a abrir los ojos al mundo, me pregunta sobre esas cuestiones que le parecen descabelladas. Yo, satisfago su curiosidad contándole historias familiares como si fueran relatos de la época neandertal. Pero mientras hablo me vienes imágenes a la mente y me doy cuenta de que las cosas han cambiado, sí, pero no lo suficiente.

Esas historias antiguas de grandes diferencias han dado paso a otras nuevas, historias actuales y diarias en las que las diferencias siguen latentes aunque queramos dar la imagen de que no, de que somos “casi” iguales.  Y por eso, le cuento a mi hijo lo que sucede hoy en día, no en Bolivia o la India, donde la situación de las mujeres es infinitamente peor que la de las españolas, si no de lo que ocurre a su alrededor. Y busco en internet y le enseño que en España en 2013 las mujeres siguen cobrando menos que los hombres por el mismo trabajo , exactamente un 16,2 por ciento menos que cualquier hombre por ¡hacer lo mismo! Eso hace que una mujer ingrese 5.000 euros menos que un hombre o lo que es lo mismo trabaja gratis durante 59 días al año para su empresa.

Y parece que la preparación poco tiene que ver: según un informe de la OCDE en 2012 el 45 por ciento de las mujeres entre 24 y 35 años estudiaba en la universidad, en los hombres, el porcentaje es del 33 por ciento. Porque aunque las mujeres se preparan más y ocupan masivamente los puestos directivos sólo consiguen los intermedios y pocas, muy pocas, consiguen llegar a la alta dirección.

Y las cosas no van a mejor en España: el número de directivas está bajando pasando del 24 por ciento en 2012 al 21 por ciento en 2013.

Malas noticias.  Parece que en épocas de bonanza avanzamos un paso en igualdad pero la crisis, maldita crisis, nos hace retroceder dos.

¿Y cómo solucionamos esto?

Al margen de las obligaciones del Gobierno que, todo hay que decirlo, no da un paso en conseguir la conciliación laboral y familiar, quizá deberíamos buscar en casa, en las horas que las madres se disculpan en el trabajo para llevar al niño al médico mientras que los padres siguen trabajando. Buscar en cada familia en la que el padre no participa de las tareas del hogar, en cada familia en la que el padre echa una mano pero no se implica totalmente, en cada familia en la que no se reparten las tareas al 50 por ciento entre los padres y, también, no hay que olvidarlo en cada familia donde las madres se ocupan de todo sin implicar a sus hijos (da igual si hombres o mujeres) y mostrándolo como “lo normal”. Lo que es una muestra de amor y entrega, dentro de 20 años será una repetición de roles equivocados. Y ahí es donde los padres tenemos que trabajar la igualdad, en casa, y desde pequeños.

Una carrera de fondo, bastante agotadora, que será la única que nos permitirá ir acabando con las barreras entre sexos para que cuando los niños de hoy en día crezcan les cuenten a sus hijos que hubo una época en la que se celebraba un Día de la Mujer para acabar con las diferencias entre sexos y ellos, los pequeños, abran los ojos asombrados y sus padres les cuenten historias familiares ancestrales sin que puedan encontrar noticias en internet que les digan que eso, a menor escala, sigue pasando.

Feliz 8 de marzo.

 

 

 

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